16.2.- Alguien, por favor, mátelo.
.- ¿Esto es en serio, Jungkook?
Jimin se preguntaba cómo había terminado en dicha situación, aunque si era sincero, no es que le molestara precisamente, más bien le parecía divertida y, además, siempre había gustado de la adrenalina de causarle celos a su no-novio, Yoongi era bastante posesivo y más cuando de por medio se encontraba el ingenuo de su ex novio.
.- Cállate, hyung – gruñó Jungkook desde el otro lado de la puerta del pequeño baño unipersonal de la habitación del hospital, batallando con el extraño traje que Jimin le había pasado hace unos minutos – Todo esto es tu culpa... si, todo es tu culpa.
.- ¡¿Mía?! – se escandalizó el cabeza de zanahoria - ¿Y qué se supone que he hecho yo para que sea culpa mía que hayas fracturado el amiguito de Tae...
.- ¡Cállate! – gruñó lo más bajito posible, tratando a toda costa de olvidar para siempre el desafortunado hecho, la tragedia más grande su existencia, la maldición eterna de su alma y el motivo por el cual entraría al infierno – Es tu culpa y punto.
Jimin rió, apoyándose contra el marco mientras se imaginaba el rostro tenso del menor, casi rojo por la vergüenza: .- ¿Por qué es mi culpa?
Jungkook golpeó su cabeza contra la cortina de la minúscula ducha, tratando de pasar sus muslos por la tela de látex negro sin cortarse la circulación, parecía una misión imposible y estaba a punto de rendirse, ¿qué es lo peor que podía pasar? Taehyung podría demandarlo y en ese caso, iría a la cárcel y no tendría que volver a preocuparse por la vergüenza y tenía además un plus estupendo: tendría techo, una cama y comida aseguradas por toda su condena.
La paciencia que nunca había tenido se le agotaba y su colegiala interior estaba a punto de ponerse sus botas de chica mala: .- ¡Me volviste gay! Tú y tu maldito trasero en clase deporte... yo era un lindo chico por el camino del señor, heterosexual consumado
.- Oh, Kookie, pero si eres virgen y bueno... - Jimin sonó compresivo, casi como si le tuviese lástima - Tú ya eras gay, ¿no recuerdas cuando intentaste colarte en un concierto de Big Bang para ver a Taeyang desnudo? – Jungkook se detuvo a medio camino de acomodar la complicada prenda en su cadera, abriendo sus ojos en un gesto paralizada de shock - Dijiste y cito textualmente: "quiero probar su sudor directamente de la chocolatina de su abdomen". Eso para mí es bastante gay.
No, no, no... no quería que ahora el mayor le recordara aquella trágica experiencia en la que termino casi siendo arrestado y donde Jimin tuvo que ir en la búsqueda de su irresponsable hermano mayor para que fingiera ser su padre, poniéndose una enorme barriga falsa y un bigote aún más falso, y pagara la fianza. Habían pasado algunos años desde entonces pero su hermano todavía le cobraba ese dinero.
Y no había conseguido grabar a Taeyang desnudo.
.- Chicos, ya es hora de irnos – la voz de Jin interrumpió sus desequilibrados pensamientos con su voz de hombre responsable de casi 25 años que tiene a su cargo un montón de niñitos que le sacarán arrugas – Taehyung está recibiendo unas indicaciones del médico, así que nosotros nos adelantaremos a traer el auto a la entrada, para que no haga mucho esfuerzo.
Jimin asintió, sonriendo con curiosidad al mayor: .- Ya vamos, hyung. Sólo es que Kookie necesitaba evacuar sus intestinos porque comió mucho... chorizo.
.- ¡Oh, cállate! – gruñó desde adentro al escuchar la broma del mayor y captarla, para su sorpresa, con relativa rapidez; sólo quería salir de ahí y huir, huir muy, muy lejos – Mierda, mierda, mierda...
Y es que quería llorar. No le importaba que su colegiala se la pasara diciendo que se le veía algo de trasero con ese traje y que, al marcársele el paquete, seguro a Taehyung le daban ganas de comérselo enterito y sin cocinar; él sólo se había dejado influenciar por su emo interior, que luego de un buen rato hizo presencia y con un discurso sobre la inconformidad con la vida y las relaciones, le convenció de huir a la Patagonia.
Ahora estaba llevando acabo su infalible plan de escape.
