26.- Primer paso...

¿Será que habrá llegado el momento tan esperado? 


Jeon Jungkook tenía un conflicto de intereses.

Es decir, no había otra manera de llamarlo, ¿verdad?

Su emo interior seguía tomando té con galletitas saladas mientras la colegiala de pronto saltaba en posición de defensa pokemón porque nadie se mete con mi estilo, perra. Y Jungkook, el pobre y siempre malaventurado Jungkook, trataba de calcular cuál era su posibilidad de salir lo más ileso posible al lanzarse por la ventana.

Sólo tenía que calcular la altura, con la velocidad del viento, la inclinación de la estructura y eso le permitirá pensar en cuál será su velocidad de caída y la fuerza del impacto contra sus delicados huesitos y...

.- Entonces, ¿puedo encargarme de la lencería? – rompió el silencio la bruja, ahora mirando directamente hacía él con una sonrisa que no podía, nunca de los nunca, catalogarse en algo inocente o siquiera, amigable – Ya tengo unas cuantas ideas sobre un arnés o algo de encaje negro sobre cuero.

Taehyung, por su parte, cerró los ojos con fuerza y trató de pensar en patitos para borrar las imágenes de Jungkook con lencería de encaje y un arnés abrazándole el pecho, dispuesto a que hiciese con él todos aquellos deseos oscuros que Taehyung no dejaba salir y... mierda, no, patitos, patitos con su mamá, muchos patitos caminando tras su mamá.

Un quejidito salió de sus labios cuando una oleada de dolor, enviada desde el lastimado amiguito que vivía entre sus piernas, le hizo encogerse levemente, pero como buen macho peludo que era, Taehyung se mordió los labios para no chillar cual niño pequeño al que le acaban de revelar la oscura y macabra verdad sobre el ratón de los dientes y su ficticio negocio de tráfico dental.

.- Deja de tener pensamientos pervertidos, idiota – volvió a hablar entonces la bruja, trayendo de regreso levemente a Jungkook de sus complicados cálculos mentales tan sólo para verla darle un almohadazo a Taehyung, quien se había encogido sobre la cama – Sí de verdad estás convaleciente, no te comportes como un adolescente hormonal.

.- Esa sería una buena tesis que desarrollar en mi próximo libro – meditó entonces la señora Jeon, entrecerrando sus ojos en un gesto de pensar que Jungkook le conocía bien (y al que también le tenía bastante miedo) - ¿Qué tienes que decir sobre eso, Taehyung? ¿Crees que el haber sido padre tan joven afectó la forma en cómo estableciste relaciones erótico-románticas a lo largo de los últimos años? ¿Cuántas veces al día te masturbas? ¿Lo haces viendo porno o consideras que hay otros insumos que te exciten?

¡¿Qué m...?!

Esas se parecían a las preguntas incómodas y muy, pero MUY, invasivas que su madre siempre terminaba soltando a cada sitio al que lo acompañaba. Luego venía un discurso lleno de anécdotas sobre cómo Jungkook había sido un chico con un despertar sexual casi explosivo y muchas alegorías a sus posters, esos que lo consolaban en las noches que pasaba solito y cuando más amor necesitaba darse a sí mismo.

.- ¿Te sientes excitado pensando en mi hijo? Vamos, sabemos que le falta algo de carne, pero eso se soluciona con una mejor dieta y con lo de la ropa, siempre podemos botar a la basura todos sus pijamas de pokemón y sus playeras blancas, ¿cómo te...?

.- ¡Mamá!

No con sus pijamas... Jungkook amaba esos pijamas.

Y sus camisetas blancas... ¡eran sagradas! ¿Dónde más encontraría un almacén de descuento que vendiese treinta y dos camisetas tres tallas más grandes del mismo blanco impoluto? Jungkook no necesitaba más camisetas por el resto de su vida, cómo podría ser tan desalmada su madre. ¡Ella lo había traído al mundo y él había tenido que arreglárselas!

Las camisetas blancas le habían dado sentido a su existencia, no podían quitárselas.

