삼십칠. real life

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Cuando Nari abrió la puerta de su apartamento, se extrañó mucho al ver a Jiyong junto a Ayaka, que le hacía un gesto con la mano de forma amistosa para saludarla.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó de forma directa a su mejor amiga—. Bueno, ¿qué hacéis aquí? —se corrigió para incluir a la mitad japonesa.

No era que le cayese mal, pero no tenía ni de lejos la misma confianza que tenía con la actriz que era su mejor amiga. Sí, habían quedado más de una vez, siempre con Jiyong, que solía ser la que hacía los planes, pero no entendía la razón por la que se habían presentado en su casa. Ella no la había invitado.

—¿Has hecho ya la maleta? —se interesó con una sonrisa la coreana—. ¿Y de verdad no te acuerdas de lo que hago aquí?

—Vale, sí —concedió Nari, apretando los labios, era obvia la respuesta—. Has venido a por Moonie y Ruby.

—¿Tan nerviosa estás? —quiso saber Jiyong, acariciando a las mascotas que se habían acercado a ella de forma cariñosa. Conocían su olor, no era la primera vez, ni la última, que estaba ahí—. No respondas, sé que lo vas a negar como haces siempre.

—Mi maleta está acabada —respondió la pregunta anterior—. Estaba a punto de llamar a un taxi para poder ir hacia...

—No, no vas a coger ningún taxi —negó Ayaka de forma rápida—. Jiyong me ha medio contado a donde vas y me he ofrecido a llevarte, si no te importa claro.

—¿Por qué?

—¿Cómo que por qué? —rio la aludida—. Porque hemos venido en coche.

—Eso lo he entendido, es solo que no comprendo el motivo.

¿Para qué se estaba ofreciendo cuando no se conocían casi?

—Ayaka y yo hemos quedado para pasar la tarde, cuando le he dicho que tenía que pasar primero por tu apartamento, no le ha importado.

—Y tampoco me importa llevarte a donde vas —volvió a decir Ayaka, mirándola fijamente para hacerle ver que era así—. No está tan lejos y no me cuesta nada. Además, no serás ni la primera ni la última a la que le hago de chófer, mi primo no para de abusar de mí.

No muy convencida, porque no le gustaba deber nada a nadie, pusieron las mascotas en el transportín para que Jiyong pudiera llevárselas a su casa y cogieron la maleta que había preparado con lo necesario para los días que pasaría con Minho.

Le era extraño que Ayaka quisiera ayudarla sin querer nada a cambio, tampoco se conocían de hacía tanto tiempo. Habían hablado, sí, pero a veces las conversaciones se acababan porque ella no seguía cómo seguir o no tenía nada más por decir. El humor de la chica era muy distinto al suyo, y aunque le hacía gracia, sentía que era como una fachada para que no vieran realmente cómo se sentía, al igual que hablase tanto, parecía que no se callaba en muchas ocasiones.

—¿Llevas mucho tiempo con Minho? —preguntó Ayaka una vez ya en el coche. Había música de fondo, pero no estaba fuerte para que pudieran hablar sin que les molestase. No reconocía el grupo, pero por lo que intuyó, era otro de Kpop porque entendía las letras.

—Yo... —Tragó saliva, ese tipo de conversaciones que abarcaban temas personales no le gustaban demasiado. Menos aún con personas de las que sentía que le faltaba información—. No sé, algo llevamos.

—¿No lo cuentas?

Nari se mordió el labio para no contestarle que no le importaba. Tenía que ser amable, Ayaka era agradable y simpática, no debía pagar con ella su estado de ánimo.

—¿Para qué? No sirve de nada. Lo importante es que ambos tenemos claro lo que queremos, ¿qué importa un mes, dos o cinco?

—Se conocieron en enero, para mi cumpleaños —habló Jiyong, respondiendo a la pregunta—. Aunque fue un inicio complicado.

—¿Vas a contarle todo? —le reprochó.

—Ayaka es de confianza —aseguró, sonriéndole para calmarla, dándole a entender que no pasaba nada si se abría un poco con otra persona—. No se lo tengas en cuenta, cuando está nerviosa se cierra aún más en banda.

—Que no estoy nerviosa —gruñó.

