Día 5: La búsqueda por el regalo perfecto

N/A: No mentiré, estoy muerto de cansancio mientras escribo esto...pero la verdad no me arrepiento de nada, lo volvería a hacer con gusto 😊. Bueno pues, no tengo mucho que decir esta vez, solo espero que disfruten el día 5 de este especial por la semana Ronniecoln, el cual se hizo más largo de lo que pensé que sería, pero que acabé disfrutando de escribir. Sin nada más que agregar, es hora de empezar con el relato.

Ronnie Anne y Sid se encontraban paseando por la ciudad en búsqueda de un regalo para Lincoln. Su cumpleaños era mañana y en toda la semana Ronnie Anne no pudo encontrar algo para regalarle a su amigo, por ello decidió hoy invitar a su amiga para que le ayudase a seleccionar la mejor opción.

—Gracias por ayudarme a escoger un regalo para Lincoln, Sid.

—No hay de qué, amiga. Yo estaré complacida de ayudarte a conseguirte un regalo para tu novio.

—¡No es mi novio! —dijo Ronnie Anne sonrojada.

—Pero lo será cuando le des un regalo súper romántico con mi ayuda.

—¡No! Mira Sid, aprecio tu intención, pero solo quiero regalarle bueno a Lincoln. Nada romántico de esas tiendas cursis, solo algo cool que pueda disfrutar mientras lo usa.

—Ok, entiendo. En ese caso entraré en modo serio.

Sid pone sus dedos en sus sienes y cierra los ojos mientras hace un sonido como de transformación. Ronnie Anne presenciaba esto con una ceja levantada y se preguntaba si su amiga había perdido la cabeza. Pocos segundo después Sid volvió a abrir los ojos y adquirió una pose normal.

—Listo, ya entré en modo seria. Ahora dime, ¿qué cosas le gustan a Lincoln?

—Déjame ver...ya le agarró gusto a las bromas, aunque no quiero hacerle una en su cumpleaños...al menos no esta vez. Le gusta mucho la magia, pero no sé mucho de eso como para regalarle algo bueno. Le encanta la música rock, en especial una banda llamada Smooch. Le gustan los videojuegos igual que a mí, las películas de aventuras y ciencia ficción como todo un nerd, un programa de fantasmas llamado Arggh y le fascinan los cómics de superhéroes. Me contó que una vez hizo su propio cómic, yo lo leí y la verdad sí era muy bueno—respondió Ronnie Anne contando lo que sabía de Lincoln.

Viendo la respuesta de su amiga, Sid le esbozó una sonrisa traviesa.

—Vaya, Ronnie, para no ser tu novio tú si sabes mucho de él.

—¡N-n-no es lo que piensas! Es que hablamos mucho y él me cuenta de esas cosas—explicó una sonrojada Ronnie Anne.

—Pero hablas mucho con él porque quieres que sea tu novio, ¿no es así? —inquirió Sid con un tono juguetón.

—¡Cállate! —le replicó Ronnie Anne desviando la mirada.

Después de caminar un rato más llegaron a su primera parada.

—Eh...Ronnie Anne, ¿qué es esto? —preguntó Sid al ver frente suyo una tienda que manifestaba un ambiente lúgubre y terrorífico, cuyo nombre "El rincón de la oscuridad" cumplía su cometido de infundir miedo.

—Nuestro primera parada. Aquí creo que pueden vender algo de ese programa de fantasmas que tanto le gusta a Lincoln.

Las dos chicas entraron a la tienda, aunque la asiática no estaba cómoda con la idea de entrar...y con justa razón. La tienda por dentro era tan tenebrosa como lo era por fuera, había muy poca luz adentro, la mueblería estaba vieja y con rasguños que arruinaban la madera, las telarañas decoraban el lugar como si fuera Halloween y el ambiente estaba impregnado por un aura oscura y apabullante.

—Cielos...este lugar da miedo—comentó la temblorosa Sid.

—Es solo una tienda Sid. Puede que sea un tanto escalofriante, pero recuerda que ya pasamos una noche en el cementerio de la ciudad, esto no es nada en comparación.

—Sí...creo que tienes razón. No es tan terrorífico si lo miras.

