팔. real life

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Cuando Chan propuso a los chicos ir al apartamento de Jiyong para pasar el rato, a Minho le gustó la idea y aceptó de inmediato.

Tampoco tenía nada mejor por hacer, su ensayo había sido cancelado porque a uno de sus coreógrafos le resultaba imposible asistir y aún no habían aprendido nada para hacerlo sin él.

Podría haberse quedado en la empresa, bailando, haciendo un Vlive sorpresa, o ir al dorm a descansar, pero quería, y necesitaba, desconectar. El hombro aún le dolía y hoy, quizá debido al mal tiempo de esos últimos días.

Además, aunque no lo pareciese, tenía una relación bastante cercana y buena con la que ya era la madre del grupo. Habían tenido conversaciones muy interesantes cuando cocinaban juntos, porque muchas veces Jiyong llegaba y aún no estaba Chan, o cuando estaban casi todos dormidos y solo se quedaban ellos tres y hablaban de cosas que quizá los demás no entendían por edad. Se entendían muy bien, y aunque no lo admitiese en voz alta, apreciaba y valoraba que se preocupase por él, por lo que le apetecía ir.

Se había dado cuenta, más tarde, que eso implicaría ver a Nari. No era que le molestase, al contrario, le divertía mucho sacarla de quicio. La maquilladora saltaba a la mínima, era muy fácil picarla y hacer que se enfadase con cualquier comentario. Y si era sincero, le gustaba mucho ver sus reacciones, porque aunque se le notaba molesta, no paraba de devolvérselas y le retaba en cierta forma.

Al llegar al apartamento de Jiyong, disimuló lo mejor que pudo la sonrisa traviesa que le salió al notar la expresión de Nari al verlo, demostrando que no estaba nada contenta de que estuviera ahí.

Tampoco le había gustado nada, y en su cara se había visto reflejado, que les tocase juntos en el juego, pero para sorpresa del chico, no había aceptado cambiar de pareja. Minho se intuía que sería un desastre, aunque le daba igual, porque seguramente perderían porque no conectarían ni se entenderían, quería divertirse y tener material suficiente para burlarse de sus amigos y de ella en el futuro al no saber las cosas básicas.

Pero había sido justo lo contrario.

Debería haberse dado cuenta de que si Jiyong quería ir con ella era por algo, porque Nari era un genio con las preguntas de conocimientos. Aunque no era lo único, no entendía el motivo por el que con una mirada casi se entendían, o sabían lo que dibujaba el otro cuando era prácticamente imposible.

—¿Qué os apetece para cenar? —preguntó Jiyong—. Yo invito.

Como aún no habían acabado el juego, y tanto Nari como él se negaban a perder por abandono, iban a quedarse a cenar en el apartamento de las gemelas Kim.

—¿No puedes cocinar algo, noona? —Hyunjin hizo un pequeño puchero mientras la miraba, poniendo su mejor expresión para conseguir lo que quería—. Lo haces de maravilla, casi igual de bien que mi madre.

—Hyunjin —lo avisó Chan sin dejar de mirarlo, casi como si fuera un regaño silencioso—, si a Jiyong no le apetece, no tienes que obligarla a que cocine.

—Pero es que cuando en el dorm lo hace es de las pocas veces que comemos todos bien y nos gusta. —Después de decir eso miró a Minho y a Chan—. No es que lo hagáis mal, pero...

—Pero no es como Jiyong —completó Han asintiendo con la cabeza para dar énfasis.

—Al menos yo sé usar el fuego cuando hago una tortilla —lo molestó Hyunjin cambiando de tema por completo.

—Aún no me habéis respondido —cortó la posible discusión entre ambos Jiyong—. ¿Qué os apetece para cenar?

Han y Hyunjin empezaron a hablar entre ellos sobre qué les apetecía, mientras que Minho prefirió quedarse en silencio. Observó de forma disimulada a Nari, que tampoco estaba hablando, y acariciaba a Dalgom en lugar de opinar.

Se había sorprendido por lo competitiva que era, queriendo ganar por encima de todo, casi como él mismo hacía. También era muy cabezota, no queriéndose marchar para no perder, aunque de esto último ya se había dado cuenta casi al principio.

Si era sincero, sentía curiosidad por Nari, porque había algo que no le encajaba en la imagen que proyectaba al mundo y la que él tenía. Jiyong hablaba de ella de una forma, pero lo que veía era muy distinto. Tampoco entendía el motivo por el que Seungmin parecía tenerle tanto aprecio.

Una vez que pidieron la cena, siguieron con el juego hasta que ganaron, porque no quedaba mucho para que lo hicieran.