—De Minho sé bastante poco —comentó la chica desde el asiento del conductor—. Lo básico por Jiyong, porque me ha hablado más de una vez de sus niños. —No le sorprendió, la aludida era incapaz de no mencionarlos porque eran personas muy importantes de su vida—. Y también por Changbin.

—¿Changbin? —Nari alzó una ceja—. ¿Estás saliendo con él?

Ayaka empezó a reírse carcajada limpia y Jiyong le hizo un gesto a Nari para que no siguiera por ahí o preguntase, que no era lo adecuado. Con eso, entendió que había algo más, información que le faltaba que lo más probable era que supiera con el paso del tiempo.

—Changbin y yo somos muy amigos, es muy parecido a mi primo —explicó—. Es divertido, me hace reír y entiende mi humor, pero no, no tenemos algo. No nos vemos de esa forma. Solo somos amigos.

—Además, Ayaka tiene a alguien más en mente... —añadió Jiyong, sonriendo.

—Se suponía que era un secreto —dijo, pero por el tono que había usado, no estaba molesta ni mucho menos—. Alguien hay, sí.

—Nari es de confianza —Jiyong usó las mismas palabras que había usado hacía unos minutos para referirse a la otra—. No va a contar nada a nadie.

—Porque con, perdón, tampoco me importa mucho.

—¡Nari! —protestó la actriz—. Lo dicho, Ayaka, ignórala, cuando está nerviosa es... complicada.

Ese tipo de charlas a Nari no le apasionaban, menos aún cuando tenía algo en la cabeza.

Sí, estaba nerviosa. No sabía lo que pasaría en esas mini vacaciones con Minho. La idea en un principio no le había parecido muy buena, pero Jiyong la había hecho reflexionar, haciéndole ver que no tenía que negarse a lo que podía ser un tiempo de descanso.

Estaba bien con Minho, ¿por qué iba a ser distinto? No quería pensar en otra cosa o ponerse en lo peor. ¿Que no podrían salir del hotel? Sí, eso le agobiaba, pero sabía lo que implicaba salir con un idol.

—No te preocupes —le restó importancia, observándola de refilón a través del retrovisor interior del coche—. Por lo que he visto, es una persona muy directa y seca, si fuera de otra forma no sería ella. Además —añadió—, trató muy bien a Ayame, no para de pedirme que la maquille o le haga otra mariposa gigante cuando soy una negada con esas cosas.

—Es que Nari es un trozo de pan, solo que no le gusta que se vea —aseguró Jiyong.

—Me he dado cuenta —murmuró Ayaka sin dejar de prestar atención a la carretera—, aunque bueno, con mi hermana es imposible no ser agradable, es adorable.

Nari no participó mucho en la conversación en lo que quedaba de trayecto. Sin embargo, sí estuvo muy atenta y escuchó todo lo que mencionaban. No sabía muy bien de quién hablaban, porque era muy mala para los nombres de gente que no conocía en persona, ni creía que lo hiciera nunca, pero supuso que Ayaka estaba empezando algo con un chico, que estaba muy feliz, que estaban pasando mucho tiempo juntos y que su primo no paraba de intentar sacarle información sobre si eran pareja o no por ciertas cosas que habían ocurrido.

—Muchas gracias por traerme —murmuró una vez había llegado. Había detenido el coche delante del hotel, en uno de los sitios en los que estaba permitido—. Y siento si...

—Ni te disculpes —la cortó Ayaka—. Y tampoco me des las gracias por haberte traído, me aburro mucho sin mi hermana, está de vacaciones con mis tíos y es raro estar sin ella, tengo demasiado tiempo libre.

—¿No decías que pasas ese tiempo libre con ese chico? —preguntó, en un intento de ser amable y formar un vínculo—. Tan malo no es.

—Eso sí, Seonghwa me distrae mucho —reconoció con una sonrisa muy reveladora, una que indicaba más que sus palabras—. Si por una casualidad, necesitas volver o quieres irte, envíame un mensaje, puedo venir a por ti.

—Tus bebés van a estar bien —aseguró Jiyong, abrazándola para despedirse. Había salido del coche para ayudarla con la maleta—. Pasadlo bien y tened cabeza, aunque vosotros no me preocupáis con eso, sois... vosotros, pero... —Tragó saliva—. Ya me entiendes.

