Soy una virgen, no una santa
Todos mis movimientos.
Un paso en falso.
Una línea fina.
Reciclaje, voltaje, me muevo.
Hay electricidad en mis ojos.
Pienso que estoy bonita cuando lloro
y tengo cara de virgen,
dijo
que tengo cara de virgen.
¿De qué tengo cara?
Soy una virgen, no una puta santa.
Digo blasfemias, no soy una señorita.
No quiero ser mujer, quiero ser persona.
Quiero aprender sobre la raza humana.
Me quiero morir. No respiro. No hablo. No escribo. Hay palabras que se acumulan, igual que antes. Hay palabras que se acumulan
y quiero llorar,
porque se aceleran mis latidos
y yo conozco mis límites
y los odio
y les grito
pero sé
que no debo saltarlos
o me volveré loca.
Seré una puta loca.
No.
No.
No. No. No.
No.
No.
Tan solo no me digas qué hacer
si yo no te he explicado nada.
No tienes las respuestas,
solo palabras.
No sabés quién soy,
no conocés mi alma.
En la noche no dormí,
hay monstruos entre las sábanas.
A veces quisiera arrancarme la piel,
morir desangrada.
A veces quisiera dejar de existir,
no sentir nada.
No soy una mariposa,
soy un dragón sin escamas.
Hay demasiadas heridas
que aún no sanan.
Son las voces las que me hacen dudar de mi mantra. Si es té o cé, si es ansiedad, si es solo pereza o falta de voluntad o falta de ganas...
No.
Es enfermedad. Me carcome.
Quiero dormir,
pero ya no hay comodidad
en esa maldita cama.
Donde lloro por horas
porque tengo traumas
por el simple hecho de haber nacido.
Y claro, me repiten el cuento de esos que sufren más que yo, como si yo no me torturara
repitiendo que el sufrimiento que sufro no debería hacerme sufrir tanto, porque es insignificante.
Porque soy un grano de arena.
Soy un grano de arena en el desierto.
Soy un grano de arena en el universo.
Soy un grano de arena en el mar,
las olas me llevan entre pensamientos
in
tru
si
vos.
Y a vos te importa tres hectáreas de verga la forma correcta de sanarme, porque el dinero llegará a tu mano hasta que ya no pueda pagarte, hasta que ya no pueda aguantarme y muera a falta sangre.
Una sombra,
derrochada, agotada, expuesta,
con las venas siendo medusas,
con los cabellos en forma de agujas.
Muero. Mirame que me muero.
Ya no sé de qué otra forma mostrarte
que este sufrimiento que sufro por dentro sigue siendo sufrimiento aunque hayan miles de humanos sufriendo de formas más crueles y físicas.
Hambre. Guerra. Muerte. Sangre.
Me vale pito, ¿sabés?
Me vale pito todo eso, ¿sabés por qué?
Porque esa no es mi vida,
no lo estoy viviendo,
no lo estoy sufriendo.
Ese no es el aire que respiro,
esas no son las heridas
que perforan mis intestinos.
Ese no soy yo. Esa no soy yo.
No soy esa alma, esa pena, esa lágrima.
No lo soy.
Mirame, aquí, que me tenés cerca
y te vale pito cada vez que te lo explico,
porque no ves síntomas externos.
No soy tu puto juguete,
no soy tu experimento.
Ya sé que me pariste, ¡y qué!
No te agradezco.
Debiste abortarme cuando tuviste tiempo,
así hubieras ahorrado dinero,
dinero para pagarte tu terapia
porque yo no pienso darte las gracias.
Mirame a la cara, maldita zorra estúpida, que te estoy hablando. Mirame a la cara cuando te hablo. Me vale tres hectáreas de verga tu sufrimiento, porque mi alma no está en tu cuerpo. No soy vos. No soy como vos ahora, ni lo seré nunca. Alagranputa, ¿tan ciega estás? ¿Tan ciega quedaste que no viste cuando cortaron el cordón umbilical? ¡Andate a la mierda, me hartás! A duras penas te veo como persona, no esperés cooperación de mi parte en un intento de convenio que hemos intentado hacer ya varias veces y quedó en nada.
Andate a la verga, porfa, que no me quedan ganas de soportar tu delirio. A duras penas me aguanto yo.
