십. real life
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
(siento tanto subir y tal, pero es que no está dejando comentar y he probado con una parte nueva, ponerla en borrador, etc, y nada).
Nari no sabía muy bien cómo tomarse, ni plantearse, que Minho quisiera verla en persona para hablar y así solucionar sus problemas.
Entendía su punto de vista, a ella Jiyong también le había dado una charla sobre cómo se había sentido con la discusión que habían tenido en su apartamento y en cómo había afectado a los demás. Por no mencionar que le había vuelto a decir, de nuevo, que consideraba que estaban muy equivocados el uno con el otro y que hasta que lo aclarasen bien, no podrían empezar con buen pie, que solo habían hecho pequeños parches temporales que no solucionaban nada.
Pero es que no le apetecía. ¿Por qué tanto interés en que fuese justamente hoy? Podía ser cuando se vieran al trabajar, no quedaba tanto, solo un par de días, no había prisa. Ahí si hablaban no sería extraño y si sentía incómoda, que era más que probable, podría hacer otra cosa o centrarse en otra persona.
Lo último que necesitaba ese día, que no estaba siendo del todo bueno, era una discusión con el idol, porque sabía que acabarían peleando, siempre les ocurría. No sabía qué era lo que le pasaba con él, pero la alteraba con una facilidad asombrosa, lo que no era muy común.
Ella se había caracterizado desde pequeña por su templanza y saber estar, la habían educado para eso, para poder controlar sus emociones y no soltar lo que le pasaba por la cabeza sin antes procesarlo, más con personas desconocidas. Pero Minho... Minho era la excepción. Si le rebatía algo, ella tenía que contestar, no podía callarse y hacer como si no pasase nada.
No dudaba que fuese un buen chico, Jiyong no paraba de remarcarlo siempre que podía y su amiga era muy buena juzgando a las personas, si le tenía tanto aprecio y cariño era por algo. No era la única, Seungmin también hablaba de él con mucho cariño y admiración, se había dado cuenta de ello en las conversaciones que habían tenido más allá de los temas profesionales y en las que el nombre de Minho salía sin pretenderlo.
Quizá, sí que habían empezado con mal pie y lo había juzgado antes de tiempo. Sin embargo, no era la única, él hacía lo mismo con ella.
Tampoco podía culparla, le había hablado muy mal al conocerla, y había sido su culpa, si se hubiese disculpado desde un principio no estarían así.
O probablemente sí, porque ella se había puesto a la defensiva desde ese momento, y sin querer ver más allá.
Sin saber bien la razón, antes de ir hacia la empresa se cambió de ropa, por una menos casual, se arregló el pelo y maquilló un poco para no tener mal aspecto. No lo estaba haciendo por Minho, ni mucho menos, era por ella y porque quería verse lo mejor posible.
Aunque seguía pensando que no era un buen día para ello. Por mucho que quisiera ir con mentalidad positiva, con la mejor intención para arreglarlo con el idol, no podía dejar de pensar en el mal día que había tenido, en lo poco que le apetecía salir de casa y dejar de estar tapada con una manta en el sofá mientras veía algún drama.
Aprovechando que ya tenía un pase propio al trabajar ahí, entró en el edificio saludando a los miembros de seguridad, que no estaban extrañados al ver una trabajadora yendo fuera de su horario laboral. Casi de memoria, porque se acordaba a la perfección del momento en el que le habían hecho un recorrido el día que empezó a trabajar, fue hacia la sala de ensayo de Stray Kids donde Minho le había dicho que estaría.
Llamó a la puerta varias veces para hacerle notar su llegada al idol, pero no obtuvo respuesta, lo que empezó a mosquearla. ¿No se suponía que estaba esperándola? Podría estar pendiente al menos. Cuando estaba a punto de irse, escuchó música por lo que supuso que estaba ensayando y entró sin esperar a que le diera permiso.
Apretó los labios al verlo. Estaba bailando y no fue capaz de apartar la vista de él. Era digno de observarlo, un auténtico espectáculo de lo bien que lo hacía y la facilidad con la que sus movimientos fluían al ritmo que marcaba la música.
No entendía de baile, pero parecía que lo que hacía era fácil cuando no lo era.
—¿Vas a seguir observándome sin decir nada? —preguntó él, deteniéndose de golpe y mirándola a través del espejo con una sonrisa socarrona—. ¿Ni un hola, Nari? Aunque podrías haber llamado antes de entrar. ¿No eres la que siempre aboga por la educación? —Nari suspiró, no llevaba ni un minuto ahí y ya estaba poniéndola de los nervios—. Estoy bromeando, no pongas esa cara, sé que no te debo haber escuchado.