Nari asintió y se sintió extraña. Este tipo de gestos, ese cariño, se le hacía desconocido. Cuando había ido de viaje a algún sitio, y aún estaba con su familia, nunca se habían despedido, menos de forma tan afectuosa.

Solo entrar en el hotel, frunció el ceño con un claro disgusto. No tenía pensado dejar que Minho pagase por todo, aunque se había ofrecido en más de una ocasión e ignoraba sus palabras cuando le decía que irían a medias, pero por lo lujoso que parecía, barato no sería.

Dijo el nombre de la reserva que le había indicado su novio por mensaje y con la llave que le dieron, fue hacia al ascensor para ir la planta indicada.

Mientras subía, se siguió fijando en los detalles, unos que solo demostraban lo lujoso del lugar. ¿Minho se esperaba que le dejase pagar con todo? Si era así, estaba más que equivocado, no quería ser una mantenida, no cuando tenía su propio dinero. Quizá no le sobraba, pero haber trabajado con Stray Kids, además de su trabajo en su salón, le había supuesto más beneficios de los que esperaba, por no contar que seguía trabajando con Jiyong.

Sin esperar, ni llamar o avisarle, abrió la puerta de la habitación y arrugó la nariz.

Lo mataría.

Esto era demasiado.

—¿Por qué tienes esa cara, blandita? —la saludó Minho con una expresión traviesa—. ¿Solo llegar y ya estás de malhumor?

—Esto es demasiado —gruñó, un poco asqueada—. No voy a dejar que lo pagues tú solo.

—No hemos quedado en eso...

—No, no hemos quedado en nada —lo cortó y con la mirada recorrió la habitación. Demasiado lujosa—. ¿Una suite, en serio?

—¿Por qué no? —Encogió el hombro que no tenía lesionado, como si no entendiera su pregunta—. Es mucho más espaciosa y cómoda.

—¿No te olvidas de algo? —cuestionó, a lo que Minho negó con la cabeza—. Y cara. Maldición, Minho, esto es...

—No te repitas, no digas demasiado —se burló—. Va, blandita, nos lo merecemos.

—¿Para qué queremos tanto espacio?

—¿Y por qué no? Espera, te hago un tour —se ofreció y le cogió de la mano sin esperar a que dijera que sí—. Como ves, hay una cama muy muy grande.

—Mejor, así podemos dormir lejos del otro.

—Claro, blandita, claro... —Le besó el cuello para luego susurrarle en la oreja—. Lo poco que dormiremos, lo haremos bien pegados al otro, como nos gusta, sin ser capaces de separarnos del otro.

—¿Como nos gusta?

—Va, Nari, no niegues lo evidente, te gusta estar encima de mí... —dijo con un claro doble sentido— también mientras dormimos, te acurrucas y no me sueltas.

—Que yo recuerde, el que me rodea con el brazo que puede usar y me pide que me apoye en él, eres tú, no yo —argumentó, mordiéndose el labio—. Porque me das calor, ¿sabes? No dormiría así si no fuera por ti.

—¿Te doy calor o hago que tengas calor? —Nari negó con la cabeza e intentó alejarse de él, pero no lo consiguió, Minho fue más rápido, la rodeó la cintura con el brazo que tenía libre y la pegó a su cuerpo. Siempre hacía lo mismo, debería estar acostumbrada, pero no era así, ni creía que lo estaría nunca—. La cama no es lo mejor de la habitación.

—Como digas que tú eres lo mejor, te voy a golpear.

—Además de lo obvio... —Se mordió el labio y desvió la vista hacia la derecha, por lo que Nari hizo lo mismo—. ¿Quieres saber qué es?

—Sorpréndeme. —De todas las posibilidades, no se esperaba eso. Menos aún la expresión de diversión de Minho—. No vamos a usarlo.

—¿Cómo que no? —Abrió los ojos por la sorpresa—. ¡Blandita! Esta es una de las razones por las que he cogido la suite.

—Minho, no.

—Bueno, ya veremos, tengo tiempo de convencerte —asumió con una sonrisa ladina—. Tener un jaccuzzi en la habitación y no usarlo es un pecado.

—¿Te recuerdo que tú aún no puedes mover el brazo bien? ¿Para qué quieres bañarte?

