1.- De clases y exnovios.
Jungkook bajó las escaleras corriendo, tenía el tiempo suficiente para llegar a su primera clase del semestre. La idea de ver la asignatura de "Iniciación Musical I-II" le llenaba de nervios y emoción. Así que trató de saltar los escalones de dos en dos sin morir en el intento. El bolso chocaba contra su espalda mientras casi derrapaba por las escaleras, entusiasmado por el primer día de su nueva vida. Había pasado los últimos dos días quejándose de su vida, de su madre y espiando por el mirador de la puerta al pasillo, por sí algún día veía salir a su vecino.
Había prácticamente dormido en el pequeño pabellón de entrada mientras fisgoneaba hacia el pasillo. La sonrisa de su vecino aún quemándole en la retina. Pero nunca había salido, y sí lo había hecho, había sido en las horas en que Jungkook se recostó contra la puerta para dormir o maldecir al mundo. Porque bueno, era un joven de 19 años que tenía todo el derecho de quejarse del mundo porque estaba en un apartamento sin muebles y era pobre. Sin embargo, esa mañana se había levantado inusualmente alegre, se había bañado y vestido sin maldecir ni una sola vez.
¡Y no había mirado a la puerta del apartamento 402 al salir!
La colegiala que vivía en su interior no podía estar más orgullosa de él. Ella era la definición exacta de la dignidad y la divosidad, así que Jungkook tenía como meta de vida algún día ser tan genial como su colegiala, incluso más genial y así, podría comprarse pompones e ir por la calle gritando "Nadie manda en esta esquina, aquí mandan las divinas".
Por otro lado, el emo adolescente fanático de My Chemical Romance y que era compañero de cuarto de la colegiala, sólo repetía que iban a llegar tarde y que, si llegaban tarde, sería el augurio de que el resto de su vida universitaria sería trágica, al punto que lo más seguro es que terminaría renunciando y volviendo a ser mantenido por sus padres.
En todo caso, lo mejor era concentrarse en bajar las escaleras sin matarse.
.- ¿Eres el vecino del 401? – fue la pregunta con la que lo recibieron en el relleno del primer piso.
Jungkook se alisó la ropa algo avergonzado mientras observaba al joven frente a él. Alto, de hombros anchos y cabello castaño claro que le caí en la frente. Era bastante apuesto, fue lo que pensaron la colegiala y el emo mientras él asentía con algo de timidez a su pregunta, porque Jungkook era malo conociendo gente y la lengua solía trabársele y no dejar que dijese nada cuando veía por primera vez a alguien; o segunda, o tercera.
.- Soy Kim Seokjin, un gusto en conocerte – le dijo el joven mientras le dedicaba una amplia sonrisa y Jungkook sólo atinó a hacer una reverencia – Bien, supongo tienes prisas, sólo déjame te explico unas pequeñas cosas antes de que te vayas: la puerta del edificio se cierra a las 11 pm, luego de eso no podrás entrar. La basura se recoge los días lunes y viernes a las 5 de la tarde, así que procura alistarla antes de esa hora, porque el hombre del camión es un poco gruñón y muy puntual. Dado que es una residencia, se prohíben las fiestas y el consumo de alcohol, cigarrillos y cualquier tipo de droga...
Jungkook ladeó la cabeza mientras mordía el labio inferior con algo de nervios, pensando si debía o no interrumpir al chico y su diatriba sobre las normas y el funcionamiento general del edificio. Sabía muy en el fondo de su mente que debía de estar prestándole atención a sus enunciaciones, pero Jungkook tenía 19 años y seguía teniendo la mentalidad de un niño de 5 años. Al final, decidió que necesitaba hacerlo porque la duda lo carcomía, y de paso podía pedirle que cambiara la clave de ingreso de su apartamento a una más "segura".
.- Disculpe, ¿es usted el conserje? – le interrumpió tratando de no sonar grosero o irrespetuoso.
El chico frente a él le miró por un momento confundido, pero luego se limitó a dedicarle la sonrisa más brillante que Jungkook había visto en su vida. Sus dientes eran blancos y estaban perfectamente alineados. Sus labios eran rosados y gruesos, y Jungkook quiso saber que sería morderlos. Sí serían o no suavecitos como lo parecían. De pronto, el chico comenzó a hablar, regresándolo a la realidad.
