4.- Vergüenza.
Jungkook maldijo a todos los dioses de los que se sabía el nombre mientras arrastraba los pies por las escaleras, sintiendo que podría morir en cualquier momento. O no morir, más bien suicidarse de forma des intencionada mientras pensaba en que la clase de ese día había sido un completo asco y simplemente quería tirarse por la ventana. ¡¿A quién se le ocurre que estudiantes de música necesitan ver Matemáticas?!
Es decir, Jungkook no es tonto. Un poco lento, pero no tonto. Así que las matemáticas se le dan lo suficientemente bien como para ser un estudiante sobresaliente, no es que le gusten, simplemente Jungkook sabe que tiene que ser el mejor en todo, o lo cree –más bien-, por lo que se esfuerza en cada cosa que emprende. Eso de ser el chico de oro no es de a gratis, le ha costado sudor, sangre, noches sin dormir y dinero, también.
Sin embargo, hay una sola cosa en la que nunca será bueno y volvió a confirmarlo esa mañana mientras el profesor copiaba las reglas básicas de la lógica en el pizarrón, así que él había terminado hundiendo su cabeza entre sus brazos mientras dejaba que las cosas siguiesen su curso, sin pensar siquiera que eso era importante para el parcial que tendría dentro de cuatro semanas y que seguramente iba a perder.
¿Por qué matemáticas? ¿Por qué lógica?
Pero más aún, ¿por qué en inglés?
Jungkook habla japonés, un poco de chino y cantones y sabe algunas palabras en alemán y en español, pero nunca, de los nunca, ha podido con el inglés. En su examen de admisión a la universidad esa había sido su puntuación más baja, mientras todas sus calificaciones estaban 90/100, inglés se convirtió en aquella mancha vergonzosa de la que nunca le hablaría a sus descendientes.
Algunas noches, desde que había salido del instituto, miraba la hoja de calificaciones con profunda tristeza y pensaba que a lo mejor, debía pegarse un tiro y ya. Jamás iba a superar ese 03/100 que había conseguido en inglés. Solo tres preguntas buenas. ¡TRES! Así que había decidido borrar aquello de su memoria para siempre y seguir fingiendo lo increíble que era para no tener que pensar en sus propios complejos de autoestima.
Hasta esa mañana.
.- Maldito inglés – lloriqueó mientras llegaba al rellano de su piso y se topaba de frente con Taehyung, que parecía ya de salida para la universidad.
Después del desastre que había sido la reunión de bienvenida por parte de los vecinos hace tres días, Jungkook había querido evitar al mayor, una parte de sí creía que Taehyung simplemente pasaría de su existencia luego de su huida falsa y cobarde. Sin embargo, a la mañana siguiente Taehyung apareció en su puerta con una taza de café y una sonrisa brillante.
Jungkook había olvidado que su vecino era todo menos normal.
Y eso lo hacia tan lindo...
Así que había seguido en pie con su oferta de cuidar de Aerum en las tardes, el mayor le había escrito en un trozo pequeño de papel la clave de su apartamento y Jungkook terminó susurrándole la suya al oído, en un intento de ser coqueto que terminó con Taehyung riendo muy fuerte por los escalofríos en su cuello y en Jungkook sintiéndose peor que avergonzado porque simplemente no servía para coquetear.
Con Aerum, había sido un buen niñero, pero Jungkook estaba seguro que eso también se debía a que Aerum era un niño especialmente tranquilo que buscaba descubrir el mundo por su cuenta y a su manera, así que gran parte de la tarde se la pasaba tirado en el piso vacío de muebles, escuchando música a todo volumen mientras Aerum se arrastraba por el suelo y se reía solo.
Incluso había inventado un sistema con él.
Amarró dos esponjas a las rodillas pequeñas del niño y así se aseguró de que el suelo se mantuviera limpio al paso del más pequeño. Nadie podía culparlo porque no tenía una mísera escoba para limpiar y todavía tenía la suficiente dignidad como para no decirle nada de eso a su lindo vecino. No estaba listo para admitir aún que era más un vagabundo que un estudiante.
¡Y su madre seguía sacando excusas para no enviarle dinero!
Solía decir cosas como que "necesitas aprender a ahorrar, cariño", "ya no eres un niño, suple tus necesidades", "consigue un trabajo de medio tiempo, Jungkook", "mamá no estará siempre ahí y ni se te ocurra decirle a tu papá", "¡Trabaja, carajo!". Así que Jungkook le gritó que iba a volverse prostituto y así podría ser rico.
Su mamá no le llamaba desde ese día.
Y ahí estaba, vistiendo su último conjunto limpio y decente mientras observaba la sonrisa brillante de su lindo, muy lindo, vecino.
.- Jungkook... Jungkook – ah... – Taehyung le zarandeó ligeramente, despertándolo de sus pensamientos pesimistas - ¿Estás bien?