—¿Cuánto te debo? —preguntó Nari mirando a Jiyong una vez que había llegado la comida.

—He dicho que invitaba yo —le recordó, regañándola con la mirada.

—Ya, pero...

—No —la cortó—. Si invito a los niños, ¿por qué no iba a hacerlo contigo?

—Bueno, no es tu hija —apuntó Hyunjin—. Nosotros tenemos  privilegios.

—Y es como tu obligación, Chan hyung siempre nos paga e invita a comida cuando estamos fuera —añadió Han.

Jiyong los miró a ambos, alzó una ceja y suspiró, lo que hizo que ambos abrieran los ojos y no dijesen nada más.

—¿Nari me ayudas? —sugirió la chica—. Así aprovecho para comentar contigo una cosa.

Las dos chicas fueron hacia la zona de la cocina para preparar los platos de la cena, mientras hablaban de algo en voz baja.

—Intenta ser un poco más amable con Nari —murmuró Chan mirando a Minho—. Jiyong y yo hemos escuchado el comentario de niña rica al llegar. Así no ayudas a que no haya hostilidad entre los dos.

—Y ella también —le restó importancia, le daba igual.

—Jiyong te pidió que...

—Lo sé —lo cortó—. Estoy siendo civilizado con ella.

—Como para no serlo, has ganado porque estabas en su equipo —remarcó muy convencido Hyunjin—. Si no, hubiéramos ganado nosotros.

No pudieron seguir hablando, Jiyong los llamó para que ayudasen también a preparar la mesa y a llevar los platos.

—Estos. —Los señaló—. No tienen berenjena. Son para vosotros dos, Hyunjin y Nari.

—Espera. —Hyunjin se giró para mirarla fijamente con los ojos ligeramente más abiertos—. ¿Tampoco te gusta?

—La odio —confirmó ella para luego suspirar—. Tiene un sabor raro, no es nada deliciosa.

Hyunjin sin ningún tipo de reparo, casi gritó lo emocionado que estaba de encontrar a alguien que pensase del mismo modo sobre ese alimento y estuvo así mientras empezaban a cenar, contándole a la maquilladora que los chicos siempre se burlaban de él por eso.

—Minho —Jiyong llamó la atención del chico—. ¿Cómo va tu lesión?

—¿Qué lesión? —preguntó como si no lo hubiese entendido y sonrió—. Estoy perfectamente.

No quería que la atención se centrase en él, menos aún con ese tema. Estaba bien. Sí, quizá a veces si estaban durante horas ensayando le dolía un poco, pero ya no era el mismo dolor que antes.

Además, no quería que lo mencionaran delante de los demás. Han seguro que le preguntaría cuando estuvieran solos, preocupándose por él como hacía siempre e insistiéndole que no podía pasarlo por alto.

—Lee Minho. —Jiyong ni siquiera elevó el tono de voz, y aun así, el aludido frunció el ceño y parpadeó al escucharla.

—Tengo miedo y ni siquiera me está hablando a mí —le susurró Jisung a Hyunjin.

—¿Qué? —Minho intentó mostrarse impasible.

—¿Estás haciendo reposo? ¿Sigues las recomendaciones de los médicos y fisioterapeutas?

—¿Podemos cambiar de tema?

—Minho... —habló Chan—. Jiyong solo está preocupada por ti.

—Lo sé —confirmó—. Pero estoy bien, lo estoy —repitió y se fijó en Nari, que estaba muy pendiente de él, mirándolo casi sin pestañear—. ¿Qué? —espetó de forma seca y borde.

—Te estás comportando como un niño pequeño —soltó la maquilladora sin ningún tipo de reparo—. Jiyong está muy preocupada por ti, lo mínimo que podrías hacer es responderle y ser educado.

—He dicho que ya lo sé, es solo que no me pasa nada.

Todos se quedaron en silencio, incómodos por la conversación que se estaba dando.

—Si insisten tanto es porque saben que mientes, incluso yo que no te conozco de nada sé que lo haces —dijo y puso una mueca—. Si te duele algo y no haces nada... Es que me parece ridículo.

El idol se cabreó al escucharla, porque hablaba sin saber lo que suponía para él parar. ¿Por qué opinaba? ¿no decía siempre que no eran amigos ni quería conocerlo? No tenía ningún derecho.

Además, lo estaba retando con la mirada como si no le importase nada, como si le gustase provocarlo y llevarlo al límite. Justo como acababa de hacer.

—No sabes nada —gruñó sin pensar en que no estaban solos y que no era el momento ni el lugar—, ni lo que implica, ni lo que podría suponer para mí. Eres solo...

