Voy a dedicarle este capítulo a namyonesa que quiere que la noticee. :D

Los días siguientes a su incidente de la foto, como Kook lo llamaba para sí mismo cuando quería sentirse miserable, las cosas habían estado un poco tensas en el complejo de apartamentos, como si un silencio incómodo se hubiese instaurado entre todos los habitantes. La verdad era que las cosas se habían desajustado un poco en todas las relaciones y Jungkook, lejos de sentirse culpable, se sentía un poquito (pero sólo un poquito) orgulloso.

El principal problema de todo, era la pareja ensalada.

O ex pareja. Porque ya no eran ensalada y al parecer, nunca fueron pareja.

La madrugada en que se celebró el comité extraordinario, las cosas de Jimin fueron lanzadas al pasillo mientras una risa maníaca inundaba todo el edificio. Ahora, Jimin era el compañero de piso del cara de caballo (a.k.a Hoseok) y cada vez que salía de casa, se quedaba largos minutos mirando la puerta del apartamento que antes compartía con el chico lechuga, que ya no era chico lechuga sino que se había tinturado el cabello de un negro brillante como una almeja (habría que buscarse un nuevo apodo).

Jungkook nunca admitiría en voz alta que se le hacía sexy.

J-A-M-Á-S.

En todo caso, Jimin se detenía frente a la puerta y la miraba fijamente. Jungkook se había tentado a decirle que sólo tenía que poner la contraseña y entrar, aunque sería muy lógico que el ex – lechuga hubiese cambiado ésta para que Jimin "no perturbara su vida", como le había gritado una tarde cuando, al volver de la universidad, se lo encontró frente a la puerta. El asunto se veía bastante serio, aunque el monstruo del rap se la había pasado diciendo toda la semana que era cuestión de tiempo para que esos dos volvieran a ser peor que conejos.

Jungkook le quiso preguntar a qué se refería... ¿se disfrazan de conejos y hacían fiestas?

¿Esa era a orgía a la que Yoongi lo había invitado?

Quería saberlo, pero tampoco es que fuese a preguntarle al ex – lechuga, valoraba lo suficiente su propia (aunque miserable) vida como para arriesgarla de esa manera, y es que ya no le preocupaba Yoongi en sí, sino Jimin. Con el paso de los días, había visto a su ex novio convertirse en una sombra andante, no era sólo que mirara fijamente la puerta sino que sus acosos, risas y todo lo brillante que convertía a Jimin en una zanahoria tierna, había desaparecido... ahora era una zanahoria arrugada, pequeña y triste.

Jungkook comenzaba a preocuparse un poco por su enano ex novio.

La verdad era que el ex – lechuga había pasado a ser un acosador mucho peor que Jimin, aparecía por cualquier rincón con una sonrisa extraña antes de lanzarse sobre él y tratar de besarlo o de tocarle el inexistente trasero mientras murmuraba lo que pretendían ser frases obscenas, pero que lejos de ser excitantes, resultaban más perturbadoras y terroríficas que otra cosa. Su mirada y su gesto de payaso maníaco no colaboraban mucho tampoco.

Esa noche (casi dos semanas después), mientras Jungkook llegaba de comprar la cena para él y Taehyung, el maníaco (si, se quedaría como el maníaco) le lanzó la mano hacia la entrepierna y Jungkook gritó como una señorita en peligro, lanzó lejos el paquete de pollo frito y retrocedió hacia un rincón. Lo siguiente que pasó fue que todos en el edificio (es decir, sólo cinco personas más) salieron a ver quién osaba violentar la pureza de Jungkook... o solo chismear.

Jimin le gritó.

Taehyung le gritó al maníaco.

Jungkook lloró porque el apretón había dolido y el pollo, el caro pollo, había sido maltratado.

Y entonces, sin que nadie se lo esperara, Taehyung empujó a Yoongi.

Lo empujó escaleras abajo y el maníaco lo arrastró consigo, ambos rodando por las casi diez escaleras hasta el pequeño descanso. Jin corrió hacia ellos, el monstruo del rap sacó su celular para grabar y Hoseok sostuvo a Jimin por los hombros para que no corriera hacia los dos caídos que habían comenzado a jalarse de los cabellos mientras soltaban gritos poco masculinos. Al parecer ninguno de los dos se había lastimado seriamente porque no desistían de su discusión/pelea de niñas.

