31.- Lluvia de penes.
Dedicado a la bonita de YamilaSweet, ¡Feliz cumpleaños atrasado, querida!
Jungkook había planeado todo sobre ese día, casi tanto como había planeado su futura boda con Taehyung.
Era un día importante, un día súper mega hiper importantísimo: El día en que sabrían que secuelas permanentes tendría Taehyung, sí podrían follar salvajemente a la luz de las velas o no, ¡su futura vida marital dependía de ese día! Jungkook se casaría con Taehyung, pero sí el mayor no podía empotrarlo contra la pared, Jungkook tendría que serle infiel con algún galán de telenovelas que si pudiese.
Lo haría con todo el dolor de mundo, claro está. Incluso lloraría mientras sea empotrado porque su corazón amaría profundamente a su esposo, pero el sexo duro... Jungkook necesitaba mucho sexo duro para ser feliz.
Incluso siendo virgen ya lo sabía.
Al caso: Había planeado todo sobre ese día. Se había levantado temprano y le había hecho caso a la colegiala sobre la ropa que usaría cuando el doctor llegase: un conjunto formal que demostraría su compromiso por la sanación de Taehyung. También le había hecho caso al emo con eso de bañarse y, por todos los santos, usar jabón en el proceso. ¡A pesar de que su hermosa piel de bebé podía resultar lastimada!
Se había peinado... Por Dios, ¡JUNGKOOK SE HABÍA PEINADO!
Y luego vino la Selena a empoderarlo, a decirle que existía un mundo más allá del pene de Justin Bieber y que se podía, que se podía dejar de ser tóxica incluso tras años de parecer el peor de los venenos andantes. Jungkook había encontrado la iluminación tan brevemente que se olvidó de los asuntos mundanos que lo requerían.
Adiós a su pinta de novio súper comprometido... Ahora Jungkook estaba ahí, con una pseudo peluca muy poco higiénica sobre su cabeza y un vestido que no rellenaba porque se le olvidó ponerse medias para darle volumen, además que le daba a media pierna y dejaba sus gorditos muslos al aire sin consideración alguna.
¿Qué pensaría el doctor Lee? ¿Cómo podría creer que Jungkook cuidó bien de Tae vistiendo de esa forma? ¿Cómo aparecía en algún lugar a miles de kilómetros sólo cerrando los ojos? ¿Podría escapar fingiendo ser su hermana melliza que es sorda y muda? Incluso podía fingir que era ciega para pasar por el lado del doctor y luego huir despavorido hasta Busan, hasta su pequeña habitación en casa de sus padres.
Ciego, sordo y mudo... a lo Shakira, razonó el emo.
Era una gran idea, aunque también sería bueno sí tal vez el doctor hubiese quedado ciego en las últimas semanas y no pudiese verlo, sino sólo oírlo.
Aunque por la forma en cómo el hombre le mira, parece que no, ciego no estaba: .- Joven... espero esté teniendo un buen día.
Oh, Jungkook quiere llorar.
En el fondo, la canción de Selena Gómez se acabó al mismo tiempo que la varonil y sexy voz de semental que tenía Taehyung se alzó con fuerza desde la habitación, repitiendo el mensaje que por quince largos minutos trató de decirle y que Jungkook, debido a lo orgulloso que estaba porque Selena se dio cuenta, omitió deliberadamente todo lo que pudo.
.- ¡KOOKIE, EL DOCTOR YA VIENE! ¡ME LLAMARON DEL HOSPITAL!
Estúpido Taehyung que no le decía las cosas a tiempo.
Nuevamente, Jungkook quiso llorar.
.- ¿Está bien, joven? - el tono preocupado del hombre mayor le hizo descubrir que no sólo quería llorar, sino que ¡estaba llorando!
