Intro

Las hojas húmedas ceden abajo de mí cuando piso sobre ellas, amortiguan cualquier ruido que pudiera llegar a provocar, hacen mi caminata lo más silenciosa posible.

Cada paso significa uno menos para salir de aquí, aunque una gran parte de mí quiera darse la vuelta y volverse a sumergir en la espesura del bosque, perder la noción del tiempo y vagar entre los árboles por horas. Pero aún me queda un poco de cordura, aún conservo ese pequeño fragmento que me recuerda el peligro cuando está frente a mis ojos, esa parte que me aparta y me regresa a casa.

Mis ojos se mantienen fijos en el camino que recorro, el que me llevará de nuevo al estacionamiento, no obstante mis oídos captan un ruido repentino, algo lejano. Giro mi cabeza hacia un costado y puedo escuchar a la perfección las apresuradas pisadas de una persona, viniendo directamente hacia mí. Estas cada vez se hacían más fuertes, más cercanas y estaban acompañadas de una respiración acelerada, como alguien huyendo.

En ese preciso momento sale de entre la espesura de los árboles una pequeña joven, corriendo como si el mismísimo diablo viniese persiguiéndola. Entonces me doy el tiempo de verla mejor; su vestido, al igual que ella, se encuentra lleno de mugre y algunas manchas oscuras, sus extremidades muestran varios rasguños y magulladuras, esto sin contar su rostro que, además de estar bañado en lágrimas, está contraído por el pánico.

—Tenemos que huir, ¡rápido! —Exclama sujetando mi brazo con fuerza, intentando tirar de mí hacia el otro costado del camino—. ¡Unnie, él está cerca!

Con una minúscula sonrisa naciendo en mis labios llevo mi mano hasta la suya, apartándola con suavidad de mi brazo, viendo como quedaban unos círculos purpuras en este. Una expresión de incredulidad es su única reacción.

—Hoy no, pequeña, sigue corriendo tú —digo dejándola sin más cuando retomo mi camino a la salida.


Entrego a los señores sus vasos llenos de sake con un "que lo disfruten" en un fluido japonés, a veces debo recordarme que esta no es mi lengua materna y ponerme a escribir algún hangul en la esquina de una servilleta para no olvidarlo, es difícil escoger qué quieres olvidar y qué no. De igual forma giro, con el sexto sentido que he desarrollado a lo largo de estos años, para recibir con una sonrisa el billete que la señora extiende hacia mí.

Al verme sin más nada que hacer, me dispongo a secar con sumo cuidado las tazas de cerámica antes de ponerlas de regreso en la barra. Disfruto los momentos así en Heiwa, donde he trabajado desde hace tres años justo cuando llegué a Japón, su ambiente sosegado es lo que desde un principio me atrajo a él, algo como una polilla yendo hacia la luz de una lámpara, aunque el bar vendría siendo por completo lo contrario al incandescente brillo de una lámpara, se la podría describir más como una cueva oscura y cálida. Muchos lo consideran aburrido, aunque yo lo disfruto, el silencio y la tranquilidad que evoca siempre me atrajeron, debe ser por eso que terminé viviendo donde vivo.

Hago una pequeña inclinación de cabeza hacia el señor Nakano cuando se levanta para irse, esto me indicó que mi turno está a punto de acabar. Cada día el señor Nakano se despide diez minutos para las seis, hora en que termina mi turno y hora en que mucha gente busca de irse a su casa pues la oscuridad parece tragarse esta zona.

Al girar la cabeza visualizo el reloj colgado en la pared y efectivamente falta muy poco para terminar mi turno. Llevo mis manos hacia mi espalda para deshacer el nudo de mi delantal y dejarlo sobre la barra, donde apoyo los brazos en la espera de la señora Tatsumi, mi relevo para el turno nocturno. No obstante, no es ella a quien veo cuando dirijo mi mirada hacia la puerta, luego de escuchar las campanillas sonando. Ahí de pie en la entrada se encontraba un grupo de seis jóvenes.

Mi mirada los analiza de arriba-abajo, cada centímetro de ellos grita el hecho de ser turistas pero una interrogación surge en mi mente: "¿Qué hacen aquí tan tarde?". El ver como cargan con sus grandes bolsos hace saber que no llevan mucho aquí, la forma en que sus ojos recorren cada espacio denota el sentirse como extraños en el lugar. Debería dejarlo pasar, en su tipo no son los primeros ni los últimos que veo, pero algo en mí hace que mantenga mi atención sobre ellos.

—Buenas noches, Bae-chan —me sobresalto al escuchar la voz de la señora Tatsumi frente a mí en la barra. Inclino en mi cabeza disculpándome al no haberla visto antes—. Esto te lo envió Hanabi, ella te envía saludos.

Agradezco con una sonrisa tomando entre mis manos el recipiente metálico que aún yace un poco caliente ante el tacto de mis dedos. Hace algunos días no veo a la pequeña.

No me fijo en cómo deja de estar frente a mí para darle la vuelta entera a la barra, al situarse a mi costado se apodera del mandil para ponérselo, pero mi atención no está sobre ella, no, está en los jóvenes. Estos habían tomado asiento en una de las tantas mesas desocupadas luego de alcanzar dos sillas extras de otra a su costado, quedaban todos en un círculo alrededor de la madera, poniendo muy levemente sus cabezas más cerca una de la otra para que ningún sonido emergiera de su reunión, que tan solo ellos fueran capaces de escuchar sus cuchicheos.

— ¿Recién llegados? —pregunta imitando mi posición al apoyarse en la barra, yo solo opto por asentir.

—Acaban de sentarse —explico como si esto añadiera mucho a su pregunta.

Esta arranca con su sermón de madre mandándome temprano a casa para consumir el contenido del envase que cada día trae a Heiwa para mí. No me queda otra opción que aceptar y asentir con la cabeza, acto seguido tomo el recipiente de metal para despedirme de ella y dirigirme a la salida.

Por un instante mi mirada cae una vez más en el grupillo de jóvenes como si estuviera viviendo una escena en cámara lenta de una película. Una extraña sensación se instaló en la boca de mi estómago, algo en mí me dijo que los problemas se avecinaban con la llegada de ese grupo.  



ACLARACIONES

✖Primero que todo me gustaría aclarar, para disipar cualquier tipo de duda, esta historia no se inspiró ni es una adaptación de la película con el mismo nombre

✖Habrá mención y aparición de contenido sensible como: suicidio, secuestro, automutilación, abuso infantil, entre otros. Leer con discreción 

Listo, realmente sin mucho que aclarar a decir verdad. Tan solo me resta darles la bienvenida a esta nueva historia que llevo planeando un buen tiempo , espero que la disfruten tanto como yo.

Recuerden que cualquier muestra de apoyo es verdaderamente apreciada, aunque sea un pequeño voto me haría feliz e inspiraría para escribir cada día. Por ahora les dejo en la siguiente parte la presentación del elenco, y muy pronto, aunque depende de ustedes, vendrán los verdaderos capítulos

❥Hasta la próxima, mis bellezas ❥

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