Entonces, dos figuras masculinas aparecieron por la escalera y antes de que nadie pudiese advertirlo, el gancho derecho de Taehyung ya había dado con la barbilla de una de ellas, lo que terminó por convertirse en cuatro hombres dándose golpes en un rellano de 2x2 y a Jin en medio, tratando de separarlos y esquivar los golpes que iban y venían.

Jimin gritó que había que llamar a la policía mientras forcejaba con el cara de caballo y Jungkook dejó de recoger el pollo cuando, tras el grito del enano, reconoció un rostro en medio de la pelea; que no, no es como en las películas donde sólo se ven marañas de golpes sino que parecía más bien cuatro hombres mandando patadas y golpes al aire sin atinarle a nada.

.- ¡Papá!

🤦🤦🤦🤦

Taehyung se removió incómodo mientras Jungkook le pasaba con suavidad un pequeño trozo de hielo envuelta en un trapo de cocina para que la hinchazón del ojo disminuyera. Frente a ellos, y acomodados como sin vergüenza alguna, su hermano mayor y su padre les miraban fijamente. Jungkook mentiría si dijera que no se sentía algo (sólo algo, porque ya era un adulto) nervioso por la presencia de los dos hombres.

Su hermano siempre había sido un maldito sobreprotector que acosaba niñas y niños para que Jungkook tuviese amigos y no pasase sus cumpleaños solo, luego los amenazaba para que no se acercaran más. Y su padre... a veces se preguntaba como su madre había decido casarse con él, luego recordaba que su mamá no tenía vergüenza al decir que el regalo que su papá tenía entre las piernas haría feliz a cualquiera (lo que le recordaba traumas de su tierna infancia).

¿Por qué mini Kookie no era tan grande?

Es decir, no es que fuese pequeño. Él no creía que fuese pequeño, ¡era más que normal! ¡El tamaño perfecto! Grosor adecuado, tamaño justo y... y no es que hubiese tocado otro más que el suyo en sus pocos años de vida, pero podía asegurar que mini Kookie no debía sentirse avergonzado por nada. Cuando lo usara (que esperaba no morir como monja) lo usaría más que bien. O... movería sus caderas más que bien (había que aceptar que sus deditos también podían jugar con su cuerpo).

Volviendo al asunto...

Su padre y su hermano estaban ahí, mirándolos fijamente mientras él sentía su mano temblar al presionar el hielo contra el ojo izquierdo de Taehyung, que permanecía en silencio. Jungkook no tenía que ser muy listo para saber el motivo de la visita de los dos hombres más grandes de su familia, el tema de la vergonzosa foto flotaba entre los cuatro con insistencia, pero él se negaba a reconocerlo. No hablaría con ninguno de ellos sobre por qué se había puesto una tanga y tomado fotos de manera tan... ¿qué podía decir sobre eso? Había sido un ofrecido, literalmente, y con medio mundo, prácticamente.

Ya tenía suficiente con Taehyung, que tras el incidente se había mostrado distante e incluso evasivo. Jungkook sabía que lo más probable es que lo hubiese incomodado al incluirlo como el destinatario de sus mensajes y la situación con el maníaco almeja tampoco había colaborado en hacer menos tensas las cosas con su lindo vecino/compañero de apartamento. Jungkook había pensado muchas cosas para solucionar el asunto:

Cocinarle la cena; terminó quemando la olla de hervir agua porque no sabía que era automática y no necesitaba de estufa.

Arreglar el apartamento y darle un toque feng shui; Taehyung le obligó a poner todo de nuevo en orden. Al parecer para Aerum era de vital importancia mantener una constancia en eso.

Pintó un cuadro; parecía más un jarrón estrellado, pero Tae dijo que estaba bonito y lo colgó en la sala, junto a los dibujos deformes de Aerum.

Le dio un masaje; lo hizo con tanta fuerza que Taehyung terminó con una contractura de espalda seria.

Se ofreció a lavar la ropa; debió desistir porque no sabía usar la lavadora y estaba a punto de robarse más ropa interior de Taehyung... incluida una media.

Lo cierto era que nada de lo que hizo había funcionado del todo y la relación con Taehyung cada vez parecía más fría, casi como Alaska o el círculo polar. Eso lo hacía sentir triste y desanimado, como drenado de toda energía posible, y su colegiala interior había comenzado a cortarse las venas con una regla ante la falta de emoción entre ambos. Jungkook había comenzado a pensar que si no era porque vivían juntos, Taehyung habría dejado de hablarle.

¿Qué era lo que había pasado con ellos?

