ㅡCapítulo Uno; Asistentes
Se acercaba a pasos lentos hasta la castaña con una mirada penetrante. La escena parecía ir en cámara lenta a medida que la distancia entre ambos iba desapareciendo, no tenía salida.
—¿Creíste que podrías escapar?—Cuestionó con una sonrisa burlona.
—Y-Yo...
—¡Corte!—Gritó un hombre por un megáfono—Terminamos por hoy.
—¿Tan pronto?—Preguntó el pelinegro alejándose de la chica.
—Como lo oyes, tenemos que hacer un cambio de libreto y tienes una entrevista en una hora. Más te vale ser puntual—Ordenó el hombre desde su asiento—Y tú, Chae Ryeong, asegúrate de recordar las líneas.
—Como usted ordene—Respondió la chica con una reverencia.
Sin darle más importancia al asunto, el actor fue a su camerino para cambiarse y dirigirse a su hogar.
♤◇♧♡♧◇♤
Luego de varias horas llegó a su departamento, cerró de golpe la puerta, dejó sus zapatos y abrigos tirándolos en algún lugar del suelo y se fue de lleno al sofá de la gran sala. Tomó su celular, marcó un número y esperó pacientemente a que la persona al otro lado de la línea atendiera.
—¿Hola?—Contestó la persona al otro lado del teléfono.
—Woo Jin, ya no lo soporto—Soltó—Ven a mi departamento.
—Llevare mis cosas, en unas horas tendremos una entrevista—Respondió antes de cortar la llamada.
Tiró el dispositivo a su costado y pasó sus manos por su rostro y cabello en señal de frustración, pasaron los minutos y sintió como el sueño le iba ganando hasta que el timbre de su hogar sonó.
—Me morí—Dijo en un tono elevado clavando su rostro en el sofá.
El timbre volvió a sonar.
—¡Soy Woo Jin, idiota!—Gritó el chico al otro lado de la puerta.
—En ese caso... ¡No me morí, pasa!—Contestó.
Escuchó la puerta abrirse y se sentó correctamente.
—¿No que habías muerto?—Preguntó—Lástima, ya estaba falsificando la escritura-Bromeó sentándose en otro sofá a su lado.
—Já, já, já—Soltó una risa sarcástica—Ni pienses que te quedarás con mi casa de verano—Frunció el ceño.
—¡Está en Busan!—Hizo un puchero.
El menor ignoró su comentario y miró la hora en su celular.
—Tenemos dos horas—Habló dejando el aparato.
—¿Qué sucede, Chan?—Preguntó el coreano con una mueca de preocupación.
—Tendremos nuevos empleados—Reveló—Siendo más específico, tendremos asistentes.
—¿Era eso? No veo que tiene de malo—Dijo confundido ante la actitud del australiano—¿No deberías estar feliz?
—Oh, más idiotas que actuarán con superioridad frente a sus conocidos por estar como garrapatas pegados a nosotros ¡Genial, maravilloso, increíble!—Puso una mueca de desagrado—Que se vayan por donde vinieron.
—Bien, ya entendí—Respondió rodando los ojos—Como sea, ve a bañarte, tenemos que arreglarnos para la entrevista y apestas a perro mojado—Dijo haciendo una mueca exagerada, tapándose la nariz.
El australiano soltó una risa ante la actitud de su compañero y simplemente hizo caso a sus órdenes.
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Una vez en el set donde se llevaría a cabo la entrevista, fueron llevados por uno de los conductores del programa a los camerinos, lugar en el que fueron rápidamente atendidos por las estilistas.
—¡Quedan cinco minutos!—Avisó un hombre de producción.
—¿Estás listo?—Preguntó Woo Jin una vez que los empleados los dejaron a solas.
—Claro que sí—Respondió—¿Quién crees que soy?
—Ya entendí—Dijo Woo Jin soltando un suspiro—Vamos, el público nos necesita.