Lo había llamado "Plan para huir a la Patagonia y criar cabras que nombraré como Taehyung I en adelante y seré infeliz el resto de mi vida" o como Jimin lo había llamado "Plan para huir como niña llorona"; no es que estuviese de acuerdo con ese nombre, pero era cierto que sí lo acortaba y no estaba en posición de quedarse recitando el título por mucho tiempo.
Así que, con ayuda del único hombre en el que podía confiar sabiendo que igual se reiría de él, le lloró a Jimin que le ayudara y su ex novio, con una sonrisa para nada inocente, aceptó. Y ahora estaba ahí, terminado de amarrar lo lazos del complicado traje a su torso mientras se pasaba por encima una camiseta también negra.
.- ¿Listo, Kook? – preguntó el mayor cuando Jin ya los había dejado solos y el silencio tras la puerta le indicó que, efectivamente, Jungkook estaba listo.
Solía quedarse mudo ante situaciones así.
Pobrecito, seguro lo dejaron caer de la cama.
.- Sal de ahí de una vez – le ordenó mientras retrocedía, atento a la puerta – O, ¿quieres que venga Yoongi y te saque de ahí?
La mención de su acosador le hizo reaccionar y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba fuera del baño, sus piernas friccionándose por la tela y creando un sonido chicloso algo perturbador, aunque soportable. Jimin se llevó la mano a la barbilla, mirándolo de arriba abajo como si fuese un experto en moda y Jungkook sólo tragó, sintiéndose excesivamente inseguro cuando su colegiala empezó a gritar que estaban muy gordos.
.- Te ves exactamente como un hombre de la Patagonia – indicó el mayor y a Jungkook sólo le quedó creer en él – Ahora... ten.
Y de la nada, Jungkook no se preocupaba como era que Jimin sacaba cosas tan raras de ningún lado, un enorme sombrero que sólo había visto en películas mexicanas tapo toda su vista. Tenía un ala ancha y un trozo de tela verde rodeándolo, igualito a los de las películas mexicanas.
.- Eso te ayudará a cubrir tu cara cuando salgas de aquí – respondió con simpleza Jimin, quien le acomodó el sombrero mientras trataba a toda consta de no reírse de la situación.
¿Cómo es que Jungkook era tan, pero tan ingenuo? Y no es que se viera mal con el traje de látex, en realidad, cualquier pensaría que sólo llevaba unos ajustados pantalones, pero en conjunto con el sombrero, Jimin estaba seguro que, dentro de 50 años, podría contarle esa historia a los nietos que no sabía de dónde sacaría, porque es gay, pero que seguro tendría.
Jungkook quiso confiar en él, por eso se armó de valor y salió fuera de la habitación, donde el resto de sus vecinos hablaban con tranquilidad esperándolos. A excepción claro del cabeza de petróleo, que cruzado de brazos renegaba algo sobre como Jungkook necesitaba aprender a vestirse solito.
Todos guardaron silencio al verlos salir, Jimin cruzado de brazos con una sonrisa.
.- Eh, Jungkook... - Hoseok fue el primero en hablar, su voz sonaba dudativa - ¿Por qué llevas un sombrero?
¿Y ahora qué haría? Tenía que pensar rápido o seguramente descubrieran que era él tratando de huir antes de que Taehyung llegara en su silla de ruedas, a la que él lo había condenado por sus hormonas alocadas, sin erecciones el resto de su vida. Sin pene al que pudiese montar cuando se casasen... Jungkook no podía vivir con ello.
.- Está equivocado... Mi nombre es Juanito... Juanito Pérez – respondió fingiendo engrosar su voz y sin alzar su cabeza, el enorme sombrero de paja tapando su rostro mientras sus vecinos; a excepción de Jimin, que disfrutaba de toda la situación; le miraba como si se hubiese vuelto loco – Soy... chileno y crío cabras... sí, cabras... para comerlas luego.
.- Oh, por Dios – la voz exasperada de su acosador con cabeza de petróleo provocó que todos los poros de su cuerpo se erizaran con temor de ser descubierto – Alguien puede pegarle y arreglar lo que sea que haya mal en su cerebro, tengo sueño y no quiero ver como se hace llamar Juanito Pérez mientras tiene encima el traje que usaste anoche, Jimin... creo que todavía tiene mi semen encima.
Jungkook boqueó... Alguien, por favor, máteme.
FELIZ NAVIDAD, Cosas bellas.
A todos y cada uno de ustedes, en donde estén y con quienes estén, espero sean amados y cuidados. De verdad.
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