Nari estaba muy preocupada por la evolución de la lesión del idol. Según lo que le decía, iba muy bien, los doctores estaban muy contentos por la evolución que estaba teniendo y estaba recuperando la movilidad poco a poco. Sin embargo, no hacía ni dos meses que lo habían operado, no podía precipitarse ni hacer movimientos bruscos. Era un proceso lento, uno que tenía que hacer guiado por los profesionales sanitarios que lo atendían.

Por no mencionar que, en ese aspecto, no se fiaba de él. Quizá se callaba que le dolía, o que no iba todo cómo debería para, según sus propias palabras, no perjudicar más al grupo. No sería la primera vez que lo hiciera, si había llegado al punto de haberse tenido que operar era por no haber sido sincero desde un primer momento.

—¿Te recuerdo que sé valerme con una mano y te lo he demostrado en más de una ocasión? Porque no te has quejado —se regodeó—, he sido capaz de hacerte muy feliz.

—Eres insoportable.

—Pero no lo niegas. —Le guiñó un ojo—. Con una mano soy más que capaz de hacerte suplicar para que siga y no me detenga.

—Yo no suplico.

—¿No lo haces?

Minho volvió a pegarla a su cuerpo, esta vez con más fuerza que antes. No la besó, aunque en sus ojos había ese deseo que le caracterizaba, ese que hacía que se sintiese especial y poderosa. Solo la miró, relamiéndose el labio inferior, provocándola.

—No, no lo hago —dijo muy segura, rozando la nariz con la suya. Si quería jugar, jugarían. Y no se iba a dejar ganar—. ¿No serás tú el que lo hace?

—Tampoco suplico, Nari —ronroneó su nombre mientras le acariciaba la espalda—. Eres muy guapa, ¿lo sabías? Me gusta mucho mirarte.

—¿Solo mirarme? —rebatió, sonriendo—. Creía que te gustaba más hacerme otras cosas además de eso.

Minho se mordió el labio inferior y negó con la cabeza.

—Blandita, blandita... —Suspiró, como si se estuviera pensando mucho lo que decir o cómo hacerlo—. Si seguimos así, vamos a estrenar el jaccuzzi, ¿quieres eso?

—¿Quién ha dicho que vayamos a hacerlo?

—No me provoques.

—¿Yo? —Se hizo la inocente—. Acabo de llegar, Minho, eres tú el que...

No pudo seguir, la calló con un beso. Por la forma en la que sus lenguas empezaron a jugar con la otra, no parecía que hacía menos de dos días que se habían visto. Había pasión, ganas y esa necesidad que siempre tenían por el otro.

—Me encantaría sacarte ese vestido que llevas, pero no podemos.

—¿Por qué?

—Tengo planeada toda la tarde —explicó para luego tragar saliva—. Hemos quedado con mis amigos, tienen ganas de verte, ya te lo dije.

—Minho...

—Uno de ellos tiene novia, vendrá también, no estarás sola, aunque bueno, conmigo nunca lo estás, ¿verdad?

—Menuda suerte tengo, ¿eh?

—Por supuesto. —Volvió a besarla, esta vez de forma más dulce y atenta, casi delicada—. ¿Puedo decir algo sin que me golpees?

—No.

—Ni sabes lo que voy a decir.

—Algo de mi vestido.

—Sí que me conoces... —Sonrió y le besó la punta de la nariz, gesto que a Nari le resultó curioso y raro—. Pero sí, es de lo que llevas puesto.

—¿Algo de que quieres sacármelo?

—Eso es evidente, blandita.

—¿Entonces?

—Nada, mejor no digo nada, que me golpeas y estoy lesionado.

—Minho... —Alzó una ceja—. Dilo.

—¿No me vas a golpear?

—Depende de lo que digas...

El chico se relamió el labio inferior para acabar sonriendo, mirándola de arriba abajo.

—Quiero romper el vestido mientras te desnudo, volviéndote loca con mis dedos y escuchando lo bien que te hago sentir—susurró con la voz más grave y los ojos brillantes—. Siempre que te veo sin pantalones me vuelvo loco.

—Quizá deberías mirártelo, normal no es.

—Es tu culpa.

—Cómo?

—Sí, me atraes demasiado, deberías sentirte muy culpable.