.- ¡¿Qué?! A mí no me hables así, Jeon Jungkook. Yo no te traje al mundo para que me tratases de esa forma, jovencito.

.- ¡Yo no te pedí que me trajeses al mundo, mamá! – protestó - ¡Me trajiste a sufrir!

.- ¿Ah, sí? ¿Eso hice? – se giró a mirarlo fijamente, con esa mirada que decía que estaba en serios, muy serios problemas y que, seguramente, lo mínimo que perdería es un diente - Listo, entonces ven aquí que de un golpe te devuelvo por dónde saliste.

Su cara de horror seguro era más que digna de una película de bajo presupuesto India: .- ¡Que asco, mamá!

.- ¡Me cosieron la vagina por tu culpa, jovencito! – le retó, logrando que la mueca de horror se hiciese aún más acentuada - ¡Bien puedo hacer que la cosan de nuevo!

Asco, asco... A-S-C-O; la colegia hizo la mueca de vomitar mientras el emo, todavía con la taza de té en la mano, tan sólo negó con la cabeza en un gesto de desaprobación.

.- Bien, bien... nadie quiere oír sobre vaginas ahora – interrumpió Hanna, llevándose la mano al rostro con cansancio - Mejor dejamos que el invalido y el niñito hablen a solas –la bruja se miró la uñas negras y procedió a sacudirse el inexistente polvo de su ropa, decidiéndose por darse media vuelta y salir de ahí en búsqueda de su sobrino y sus dinosaurios.

.- Pero... es material para mi libro – protestó la señora Jeon, todavía dispuesta a grabar todo sin importarle la discusión tan poco agradable que acaba de iniciar con su hijo.

.- Si, bueno... dejémoslos fajarse en paz – la voz de la bruja no dejaba derecho a réplica y por primera vez, Jungkook vio a su madre asentir sin rebatir nada – Tan sólo no queremos oír gemidos, hay un niño en este apartamento, ¿vale?

¡¿Cómo era posible?! Si Jungkook o su hermano se atrevían a hablarle así, su madre seguro que les daba con la chancla y luego viene la bruja y... y... ¡y la embruja!

Sin embargo, no pudo seguir con el orden de sus pensamientos porque, a penas la puerta se cerró, Kim Taehyung decidió ser serio y directo por primera vez en su vida. Esa que había consistido en decisiones de adolescente hormonal y risueño que lo habían llevado a ser padre soltero a tan temprana edad.

.- Entonces... - alzó la voz, enderezándose en la cama para mirar el rostro horrorizado, pero sonrojado del menor entre los dos - ¿Vamos a casarnos?

Oh, joder.

J-O-D-E-R.

.- Y-yo... h-hyung...b-boda...v-ve-vestido... n-no... - Jungkook sentía las gotas de sudor resbalar por su piel porcelana mientras buscaba las palabras en su, al parecer olvidado, vocabulario a la vez que la colegiala parecía desfallecer y el emo, sorprendido, se alzaba el flequillo con una mano – N-nosotros... c-casarnos... ¿de... de q-qué hablas?

Taehyung soltó una risita por lo adorable que le parecía Jungkook de esa forma y tan sólo golpeando con la palma de su mano el borde de la cama, le indicó que esperaba que se sentara a su lado, quería hablar con sinceridad, aprovechando que la situación se había dado de esa manera. Porque lo cierto es que Taehyung necesitaba aclarar muchas cosas con Jungkook, siendo los sentimientos del menor una de esas cosas.

¿Jungkook sentía lo mismo? Es decir, sabía que en el pasado había tenido una relación con Jimin, así que seguramente no tenía problemas con las relaciones de chicos con otros chicos, pero... ¿Jungkook le miraba como algo más que un hermano mayor? Nunca había notado ninguna señal de parte del menor y además, ni siquiera sabía sí Jungkook estaría dispuesto a estar con él sabiendo que tenía un hijo.

Un niño con condiciones especiales y a quien Taehyung amaba más que a nada y nadie en el mundo, quien siempre sería su prioridad.