.- Lo siento, hyung – se disculpó avergonzado, sintiendo el calor agolparse en sus mejillas mientras se maldecía internamente por ser más una colegiala obsesiva que un hombre hecho y derecho con pelo en el pecho - ¿Aerum está ya en el apartamento?
V asintió antes de revolverle el cabello en un gesto que ya se había vuelto normal entre los dos y Jungkook quiso bailar la conga debido a la felicidad que sentía de tener la atención del mayor de esa forma. Claro está, preferiría que cada vez que el mayor lo viera se lanzase sobre él y le comiera la boca, pero no está mal.
Por ahora...
.- Aerum está pintando, mi jefe le regaló hoy unos libros de dinosaurios y está muy contento con ellos – le contó el mayor – Por cierto, Kookie...
¡Oh, me llamó KOOKIE!
.- Vi que tenías un montón de ropa sin lavar así que me tomé el atrevimiento de llevarla a mi apartamento y ponerla lavadora – le contó el mayor y entonces él quiso ser una avestruz y esconder su cara debido a la vergüenza.
¡V había visto sus bóxer de patitos sucios!
.- Hyung, no era...
.- ¡Oh! Y te traje una colchoneta, no me gusta que duermas en el frío suelo – siguió hablando el mayor – Igual, sigue en pie mi propuesta de quedarte en mi departamento mientras...
.- ¡Hyung! – Le interrumpió, estaba seguro que ya todo su rostro y hasta sus orejas estaban rojas producto de la vergüenza – No te preocupes, de verdad, muchas gracias – murmuró e hizo una delicada reverencia hacia el mayor.
Taehyung se quedó callado por unos segundos, sin ninguna expresión reconocible en su rostro, pero luego simplemente le dedicó una sonrisa pequeña y volvió a revolverle el cabello.
.- Me voy entonces, Kookie – la colegiala dentro de Jungkook gritó emocionada – Nos vemos en la noche, ¿qué quieres de cenar?
Oh, cierto.
Taehyung había dicho que lo mínimo que podía hacer por él era invitarle la cena debido a que Jungkook gastaba sus energías en cuidar de Aerum por las tardes, así que durante esos días había estado llevando tres porciones de comida al apartamento de Jungkook y se sentaban a comer junto al ventanal que tenía una gran vista del centro de Seúl y comían mientras se contaban algunas bromas.
Eso se había convertido en su momento favorito del día.
.- Pizza, hyung – le respondió aún con algo de pena y Taehyung sólo asintió antes de comenzar a bajar las escaleras – Que te vaya bien – le deseó y V sólo se volvió ligeramente a sonreírle.
Jungkook le vio perderse en la curva hacia el piso inferior y suspiro.
Aún no entendía del todo como Taehyung conseguía poner todos sus sentidos a tope con su presencia o solo pensar en él. Jungkook sabía que le traía ganas, vamos, se había terminado por masturbar pensando en la linda sonrisa del mayor, pero todavía no podía ponerle un nombre concreto a toda esa amalgama de emociones que Taehyung despertaba en él.
Y tenía miedo por ello; es más... su emo no dejaba de repetirle que enamorarse NO es una opción.
Sí era algo más que un gusto, sí se convertía en algo más o más fuerte, Jungkook sabía que iba a sufrir y mucho. Taehyung no le había dado ninguna pista sobre ser bisexual o algo similar, ni de sentirse atraído hacia él; además, en su cabeza seguía rondando la voz de Jimin contándole que la madre de Aerum todavía rondaba las periferias de la vida de su vecino.
Nuevamente, quería tirarse por la ventana.
Sin embargo, se limitó a arrastrarse hacia el apartamento y asegurarse que Aerum estaba bien. Tal y como le había dicho Taehyung, le encontró acostado en el suelo mientras pintaba completamente concentrado. Jungkook sonrió desde la entrada mientras se quitaba las zapatillas y colgaba el bolso de la universidad.
Había algo en Aerum que le producía calma.
Así que avanzó tratando de no desconcentrar al niño y se sentó a su lado al estilo indio, observando como Aerum tomaba con sus regordetes dedos un color verde ya diminuto y pintaba la copa de un árbol tratando de no salirse de los márgenes negros del dibujo. Su mano acarició la cabeza del niño y este se giró a mirarlo con la misma sonrisa brillante de su padre.
.- ¿Cómo estás hoy, Ae – shi? - le preguntó con cariño antes de que el niño se sentara en su regazo y le diera un beso en la mejilla.
Jungkook sabía que no iba a responderle.
Había querido preguntarle a Taehyung qué sucedía con Aerum, por qué no hablaba o por qué parecía ausente en un mundo propio gran parte de su tiempo, pero había descubierto que para su lindo vecino (y de quien comenzaba a fantasear como futuro esposo) ese tema parecía ser sensible, así que había optado por callarse sus preguntas, tal y como lo había hecho con las dudas sobre la madre del niño. Aún no se conocían lo suficiente como para traspasar esas barreras.