❥❥❥


Ver interactuar a Minho con sus amigos del colegio, le gustaba mucho a Nari. Era conocer otra parte del chico, una que era igual que el idol, pero en la que parecía mucho más relajado y natural, sin pensarse de forma continúa lo que decía o cómo.

Si la novia de uno de los amigos se había sorprendido de que estuviera ahí, no se había notado, como si ya supiera de su existencia y de que en la quedada, estaría presente, como si lo hubieran comentado previamente. Había hecho un esfuerzo para hablar con ella, porque no quería que Minho notase que estaba un poco incómoda rodeada de tantas personas que aún eran desconocidas, le costaba adaptarse a esas situaciones.

—Has estado bastante habladora para lo que eres tú —murmuró Minho mientras paseaban por las calles de la ciudad. Él le iba explicando las cosas importantes que veían, contándole la relevancia o lo que solía hacer cuando vivía ahí—. ¿Cómo te has sentido?

—No te preocupes por mí, estoy bien.

—Es imposible que no lo haga, blandita —dijo muy serio, y la miró, frenándose en seco—. Sé que eres introvertida, así que si en algún momento futuro te agobias, puedes decírmelo y nos iríamos.

—Son tus amigos.

—Pero aún no los tuyos —rebatió con rapidez—. Pero poco a poco, ¿no?

—Supongo... —Tragó saliva sin saber qué decir—. Siempre son muy amables y divertidos, no tienes nada de lo que preocuparte, de verdad. Me siento cómoda, me hacen sentir integrada —insistió—. Solo estoy pensando.

—¿En qué?

—En nada.

Creyó que Minho ahondaría en ello, preguntándole qué era, como solía hacer, pero no fue así, siguieron andando hasta que el chico se detuvo, de nuevo, esta vez delante de un instituto.

—Mira, blandita, aquí estudié yo —comentó con nostalgia—. Fueron unos años muy buenos.

—¿No faltaste bastante por tu trabajo como bailarín? —asumió según lo que le había contado.

Minho había sido muy comunicativo con su pasado, contándole por ejemplo que había ido de gira con el grupo de música más famoso del mundo, lo que implicaba muchos ensayos y falta de tiempo.

—Sí, pero igualmente tengo muy buenos recuerdos —aseguró—. Cuando me acuerde, si quieres, te enseñaré fotografías mías de esa época.

—¿Quién te dice que tus amigos no lo han hecho ya? —se rio al recordar una que le habían mostrado en la pequeña escapada para pescar que habían hecho—. Tuviste años mejores que otros, sobre todo en cuanto a looks. Eso sí, la sonrisa tan tuya no te ha cambiado.

—Blandita... —Él también se rio—. ¿Cómo recuerdas tu etapa escolar?

—Muy distinta de lo que solía verla cuando estaba aún cursando mis estudios. Ahora, con perspectiva... —Suspiró, no quería pensar en ello, no era algo que quisiera tener en mente—. Dejémoslo.

—No —negó—. Sé sincera, cuéntame todo lo que está pasando por tu cabeza.

—¿Incluso si son pensamientos malos?

—Incluso eso, así puedo ayudarte y animarte, blandita.

—No pude estudiar lo que quería —susurró e hizo una pequeña pausa para coger fuerza—. Si hubiera podido elegir, me hubiera matriculado en SOPA, para poder formarme en mejorar mi dibujo y técnicas para aprender a hacer ciertas cosas que me costaban. —Tragó saliva con dificultad—. A mis... a mis padres no les parecía lo correcto.

—No lo entiendo, SOPA está considerado como un centro de referencia y de mucho prestigio.

—Para ellos, todo lo relacionado con el arte era perder el tiempo, como pasatiempo lo entendían, pero ¿profesión? —Negó con la cabeza—. Menos aún para una Moon. Una Moon tenía que estudiar algo que pudiera ser un orgullo para la familia, por eso mis estudios fueron relacionados a eso.

—Y no te gustaron.

—No mucho, pero quería hacerles felices, hacía todo lo que esperaban de mí, porque quería complacerlos... —Cerró los ojos unos segundos—. Ahora me arrepiento, aunque de nada me sirve hacerlo, no puedo cambiar el pasado.

—Blandita...

—¿Sabes? —Lo miró fijamente, intentando ser lo más sincera posible —. Hay una cosa que hace que esté un poco incómoda cuando estamos juntos.