Eso era mentira, puesto a que cada vez que veía la tienda con más detalle más miedo sentía. Las repisas estaban llenas de objetos que emanaban con más fuerza ese aura oscura que sintió Sid afuera. Entre los objetos que vislumbró se encontraba una escalofriante pata de mono, un terrorífico libro cuyo nombre "Necronomicón" hacía rehuir a la castaña, un extraño cubo negro lacado cuya etiqueta lo identificaba como "Configuración del lamento" y un espantoso muñeco pelirrojo con un overol y una mirada asesina presente en sus ojos. Por último, Sid divisó un frasco de ojos que a primera vista lucían falsos, pero cuando estos le parpadearon corrió como alma al diablo a pegársele a Ronnie Anne. La morena no se inmutó por eso y tocó la campana de la caja para llamar al vendedor.

—Bienvenidas al Rincón de la Oscuridad, donde vendemos objetos malditos a personas malditas—saludó el encargado de la tienda, quien lucía como un viejo sacerdote mongol con una expresión sería y algo siniestra fumando una pipa.

El anciano al ver a Sid mostró mucho interés.

—Ah, pero qué tenemos aquí—sacó una lupa de su bolsillo y comenzó a examinarla—Está un poco reseca, pero creo que está bien. Sí, tú ser una modelo de gran ayuda para mí.

Las palabras del viejo sumado a su tono espeluznante repelieron a Sid hasta hacer que ella se alejara hasta el extremo de la tienda.

—Bueno, supongo que no todas quieren ser modelos de Coco Channel.

El viejo sacó su celular y realizó una llamada.

—Greg, soy yo. Llama a la coreana del otro día y dile que la aceptamos...sí, no encontré una modelo asiática mejor, pero ella igual está bien. Dile que empezamos la sesión el lunes...de acuerdo. Adiós.

El viejo colgó y posó la mirada sobre Ronnie Anne.

—¿En qué puedo ayudarte, niña?

—Estoy buscando un regalo de cumpleaños para un amigo. Él es fanático de ese programa de fantasmas Arggh y me preguntaba si tienen algo relacionado al programa.

—Como un creyente del ocultismo y de la magia negra, repudio a ese programa con toda mi alma...pero como fanático de la serie desde hace 10 años, te pudo ofrecer esto.

El vendedor sacó de debajo del mostrador una caja que contenía diversos aparatos que usaban los dizque cazadores de fantasmas.

—Es una réplica exacta del equipo que usa el presentador Hunter Specter en su show, creada para fungir de reemplazo en caso de que el equipo original se desgastase. Con motivo de celebración por la renovación a una segunda temporada, se rifaron solo 5 juegos de este reemplazo. Si tu amigo es un verdadero fanático de la serie, esto le encantará esto.

—Sí, se ve genial y todo eso, pero parece muy caro. ¿Cuánto es el precio?

—300 dólares.

—Sí, lo que pensé, no me alcanza para eso. ¿Qué tiene que valga máximo 20 dólares?

—Mmmm...—el anciano después de pensar un poco buscó de debajo del mostrador algo que cumpliera con las condiciones de la latina. Después de buscar unos momento, salió para mostrar lo que encontró.

—Tengo esto, un juego de mesa original de la franquicia. Viene con 12 piezas y 5 tableros diferentes con varios lugares embrujados visitados por Hunter. Cuesta 20 dólares, pero te lo dejaré en 15 para que se lo des a tu amigo, ¿qué?

Ronnie Anne al ver el juego de mesa solo pudo pensar que es el regalo más tonto que le podía dar a Lincoln.

—¿No tienes algo más?

—No, tenía unas camisetas conmemorativas del primer año de lanzamiento, pero se me terminaron.

—(Suspiro) Bien, de todas formas gracias por su ayuda.

—A su servicio.

—Vámonos, Sid—avisó Ronnie Anne a su amiga para que saliera de la tienda, pero ella se quedó adentro absorta por un simple trofeo de muro de un pez.

Desde que lo vio por primera vez, a Sid le llamó la atención ese pez, por alguna razón. Tal vez por ser el objeto menos aterrador de toda la tienda y que mayor seguridad le brindara.

—¡Bu!

Pero todo eso se torció cuando el pez súbitamente volteó a verla y le habló. Eso fue suficiente para hacer gritar a Sid del terror y que saliera corriendo a la salida de esa tienda.