Jeon Jungkook, macho pecho peludo descendiente de los vikingos coreanos que nadie sabe que existieron en la antigüedad, comenzó a llorar como un niño que ha perdido a su mamá en medio del supermercado o, peor aún, ha sido abandonado en la fila para pagar de ese mismo supermercado, a punto de llegar a la caja con muchos productos y nada de dinero mientras su descorazonada madre desaparece con un "ya vengo, se me olvidó una cosa".
A Jungkook, humilde y nada exagerado... lo rompieron, finalmente lo rompieron.
Sus sollozos se mezclaron con los de la colegiala y el emo, que también se habían roto. Sus ojos se inundaron en lágrimas que no intentaba contener mientras mordisqueaba su labio inferior en una imagen que resultaba terrible: la cabeza del trapeador comenzaba a resbalarse, sus mejillas se hincharon por el llanto, el delineador negro que alguna vez le robó a la novia de su hermano no era a prueba de agua y creó una mancha bajo sus ojos.
¡¿Podría haber algo peor?!
Sí, sí podía... fue lo que dijo el emo en hipidos antes de señalar el pasillo.
Taehyung caminaba con esfuerzo, las piernas semi abiertas y las manos apoyándose en ambas paredes del pasillo, su mirada preocupaba iba en dirección a la sala, esa misma en la que Jungkook lloraba cual niño viendo una película donde muriesen perritos o una madre amorosa viendo un comercial donde un niño es grosero e irrespetuoso con sus padres.
¡Taehyung iba a verlo así! ¡Hecho Úrsula de la sirenita!
Iba a morir...
.- Kookie, cariño... ¿estás llorando? - Taehyung lo preguntó sin haber llegado a la sala porque ajá, camina como un ganso y va tan lento que estaba seguro que primero terminaba de ver todo el relleno de Naruto que llegar a la sala desde la habitación.
Sin embargo, ni todo el tiempo del mundo lo habría preparado ni a él ni a su pene para lo que estaba por ver al llegar a la sala.
Taehyung podría jurar que mantuvo sus ojos en el bonito rostro de Jungkook que derramaba lágrimas, lo que obviamente lo preocupaba porque: ¿qué o quién había hecho llorar a su novio de esa forma? Pero... pero sí era completamente honesto y tendría que serlo el día que llegase al cielo y Dios, conocedor de todos sus impuros pensamientos con tan inocente creación como lo era Kookie, le preguntará...
Lo vio... vio sus muslos a medio cubrir por la tela negra, jugosos muslos más ricos que los muslos de pollo, muslos que lo rodearían perfectamente el día que él...
Oh Dios.
También notó su cintura delgada y que seguramente ajustaría perfecta entre sus brazos, al mismo tiempo que observó su pecho plano, sus pequeños pezones vislumbrándose por el holgado escote del vestido que se ceñía tan bien a su figura atlética, delgada, pero fina. Sus ojos acariciaron todo lo que podían, incluidas sus clavículas donde podría besar y mor...
Oh, mierda... Patitos... PATITOS.
¿Había alguna forma científica de redirigir la sangre que en ese momento iba directo a su aún en recuperación pene? ¿Podría hacer que fuese a otro lugar de su cuerpo si rogaba a los cielos por ello? Taehyung incluso podría rogar y llorar mientras esperaba que su pene no latiese de dolor porque la imagen de Jungkook era simplemente...
.- ¿Por... q-qué? - su pregunta sonó a un suplició doloroso, sus ojos siguieron fijos en los muslos de Jungkook porque el maldito dolor valdría la pena.
¡VALDRÍA LA PENA!
Taehyung se sacrificaría, ya no insistiría con más patitos cuando lo único que desea es tener esos muslos rodeando su cintura, incluso si era en sólo sus sueños más oscuros. Lo supo entonces: ¡KIM TAEHYUNG MORIRÍA CON GUSTO SÍ LO ASFIXIAN ESOS MUSLOS ESCULPIDOS POR LOS ÁNGELES!