—Solo una niña rica —completó por él y se levantó de la mesa para llevar su plato a la cocina—. Lo siento, Jiyong. Recojo esto y me marcho a mi apartamento.

Sin esperar a que le contestase, fue a hacer lo que había dicho, seguida al poco tiempo por Jiyong mientras Minho la miraba con los labios apretados.

Lo había sacado de casillas sin decir nada que no fuese verdad, eso era lo que le daba más rabia, que tenía razón. Y no quería escucharlo, menos aún de Nari.

—Eso ha sido... incómodo —rompió el silencio Jisung.

—Discúlpate con ella —casi ordenó Chan—. Solo se estaba preocupando por ti.

—¿Ella? ¿Por mí?

—No es una sugerencia. —Chan estaba muy serio, como pocas veces—. Te estoy diciendo que te disculpes con Nari.

—Ya lo haré.

—Ahora, Minho.

No muy convencido pero sin ganas de discutir con el líder, se levantó para ir a la cocina donde estaban hablando las chicas.

—¿Quieres llamarme de nuevo niña rica? —se mofó Nari al verlo y esbozó una sonrisa sarcástica—. ¿O quizá algo más? ¿Te has quedado con ganas de decir algo más?

—Nari —la regañó Jiyong y negó con la cabeza para que no siguiera.

—Quiero disculparme contigo por mis palabras y mi salida de tono, no ha estado bien de mi parte —habló casi de forma mecánica, repitiéndose a sí mismo en la cabeza que era lo que tenía que hacer—. No me gusta el tema y no ha sido correcto ni educado dirigirme a ti así.

Nari no contestó, se mordió el labio inferior, algo que no pasó desapercibido para el idol, que fue incapaz de no fijarse y observarlo con detenimiento. Parecía que le era igual, que no diría nada, hasta que Jiyong le dio un pequeño golpe con la pierna.

—Acepto tu disculpas —musitó para luego resoplar por la mirada que la actriz le estaba dando—. Yo también te pido disculpas por mis comentarios si te han molestado.

—También las acepto.

Minho apretó los labios sin saber qué más decir. Ya se había disculpado, más no podía hacer.

—¿Todo bien? —se interesó Chan llevando también algunos platos a la cocina, mirando de reojo a Nari y a Minho.

—Todo bien —dijeron al unísono.

Sin saber bien la razón, Jiyong consiguió convencer a todos para que se quedasen un poco más y se distrajeran, también en parte para rebajar la tensión e incomodidad que seguía habiendo entre ellos.

—Oye, Nari —habló Hyunjin. Llevaban horas jugando al Mario Kart y como se había hecho tarde, estaban marchándose todos a excepción de Chan, que se quedaba a dormir—. ¿Te llevamos a tu casa? Un coche de la empresa va a venir a por nosotros, tiene vidrios tintados y como eres del staff si nos pillan, que lo dudo, es muy fácil de desmentir supuestos rumores.

—No hace falta, gracias.

—Deja que te lleven —sugirió Jiyong—. Es tarde para que vayas tú sola.

—Y mejor que no vayas sola a estas horas —apoyó Chan—. Los niños te llevarán.

—No hace falta, de verdad —repitió Nari—. Puedo pedirme yo un coche o...

—No me voy a quedar tranquila si lo haces, Nari. Ve con los niños.

Aunque no la conociera, Minho se estaba dando cuenta de que a Nari la idea no le gustaba en absoluto, lo más probable porque no quería pasar más tiempo con él. Aunque ambos se habían disculpado, se habían sentado lo más alejados del otro y ni se habían mirado ni hablado mientras jugaban. Y que si aceptaba, solo lo haría para no disgustar más a Jiyong.

—De acuerdo —aceptó sin muchas ganas la maquilladora—. Iré con ellos.

El trayecto no fue del todo incómodo, tanto Han como Hyunjin se encargaron de que hubiese conversación y que no fuese rara. Al principio, cuando Nari le dijo la dirección al conductor se extrañó. No era que se conociera a la perfección las calles de Seúl, pero si no iba errado, no estaba en una zona adinerada ni exclusiva.

—Seungmin seguro que se arrepentirá de no haber venido —murmuró Jisung cuando el coche estaba a punto de detenerse para que Nari bajase—. Nos lo hemos pasado muy bien contigo y hemos aprendido la lección, no ir en el equipo contrario en los juegos de mesa.

—Y yo con vosotros —aseguró con una sonrisa, lo que hizo que Minho frunciera el ceño. ¿Por qué con él no podía ser así de agradable?—. Nos veremos el lunes.

