ㅡCapítulo Cuatro; Infancia
El cielo comenzaba a pintarse de tonos rojizos, las hojas caían de los árboles y las personas ignoraban al pequeño que lloraba sentado en la banca. Con los cambios que daba la temperatura los demás no se tomaban el tiempo de pensar en alguien que no fueran ellos mismos. Siquiera se daban cuenta la importancia del pequeño al que ignoraban.
—¡Tú, niño!—Llamaba una voz, parecida a la de un niño de su edad—¡Te estoy hablando!—Le sacudió el hombro.
Con un poco de desconfianza levantó su cabeza para ver al niño que lo llamaba con insistencia. De no ser por el frío, un sonrojo se hubiera notado en sus mejillas.
Woo Jin juraba estar viendo a un ángel, pero no debía arriesgarse y bajar la guardia.
—¿Q-Quién eres?—Preguntó con dificultad—¿Q-Qué quieres de mí?
—Primero que todo, se dice hola—Ignoró sus preguntas—¿Te encuentras bien?
—Dime tu nombre—Exigió a la defensiva—Y dime lo que quieres.
—Soy Chang Bin y quiero que dejes de llorar, los niños bonitos no deben estar tristes—Contestó mientras le daba una sonrisa sincera.
Con esa sonrisa sintió algo golpearle en su interior. Era la primera vez que alguien más que su madre se preocupaba por su bienestar.
—Es un gusto, soy Woo Jin—Sonrió.
—Papá dice que es peligroso quedarse afuera con el frío, vamos—Lo tomó de la mano y lo ayudó a incorporarse.
—Gracias...—Susurró.
Sus padres siempre le repetían que no debía hablar con extraños, también que en ocasiones debía saber decir que no. Pero todas esas advertencias se fueron de su cabeza al sentir la calidez del contrario.
—¿Por qué estabas llorando?—Esa pregunta lo sacó de sus pensamientos.
—Dicen que por ser rico uno tiene todo lo que quiere—Mencionó—Pero eso no es cierto, no tengo lo que quiero—Dijo, dando a notar su tristeza.
Ambos se detuvieron y Chang Bin se giró para encarar a Woo Jin.
—¿Y qué es lo que quieres?—Preguntó.
—Un amigo, quiero un amigo—Contestó con la voz quebrada.
Chang Bin le volvió a dirigir una sonrisa, esta vez con un brillo especial en sus ojos. Lo miraba con cariño.
—¿Quieres un amigo? Ahora lo tienes ¡Yo, Seo Chang Bin, me declaro tu mejor amigo desde hoy!—Luego de decir eso, lo abrazó.
Con esas palabras, Woo Jin fue capaz de mostrar pequeña sonrisa. Con esa sonrisa, Chang Bin fue capaz de sentir mariposas en su interior.
♤◇♧♡♧◇♤
Desde esa tarde de otoño, su madre lo llevaba todos los fines de semana a la cafetería Angel's Coffee, la cual era propiedad de los padres del menor. Lamentablemente, la mujer se estaba quedando sin excusas que darle a su marido.
—Woonie, cariño, ya debemos irnos—Llamó a su hijo en un tono preocupado.
—¿Ahora?—Preguntó, su madre asintió y volvió al lugar donde se encontraba el menor—Tengo que ir a casa, nos vemos Binnie.
—Ve con cuidado, Hyung—Lo abrazó—¿Nos podemos ver mañana en el parque?
—En nuestra banca a las tres—Asintió, despidiéndose de su amigo.
Woo Jin volvió hacia su madre para irse a la mansión que se veía obligado a llamar hogar. Sin saber lo que estaba por venir.
♤◇♧♡♧◇♤
Los gritos podían ser escuchados perfectamente por el pequeño de nueve años que estaba en posición fetal en su cuarto del segundo piso.
—¿Cómo se te ocurre dejar que Woo Jin se junte con los pobres?—Cuestionó con un tono elevado.
—¡Ese niño es su amigo!—Gritó, un golpe se escuchó.