/

Las chicas se encontraban en una tienda de videojuegos para continuar con su búsqueda de un regalo.

—¡Esto sí es una tienda en la que quiero estar! No como esa otra tienda aterradora—comentaba Sid aliviada de estar en un lugar más alegre.

—Concéntrate, Sid. No vinimos aquí a divertirnos, sino a buscar un regalo para Lincoln. Ayúdame a buscar un buen juego para él.

—A la orden señora.

Las dos se separaron un empezaron a buscar un juego que pudiera regalarle Ronnie a Lincoln. No obstante, después de un largo rato buscando ningún juego era perfecto para él. Ronnie Anne comenzaba a creer que tendría que descartar un juego como regalo.

—¡Ven Ronnie Anne, encontré algo!

Por suerte Sid pareció encontrar el juego ideal y con ella a ver cuál era. Se trataba de un juego ubicado en la repisa de las novedades, pero este tenía una etiqueta de descuento pegado indicando que estaba en oferta.

—¡Mira eso! Es Blasteroides 2, es un juego nuevo muy bueno y está a mitad de precio. ¿No es genial?

—Sí...lo es.

Sid notó que su amiga no se encontraba muy entusiasmada por su descubriendo.

—¿Pasa algo?

—Bueno, es que...Lincoln ya lo tiene. De hecho, él y yo jugamos una vez juntos, fue muy divertido, pero regalarle un juego que ya tiene sería como dar tarjetas de béisbol repetidas.

—Oh, entiendo. ¿No viste algún otro juego que fuera bueno?

—Los juegos buenos están muy caros para mi presupuesto y los que puedo comprar no son interesantes.

—Entonces supongo que no le podrás regalar un juego.

—Temo que no.

Las dos amigas salieron del establecimiento para continuar con su búsqueda del regalo perfecto para Lincoln.

/

Ahora se encontraban dentro de una tienda de cómics haciendo un nuevo intento de encontrar un regalo para Lincoln.

—¡Guau! ¡Qué increíble historia! Con razón a los chicos les gustan los cómics, son increíble—comentaba Sid al leer un ejemplar de un cómic que estaba en exposición en uno de los estantes. Más sin embargo, su grata experiencia fue interrumpida gracias al vendedor.

—¡Esto es una tienda, no una biblioteca! Si quieres leer el cómic tendrás que comprarlo—le indicó el dueño de la tienda a Sid.

El dueño era un hombre obeso con barba leve y calvo de la parte superior de la cabeza, pero con cabello castaño largo en la nuca atado en una cola de caballo, y también tenía un gafete en su cabella que indicaba su nombre "Jeff Albertson".

—Oiga, ¿usted tiene algo de Ace Savvy? —le preguntó Ronnie Anne cuando el tipo regresó al mostrador.

—Oh, ya que el letrero con Ace en su clásica pose heroica, la sección dedicada a Ace en la repisa 14 de la esquina superior derecha y la estatua resaltante en la ventana del héroe en su edad dorada no son suficientes indicativos, entonces déjame decirte que sí, tenemos "algo" de Ace Savvy—respondió el dueño con un innecesario y cruel sarcasmo, cosa que molestó a Ronnie Anne.

—Cómo se nota que tienes muchos clientes acá—replicó Ronnie Anne también con sarcasmo—¿Cuál es el mejor cómic de Ace Savvy que tiene?

—Agh, otra vez con eso. Déjame decirte algo niña, eso del "mejor cómic de un personaje" no existe, ya que pasa por distintas etapas en distintos periodos del tiempo donde la recepción se vio influida por el pensamiento del público en dicha época. El personaje ha pasado por distintas buenas épocas, pero definir cuál es su mejor cómic es imposible.

—Sí, sí, sí, lo que digas. Solo dígame cuál es el mejor de una vez.

El encargado soltó un suspiro de fastidio y murmuró por lo bajo la palabra "normies" de forma despectiva.

—Si hablamos de términos de valor, en ese caso creo que tengo lo que buscas.

El hombre sacó de debajo del mostrador un maletín negro que se veía de alto valor. Al abrirse dejó salir humo blanco de espectáculo, y dentro del maletín se encontraba un cómic especial de Ace Savvy.

—Este es el número de Ace Savvy, marca la primera aparición serializada del personaje en su historia. Solo un verdadero fanático de Ace tiene en su posesión este número original.