Al tiempo le había sido posible manipular las emociones, tanto en Christopher como en Woo Jin su presente se veía marcado por situaciones que habían vivido años atrás relacionadas en un mismo punto.
El amor por las personas equivocadas.
Dado a las obvias razones, sus historias los acercaron y se volvieron un secreto entre ellos dos. Por eso mismo, se encontraban yendo por los pasillos con sus manos entrelazadas bajo puras miradas ingenuas.
Todo estaría bien mientras creyeran que su relación era real.
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La sesión había tardado alrededor de dos horas y media hasta que el entrevistador decidió darla por finalizada. Ambos famosos se sentían tanto física como mentalmente agotados al recibir preguntas embarazosas y ser enviados de un lado a otro en cada pausa.
—Al diablo todo—Resopló tirándose en su silla—Estudia actuación decían. Será lo mejor decían—Imitó unos tonos agudos de manera exagerada.
—Relájate—Rogó el mayor desde el sofá—Al menos ya terminamos por hoy.
El menor asintió sin interés alguno a las palabras de su mejor amigo, los del equipo de producción les habían dado un momento a solas para, supuestamente, interactuar en un pequeño momento de pareja. Mas lo único que se oía eran quejas de Christopher y los lamentos de Woo Jin.
—¡Maldito sea el presentador!—Se quejó por enésima vez—¿Cómo se le ocurre preguntar algo como eso?
—Ay, aquí vamos de nuevo—Se lamentó el rubio—¿Por qué acepté ser tu amigo?—Lloriqueó.
La respuesta era clara para ambos, ese seguiría siendo su secreto el cual se llevarían a la tumba de ser necesario.
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Ambos chicos se encontraban esperando con impaciencia la llegada de los mayores que a partir de ese día serían sus jefes.
—Binnie, quédate quieto—Suplicó el de pecas al ver que el nombrado no dejaba de caminar en círculos.
—No puedo, estoy nervioso—Contestó, parándose un momento y acercándose a él—¿Qué crees que dirán?—Preguntó tomándolo de los brazos.
Se quedó en blanco unos minutos, él también estaba nervioso mas lo mejor era no demostrarlo. Ante todo debían mantener la calma por lo menos en su apariencia.
—Sólo...—Dio un profundo suspiro—Intentemos calmarnos, no perdamos la cabeza y esperemos... Que no nos recuerden—Sugirió, su voz se notaba más profunda de lo habitual.
—Bien—Asintió el mayor.
Luego de unos minutos aparecieron en el pasillo Bang Christopher y Kim Woo Jin, cada vez se encontraban más cerca y se sintieron como niños pequeños asustados por estar con gente desconocida. Aún siendo que eran bastante conocidos y no sólo por ser los artistas del momento.
Sintieron como eran escaneados de arriba a abajo, poniéndose más nerviosos. Luego de terminar su revisión el australiano, Christopher, carraspeó un poco antes de hablar.
—Ustedes deben ser los nuevos asistentes ¿Cierto?—Los menores asintieron—Encantado de conocerlos, me llamo Bang Christopher. Aunque posiblemente ya lo supieran—Estrechó la mano de cada uno.
Hizo la mejor sonrisa que le era posible. A fin de cuentas, fingir era parte de su trabajo.
—Kim Woo Jin, encantado—Repitió la acción de su amigo—Lo lamento, pero nuestro jefe no nos dijo muchos detalles—Se disculpó—¿Cuáles son sus nombres?
Si querían hacer las cosas bien, tratarlos como completos extraños era su mejor opción.
—Soy Lee Felix—Se presentó el de pecas con una reverencia.
—Soy Seo Chang Bin—Se presentó el más bajo, también con una reverencia.
Los mayores pudieron sentir la tensión oculta en el ambiente, pudieron comprobarlo cuando sus nuevos trabajadores se reincorporaron y se tomaron de las manos.
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