—¿De qué querías hablar?
—Tan directa al grano... —Minho volvió a sonreír y se acercó al ordenador para detener la música. Se giró, con una toalla en la mano con la que se estaba secando el sudor y se centró en ella—. ¿Quieres un vaso de agua?
—No, quiero ir al grano. Hablemos por Jiyong.
—Sí, por Jiyong. —Minho asintió y bebió un largo trago de agua. Nari no supo si estaba yendo lento queriendo, o solo tenía mucha sed, pero se estaba poniendo nerviosa de observarlo—. Puedes sentarte en el sofá, no muerdo.
—¿Y a mí qué me importa si muerdes o no? —bufó ella.
—Estaremos más cómodos, y no seas tan hostil, que se supone que hemos quedado para arreglar nuestras diferencias.
Nari puso los ojos en blanco, tenía razón, por lo que no lo contradijo y reprimió las ganas de contestar algo más mordaz.
—¿No tienes calor? —se interesó al darse cuenta de que llevaba una sudadera—. Bailar con eso no debe ser nada cómodo.
—Es más complicado, sí, pero es una forma de aumentar mi resistencia al bailar. —Antes de sentarse, se sacó la prenda de ropa y no pudo ocultar una mueca de dolor al hacer un movimiento brusco en el hombro—. ¿Qué? —cuestionó al darse cuenta de que lo estaba mirando.
Nari se mordió el labio para aguantar, de nuevo, las ganas de decir lo primero que pensaba. Tenía que controlarse.
—¿Puedo decirlo? ¿No me vas a soltar un comentario de los tuyos? —inquirió.
—Adelante, te escucho —la animó y se sentó a su lado, dejando una distancia suficiente para que no fuera incómodo, pero tampoco muy lejos para que pudieran mantener una conversación pudiéndose mirar a la cara—. Haré mi mayor esfuerzo para no soltar un comentario de los míos como acabas de decir.
—Te duele el hombro —afirmó sin ninguna duda, a lo que el idol alzó una ceja con curiosidad—. Se te ha notado al quitarte la sudadera. —A Nari le extrañó que no la interrumpiera o que se quejase, por lo que siguió hablando—. ¿Por qué no descansas y te fuerzas bailando? Hoy tenéis la agenda libre, por eso no estoy trabajando, lo normal sería que reposases.
Minho no respondió de inmediato, se quedó en silencio pensando muy bien la respuesta, o esa fue la impresión que le dio a Nari. Tampoco le pasó por alto la forma en la que se mordió el labio inferior y frunció el ceño. No sabía lo que pensaba, pero era extraño que tardase tanto en hablar.
—¿Por qué te importa? —acabó por decir para luego suspirar.
—No es que me importe, es que no lo entiendo —explicó con toda la calma que pudo—. Estás perjudicándote a ti mismo. ¿Por qué?
—Pero ese sería mi problema, ¿no crees? No el tuyo. No puedo comprender porque lo remarcas tanto o te interesas.
—¿Sería solo tu problema? —preguntó remarcando muy bien la segunda palabra—. Sois un grupo, si alguno tiene un problema lo tenéis todos.
—Nari, no te importa lo que hago o dejo de hacer —soltó de forma brusca—. No estamos aquí para hablar de lo que me duele o no el hombro.
—Estamos para solucionarlo por Jiyong —repitió lo que en su mente había hecho varias veces para evitar marcharse o contestar de malas formas—. Sí, lo sé, pero es que no lo entiendo.
—¿Por qué quieres entenderlo?
—¿Y por qué no? —rebatió de inmediato, aguantándole la mirada de forma firme—. Por lo que sé de ti, y lo que he podido ver, no eres una persona tonta o poco inteligente, eres justo todo lo contrario.
Se arrepintió de inmediato de haber dicho eso, lo había halagado de forma indirecta y sabía que Minho no lo pasaría por alto.
—¿Crees que soy inteligente, Nari? —Sonrió con autosuficiencia y le guiñó el ojo, remarcando muy bien su nombre—. Yo también me considero así, es agradable ver que no soy el único.
Nari bufó y puso los ojos en blanco unos segundos para no decir lo primero que le pasaba por la cabeza.
—¿Podemos hablar de lo que me ha traído hasta aquí? —pidió, reconduciendo la conversación a lo que le interesaba, al verdadero motivo por el que estaba ahí.