No lo entendía y tampoco quería averiguarlo del todo. ¿Qué pasaría si Taehyung le decía que le incomodaba su compañía? ¿O que le molestaba su presencia o sus gusto sexuales o lo que sea que Jungkook hiciese? No podía seguir negándose el hecho de que Taehyung era más que un gusto, más que una atracción o algo físico; su vecino de linda sonrisa se había vuelto parte primordial de su precario universo social y Jungkook le adoraba... en serio que le adoraba.

Podría hacerle un altar si fuese posible (con su ropa interior y un consolador).

.- Kook, quiero una explicación – su hermano rompió el silencio entre los cuatro, sus ojos brillando con un aire asesino que a Jungkook le era ya muy conocido – Creo que sabes sobre qué...

.- Hyung...

.- No te envíe a la capital para ese tipo de cosas, Jungkook – fue su padre quien habló y él se encogió en el sillón, casi haciéndose bolita porque odiaba que su padre le mirara de esa forma tan fría y dura - ¿Acaso no venías aquí a estudiar?

.- Si, pero...

.- No entiendo entonces cómo puedes comportarte de esa manera – siguió hablando él – Tu madre no quiere hablar del asunto debido a lo devastada que está.

Claro, vieja manipuladora... mami, te amo.

.- ¿Por qué decidiste enviarle esa foto a todo el mundo? – Siguió su hermano el discurso, ambos se cruzaron de brazos (porque eran igualitos solo que su padre tenía canas) – No eres un niño, Jungkook.

Exacto, ¡no soy un niño!

.- Es mi cuerpo – respondió suave – Puedo hacer lo que quiera con...

.- ¡Claro que no! – los tres hombres en la habitación alzaron la voz al mismo tiempo y Jungkook observó con sorpresa a Taehyung, que le miraba serio, casi molesto.

.- Y tú, chico... ¿quién se supone que eres? – su padre se giró hacia Taehyung, que le devolvió la mirada con fuerza e imponencia.

.- Soy el novio de Jungkook.

Si, si, es mi no... espera, ¡¿qué?!

.- ¿Ah? – estaba seguro que alguien podía tomar una foto de su rostro en ese momento y vendarla bajo el título "retraso agudo".

.- Así que eres su novio – de pronto, padre e hijo Jeon se mostraron más interesados en Taehyung que en cualquier otra cosa - ¿Qué opinas de que haya enviado la foto a todos?

.- No me gustó... la foto era para mí, pero terminó enviándola a todo el mundo – respondió con simpleza, como si hablara del clima – Pero, ¿qué podemos hacer si él es un poquito lento?

.- ¡Lo es! – Su hermano le secundó, ahora emocionado con Tae – El pobre se cayó de la cama cuando bebé, ¿cierto, papá?

.- Si, se cayó y desde entonces es así – su padre asintió como si fuese una obviedad más que lógica – Tratamos de ayudarlo...

.- ¡Sigo aquí! – Gimió indignado mientras se cruzaba de brazos, incrédulo ante la conversación de los otros sobre él – No me caí de la cama, no soy lento y no...

.- Cariño... - su padre sonó comprensivo, como si le hablara a un niño - ¿Tu novio ya sabe de... tu problema?

.- ¿Qué problema? – Taehyung abrió la boca, sorprendido, tomando su rol de padre preocupado y atento - ¿Algo de salud? ¿Alguna alergia? ¿Comida especial?

.- No, no – su padre negó con suavidad mientras su hermano permanecía completamente serio, como si se tratase de una reunión de negocios de gran importancia – Jungkook tiene un problema con... - y cerró su mano, subiéndola y bajándola en un gesto que busca ser claro, pero que para Jungkook fue perturbador – Es algo obsesivo con eso...

.- Papá... - decir que quería llorar era poco.

.- En todo caso...

.- Kim Taehyung.

.- En todo caso, Taehyung – su padre sonrió, levantándose con gracia – Por favor, no le des tan duro al pobre y ven a cenar a casa una noche de éstas, mi mujer estará encantada de conocerte y podemos mostrarte el poster.

La sonrisa de su padre podía iluminar mil estadios y Jungkook quiso hundirse en las profundidades del averno. No podía sentirse más humillado, nada podía empeorar ya. Aunque seguramente la sonrisa desquiciada de su hermano mayor debió darle alguna pista, aunque fuese chiquita.

.- ¿El póster? – Taehyung ladeó la cabeza, algo confundido.

