el hombre de la casa
Dolía... mucho!
Su orgullo (machista) había sido pisado y mandado al suelo, lo que lo hacía sentir miserable. Molesto tomo una cerveza del refri y se retiró a su... habitación, maldiciendo en todas las lenguas que conocía a esos usurpadores de puestos.
Por su parte Krest solamente bufo...ah, era peor que un niño.
La mañana de ese miércoles había comenzado mal, un pequeño desperfecto en la tubería provocó un constante goteo en la regadera, lo cual molestaba al cubo.
Zaphiri intento arreglarlo pero...por alguna razón no lo lograba, lo cual era muy extraño ya que el era muy bueno en eso de las reparaciones del hogar.
Pero eso no fue todo, una de las conexiones en el salón estalló y dos lámparas de fundieron, se tapó el fragadero y la puerta de la entrada rechinaba.
Krest no se molesto en llamar a un equipo técnico ya que el bicho aseguro que el podía arreglarlo. Pero ya era viernes y todo seguía igual!
Si, lo admitía, fue divertido ver cómo se golpeaba con la llave, la pequeña descarga que recibio y que se golpeara la cabeza en el fregadero, pero ya eran dos días y el detestaba el desorden y que las cosas fallaran.
Por tal motivo, pese a las protestas del moreno, se vio en la necesidad de contratar un equipo técnico.
-tardaran mucho?
-no se preocupe señor, estará listo en una hora.
Una sonrisa se plasmó en su rostro, solo que está no tardó en borrarse cuando dirigio su vista a las escaleras, sabía que Zaphiri estaría molesto por ello, pero es que nomás no lo lograba.
-problemas con su hombre
-eh?!
Una chica de cabello rojo se colocó a su lado, la joven acompañaba a los chicos como encargada de que todo quedará bien.
-no, él no...solo...somos amigos.
A Marín le pareció gracioso el sonrojo que cubrió las mejillas de Krest, sonriendo le pidió un café y se sentaron a conversar en lo que los muchachos acababan.
-metete a bañar
-no quiero
-Zaphiri...no seas berrinchudo.
-😣
-...🙀
Por dos días el bicho estuvo en estado princesa, refunfuñando por todo, hasta que Krest se arto y decidió comprobar lo que Marín le había comentado.
Ese día antes de irse a trabajar le pidió amablemente que arreglará un desperfecto en su habitación, la persiana se había estropeado "accidentalmente".
Está de más decir que el bicho se alegró internamente. Krest se llevó una gran sorpresa al regresar y encontrar la persiana en perfectas condiciones, valla parece que la pelirroja tenía razón.
La tensión se fue, así como el berrinche del bicho, que recibió un rico pay de manzana como compensación.
Aunque Krest aún no entendía el porque Zaphiri haría mejor las cosas si él no estaba presente, y es que Marín no le explicó sobre los nervios que producía en el bicho al verlo trabajar.
Pero eso ya no importa.
Zaphiri ya se sentía más seguro al saber que Krest necesitaba de él y que su papel como hombre de la casa volvía a estar intacto. Porque si señor, nadie arreglaba las cosas en su hogar más que el, su machismo (en este aspecto) lo prohibía.
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