Eso le dirá a Dios cuando llegué con él.
Jungkook, por su lado, sólo intentó bajar la tela negra del vestido, intentando en vano que cubriese su piel hasta las rodillas porque sí había algo que no le gustaba de sí mismo (ya saben, él siempre humilde) eran sus muslos rechonchos, la prueba infernal de todos los paquetes de ramyeon que podía comerse en una sola noche y en una sola cena.
Aerum siguió sentado, observando todo con sus ojos grandes y que analizaban todo de su muy particular manera. Eso, hasta que se aburrió y comenzó a jugar con sus deditos en algún entramado juego mental que nadie podría entender porque su inteligencia era de otro nivel.
Y el doctor Lee se vio tentado a masajearse el puente de la nariz con cansancio, ya se había imaginado en el pasado que esos dos tenían una vida sexual demasiado extraña para ser imaginada y poder seguir durmiendo en paz. La prueba de ello la acaba de encontrar cuando su paciente, quien se supone debía estar guardando reposo en sus últimos días de recuperación, comenzó a llorar también.
¿La diferencia? Su paciente siguió con los ojos fijos en, lo que él asumió, eran los muslos del joven con vestido y ojeras de panda producto del maquillaje corrido.
.- Bien, esperaré que el dolor sea tanto que se desmaye - decidió, mirando su reloj y preguntándose cuánto tiempo pasaría antes de que eso sucediese.
Y no, no era lo más profesional del mundo, pero tampoco tenía muchas ganas de lidiar con una pareja tan extraña.
En realidad, fue más de lo que él esperaba: casi cinco minutos.
Luego de ver que su paciente no iba a ceder, que incluso parecía dispuesto a aguantar el dolor el resto de su vida y ver también que el otro joven calmaba un poco su llanto, aunque el sonrojo en sus mejillas, sus ojos de corderito degollado y la manera en cómo parecía incluso dispuesto a tirarse por la ventana para huir, hizo que él interviniese.
¿Cómo lo hizo? Fue sencillo: envió al chico a cambiar con un sutil: "sino queremos que el señor Kim muera porque su pene explote en un sangrado, lo mejor es que se cambie" y luego de que el joven soltase un gritito y huyese por el mismo pasillo, sin siquiera mirar a su novio tirado en el suelo del pasillo, fue que se encargó de su paciente.
Lo ayudó a levantarse, le dio un analgésico y lo acomodó sobre el sofá, pensando en cómo tratar la situación.
Era médico hace más de dos décadas y durante todo ese tiempo había visto cosas muy, pero muy raras, sin embargo, de alguna forma sentía que sí permanecía más de lo necesario en ese colorido y desorganizado apartamento, con música de Selena Gómez de fondo, todas aquellas cosas extrañas que había llegado a ver, serían nada con lo que descubriría.
.- ¿Le ha calmado un poco el dolor, señor Kim? - preguntó luego de unos quince minutos, tiempo que consideró suficiente para que el analgésico hiciese su trabajo - ¿Aún es igual de fuerte que hace un rato?
Taehyung estaba por contestar que sí, que el dolor aminoró cuando se permitió volver al cause normal de sus pensamientos: patitos, muchos patitos que seguían a su mamá pata por la orilla de un lago y luego estaba el último patito, que se retrasaba por ver una mariposa de lindos colores, entonces tendría que caminar muy rápido para alcanzar a sus hermanitos y un patito yendo muy rápido era muy gracioso de imaginar.
Seriamente, mucho más divertido que imaginar los muslos de Jungkook alrededor de su cintura mientras él le metía su...
Oh, Jesús, no me hagas esto.
.- Mucho mejor, señor - susurró con esfuerzo, volviendo a los patitos porque los patitos eran tranquilidad.
Los patitos eran felicidad.