Su hermano asintió emocionado antes de contestar: .- El póster de Tueyung o como se llame, con el que Kook comenzó a masturbarse a los 13.

Bien, Dios (o Buda o Alá o Goku) podía matarlo de una vez por todas.

Su vida ya no tenía ningún valor.

.- Creo que lo mejor es irnos ya – ambos se acercaron a la puerta, Taehyung caminando tras ellos con toda familiaridad – Gracias por explicarnos, Taehyung... espero mi hijo no te sea tan lento en... otras cosas.

No, no estaban hablando de eso... no.

.- No se preocupe, no lo es – y con ese último comentario de parte de Tae, la puerta se cerró.

De pronto, el silencio en la sala era asfixiante mientras Jungkook trataba de procesar toda la información de lo sucedido. Su hermano, su padre, la sala, Taehyung... ¿qué había sido todo eso? ¿Cómo había permitido que pasara? De pronto, se sintió más miserable que nunca, incluso más que aquella vez cuando se cayó por las escaleras frente a todo el colegio en la ceremonia de graduación (cayó con estilo, que quede constancia).

Nunca, realmente nunca, se había sentido tan devastado.

.- Kook – Taehyung la habló suave, casi como un susurro.

Taehyung había dicho que era su novio, a su padre y su hermano mayor, como si aquello fuese un simple juego o algo que no tuviese valor para él. ¿Qué diría en casa ahora? ¿A su madre, a su padre? ¿Qué diría cuando llegase un día y dijese que Taehyung y él en realidad no eran, nunca habían sido, novios? ¿Cómo podía tomarse Taehyung eso a la ligera? Acaso... ¿acaso sus sentimientos no importaban?

.- ¿Jungkook? – Taehyung se acercó un poco, luciendo de pronto preocupado - ¿Qué pasa?

.- ¿Por qué le dijiste que eras mi novio? – Habló suave, sentía que su voz podía quebrarse en cualquier momento - ¿Quién te dio ese derecho? ¡¿Quién?!

.- Es más fácil así – Tae se alzó de hombros, como si no fuese gran cosa - ¿O prefieres decirle que decidiste comportarte como un fácil al enviar esa foto?

Aquello fue como una bofetada.

.- ¡¿Un fácil?! – su voz desentonó en la última silaba, incrédulo.

.- ¡Eso dije! – Taehyung retrocedió y tomó aire, de pronto pensando en sus propias palabras, el gesto dolido de Jungkook le golpeó con fuerza, estaba hiriendo al pequeño - Kook, lo siento... lo siento, es sólo que... lo de la foto me molesta y no sé por qué y...

.- No lo entiendes – susurró negando, las lágrimas acumulándose – No entiendes.

.- Entonces explícame... - Taehyung trató de acercarse, de rodearlo con sus brazos, pero Jungkook retrocedió, todavía herido - ¿Qué hay de malo en que le hubiese dicho eso?

Que yo estoy enamorado de ti.

Pero no, no podía decirle eso. Nunca podría, no era tan valiente como para exponer su corazón de esa forma.

El timbré retumbo en la sala mientras Taehyung le miraba expectante. Jungkook se llevó el dorso de la mano a los ojos, tratando de detener las lágrimas. Cuando la voz de Hanna resonó desde la puerta, corrió hacia la habitación y la cerró con llave, resbalando por la puerta mientras las lágrimas ahora eran libres. Lo cierto es que odiaba llorar porque se sentía débil y expuesto, frágil ante cualquiera cuando se mostraba así de destruido.

Pero le dolía... realmente le dolía.

¿Cómo dejar de verlo como un hombre? ¿Cómo empezar a verlo como un hermano mayor?

¿Cómo?

Buenaasssss...

Taehyung es un poco tontito y Jungkook también. ¡Son una pareja de tontos! Todos linditos. 

¿Qué opinan del capítulo? Hubo bastante drama, ¿no? ¿Qué tal el papá y el hyung de Kook? Son unos pillos esos dos. Y del Yoomin, ¿qué creen? La cosa está un poco enredada en ese edificio y lo que se vendrá... ooohhhh No les digo más. 

Gracias por leer, votar y comentar.

Los adoro a todxs. 

PD1. ¿Qué esto no es hermoso? :')

https://youtu.be/CFJ73vRU31A

PD2. Adelanto salvaje ;)

Jungkook sonrió nervioso mientras la mano del hombre acariciaba de forma sutil su antebrazo, sus dedos jugueteando sobre su piel mientras esperaban que la mesera regresara con su pedido.