Si Regresa, Es Tuyo


ADVERTENCIA: Este capítulo trata temas  como las drogas o el abuso sexual. Se recomienda discreción


–¡KAORU!– gritaba Adam mientras tocaba la puerta –¡KAORU

–Ugh, viejo, baja la voz– giró Miya los ojos –Nos van a echar de aquí.

–¡KAORU!

La puerta se abrió, así revelando a un despeinado y somnoliento Kojiro.

–¿Qué mierda quieres?

–¿Qué haces tú aquí?– frunció el ceño.

–Oh, cariño, llegaste– se asomó Kaoru –Disculpa la tardanza. Estaba terminando de arreglarme– dijo mientras se acomodaba su cabello.

Pero el peliazul no lo escuchó, pues aún tenía la mirada fija sobre el invitado inesperado.

–Oh, Kojiro ayer vino por que...

–¿Tan desesperado estás por cogertelo?– preguntó Adam al peliverde.

–No empieces, por favor– bufó este.

–Y tú no me jodas– contestó.

–Ok ¿Quieres saber por qué estoy aquí? Ayer Langa se estaba tirando a Reki en el apartamento y no quería quedarme a escuchar.

–¿Qué ellos qué?– soltó Miya –Ugh, Hasegawa maldito hijo de... Esperaré en el auto– se retiró de la escena.

Adam soltó una risita.

–Entonces Hasegawa no es tan tonto como creí.

–¿Qué insinuas?

–¿Ser amable todo este tiempo para tirarse a Reki? No es mi estrategia favorita, pero supongo que es efectiva.

–Eres un...

–No discutan, por favor– interrumpió el pelirrosa –Cariño ¿Nos vamos?– miró a su novio.

–De acuerdo– accedió de mala gana.

–Oh ¿Van a la fiesta de Alex?– preguntó Kojiro.

–No te importa– contestó Adam.

–Yo también voy a ir.

–Ni se te ocurra– le gruñó.

–Es mi primo. No es como que tenga opción– se encogió de hombros y se puso una chaqueta de mezclilla.

–No voy a llevarte– dijo con firmeza.

–No te lo pedí. Mi moto está abajo.

Finalmente, terminaron llevándolo en el auto de Ainosuke. Desde que supo lo de Reki y Langa, el estado de ánimo de MIya disminuyó de manera notoria. Tampoco Joe iba del mejor humor.

Conversaba con Kaoru en la parte trasera del auto, pero de reojo podía ver como Adam coqueteaba con su secretario, de nuevo.

Apretó la mandíbula. Lo que él daría por ser a quien él al que el pelirrosado mirara con amor. Mientras que el verdadero novio se la pasaba de casanova con medio campus. En ocasiones se preguntaba por qué Kaoru permitía todo eso.

Sabía que él nunca había sido tan pasivo. Cuando eran niños, era casi imposible que alguien lograra intimidarlo de la manera en que Adam lo hacía.

Extrañaba esos años. Donde su sonrisa siempre era brillante y auténtica. Donde podía escucharlo carcajearse cada día.

Pero ese tiempo ya había acabado. Ahora apenas y podía recibir una sonrisa política con la excusa de "Sonreír muy exagerado causará arrugas prematuras". Lo peor es que podía identificar cuáles palabras salían auténticamente de su boca y cuales veían de su novio. Y con el paso del tiempo, estas últimas se volvían mucho más comunes.

Cuando llegaron a la fiesta, fueron rodeados de gente como de costumbre.

Tal vez para muchos suene asombroso estar en los primeros puestos de popularidad. Incluso se podría decir que Adam, Kaoru y MIya lo disfrutaban. Pero Kojiro ya estaba harto de tener tantos ojos sobre él. Cada día se volvía más difícil fingir que todo en su vida estaba bien.

Cada que ellos aparecían públicamente en un evento del campus, se veían obligados a ponerse una máscara. Era una versión de ellos sin problemas. Las máscaras de Kaoru y Ainosuke se adoraban con locura y jamás se harían daño. La de Miya se trataba de una chico sin presiones. Kojiro... su máscara era de alguien despreocupado. Un chico que solo quiere vivir el momento. Pero algo estaba muy consciente en su mente.

Algún día la máscara debía caer y romperse.

Y ese día, todos quedarían expuestos.

La celebración pasó con normalidad. En cierto punto, la pareja se separó y subió a una de las alcobas.