.- Oh, no, no... Vivo en el apartamento 201 – le respondió el chico mientras se revolvía el cabello algo divertido – En total contigo, vivimos 8 personas en todo el edificio.
Jungkook asintió, sin saber sí esa información era o no relevante para él y su vida. La colegiala en el fondo de su cabeza le dijo que sí, que iba a convivir con ellos por casi cinco años, así que debía tener por lo menos la decencia de saber sus nombres. O reconocer sus rostros. O tal vez podía volverse un ermitaño y solo salir para ir a la universidad sin ver ni hablar con nadie; bueno, eso último era más idea del emo que de la colegiala.
Aunque sí todos eran tan agradables como Seokjin...
.- Namjoon está en 3er año de música y vive en el apartamento 202 – le explicó el de cabello castaño mientras señalaba el nombre en la casilla de correo correspondiente – En el 301 viven Jimin y Yoongi...
Espera, espera, ¿Jimin?
Una parte de Jungkook se estremeció ante el nombre; la colegiala guardó silencio y el emo comenzó a buscar su reproductor de música para ambientar con Simple Plan de ser necesario.
.- Y en el 302 vive Hoseok, quien está en 3er año de baile contemporáneo, suele ser un poco ruidoso cuando ensaya – le siguió comentando el chico, señalando la casilla del "302" – Tú estás en el 401 y en el 402 vive V, él es estudiante de...
¿V? ¿Qué clase de nombre era ese? ¿Qué persona se escudaba ante un nombre que era sólo una letra? Jungkook se vio tentado de preguntarle por su vecino del 402, de sonrisa rectangular bonita y que al parecer se llamaba "V". Quería saber más de él, qué estudiaba, qué hacía en las tardes y quién era ese pequeño ladrón que había intento abrir su maleta en su primer día en el edificio. Nadie podía culparlo por su curiosidad. Necesitaba saber sí sus pertenencias corrían peligro.
Nada más.
.- El conserje tiene su oficina en el 102, pero realmente sólo viene cada 15 días. Yo suelo encargarme de cerrar el edificio a las 11 que llegó de trabajar – le siguió contando el chico de sonrisa blanca y perfecta – Así que espero no dejarte afuera... Ah, no me has dicho tú nombre.
.- Jungkook. Jeon Jungkook – se apresuró a decir mientras volvía hacer una reverencia, era obvio que el chico era mayor que él y por tanto, le debía respeto.
.- Oh, bueno, Jungkookie, supongo que vas para la universidad, así que no te retraso más con todo esto – sonrió el chico antes de terminar de sacar su correspondencia de la casilla – Por cierto, los lunes solemos reunirnos en una comisión de vecinos para discutir cosas del edificio y necesidades de todos. Nos reunimos a las 7 de la noche en el 101, que es el salón de la Asociación de Vecinos. Ven esta noche, te haremos la bienvenida.
Y sin esperar ninguna respuesta, le dio la espalda y se marchó subiendo las escaleras.
Jungkook suspiró mientras revolvía su cabello y afianzaba la correa de su bolso antes de salir del edificio camino a la universidad. No se sentía muy seguro de asistir a la dichosa reunión, era extremadamente tímido con una sola persona alrededor suyo, así que no se imaginaba como sería tener a 7 personas teniéndolo como centro de atención. Con el paso de los años, había perfeccionado una técnica para no llamar la atención en clase o en sitios públicos: No digas nada.
Esa era también, la táctica que planeaba utilizar por los próximos años en la universidad. Su hermano solía burlarse de él debido a eso, diciendo que se quedaría soltero el resto de su vida y moriría solo y rodeado de gatos. Jungkook nunca se lo dijo, pero se había resignado a esa opción luego de un tiempo. Es decir, en Busan era lo suficientemente reconocido como para ser llamado el "Chico de Oro" por su excelente desempeño, había tenido una o dos chicas que se habían auto adjudicado el título de sus novias y había tenido un novio. Él le había ayudado a descubrir que realmente no tenía una preferencia marcada por un género.
Él simplemente quería.
Pero luego de un tiempo, las chicas habían renunciado a él y su novio se había marchado a la capital a estudiar y seguir sus sueños. Jungkook descubrió que podía ser el muy maldito chico de oro, pero era tan tímido que realmente no tenía ningún amigo con quien pasar un sábado en la tarde. Sus problemas de autoestima no ayudaban demasiado tampoco. Así que había renunciado la posibilidad de tener una pareja por el simple esfuerzo que conllevaba el conocer a alguien más.
Moriría solo y rodeado de gatos, no tenía problemas con eso.
Camino las 6 cuadras hasta la universidad pensando sobre eso. Solía meterse tanto en su mundo que podía estar pasando la tercera guerra mundial o un apocalipsis zombi a su alrededor y él no se daría cuenta. Su mundo de fantasía siempre era mucho mejor que la realidad en la que se movía, fue lo que concluyó cuando sus pensamientos lo llevaron a ello.
De alguna manera, había dado con la ubicación de su facultad sin siquiera darse cuenta.
Edificio B del Ala 3 de la Universidad Nacional de Seúl.
Departamento de Música.
Busco el número del salón de su primera clase con paciencia, aún tenía cerca de 20 minutos para que la hora de inicio fuera marcada en el reloj. Había calculado bien sus tiempos esa mañana. Aula 2017. Profesor Lee Hunseol. Curso de "Iniciación a la Música I - II". Primer año de la carrera de Música. Jungkook enumeró todo en su mente mientras se detenía justo frente a la puerta del aula mencionada.
Su mano se cerró en la mancuerna antes de entrar. Repentinamente ansioso. Tomó aire y lo retuvo por unos segundos en sus pulmones. Era el primer paso de una nueva etapa en su vida. Una partitura en blanco. La oportunidad de escribir su propia canción.
Con esa idea en la cabeza abrió de un tirón la puerta, encontrándose con un aula semi vacía. Casi 10 chicos y chicas permanecían sentados en sus asientos, en silencio. Jungkook pensó que tal vez no era el único nervioso con la idea de que todo podía salir mal esa mañana y tirarse el resto de su carrera universitaria por una estupidez. Así que cruzó con paso rápido el aula hasta sentarse en la segunda fila junto a la ventana. Lo suficientemente lejos pero también cerca al escritorio del profesor como para ser notado pero ignorado a la vez.
Sí, su vida consistía en ese tipo de contradicciones placenteras.
.- ¡¿Jeon Jungkook?! – la voz tonó un timbre agudo cuando las dos últimas letras de su nombre fueron pronunciadas y Jungkook saltó producto del sobresaltó.
¡No! Gritó la colegiala y el emo puso en automático a Simple Plan de música de fondo.
Fue cuestión de segundos para que todos en el aula voltearon a verle; mandando por el desagüe su intento de pasar por desapercibido, pero él sólo pudo observar con asombro al chico en el marco de la puerta. Cabello negro brillante; obviamente teñido, ojos ligeramente ahumados en maquillaje, ropa deportiva y varios centímetros más bajo que él. Park Jimin.
Su exnovio.
Jungkook no pudo evitar sonreír ante la imagen del mayor de los dos, pero al mismo tiempo, eso lo ponía sumamente nervioso. Jimin y él habían dejado de hablar luego de que el mayor decidiera marcharse a estudiar baile a la capital, dando por terminada su relación de solo unos meses. Jungkook no se había sentido realmente dolido con ello, no estaba realmente enamorado de Jimin en ese momento. Pero no dejaba de ser extraño tenerlo ahí.
Una parte de su vieja vida en la nueva.
Era como una mancha de tinta en su partitura antes totalmente blanca.
Pero antes de que Jimin pudiese hacer algo más o que Jungkook se lanzara por la ventana en un intento de suicidio, el profesor Lee entró al aula. Era realmente joven de cómo Jungkook lo había imaginado. Cabello negro y largo hasta los hombros, una barba ligera y vestía una chaqueta café con una camisa a cuadros bajo ella. Tendría alrededor de unos 30 o 35 años, y llevaba un guitarra en su espalda.
Un Jebús de los años 80... sexy.
.- Buenos días, muchachos – inició hablando mientras dejaba el estuche con gran cuidado junto a su escritorio – Soy el profesor Lee Hunseol y seré su profesor de Iniciación musical este año y el próximo, así que espero podamos llevarnos bien.
El hombre hizo una reverencia y todos los estudiantes se levantaron con premura a devolverle el gesto. Jungkook no volvió a pensar en Jimin el resto de la clase, sus ojos estaban fijos en el perfil de su maestro y en las palabras que soltaba mientras hablaba de su experiencia como músico y cantautor. Realmente estaba encantado con la clase y con la idea de conocer a alguien con su mismo sueño que ya había dado sus primeros pasos al respecto.
.- Creo que es más que suficiente por el día de hoy, después de todo, es su primer día – sonrió el maestro, dejando ver un hoyuelo en su mejilla derecha – Sin embargo, les pediré que comiencen a pensar en su trabajo del año: es la composición de una canción. Pero no cualquier canción, quiero que ella me hablen de quiénes son ustedes, de qué los mueve. Tendrán el resto del semestre para escribirla y componer la música, pero tendremos breves sustentaciones. La próxima semana quiere que traigan pensando un tema, ahora sí, que tengan una buena semana de iniciación.
Jungkook quiso golpear su cabeza contra su escritorio. ¿Escribir una canción que hablara de sí mismo? ¿Qué iba a decir? No creía que antisocial, tímido, bisexual y solitario cuadraran en una misma estrofa. Ah, y no podía olvidar el "abandonado por sus padres en la capital sin dinero". No lograba hilar en lo más mínimo cómo podría escribir una letra sobre sí mismo y quién era sí después de 19 años seguía sin saberlo.
¡Le pedían demasiado!
.- Oh, Jungkookie, tanto tiempo sin vernos – le saludó Jimin mientras él todavía consideraba en golpear su cabeza hasta llegar a la inconciencia, con la voz del mayor, su cerebro reemplazó la angustia sobre su trabajo hacia la presencia del más bajo - ¿Cuánto ha pasado? ¿Dos años?
.- Dos años y medio, hyung – murmuró en voz baja mientras dejaba que el más bajo le abrazara efusivamente, no podía mentir al decir que sí se alegraba de ver al mayor a pesar de todo - ¿Cómo ha estado?
.- ¡Muy bien! – le sonrió mientras caminaban fuera del edificio – Estoy viendo este curso para ver sí incursionó un poco en la música, pero estoy muy concentrado en el baile.
Jungkook sonrió sin saber mucho más qué decir al respecto, pero antes de siquiera mencionar algo más, Jimin observó la hora en su celular, frunciendo el ceño ligeramente.
.- Debo irme, Jungkookie – le comentó el más bajo mientras llegaban a la salida del recinto y Jimin le sonría como disculpa – Tengo práctica en 10 minutos y debo atravesar todo el campus para llegar a mi edificio, así que mejor me pongo a correr ya mismo. ¿Nos vemos luego?
Jungkook sólo tuvo tiempo de asentirle antes de que el mayor sonriera y comenzara a correr lejos. Lo vio irse por unos segundo antes de suspirar, era un poco más tarde del medio día y lo mejor era que caminara en la búsqueda de una tienda donde comprar un poco de ramen. Porque bueno... no tenía nada en casa, ni un sofá donde sentarse. Así que suspiró antes de encaminarse hacia la entrada de la universidad.
Comenzó a pensar en por qué el cielo era azul y no se fijó por dónde iba, ni en el chico de cabello castaño que corría hacia el edificio de música porque iba tarde para clase. Sólo calló en cuenta de él y su cercanía cuando ambos ya estaban en el suelo debido al choque. Jungkook no tuvo tiempo de decir nada; que al parecer ya se le hacía muy normal, porque él chico se disculpó levantándose y siguió corriendo.
Jungkook se hubiese ofendido debido a que no le ayudo a levantarse si no hubiese reconocido su rostro.
Su vecino.
El vecino de la linda sonrisa.
No dejó de pensar en él mientras caminaba hasta la tienda, compraba su ramen, lo calentaba y lo comía camino al apartamento. Comenzaba a creer que era un acosador de pensamientos, porque lo cierto es que no sabía nada del otro chico: sí era o no mayor, qué estudiaba –aunque comenzaba a creer que música era una buena opción- y quién era el pequeño ladrón de cinco años.
Lo cierto es que empezaba a creer que tenía problemas.
Apenas te das cuenta; murmuró la colegiala, pero poca atención le prestó.
¡Ni siquiera había cruzado palabras con él!
Gruñó de frustración mientras arrastraba sus pies escaleras arriba. Pensando en qué debía volver a un apartamento vacío y que más le valía a su madre apurarse a consignarle dinero y enviarle el resto de sus cosas o se volvería loco. ¿Qué se supone que haga un chico de 19 años todas las tardes luego de la universidad? La pantalla de su celular era demasiado pequeña como para ver porno con comodidad.
Cuando llegó al pasillo de su piso se encontró con el niño de días atrás sentado junto a la puerta que rezaba "402". Vestía un pantalón caqui hasta las rodillas y una camiseta negra con un dinosaurio verde que sonreía. Y lloraba. Lloraba mucho para un niño que lucía casi de cinco años. Jungkook se quedó viéndolo largo rato mientras el niño enjuaga sus lágrimas con sus dos pequeños puños, aruñando con ligereza la puerta por momentos, como sí esperara que la puerta le dejara entrar de un segundo a otro.
Lo cierto es que sintió mucha pena.
.- Hey, pequeñín – le dijo con voz suave, hincándose a su altura.
El niño le observó con dos grandes ojos marrones rojos e hinchados por el llanto, pero no dijo nada.
.- ¿Te has quedado a fuera? – Le preguntó mientras le pasaba la mano por el cabello, acariciándolo, entonces descubrió que el pequeño tenía atada una cuerda en la cintura que terminaba en un viejo celular - ¿Es para llamar a tus padres? – señaló mientras alzaba el objeto a la altura de los ojos del niño.
.- ¡BABA! – gritó el pequeño, llorando de nuevo mientras observaba el teléfono con lo que parecía resignación y desesperación- ¡Baba... baba!
Jungkook sólo supo a qué se refería el niño cuando encontró que el único contacto guardado en el celular estaba enunciado como "Papá" con tres corazones seguidos. Miró con algo de lástima al bebé que seguía llorando y aruñaba la puerta, antes de animarse a marcar el número y llevarse el obsoleto celular al oído.
.- ¿Aerum? ¿Qué te dicho de llamar a papá cuando está en clase, amor? – fue la forma en cómo una voz grave y masculina le saludó cuando la llamada fue contestada.
Jungkook casi muere de un infarto al procesar el hecho de que su vecino de sonrisa linda podría ser con quien estaba por hablar por teléfono. Tomó una gran bocana de aire y buscó las palabras correctas para responderle.
.- Eh... N-no, soy Jeon Jungkook del 401, encontré a Aerum – murmuró, asumiendo que ese era el nombre del niño, que pareció dejar de llorar cuando le escucho – Estaba llorando junto a la puerta y pues...
.- ¡Oh, mi pobre bebé! – Dijo con tristeza el chico al otro lado de la línea – Lo siento mucho, Aerum algunas veces sale del apartamento pero es tan pequeño que no sabe cómo volver a entrar. No puedo cuidarlo porque estoy en la universidad y yo... no sé qué hacer, lo lamento...
.- No se preocupe, yo puedo cuidarlo el resto de la tarde – se apresuró a decir sin meditarlo.
¿En qué se acaba de meter?
Hola.
Muchas gracias a quien han comenzado a leer esta historia. Lo cierto es que estoy muy emocionada por ella, pero las actualizaciones serán algo lentas, debido a que estoy muy concentrada en las otras que adelanto. ¡Pero no se preocupen!
Espero les haya gustado el primer capítulo y me cuenten qué les parece. ¿Qué creen que pase? Y todo eso. Me encanta leer sus impresiones y predicciones, además, me ayudan a escribir una historia mejor.
Gracias por leer, votar y comentar.
Edit: 18/02/19
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