—El baile es mi vida —confesó, tomándola por sorpresa—. No me imagino haciendo algo que no esté relacionado con ello. Lo es todo para mí, mi forma de evadir los problemas, de poner la mente en blanco, de... de poder ser yo mismo. —Volvió a sonreír, pero esta vez fue una totalmente sincera, no era de esas que usaba para burlarse o quedar por encima—. Por eso lo sigo haciendo aunque me duele, porque no sé hacer otra cosa, porque no quiero hacer nada más.
Ese arranque de sinceridad la sorprendió y vio un brillo especial en los ojos del idol. No entendía el motivo por el que se lo había dicho. No era lo único, se había sentido... distinto.
Y no sabía la razón.
Era como si hubiese visto esa parte de Minho que tanto Jiyong como Seungmin le habían remarcado muchas veces que tenía, lo que indicaba que era una gran persona que usaba su sarcasmo y humor para ocultarlo.
—Pero forzando solo empeoras la situación.
—¿No hay algo que amas tanto hacer que podrías hacerlo el resto de tu vida sin cansarte? —quiso saber Minho, acercándose un poco más a ella—. Algo por lo que harías cualquier cosa. —Sí, la había. Ni siquiera tuvo que pensarlo—. Por tu expresión, es un sí. ¿Cuál?
—¿Tanto te interesa? —Nari alzó una ceja, poniendo una barrera entre los dos.
Una parte de ella se había sentido obligada a hacerlo, pensando que, quizá, si no lo hacía, podía contarle más cosas de las que debería. Porque la conversación se estaba tornando muy profunda.
—Al igual que a ti mi dolor y el motivo por el que bailo pese a ello —apuntó con diversión Minho—. Has hecho muchas preguntas y yo te he respondido, Nari. Lo justo sería que tú me contestases.
—No es mi problema que hayas querido decirlo.
—Pero bien que has querido saberlo... —Minho se rio y negó con la cabeza—. Me hago una idea aunque no me lo digas.
—¿Lo haces? —Nari alzó una ceja—. No me conoces.
—Sé más de ti de lo que crees —afirmó con seguridad—. Eres tozuda. Muy tozuda de hecho.
—¿Soy la única?
—No te gusta hablar de ti, eres reservada y tus silencios dicen mucho más que tus palabras —empezó a decir—. Eres muy observadora, por eso notas lo de mi dolor en el hombro aunque lo oculto lo mejor que puedo. Tienes un humor muy parecido al de Seungmin, y te llevas muy bien con él, quizá con el que mejor te llevas de todos nosotros. Es por eso que le has hecho un autorretrato, lo que me demuestra que eres una gran persona aunque hayamos con mal pie, al igual que también lo hace que Jiyong se preocupe tanto por ti y te vea como una hermana pequeña. —Nari no lo interrumpió, estaba acertando con todo—. Así que por lo que acabo de decir, voy a dar por hecho que lo que te apasiona es dibujar.
Tragó saliva. Acababa de definirla bastante bien para no haber hablado con ella más de un par de frases, y la mayoría de ellas para discutir. ¿Tan obvia era? ¿Tan fácil de leer era para una persona ajena a ella?
—¿Cómo lo sabes?
—Porque Seungmin lo ha colgado en su habitación, está muy bien hecho.
—Podría habérselo hecho otra persona.
Ni siquiera Seungmin se lo había pedido, se lo había regalado porque una noche había necesitado evadirse después de ver una noticia que no le había gustado relacionada con su familia. Como no había querido pensar en nada más, había empezado a dibujar, al principio sin tener una idea clara hasta que había optado por retratar al idol.
—Podría, sí, pero he visto cómo dibujas, ¿recuerdas? —se mofó—. En el juego que ganamos en el apartamento de Jiyong, si en pocos minutos fuiste capaz de hacer lo que hiciste...
—Amo dibujar y pintar —acabó por admitir Nari—. Es lo mismo que has dicho tú con el baile, cuando lo hago puedo ser yo misma, no me importa nada más, no hay preocupaciones, solo estoy yo y lo que hago.
Apretó los labios después de hablar. ¿Por qué lo había hecho? No quería que Minho supiese nada de su vida personal, sin embargo, acababa de darle un dato que solo la gente que apreciaba de verdad sabía. Jiyong era una de ellas, pero había tardado mucho más en contárselo, porque era su pasión, lo que amaba de verdad, lo que siempre había adorado hacer aunque su familia nunca estuvo de acuerdo.
—¿Por qué no has intentado dedicarte a eso? Estudiar en la universidad y...