Se aferró a ese pensamiento cuando Jungkook volvió a la sala, con su cabello escurriendo agua anunciándole que se había dado una ducha rápida, de esas que él sabía que era sólo entrar al baño, echarse agüita en el cabello, meter los pies y luego los brazos, dando así por sentado que se había bañado. Sin embargo, pensar en ello era pensar en un Jungkook desnudo en la ducha, con su glorioso cuerpo esperando por él para que...
Patitos caminando por un lago, siguiendo a su mamá.
Patitos siendo felices.
Dios, Taehyung necesitaba sanar rápido o iba a morir. Necesitaba sanar para así poder meterse en la ducha con Jungkook, incluso sí sabía que aquello era destruir el alma pura e inocente de su lindo Kookie. Taehyung ya no podía mentirse más: Necesitaba tocarlo o iba a morir debido a la tortura psicológica a la que Jungkook lo sometía sin saber.
Porque la próxima vez que Jungkook se atreviese a cambiarse frente a él, Taehyung iba a empotrarlo contra la pared e iba a enseñarle lo que... Oh, basta. ¿A quién engaña? Jungkook es demasiado niño aún, demasiado puro a sus ojos y él no podría hacerle eso por más que quisiese hundirse en su lindo...
Dios mío, que sufrimiento.
.- Señor Kim, necesito que se relaje - indicó el hombre, evitando suspirar por lo hormonal que era su paciente - Sino, no podré revisar sí es hora de quitar los puntos. La inflamación puede haber bajado y la herida sanado lo suficiente, pero sí no se relaja, los puntos van a causarle igual dolor. Si no, tendré que pedirle a su novio que espere en otra habitación...
Jungkook carraspeó incómodo porque ajá, él no quería perder la oportunidad de ver el pene de Taehyung luego de tanto espiarlo en vano. Habían sido muchas las ocasiones en las que el mayor se había hecho las curaciones en silencio mientras Jungkook trataba de mirar desde la rendija de la puerta, con una cámara lista para captar el momento y nunca había podido.
No iba a perdérselo entonces, además que ahora la colegiala estaba lista con la cámara.
.- Estoy bien, doctor - musitó el mayor, desviando la mirada del lindo y sonrojado rostro de su follable, pero inocente novio - ¿Usted cree que podrá quitarme hoy los puntos?
.- Eso espero, ya ha pasado el tiempo prudencial de recuperación, así que es seguro que el tejido ha sanado lo suficiente - comenzó a indicar el hombre con total seriedad, tratando de obviar los rostros hormonales de ambos jóvenes - Todo depende de cómo se hicieron las curaciones - se giró entonces a ver al novio de su paciente, Jeon sino mal recordaba - ¿Cómo le fue con ello? ¿Siguió todas las recomendaciones?
.- Ah, yo no...
Taehyung tomó aire, sonrojándose ante la idea de que Jungkook hubiese hecho las curaciones tal y como mencionó el doctor desde el principio: .- Él no... no las hizo, fui yo - se aventuró a decir con algo de vergüenza - No quería... excitarme al pensar en él tocándome.
Bien, decir eso en voz alta sonó horrible y aunque bien era verdad, supuso que mejor se lo hubiese guardado.
Jungkook desvió la mirada, sin saber sí creerle porque incluso la colegiala boqueó sorprendida y el emo decidió guardarse sus comentarios negativos porque la situación era increíble: Taehyung diciendo que podía excitarse por Kook. ¡Santa virgen de la papaya! ¡Era más de lo que alguna vez quisieron escuchar!
Hora de morir en 1, 2...
.- De acuerdo, sabia elección - interrumpió su protocolo de autodestrucción el médico, terminando de quitar las vendas exteriores de la entrepierna de Taehyung - ¿Puede ayudarme a terminar de quitar la cinta, joven? Mientras preparo la tijera para retirar los puntos...
Bien, Jungkook moriría tras eso, no antes...