—¿Algo que he hecho? Porque si es así...

—No, no es queriendo y no es tu culpa —se apresuró a decir, interrumpiéndolo—. Pero tú me has presentado a tus amigos del colegio, a tu círculo cercano, le has hablado de mí a tus padres... Y yo... Yo... —Cerró los ojos unos segundos para ganar tiempo y fuerza—. Yo no tengo a nadie para presentarte. No hay nadie en mi vida, Minho. Solo estoy yo. Estoy sola.

—¿Cómo que nadie? ¿Y yo qué soy?

—¿Te voy a presentar a ti mismo? —se burló sin muchas ganas—. No tengo a nadie para que veas que te implico en mi vida, en mi círculo...

—Me has presentado a Jiyong, ¿no cuenta?

—Jiyong es como tu madre y...

—Nari, a mí esas cosas me dan igual —la cortó y sin importarle que estuvieran en la calle, le acarició la mejilla—. No pienses en ello.

—No tengo familia... —bisbiseó con la voz entrecortada—. No tengo a nadie.

—No tenías —la corrigió—, porque si quieres, y con tiempo, mi familia es tu familia.

—Minho...

—Y, de nuevo, si tú quieres, yo puedo ser tu familia, además de Ruby y Moonie, claro, no nos olvidemos de ellos.

Nari sintió que los ojos se le humedecían. No quería llorar, pero no pudo evitar emocionarse. ¿Era consciente de la importancia de sus palabras? ¿De lo bonitas y el significado que tenían? Ese lado de Minho, ese que solía ocultar, era su preferido. El que se preocupaba por ella, el que expresaba con los ojos lo mismo que sus palabras.

—¿Por qué?

—¿En serio lo preguntas? —Se relamió el labio—. Nari, ¿no es obvio para ti?

—¿Debería?

—Sí. Deberías saber lo que siento por ti y las palabras que quiero decirte de hace tiempo.

Se lo intuía, no porque fuera evidente o él lo hiciera obvio, era porque ella también las sentía. Sin embargo, no estaba preparada para verbalizarlas ni escucharlas. Tenía miedo. Miedo de que si las decían, todo cambiase entre ellos. Una parte de ella sabía que unas palabras, no esas, iban a hacerlo, pero era irracional. No quería darle ese poder a alguien y que todo se estropease.

—No las digas —le pidió—, no aún, por favor.

Minho asintió, sonriéndole y volviéndole a acariciar la mejilla.

—¿Volvemos al hotel? Quiero abrazarte y no puedo hacerlo ahora mismo.

—¿Solo abrazarme? —preguntó para intentar recuperar el control de la conversación y desviar la atención de sus sentimientos.

—De quitarte la ropa también, pero eso es más que obvio, y más si vas con vestido.

—Vas a conseguir que no me ponga más vestidos o faldas.

—No puedes hacerme eso, blandita, ¿vas a ser tan cruel?

—Adoro ser cruel.

—Adoras ser cruel conmigo —corrigió—. Va, volvamos al hotel, el jaccuzzi nos está esperando.

—Minho...

—¿Qué? —Se hizo el inocente—. Estoy lesionado, tienes que hacerme feliz.






¡Holi! ¿Cómo va el martes?

IMPORTANTE

Ayer pregunté en el capítulo de Ayaka si os interesaría entrar a un servidor de discord de la saga y vimos que había muchas respuestas afirmativas, así que: TENEMOS SERVIDOR (aún estamos configurando algunas cosas, pero YA ESTÁ OPERATIVO) 

Si queréis entrar, mandadnos un mensaje privado a alguna de nosotras (o pedidnos que os lo mandemos por un comentario aquí) y os pasaremos el link, así no circula y no se hace publico (?). Estamos MUY emocionadas.

DESDE AQUÍ GRACIAS A Eclxqze por el gran trabajo. Ha sido la maknae la que ha hecho el trabajo.

Dicho esto, ¿qué os ha parecido el cap? Los tozudos van avanzando eh, y el cameo y algunas pistas de Ayakita jejeje.

SPOILER SIN CONTEXTO DEL SIGUIENTE CAPÍTULO (sí, ahora lo haré siempre haha): 🔥❤️‍🔥💧🚿🔞

Nos leemos el sábado :)



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