—Ya me dedico a eso —lo cortó para que no derivase en el motivo de su falta de estudios superiores—. Maquillar a alguien es otra forma de pintar, otra forma de expresarme artísticamente. Solo que en lugar de un lienzo, es en la cara de alguien.
—¿Puedo ser yo el que haga ahora una pregunta que quizá te molesta? —Se acomodó mejor en el sofá y se relamió el labio inferior—. Es que tengo mucha curiosidad.
—Sé que lo harás aunque no quiera.
Minho rio a carcajada limpia, como si le hubiese hecho mucha gracia.
—A ti parece que no te falta el dinero, ¿por qué no apuntarse en la universidad? ¿por qué quedarse estancada?
—¿Estancada? —repitió con incredulidad.
—Somos del mismo año, aún eres joven para ir a la universidad y optar a...
—¿A?
—A algo más, a algo mejor.
Nari negó de forma sutil con la cabeza. Todo lo que parecía que habían avanzado entre los dos, esa conexión sutil que había sentido, había desaparecido. Solo había sido un espejismo. Ya estaba juzgándola, de nuevo. ¿Cuánto tardaría en mencionarle lo de niña rica?
—Hablemos de que tenemos que llevarnos bien por Jiyong —murmuró apretando los labios—. Estoy dispuesta a ello, pero dudo que podamos ser amigos. Tenemos formas de ver la vida distintas, no nos llegaremos a entender nunca y acabaremos discutiendo siempre.
—Nari, yo...
Se fijó en el que el idol parpadeaba de forma repetida, como si fuera consciente de que el tono ya no era el mismo, que se había equivocado.
—Es por Jiyong, es lo mínimo que podemos hacer, es una persona importante para mí y no quiero darle más quebraderos de cabeza, ya tiene suficiente con los suyos.
—¿Vas a seguir eludiendo la conversación?
—¿Qué quieres que te diga, Minho? —gruñó, cansada—. Acabas de devaluar mi trabajo, diciendo que puedo aspirar a algo mejor, a algo más, como si lo que hago para ganarme la vida no fuese suficiente para ti.
—No he dicho eso.
—Sí lo has hecho.
—No.
—Sí.
—Déjalo, no me hará cambiar de opinión —sentenció—. No todo el mundo tenemos la suerte de poder cumplir nuestros sueños, solo unos privilegiados sois los que lo conseguís.
—Nari, no he dicho eso —insistió, disculpándose con la mirada.
—Me da igual. Es por eso que nunca seremos amigos, porque tú no me ves como un igual, me ves como alguien... inferior —susurró—. Y una amistad no se trata de eso. Así que tendremos una relación cordial por Jiyong. Me disculpo por todo y ya me voy.
Nari se levantó, sin ganas de seguir la conversación porque no le apetecía ni quería. Estaba dolida, no solo por el comentario que le había hecho Minho, también porque justo a él le había compartido algo que poca gente sabía y... Y había vuelto a lo mismo.
¿Se pensaba que era su elección no seguir con sus estudios? Si hubiera podido permitírselo lo hubiese hecho, pero tampoco estaba dispuesta a aceptar más ayudas ni limosnas de la pocas personas que estaban en su vida.
—Espera. —Minho le cogió del brazo para que no se fuera—. No he dicho eso, no te considero alguien inferior. Si te ha parecido eso, me disculpo, no ha sido mi intención.
—Bien, todo arreglado. ¿Me dejas irme?
—No.
—¿Vas a retenerme?
—Nari, me estás desesperando —admitió de forma brusca—. No he querido decir eso, te pido perdón.
—Me da igual, déjame ir.
Nari lo retó con la mirada, pidiéndole también con los ojos que la dejase ir, que no quería seguir ahí.
—No hasta que te quede claro que no considero que seas inferior.
—Disculparse una vez que ya lo has dicho no sirve de nada, no arregla el problema.
Y cuando notó que el agarre en su brazo se aflojaba, intentó marcharse.
Pero no pudo, porque Minho estaba besándola.
VALE, PERDÓN POR TANTO SUBIR Y ESO, PERO NO DEJABA COMENTAR Y ME ESTABA... Y ESTOY ESTRESANDO
NO ME MATÉIS, QUE SI NO, ¿CÓMO ESCRIBO EL SIGUIENTE?
PERO EH, SE ESTÁN BESANDO, ¿QUÉ CREÉIS QUE VA A PASAR?Porque estos son un tira y afloja constante, se nota que ambos son Escorpio hahaha
Dicho esto, ¿cómo va el inicio de la semana?
Nos leemos el sábado en Lovesick, muchos besos xx
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top