Habitación oscura y vacía
Cuando pienso en mi futuro solo soy capaz de imaginar una habitación oscura, con un escritorio sobre el cual se encuentra una computadora y algunos cachivaches más, y alguna chica sentada, con la espalda encorvada, en una silla, viendo fijamente hacia la pantalla. Eso me hace pensar que escribir y sumergirme en los mundos que tengo meses de no crear es lo más cercano a una pasión. Ya olvidé en qué año dejé de sentirme motivada por algo. Es más, ni siquiera recuerdo haber estado motivada por algo sin que alguien estuviera a mi lado, dándome ánimos y apoyándome. Creo que dependo mucho de la gente en ese sentido, dependo mucho de la gente para poder avanzar porque nunca lo he hecho por mi misma.
Solo estoy en este mundo como un
producto de la inercia y la casualidad.
La verdad no espero un final feliz, no espero escribir mi historia más allá de párrafos llenos de ejemplos abstractos porque me aterra que alguien me llegue a comprender del todo. Nunca nadie lo ha hecho, solo un par de personas han estado cerca. Como sea, no me gusta escribir de mí; la poesía es una excepción. La poesía siempre ha sido una excepción a todas las reglas que me he impuesto y, debido a eso, caí en el hoyo más repugnante que he conocido. Estoy atascada, no sé cómo salir y eso me hace una persona patética. Lo peor de todo, es que soy capaz de saberlo pero casi nunca lo exteriorizo de forma directa hasta que alguien más lo hace por mí, hasta que cae el regaño, hasta que algo me da el ultimo empujón y mi cuerpo metafórico toca la tierra invisible de la calamidad, el suelo del abismo, etcétera.
Sinceramente no sé qué tipo de persona seré cuando todo esto termino, si es que logro ponerle un punto final. Tengo miedo de perderme pero la verdad es que... ya estoy perdida. No sé quién soy ni porqué carajos me encuentro en esta situación. No sé porqué me empecé a sentir patética y esa sensación incrementa ahora que me doy cuenta de ello y soy capaz de exteriorizarlo de esta manera. Mi familia tiene razón, antes no era así. Maté mis sueños y me dejé llevar por esa corriente de la que antes me quejaba sin tener conocimiento alguno. "No escupas hacia arriba" y heme aquí, me ha caído la saliva en la cara y la verdad es que me da pereza quitarla. La pereza es el mayor de mis pecados. Pero si profundizo un poco más, sé que no es solo eso lo que me colocó en esta situación tan lamentable.
¿Por qué me siento abandonada si lo he tenido todo? Como una princesa en un reino de plástico, donde todo es falso hasta que se quema. Creo que me he aferrado por mucho tiempo a esas cenizas, tanto que he dejado que las absorba mi piel y esa es una de las razones por las que me siento de esta forma. Una de las razones por la que siento esta inexplicable tristeza cuando no debería estar triste.
Me alejo de todo aquel que intenta acercarse a mí porque sé que si jalan la cuerda no seré capaz de dejar de girar, de girar, de girar, de girar en torno a algo que se siente tan agradable pero a lo que solo me aferro como un parásito repulsivo. Traté de negarlo, pero Modouka ga osou realmente me identifica: si dejo ir a uno, voy inmediatamente en busca de mi siguiente víctima, teniendo como única justificación a las críticas el hecho de que nunca revelo completamente mi identidad.
Solo dejo trozos.
Dejo piezas de rompecabezas y por eso me aterra cuando dos personas que me conocen se juntan. Podrían descubrir el inevitable misterio pero nunca serían capaces de decirlo en voz alta. Nunca me dicen las críticas completas en voz alta, siempre se guardan algo para ellos mismos. O esa es la impresión que me dan, pues ninguno ha sido capaz de ver todos mis errores. Hasta ahora. Es jodido estar escribiendo esto luego de que él me haya regañado pero ya le agradecí por eso. Fin de la jugada, es aquí cuando me retiro y huyo, solo que esta vez no quiero seguirlo haciendo.
No sé qué mas hacer, no sé qué viene después de esto porque nunca estoy consciente cuando el proceso del cambio está pasando. Solo me doy cuenta días después de su final.
No diré mas de mis errores porque de esos ya he escrito hasta el cansancio, tampoco quiero escribir de superación ni hacer una narración sobre mi vida. Solo me queda esto, porque hasta en eso soy demasiado perezosa como para mostrar lo que se supone que es mi verdadera cara.
Terminé Poesía Insípida, un proyecto nada ambicioso donde simplemente iba a escribir lo primero que se me ocurriera, y creo que estoy igual de hueca que cuando lo inicié. ¿Realmente ha habido un cambio entre la persona que fui cuando escribí mi primer poema, hasta el humano amorfo que soy ahora? Tal vez sí, pero una parte siempre se mantuvo intacta y me da demasiada pereza decir en voz alta que todo es culpa de mi pereza, pues soy mejor buscando excusas coherentes que exponiendo mi parte deficiente. La única imagen que tengo de mi futuro, aún ahora, es una habitación oscura donde escribo y escribo lo que sea que se me venga en gana, soñando con el sello de Best seller pero sin saber si lo conseguí o no, solo escribiendo para mi misma, historias que no son tan vacías y mediocres como yo.
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