Sin embargo, Jungkook podía ver un gran potencial en Aerum. A pesar de que el niño no hablaba sino unas cuantas sílabas, su mente parecía estar concentrada en el mundo más que la de cualquiera y había descubierto la gran capacidad que esa pequeña cabecita tenía con asombró. Así que se le hacía raro que el niño, ya pudiese pintar dentro las márgenes cuando él, ya casi un anciano, seguía coloreando como cuando bebé.
Aerum volvió a concentrarse en su libro luego de su beso de bienvenida y Jungkook sonrió antes de arrastrarse a la cocina –sí, literal arrastrarse – en búsqueda de algo que ambos pudiesen comer más tarde. Tenía que sentarse a estudiar las reglas de lógicas en el maldito inglés sino quería atrasarse con trabajos o temas de estudio, así que sería una tarde larga.
Cuando regreso a la sala, Aerum miraba con tristeza la pequeña punta que quedaba de su color amarillo y parecía a punto de ponerse a llorar. Jungkook pensó en que un buen regalo para el niño sería una caja de colores nuevos, sabía que Taehyung no podía comprárselos al niño en ese momento así que hizo cuentas mentales sobre cuánto podría gastar en eso.
Sí no comía el día de mañana en la universidad y en vez de sacar fotocopias le pedía prestado los documentos a Jimin, podría comprarle la caja más barata al pequeño y así hacerlo feliz. Así que tomó al niño en brazos mientras se sentaba a su lado y se dijo que al día siguiente pasaría de regreso a casa por una papelería para buscar los lápices de colores.
Aerum aplaudió para él mientras señalaba el libro, donde unas letras extrañas le saludaban. Jungkook frunció el ceño mientras con una mano tomaba el libro y leía las palabras que no estaban en las letras coreanas tradicionales sino en letras occidentales. Aerum señalaba cada palabra y luego la señalaba en los dibujos.
.- R-e-d – leyó con extrañeza - ¿Qué es red? - entonces recordó que eso era inglés y que él lo odiaba, sin embargo, Aerum parecía contento - ¿Conoces algunas palabras en inglés, Ae – shi? – le preguntó sorprendido y casi indignado con el niño.
¿Cómo podía Aerum saber que era red y él no?
Es que eres estúpido, fue todo lo que dijo la colegiala.
¡Blasfemia!
Sin embargo, antes de poder decir o hacer algo, unos gritos se escucharon en el pasillo. Aerum se tensó en sus brazos y abrió sus grandes ojos aún más mientras buscaba desesperado algo en el vacío cuarto. Jungkook le observó confundido, viendo como el niño se revolvía en el agarre, queriendo soltarse.
.- Aerum, qué...
Pero el niño ya se había soltado y con sus pasos pequeñitos y tambaleantes, había corrido hacia la cocina. Jungkook se levantó tras él, confundido. Lo encontró escondido bajo el mesón del lavamanos, con sus ojos llenos de lágrimas y las manitos en sus oídos. Jungkook le tendió la mano, pero el niño sólo se quedó ahí, quieto y sin querer ser visto.
Los gritos seguían retumbando por el vacío desde el pasillo.
Se levantó mientras fruncía el ceño, nadie iba a asustar al hijo adorable de su adorable vecino sí él podía evitarlo, así que camino con pasos lentos y silenciosos hacia la puerta, tratando de comprender algo de lo que la voz femenina gritaba afuera. Pequeños retazos llegaron a él.
"¡Abre la maldita puerta!"
"Bastardo, sé que estás ahí"
"Kim Taehyung, cobarde"
"Sal hijo de p..."
Jungkook abrió la boca, asombrado mientras se asomaba por la visera de la puerta y observo con detalle la figura femenina que aporreaba con puños y patadas la puerta del apartamento 402. Su cabello era negro opaco y le daba a la cintura, vestía una minifalda negra y una blusa blanca, así como largas botas de tacón que entornaban sus piernas. Jungkook arrugó la nariz mientras pensaba que no era gran cosa y ella seguía gritando.
Así que... ¿esa era la mamá de Aerum?
Jungkook era mil veces más bonito de que ella.
Buenas, buenas...
¿Cómo me les va?
A mí bien, escribir esta historia siempre me saca sonrisas. Aunque la historia ya estaba montada, decidí cambiarle algunas cosas, así que cada capítulo es divertido de leer y arreglar. A parte, amo con todo mi corazón al Jungkook de esta historia, es tan lindo y tonto.
En fin, ¿qué les pareció? ¿qué creen que pase ahora? ¿Es la mamá de Aerum? Pero... ¿por qué el niño se esconde? ¿Qué pasa? ¿Jungkook algún día seducirá a Tae? ¿Y la lavadora? ¿Dejará de ser un mendigo? Son muchas preguntas y Jungkook sigue siendo un lento.
Por fa, cuéntenme todo lo que quieran, incluso cómo creen qué seguirá o cómo debería de hacerlo.
Gracias por leer, comentar y votar.
Edit: 18/02/19
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