—Solo un verdadero fanático, ¿eh?

Eso parecía ser algo que quisiera Lincoln, la cuestión era ver el valor de ese cómic. Al fijarse en la etiqueta pegada en el plástico de la historieta, vio con sorpresa y alegría que su valor era de 20 dólares, justo lo que tenía.

—¡Perfecto! Me lo llevo.

Ronnie Anne extendió el billete hacia el hombre para realizar la compra, pero él no se veía dispuesto a acertar el pago.

—Te hace falta más que eso para comprar esto, niña.

—¿De qué hablas? Ahí dice que vale 20 dólares.

—Fíjate de nuevo.

El sujeto extiende la etiqueta y revela su verdadero precio.

—¡¿2000 dólares?! —exclamó Ronnie Anne al ver el exorbitante precio de la historieta—¡¿Cómo es posible que ese tonto cómic valga 2000 dólares?!

—Estamos hablando del primer número de uno de los personajes más icónicos de la industria de los superhéroes. Da gracias a Dios porque el precio no sea de más dígitos.

—No voy a pagar 2000 dólares por un cómic. ¿Qué tienes de Ace Savvy que no sea más de 20?

—Una playera conmemorativa al décimo aniversario de la salida de la cuarta serie de Ace Savvy.

El vendedor mostró a Ronnie Anne una playera negra con el logotipo de la serie en cuestión con una inscripción en la parte inferior que dictaba "10° aniversario". Estaría bien...si no fuera muy grande y oliera mal.

—Primero que nada, esa camiseta es muy grande para cualquier persona en el planeta. Segundo, huele como si lo hubieran usado de trapo en un restaurante de comida rápida.

—Para tu información, eso es el sudor del creador Ace Savvy Bill Buck, quien antes de repartirlo se limpió la frente con la playera y yo logré conservarlo hasta el día de hoy bajo un arduo esfuerzo.

—¡Qué asco! Yo me voy de aquí.

Ronnie Anne salió de la tienda acompañada por Sid sintiendo repudio y rabia por el trato de ese horrible vendedor.

Pero el verdadero problema radicaba en que se les había terminado las opciones para encontrar un regalo perfecto para Lincoln.

—¿Qué haremos ahora? Se nos acabaron nuestras opciones y todavía no consigues un regalo para Lincoln—señaló Sid preocupada.

—Bueno...en realidad no se terminaron todas, todavía nos queda un lugar más para buscar.

—No será otra tienda de miedo, ¿o sí?

—No...será mucho más aburrido que eso

/

Resultó ser que la tienda a la que hizo referencia Ronnie Anne era una tienda de antigüedades y artículos de colección.

—No entiendo, ¿qué es lo que hacemos aquí? —preguntó Sid.

—Buscamos uno de esos libros donde se coleccionan monedas. Lincoln me contó una vez que le gustaba coleccionar monedas, así que le regalaré uno de esos libros para que siga coleccionando. Si ves uno me avisas.

—Enterado.

Las dos muchachas se separan en busca de un álbum de colección de monedas. Había muchos objetos coleccionables en esa tienda y muchos artículos decorativos, como teléfonos antiguos, mesas de noches o imitaciones de cuadros de pintura. Pero no podía encontrar algún álbum o libro para coleccionar monedas.

—¡Ronnie Anne, por aquí! —llamó a Sid con entusiasmo a su amiga desde el otro lado de la tienda.

—¡¿Encontraste el libro?!

—¡Mejor, ven a ver esto!

La morena fue hasta donde se encontraba su amiga curiosa por saber qué era lo que le causaba tanta emoción.

—¡Mira esto!

Sid le mostró aquello que tanto entusiasmo le había generado. Se trata de una lámpara ornamental marrón con una base con una figura realista de un tronco con un mapache sobre la punta mirando al lado mostrando los dientes.

—¿Qué diablos es eso? —dijo Ronnie Anne como reacción al ver la horrible lámpara que tenía Sid en su mano.

—Es una lámpara de mapache, ¿no es linda? Hasta tiene al mapache sonriendo

Más bien dicho, gruñendo.

—Parece a uno de esos objetos embrujados que te atacan en cuanto te duermas—dijo Ronnie Anne.