.- H-hyung, yo... - Jungkook sintió deseos de llorar, de meterse en una caja y auto enviarse a Chile con el deseo de desaparecer y no tener que hacer frente a esa situación, ¿qué rayos iba a decirle cuando había abierto la boca con algo tan estúpido como una boda? Taehyung seguro pensaba que era un niñito iluso – L-lo lamento, no...

.- Ven aquí, Jungkookie – insistió entonces Taehyung, abriéndole espacio en la cama – Creo que hay cosas que debemos hablar.

Jungkook se mordisqueó el labio mientras arrastraba los pies en dirección al mayor, sus dedos jugando entre ellos mientras el emo y la colegiala planeaban un suicidio masivo tras esa conversación que no parecía augurar nada bueno para ellos. Y es que, ¿cómo podrían salir bien librados de eso sí Jungkook era lo más cercano a un obseso sexual y con fetiches aún no contados? Taehyung no podría ni estar pensando en meterse en semejante enredo.

.- ¿Hablabas en serio con lo de casarnos? – fue lo primero que preguntó el mayor cuando Jungkook al fin se sentó a su lado, pero poniendo cierta distancia entre ambos – Bebé, mírame y dime – le susurró con aprecio cuando notó que Jungkook bajaba la cabeza, sin ánimo de contestarle.

Mátame, Jebús... he sido un niño malo; le robé una galleta de más a la amable anciana y... y le dije a mi hermano que no tenía dinero para fotocopias de la universidad tan sólo para completar para comprarme un paquete de ramyeon picante. Malo, niño malo... mátame.

.- ¿Y sí yo te digo que la idea me agrada? La de casarnos... No sé, podría ser en la playa o cerca a un bosque – la voz de Taehyung le trajo de regreso, consiguiendo que le mirase con sorpresa y el sonrojo acentuándose en su piel más pálida – Yo... llevo un tiempo pensando en que somos unos grandes compañeros de vida, Jungkook.

La colegiala le quitó el té al emo tan sólo para dar un trago y luego escupirlo de la impresión.

.- ¿Qué...? H-hyung, estás diciendo que tú... - Jungkook sintió que iba a comenzar a hiperventilar en cualquier momento, creando de pronto miles de historias en los que Taehyung le llevaba en brazos a un castillo cuento de hadas en su cabeza – Y-yo... oh, por Dios.

OH POR DIOS.

.- Sí bueno, sé que no es que llevemos muchos años conociéndonos cómo para asegurar eso, pero todos los días contigo han sido... divertidos, curiosos e increíbles, Jungkook – le confesó con una sonrisa tímida mientras sus dedos comenzaban a acariciar su sonrojada y caliente mejilla – No sólo has aceptado todo de mí a lo largo de todos estos meses, sino también a la parte más importante de mí y esa es mi hijo. Eres... simplemente maravilloso.

.- OH POR DIOS – el grito que pretendía ser mental brotó de sus labios, sobresaltando a Taehyung y consiguiendo que el se cubriese los labios con una mano por la impresión, su corazón latiendo a mil.

La risa divertida del mayor sólo produjo en él que los deseos de desaparecer que se habían esfumado por la impresión regresaran; ¿acaso nunca iba a dejar de arruinarlo todo con Taehyung?

.- Pero hay que hacer las cosas bien, ¿no te parece? – preguntó el mayor luego de calmar su risa, su mano volviendo a la mejilla de Jungkook – No quiero apresurarme, cuando lo hice en el pasado terminé con siendo padre soltero y otra vez que también me apresuré, terminé dejando caer los cafés del jefe y los accionistas en plena entrada de la sala de juntas y...

Cállalo, cállalo y dile que se casen. No vaya a ser que con el tiempo se arrepienta; gritó la colegiala.

No, espera... ¿y la mamá de Aerum? ¡No podemos tener moros en la costa!; argumentó el emo, y aunque Jungkook no quiso bajar de su nube, sabía que tenía un punto.

.- Tae... p-pero... ¿y Hanna? – murmuró, con los ojos brillantes de todas las emociones contenidas, algo que ni se asemejaba a cuando Big Bang estaba por tener un come back y debía esperar con ansias por el nuevo vídeo musical.