—Espera. —Minho interrumpió la conversación al ver la calle, incapaz de quedarse callado—. ¿Segura de que vives aquí?

—¿Dónde voy a vivir si no? —rebatió con una ceja alzada.

—No sé, quizá has mentido y has dicho la primera calle que se te ha pasado por la cabeza.

Es que no tenía lógica que viviera en un sitio así, no podía ser. ¿Estaría siendo tan orgullosa de no ir hacia su casa para no pasar más tiempo con él? ¿Se pondría en peligro de ese modo?

—Claro, porque no tengo nada mejor que hacer a estas horas de la noche que mentir sobre mi dirección para tener que volver, sola, a mi casa. —Puso los ojos en blanco—. ¿Por qué lo dudas?

—Porque es un sitio... normal. —Parpadeó muy sorprendido.

Si vivía en un lugar así, ¿cómo podía tener ese bolso tan caro de la fotografía? Y no era lo único, por simple curiosidad le había mirado sus otras publicaciones de Instagram y algunas de las prendas que llevaba tampoco eran baratas. Por no mencionar que se notaba que había tenido una muy buena educación, no solo la obligatoria y básica.

—Ya... —Nari se desabrochó el cinturón y miró a Jisung y Hyunjin—. Adiós, chicos. —Estaba a punto de salir cuando Minho, por un impulso, le cogió del brazo—. ¿Qué quieres ahora? Sí, vivo aquí, en ese edificio que se ve, pregúntale a Jiyong si no te fías de mi palabra.

—No es eso.

—¿Entonces? —espetó con impaciencia al ver que no respondía—. Hace frío, ¿sabes?

—Te estás dejando la bufanda —comentó y desvió la mirada unos segundos hacia la prenda de ropa para volver a los ojos chocolate de la chica—. No querrás resfriarte.

—Ah. —Nari asintió de forma ligera y tragó saliva—. Gracias supongo, le tengo mucho cariño. Adiós, chicos.

Una vez que el coche arrancó, Hyunjin y Jisung se miraron unos segundos antes de empezar a hablar entre risas.

—Te estás dejando la bufanda —se mofó Jisung imitando la voz de Minho.

—No querrás resfriarte —añadió Hyunjin y volvieron a reírse entre los dos.

—¿Qué te pasa con ella? —preguntó Jisung sin dejar e reír—. Porque no es normal tu actitud con Nari.

—¿Qué me tiene que pasar? Nada. No me cae bien.

—No te cae bien pero no quieres que se resfríe, claro...

—Vamos, hyung, nadie se cree que no te pase nada con ella —siguió Hyunjin aún con una sonrisa de diversión en el rostro—. No paras de picarla por todo. ¿Era necesario mencionar dónde vivía?

—Eso no es cierto.

—Sí lo es, haces lo mismo que con nosotros, molestarla —secundó Jisung—. Lo que con ella no tienes límite, quizá porque no la conoces y no sabes hasta dónde llegar. Y bueno, Nari tampoco es que se calle ni se sienta intimidada por ti.

—¿Y lo bien que se entienden? —Hyunjin afirmó y se acomodó mejor en el asiento del coche para poder hablar mejor—. Yo estaba convencido de que ganarían Chan y Jiyong, sobre todo porque siempre se entienden sin hablar, tienen esa conexión de la que nos burlamos a veces, pero no, habéis ganado vosotros, hyung.

—Dejad el tema —insistió Minho.

—Es que no quiero. —Hyunjin disfrutaba de la situación y se le notaba—. ¿Tú lo haces cuando te lo pido? Sobre todo con lo que respecta a Gaeul.

—No es lo mismo —espetó, frustrado—. Nari y yo no somos...

—¿Mejores amigos? —completó Hyunjin y le guiñó un ojo.

—Sí, lo que sea... —bufó—. Nari y yo no somos amigos.

Y cerró los ojos, porque no quería pensar más en el tema. Aunque le resultó imposible.

¿Qué era lo que le pasaba con esa chica y por qué era capaz de afectarle tanto el humor?

















¡Holi!

¿Cómo ha empezado la semana?

Aquí un nuevo capítulo donde se ve que la tensión de Minho-Nari está empezando a evolucionar en otro tipo de tensión también jejejej...

Cada vez les estoy cogiendo más cariño a Minho y Nari porque escribirlos es tan divertido, y tengo unas ganas de que pasen cosas... QUE WELL.

Nos leemos el sábado en Lovesick, donde... spoiler: PASARÁN COSAS.

Muchos besos xx


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