—Claro que no, es perfecta para regalarle a Lincoln. Mira, tiene un interruptor para modificar la intensidad de la luz, bombillos ecológicos, excelente rango de proyección de luz, un tallado de primera y lo mejor de todo...

Sid saca un lápiz de su bolsillo y lo coloca en el espacio que había en la boca del mapache.

—¡También es un porta lápices! —señaló maravillada por tal función de la lámpara—Y no solo eso.

Sid sacó más objetos de su bolsillo para ponerlo en la boca del mapache.

—También porta bolígrafos, portaminas, marcadores, resaltadores—señalaba Sid a medida que sacaba los objetos de su bolsillo—y...¡punteros láser!

Al sacar este último empezó a jugar con el puntero como si fuera un arma láser mientras hacía sonidos con la boca. Pero al ver la cara amargada de su amiga fue disminuyendo la frecuencia de su onomatopeya hasta lentamente lo detuvo por completo.

—Pon eso donde estaba—ordenó Ronnie Anne y Sid se vio obligada a devolver la lámpara en su lugar para su pesar.

Presionada por la falta de tiempo y opciones, la pelinegra se dirigió hacia el encargado de la tienda, quien era un hombre mayor con una cara que transmitía tranquilidad y confianza.

—Disculpe señor, ¿usted tiene de esos libros con el que uno colecciona monedas?

—¿Te refieres aun álbum para coleccionar monedas?

—¡Sí, eso!

—Me temo que no, pequeña. Vendí el último que me quedaba hace una semana, pero me llegarán más el próximo viernes.

—Rayos, eso no me sirve. ¿No sabe en dónde podría encontrar un álbum de monedas?

—No lo sé, hasta donde tengo entendido soy el único en el área que vende artículos para coleccionar de esa clase, así que no sabría decirte. Lo siento.

—(Suspiro) No se preocupe, gracias por su ayuda. Vámonos, Sid.

Las chicas salieron de la tienda al ver que no pudieron cumplir con el objetivo de encontrar un regalo para Lincoln. Pero a los breves segundos de salir, Sid regresó una vez más a la tienda.

—¿Cuánto por la lámpara de mapache?

/

Regresaron al apartamento de Sid después de una fracasada expedición en busca de un regalo para Lincoln. Ronnie Anne se encontraba decaída, ya quedaba poco tiempo para el cumpleaños de Lincoln y no sabía qué regalarle. La idea de presentarse sin un regalo en mano era inconcebible y vergonzosa, necesitaba encontrar rápido algo para regalarle o sino no podría ir a la fiesta, pero no se le ocurrían más ideas.

—Agh, ¿qué voy a hacer ahora? No queda prácticamente nada para el cumpleaños de Lincoln y no sé qué regalarle.

—¿Por qué no pruebas con un disco de esa banda que me dijiste, Smooch? Algo así le puede gustar.

—Revisa los precios.

Sid buscó en internet el precio de los discos de la banda. Sus cuencas casi expulsan sus ojos al ver el precio.

—¡¿300 dólares?!

—Sip, igual que el equipo de cazafantasmas. Lo malo de gustarte una banda famosa es que sus discos son caros—Ronnie Anne soltó un suspiro pesado y se lanzó boca arriba al sofá—A este paso tendré que faltar a la fiesta de Lincoln y lo único que le regalaré será una promesa rota.

Ronnie Anne procedió a taparse la cara con el brazo en señal de total abatimiento de parte suya.

—¿Qué tal si intentas regalarle algo personal? Ya sabes, algo que tú misma hiciste.

—¿Cómo qué?

—No lo sé...¿sabes cocinar?

Antes de responder, la latina irguió el cuerpo para sentarse en el sofá.

—Sí.

—¡Perfecto! Puedes prepararle algo para comer como regalo.

—No lo sé...suena un regalo muy patético.

—Al contrario, todos sabemos que para llegar al corazón de un chico es yendo con su estómago. Estoy segura de que amará una comida tuya.

—Ok, tal vez tengas razón en eso, pero la verdad no me siento segura conmigo misma cocinando. Desde que llegué a la ciudad solo he cocinado un par de veces, ya que a la abuela no le gusta que cocine porque cree que estoy usurpando su lugar o algo así.

—No te preocupes por eso, sé que lo harás genial. Eres Ronnie Anne, no hay nada que no puedas hacer si te lo propones. Tengo plena confianza en que lo harás bien.