Desde que tenía memoria su padre los golpeaba a él y su madre. El único motivo de esta para no separarse era el dinero, su hijo era razón suficiente para soportar ese infierno.
Luego de más sonidos de golpes, gritos, insultos y uno que otro objeto siendo lanzado hasta impactar con el que sabía, era cuerpo de su progenitora, bajó con cuidado las interminables escaleras, logrando ver parte de los resultados, aterrándose al ver el cuerpo herido de su madre y escuchando lo que menos deseaba.
—Si Woo Jin no deja a ese aprovechado para mañana, yo mismo me voy a encargar de él—Dio su última advertencia antes de salir del lugar.
El pequeño bajó rápidamente los escalones faltantes y corrió en dirección a la mujer que le dio la vida. Tomando delicadamente su cabeza entre sus diminutas manos para darle suaves caricias y limpiar las lágrimas provocadas por aquel monstruo.
—W-Woonie, cariño...—Sollozó la mujer—Sabes que no quiero separarte de él, sé que no quieres... Alejarte...—Volvió a sollozar, esta vez más fuerte—L-Lo siento, soy terrible como madre.
Su hijo negó con movimientos leves de cabeza, indicándole que no hacían falta las palabras de arrepentimiento por algo que no era su culpa.
—Si ese monstruo te deja tranquila, haré lo que sea...—La interrumpió con un tono calmado—Incluso si eso implica dejarlo.
Aunque sólo se tratara de un niño, sabía que debía hacerlo. No sólo por el bien propio, sino por el bien de Chang Bin.
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Con la cabeza gacha miraba sus pies moverse para quitar los nervios, no servía de nada, lo sabía. No se sentía listo, pero recordó la amenaza del abogado y tanto el miedo como el dolor volvieron a hacerse presentes en su cuerpo, Woo Jin quería que Chang Bin estuviera a salvo.
—¡Woo Jin Hyung!—El más joven se acercó hasta quedar frente suyo—¿Pasó algo, Hyung?—No recibió respuesta.
—No volvamos a vernos—Levantó la vista, dejando ver sus ojos cristalinos—Por favor—Suplicó—No tenemos que seguir viéndonos, Chang Bin.
—¿¡Por qué!? ¿H-Hice algo mal, Woo Jinnie Hyung?—Se acercó más al mayor.
—Y-Yo...—Suspiró pesadamente mientras se levantaba del banco—Te quiero mucho, Binnie—Confesó—No quiero que él te haga daño.
El menor sintió cómo sus ojos empezaban a picar, pero no quería llorar.
—Woo Jin Hyung...—Apoyó una mano en el hombro de su amigo, esta fue apartada rápidamente por un golpe.
—¡No me llames así!—Reclamó—Aléjate—Suplicó—Hazlo antes de que me arrepienta.
—Hyung... Perdóname—Susurró.
Chang Bin tomó al mayor de las mejillas y cortó la distancia entre ambos, ese se había convertido en su primer beso.
Cuando Woo Jin finalmente reaccionó empujó al más bajo, dejando que sus lágrimas cayeran por su rostro. Gritando todos los insultos que supiera a su corta edad, no fue consciente de sus palabras hasta que Seo empezó a sollozar.
No hizo nada para intentar detenerlo cuando sus lamentos se volvieron llanto, sino hasta que empezó a correr con el propósito de irse de ese lugar. Puso todos sus esfuerzos para alcanzarlo, pero al llegar a la calle un auto se atravesó en su camino sin dejar que volviera a verlo.
Un sonido lo devolvió a la realidad, sacándolo de ese sueño para volver dieciocho años en la actualidad.
—Ah, puta alarma ¿Por qué siempre me despierta cuando voy a él?—Resopló entre fastidiado y aliviado.
Finalmente, Woo Jin había despertado de aquel hermoso y doloroso sueño, aquel en el que sentía el vivo recuerdo sobre como conoció a Seo Chang Bin. Su primer amigo y también, su primer amor.
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