Le colegiala se colocó en posición para tomar las fotografías y el emo incluso sacó su kit de dibujo profesional para hacer un boceto mientras él se arrodillaba entre las piernas de Taehyung, como cualquiera de esos vídeos porno en los que el pizzero entraba a la casa con otra intención que recibir una propina.
Taehyung pensó: Patitos, patitos...
Jungkook pensó: Llegó mi momento, perra...
Y la verdad es que Jungkook y Taehyung se vieron a los ojos, pálidos y respirando agitados mientras la colegiala gritaba muda que dejara de ser lento y le quitara la venda de una vez. El emo le pidió consideración por el enfermo, que recordara que no querían ir a la cárcel por ser denunciados como abusadores o maltratadores de penes.
Así que trató de calmarse y con todo el amor del mundo, jalo de la cinta micro porosa, arrancándole el vello a Taehyung y dejándole la piel rojita, rojita como una fresa. Pero ni eso, ni el grito maldiciendo del mayor pudieron distraerlo de lo que estaba viendo.
¡Había ido buscando cobre y encontró un pene!
Y que bello, sensual, grande, seguramente rico pene...
Bueno... no era tan así.
Estaba arrugado como una oruguita, escondido entre las piernas y el vello oscuro de Tae.
Y no era el pene de veinticinco centímetros que esperaba, pero tampoco estaba tan mal, sobre todo porque confiaba en que cuando Tae lo fuese a empotrar, creciese un poquito más, lo suficiente como para que Jungkook gritase el abecedario en gemidos y alcanzase el cielo con la punta de sus dedos sin dejar la tierra.
También estaba algo rojo, pero supuso que era por la fuerza con la que quitó la cinta.
Sí, no era el pene más lindo ni más idéntico al de los vídeos porno, pero... no estaba mal.
No escuchó a la colegiala quejarse, tampoco el emo dijo palabra alguna.
.- Joven, ¿se encuentra bien?
Sólo la voz lejana del médico mientras su mano se estiraba levemente en dirección a esa tierna oruguita, queriendo acariciarla un poquito.
.- ¿K-Kookie?
Debería incluso tomarle algunas fotos desde todos los ángulos y luego, hacer otra sesión fotográfica cuando estuviese erecto. No era el pene más atractivo, pero era el pene al que le haría gritar de en ese momento en adelante y al que Jungkook le armaría un altar el doble del grande del que ya tenía porque... era el pene que iba a quitarle la virginidad.
.- Amor, ¿estás bien?
Oh, san Goku... Jungkook era virgen y Tae iba a meterle eso por el trasero algún día.
¡¿CÓMO RAYOS IBA A METERLE ESO POR EL TRASERO?!
.- ¿Q-qué... Aggggghhhh?!
Definitivamente el doctor Lee acababa de verlo todo en la vida. Más de dos décadas siendo médico viendo cosas extrañas acababan de desaparecer frente a la imagen que presenciaba: su paciente gritando de sorpresa y leve dolor por la inflamación, y su novio, al mismo que encontró cantando con un vestido puesto, desmayado sobre él.
Con su nariz justo sobre su pene.
Déjenme decirles qué no sé por qué titulé este capítulo: Lluvia de penes. Es decir, tiene mucho de penes, pero poco de lluvia. :v
¿Ven cómo es mi raciocinio con esta historia? Es toda una locura en sí misma.
En todo caso, espero que lo hayan disfrutado siquiera un poco.
Por cierto, a quienes insisten que cuándo va a llegar el lemon: queridos, esta historia trata de todo menos de eso. Es decir, lo habrá, pero no es el objetivo. :3
Por favor, no olviden contarme qué les pareció y así animarme a seguir con esta cosa tan extraña que escribo.
Muchas gracias por el apoyo y el ánimo.
Nos leemos pronto en otra historia o por aquí.
Posdata: Estos dos se van a morir de lo hormonales que son y no tiene nada que ver con que, debido a la cuarentena, yo esté en abstinencia. :v
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