Normalmente, Kojiro no los seguiría, pero después de lo que escuchó en la iniciación de Reki esperaba poder evitar un desastre parecido.

Lo vio entrar al cuarto de invitados.

–No quiero– escuchó la voz de Kaoru.

–Vamos, nadie se dará cuenta– contestó Ainosuke.

–Eso no es mi problema, solo no quiero ahora– respondió –Creí que habíamos venido aquí para que pudiera despejarme un rato.

–Está bien, aquí estaré.

Kojiro soltó un pesado suspiro. Había pensado mal.

Volvió abajo para divertirse. Después de una media hora, notó que Adam bajaba, pero Kaoru no venía con él. Cosa que le pareció extraña.

Subió de nuevo intentando que el peliazul no se diera cuenta. Entró al cuarto y se encontró con Kaoru apenas consciente de su alrededor.

–¿Koji?– preguntó confundido.

–Ey– se acercó él –¿Estás bien?

–¿Dónde estoy?– miró a su alrededor –¿Esa es mi ropa interior?– miró unos boxers tirados a lado de la cama.

Kojiro arqueó una ceja y vio un vaso de agua en el buro.

–¿Ainosuke te dio esto?– le preguntó.

El pelirrosa asintió.

Le dio vueltas al agua y después la olfateo.

Entonces todas las piezas se acomodaron.

–Voy a matarlo– soltó.

Buscó a Adam por los alrededores.

–Ey– lo llamó.

Este giró los ojos y gruñó –¿Ahora que quie...

Recibió un puñetazo por parte del peliverde.

–¿¡Cual es tu maldito problema!?– gritó.

–¿Drogas? ¿Enserio caíste tan bajo?– lo miró.

–¿De qué mierda hablas?–.

–Olí el vaso con agua que le ofreciste a Kaoru allá arriba ¿Todo esto solo por qué no quiso acostarse contigo?– lo sostuvo por el cuello de la camisa.

–No tienes pruebas de nada– lo empujó.

–¡ERES UN HIJO DE PERRA!– le gritó.

–¿Y qué harás?

Le dio otro golpe. La pelea empezó con directa violencia e intensidad.

En pocos segundos se vieron rodeados de un montón de estudiantes.

Miya intentó separarlos, pero fue en vano.

–¡KOJIRO!– lo jaló Kaoru por los hombros.

El peliverde lo miró. De nuevo se veía arreglado, pero sus ojos estaban hinchados.

–¿Te das cuenta de lo que te hizo?– chilló –Kaoru, por favor dime que te das cuenta.

–¿De qué hablas?

–Él solo te hace daño- lo miró de frente –No puedes ser tan ingenuo como para no notarlo.

–Este imbécil cree que te drogué– se levantó Adam del piso.

–¿Qué?– frunció el ceño –Kojiro, en ese vaso estaba un pastilla que Suke me da para el dolor de cabeza.

–Eso no es cierto– negó –El olor...

–No sé que estés pensando, pero no es divertido– lo regañó –Perdón por no sentir lo mismo que tú por mí, pero ¿Acusar a Adam de violarme?

–Yo nunca mencioné nada de eso.

El menor se congeló.

–Entonces si lo sabes– dijo el peliverde –Sabes de todo ¿Verdad? Las infidelidades, manipulaciones, el abuso– una lágrima resbaló por su mejilla –Estás al tanto y lo conscientes.

–Kojiro...

–Ya no puedo con esto, Kaoru– lo interrumpió –Ya no puedo cuidarte si va a ser así.

–¿Cuidarme? ¡Yo nunca te pedí que lo hicieras!

–Pero lo hice porque te amo–contestó –Porque quiero verte feliz y no lo eres ¡Y ESO ME DUELE!– gritó.

–Soy feliz– insistió.

–Mientes.

–¡Pues tal vez lo sería si dejarás de meterte en mi relación.

–No te preocupes, ya no lo haré– forzó una sonrisa –Ya no me meteré con él– señaló a Adam –Ya no me meteré contigo, ni con esa mierda que llamas relación– soltó un pesado suspiro –Pero yo también te pediré un favor. Ya no me busques, porque verte de esta manera también me está dañando y ya no puedo permitir esto– metió las manos a sus bolsillos –Es enserio decepcionante que resultaras tan ingenuo– le dio la espalda.

–Kojiro...

–Adiós, Kaoru– se fue.

Y las máscaras cayeron.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top