Ronnie Anne se sonrojó por lo halagos que le estaba dando Sid, que incluso le ayudaban a ganar más confianza en sí misma, pero había otro problema que debía afrontar.

—Bueno, me halagas Sid, pero aun no creo que pueda hacerle algo a Lincoln. Por lo que te mencioné antes a mi abuela no le gusta que use la cocina ni para calentar comida con el microondas. No creo que me preste la cocina para que le prepare algo a Lincoln.

—Eso no importa, puedes usar la mía.

—¿Estás segura?

—Por su puesto. A mis padres no les molestará.

Con la nueva confianza en sí misma adquirida y el permiso de Sid para usar su cocina, Ronnie Anne se vio determinada para hacer la mejor comida que jamás haya hecho para el cumpleaños de Lincoln.

—¡De acuerdo, lo haré! ¡Voy a hacer la mejor comida que ese patético haya probado en su vida! —declaró la morena con firmeza en sus palabras.

—¡Así se habla, Ronnie! —le dijo Sid en señal de constante apoyo.

Y así, Ronnie Anne pasó el resto del día buscando y preparando la mejor comida para el cumpleaños de mañana de Lincoln. Primero quería practicar sus habilidades culinarias para determinar si se había oxidado dado su tiempo sin cocinar o si seguía siendo igual de habilidosa. Luego de un duro trabajo buscando y preparando el platillo, Ronnie Anne terminó sintiendo orgullo por haber terminado un plato después de un largo tiempo.

—¡Sid, ven a comer! —llamó a la asiática dado que ella se había ofrecido ser la probadora antes de hacerle algo a Lincoln.

—Genial, muero de hambre.

Sid sentó en la mesa del comedor y esperó intranquila a que le sirviera el plato. Sin embargo, se desilusionó al ver lo que había cocinado Ronnie Anne.

—Ugh, ¿wafles? ¿En serio?

—Lo siento por eso, Sid, pero la única vez que le preparé algo a Lincoln fueron unos wafles y...quiero que reviva ese buen momento de nosotros.

—Oh...entiendo. En ese caso, me lo comeré.

—No tienes que hacerlo si no quieres.

—Tranquila amiga, es solo una comida, puedo con esto.

Aun con el recelo enorme que sentía hacia los wafles, se recordaba constantemente que eso lo estaba haciendo por una amiga, así que tragó saliva, cortó un pedazo pequeño del primer wafle. Tuvo cuidado con no saborizar nada para no hacer una reacción automática y vomitar todo. Pero apenas su lengua sintió el sabor del wafle de Ronnie Anne...creyó que se había muerto y ahora estaba en el cielo, porque el sabor de esos wafles eran divinos.

—¡AY POR DIOS! ¡SANTO CIELO! ¡LITERALMENTE ES EL MEJOR WAFLE QUE HE COMIDO EN TODA MI VIDA! —exclamó emocionada a tal punto de tener los ojos llorosos

—L-lo dices en serio—preguntó Ronnie Anne apenada.

—¡Claro que sí! Sabes que hablo en serio cuando se trata de comida. ¡ESTO ES LO MEJOR QUE HE PROBADO EN LA VIDA! ¡NO PUEDO PARAR! —Sid siguió comiendo de los wafles de muestra como si fuera un animal salvaje devorando a otro.

—Jeje, en serio me alegra que te guste tanto, Sid. Eso significa que no he perdido el toque y ahora tengo un regalo para darle a Lincoln. Muchas gracias por tu ayuda, Sid. Si quieres te comes todo lo del plato, pero no toque el envase que ahí está la parte de Lincoln.

Al voltearse a ver al envase, encontró que su amiga estaba devorando todos los wafles dentro . Soltó un suspiro de fastidio antes de dirigirse nuevamente a la cocina.

—Está bien, haré una docena más.

—Haz 2 por favor—pidió Sid descaradamente.

/

Con su regalo en mano y una temple de titanio, Ronnia Anne junto con su hermano llegaron a la residencia Loud después de 3 horas de viaje para asistir al cumpleaños de Lincoln. Casualidad o no, el encargado de abrirles fue Lincoln.

—¡Oh, hola Ronnie, hola Bobby!

—¿Qué hay, