enojó
-quieres ir al cine en la tarde.
-...
-oh podemos salir a cenar y...
-tengo mucho trabajo, adiós.
Lo dejo con la palabra en la boca, Krest salió de la casa sin siquiera terminar de desayunar. El bicho solo suspiró cansado, aún no sabía que es lo que había hecho tan mal como para que su compañero se enojara de esta manera, incluso parecía odiarlo como al principio de su relación.
Suspiró desganado y continuó con su desayuno...almenos aún le daba de desayunar.
Después de esa fiesta todo se había ido al caño, bajo a buscarlo cuando se dió cuenta que no estaba (diez minutos después) pero por más que llamo a su puerta el otro no quiso abrir.
"¡Lárgate, quiero dormir!"
Se oía molesto y...un poco ronco, como si le costara trabajo hablar.
-posiblemente se enfermó.
Pero no parecía, al día siguiente se largó sin siquiera despertarlo, si le dejo el desayuno pero... Krest siempre se despedía de él antes de marcharse.
De eso ya una semana, en esa semana el castaño se alejaba cada vez más, llegaba tarde de la oficina y cuando lo hacía se iba directo a la cama, alegando que estaba muy cansado. Posiblemente tenía mucho trabajo y...
-mierda...
Aunque odiara admitirlo este distanciamiento le molestaba, incluso... dolía. Zaphiri ya se había acostumbrado a conversar con él, ya fuera en el desayuno o cuando regresaban, siempre se contaban lo que había hecho en el día, veían una película, jugaban un rato o...algo, el chiste era estar juntos, pero eso había acabado hace días.
-pues...¿que hice?
Rebobina en su cabeza una y otra vez todas sus "travesuras".
Se había comido su último pastelito...pero no era para tanto, ya antes lo había hecho y Krest solo le reprendia un poquito para después salir a comprar más y compartirlos con él.
No había limpiado su cuarto...no, si lo hizo, incluso limpio toda la casa.
Estropeó alguno de sus escritos. No, el bicho era muy respetuoso con el trabajo de su compañero, incluso era él quien se encargaba que siempre hubiese tinta en la impresora, hojas suficientes, que la computadora funcionará bien y todo lo que el cubo necesitará para crear sus obras de arte, es más, se encargaba de sacar a los "niños" para que no le molestaran.
-pues¿Qué diablos hice?
Por más que lo intentaba no lograba recordar nada, almenos nada tan grave como para que Krest le odiara.
****///***///
-imbecil...
Por su parte el cubo...era una Magdalena, en cuanto llegaba a su oficina se encerraba sin hablar con nadie, ni siquiera con su editor que ya se estaba preocupando, solo se sentaba en su sillón y se ponía a llorar, repasando en su mente una y otra vez como ese bicho traidor lo había cambiado.
¿Qué diablos tenía ese pelirrojo inútil que no tuviera él?
¿Cómo se atrevió a dejarle botado?
Le dolía como no tenía idea y es que desde hace un tiempo se había dado cuenta que se sentía muy atraído por su compañero y...¡A quien mierda engañaba! Se habia enamorado de él y punto.
Aunque odiaba admitirlo esa era su realidad, todos los defectos que en principio vio ahora le parecían los rasgos más hermosos del planeta.
Adoraba su actitud infantil y despreocupada, que fuera tan orgulloso, que le cuidara e hiciera hasta lo imposible por hacerle reír, todo, desde como devoraba una manzana, como si fuera la mejor fruta del mundo, hasta verle preocupado cuando el no llegaba a buena hora, simplemente todo en Zaphiri ahora le parecía perfecto.
-pero nunca se va a fijar en mi
Y cómo lo haría si se la pasaban molestandose, riñendo por todo, jamás estaban de acuerdo en nada, ya fuera la cena o el color del apartamento, siempre era una lucha constante entre ellos dos, que si bien había disminuido el grado de intensidad, seguía ocurriendo, como pan de cada día.
***///***///
Tenía que disculparse, aunque no sabía cómo y porqué, eso era lo que más le molestaba, porque Krest no le decía lo que había hecho.
-¡al diablo!
Desidido tomo su chaqueta, iría a su oficina y lo obligaría a decirle que había hecho, disculparse y arreglar todo. No soportaba más esa situación, tenía que arreglar las cosas y...y...¡decirle que lo quería!
Estaba harto de estar guardando esos sentimientos, harto de fingir solo una amistad cuando realmente deseaba algo más. Era consciente que desde hace un tiempo había empezado ha desarrollar sentimientos amorosos por su compañero de casa, sentimiento que se incrementaba día a día. Era momento de dejar de ser un cobarde y atacar el problema de frente, como el buen soldado que era.
-... Zaphiri...
Por desgracia al abrir su puerta se encontró con Áreas, el cual estaba a punto de tocar.
-¿Que haces aquí?
-tenemos un trabajo importante...vámonos.
***///***///
Cuando Krest llegó se encontró solo con sus pequeños, Zaphiri había salido al trabajo, lo sabía porque el moreno siempre cargaba con una maleta de cuero negra cada que salía, maleta que dejaba siempre en la entrada de su cuarto.
Tomo su celular y se apresuró a revisar los mensajes, le había apagado para no ser molestado, tenía más de veinte mensajes de parte del bicho en el cual le informaba que saldría unos días y...que tenía algo muy importante que decirle cuando volviera.
Por alguna razón un escalofrío recorrió su espina dorsal, angustiado le llamo pero no obtuvo respuesta, por lo que comenzó a mandar mensajes pidiéndole que se cuidara mucho y regresará pronto... él lo estaría esperando.
Pero ninguno mensaje fue contestado, ni esa noche ni las siguientes dos semanas.
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