.- ¿Hanna? ¿Qué hay con ella? – Jungkook se mordisqueó el labio, pensando en sí decir en voz alta sus dudas era una buena idea, sin embargo, Taehyung pareció comprender con facilidad – Un momento... todo este tiempo, ¿tú has creído que Hanna es la mamá de Aerum?

.- ¿N-no lo es? Jimin dijo q...

Taehyung volvió a reír, tratando de no esforzarse porque sentí el dolor producido por los músculos que se contraían, aquella suposición explicaba muchos de los comentarios que Jungkook solía hacer sobre la chica, además de que era consciente de que nunca se había tomado el tiempo de explicarle a sus vecinos la relación real que mantenía con Hanna, más cuando ella no era precisamente la persona más amable y saludable del mundo.

.- Bueno, Jimin se equivocó. Hanna no es la madre de Aerum, Jungkookie – trató de ser claro y no pudo evitar sentir que algo cálido le recorría cuando un gesto de alivio se poso en el lindo rostro del menor – Ella es su tía, la hermana de HaNeul... sé que debí contártelo hace mucho tiempo, pero hablar de HaNeul me cuesta mucho porque...

.- No... no tienes que hacerlo – le cortó, principalmente porque rayos... no quería escuchar a Taehyung hablar de alguien más.

Taehyung ahora era oficialmente SU hombre, y ahora que lo pensaba, ¿tendría que orinarlo para así marcar territorio? No era tan mala idea.

.- Claro que tengo, ya te dije, debí hacerlo mucho antes – aseveró con calma, tratando de no mostrarse afectado por el tema – No se trata de que aún tenga sentimientos por ella, bueno... supongo que siempre la voy a extrañar, simplemente no me gusta hablar o recordar porque no quiero llegar a sentirme cómo Hanna.

.- ¿A q-qué te refieres? – murmuró, ahora sí curioso porque siempre chismoso nunca inchismoso.

.- HaNeul tomó muchas malas decisiones y le hizo mucho daño a quienes la queríamos con ellas y sus consecuencias – susurró luego de unos segundos, tratando de no entrar en muchos detalles porque, en el fondo, ese momento le pertenecía a Jungkook y él, de nada valía traer el fantasma de su primera novia de regreso – Siempre le digo a Aerum que su mamá lo amaba, que lo amó siempre, pero... no estoy muy seguro de ello.

Jungkook sintió un escalofrío recorrerle mientras observaba la mirada sin brillo del mayor, la sombra de muchas cosas no dichas de por medio. Sin embargo, la sensación sólo se acrecentó cuando Taehyung volvió a hablar: .- Nunca podría decirle a mi hijo todo lo que ella hizo para deshacerse de él, Jungkookie, incluso... en fin... no lo digo en voz alta porque temo guardarle tanto odio como lo hace Hanna, yo prefiero vivir mi vida de otra forma.

Pensar en un mundo sin Aerum le producía dolor, eso fue todo lo que Jungkook pudo definir de todo lo que escuchaba. Nunca podría juzgar a la madre de Aerum, pero ahora tampoco podría agradecerle por traer al mundo al niño que había dado orden a su vida, permitiendo que Jungkook pensase más allá de sí mismo, que convirtiese sus brazos en cobijas y sus sonrisas en medicina para ese pequeño niño.

El niño que le había traído a Taehyung también.

.- Como sea, deberíamos ir paso a paso, ¿no es así? – el mayor volvió a mirarle, dedicándole esa sonrisa que desde la primera vez consiguió hacerle egoísta, deseando que sólo fuese para él – Así que, Jungkookie... ¿sientes lo mismo que yo? 

Dado que no tengo mucho que decir, además de: no olviden dejar sus opiniones; tengo una pregunta seria antes de que se vayan: ¿Cuál creen que sería una canción que defina al YoonMin de esta historia? 

Gracias por la espera. 

Posdata. El próximo capítulo se llama: Novios, así cómo... ¿Novios?

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