*
Y ajá, que la empatía, que la familia, que dios te ama. Me vale verga, todo eso vale verga cuando estoy en posición fetal en el baño, llorando, llorando bajito para que nadie me oiga y al mismo tiempo deseando que escuchen mis lágrimas.
Y ajá, que soy inteligente, que soy bonita, que nací entera, no me faltan brazos ni piernas. No, no me falta nada. Debería estar agradecida. Debería estarle agradeciendo a un tal dios por el simple hecho de haberme dado vida
pero no me hacen efecto las pastillas y toda creencia en un ser infinito me sabe a agua. Sin sabor, sin color, sin aroma. Si no creo en tu dios, no creo en vos. No creo ni en mí, mucho menos en promesas que están rotas desde antes de haberse acordado. Vayan caminando todos, juntitos y de la mano, derechito pa'l carajo.
Los odio.
Me odio.
La vida es un meme
absurdo y barato,
todos lo tienen,
lo ven, lo comparten,
lo critican, se ríen,
y luego se olvidan
de que existe.
*
A ver, mentime. Mentime a la cara como si me gustara, tratame como niña chiquita, contame el cuento de las abejas y la miel, decime que la masturbación no es buena y que es bueno tener prohibido el aborto y el amor entre homosexuales, que los transgénero no pueden ser transexuales en este país tan cristiano, tan nicaragüense, tan azuliblanco, tan rojinegro, tan deacachimba.
Tomá, estoy hablando tu idioma. Pero ni así sos capaz de comprender ni mi ironía ni mi risa ni mis lágrimas. Te valgo pito, aceptalo, porque el amor es egoísta. Hablás de empatía, de amabilidad, de cortesía, pero nunca te has puesto en mis zapatos. Vos solo querés, pedís, exisgís y das órdenes, porque ahí te puso la cadena alimenticia dentro del árbol familiar, y se supone que tenés todo el derecho a mandar y repartir vergazos, a diestra y siniestra, sin importarte lo que sientan tus hijos. Y estás tan trastornada que ya no entendés cuando te hablan con hechos, porque lo único que te interesa es tu versión distorsionada del karma, en la que supuestamente nos has dado todo y por eso te debemos hasta el alma. Jodete.
¡Jodete! Que para vos la estabilidad no existe y la confianza es un susurro que quedó estancado entre fajazo y fajazo. Te valemos verga, aceptalo. Nos ves más como esclavos que como hijos. Nos ves como deudores que nunca deberán ponerte ni una mano encima, porque vos sos la puta mafia italiana, donde te cortan los dedos ante cualquier falta de respeto hacia la familia. Pinche teoría más precaria. Yo tengo ganas hasta de quemarte viva y no lo ando diciendo en voz alta (aunque ahora que existe este seudo poema, esa afirmación queda como mentira).
Y ajá, que siempre termino hablando de vos, porque se supone que todo se arreglará si arreglo nuestra relación, pero eso es una falacia mal escrita. Conozco mis defectos, en estos días ya ni me soporto, se ha ido acrecentando el enojo, le temo tanto a la impotencia que tan solo lloro ante situaciones que no debo traspasar a lo físico. La puta medicina no hace efecto... pero sufro sus defectos si no me la tomo. Estoy rota, ah, que me rompí de nuevo intentando repararme porque nadie me deja hablar del hijueputa elefante adherido a la pared, porque en esta habitación hay demasiadas personas queriendo dar su opinión.
No me soporto ni a mi misma, ¿cómo querés que te aguante a vos? Ya estoy harta de ceder el poco espacio que tengo. Si me adelanto dos pasos, una simple discusión me devuelve hasta el principio. Y nunca seré feliz, aún si hago mil poemas donde te insulto, te mato, te agredo o te evado. Sos la incógnita primera, porque antes del huevo estaban la gallina y los dinosaurios.
Ojalá a tu dios se lo coja el diablo.
*
Me harté.
No hay final ni salida,
entonces solo queda la muerte
y ya lo intenté
pero no sirvo ni para eso.
La existencia de mi mamá
me chupa un huevo.
No creo en la credibilidad
de mi pensamiento
porque da la casualidad
que nací con ovarios
y no sé distinguir
entre hormonas
y sentimientos.
La ira se mete por vía
intravenosa
y vale verga mi esfuerzo
porque tengo fama
de perezosa.
Ojalá me muera un día de estos
así no tendría que ir a la uni
ni exponer sobre el Protesto.
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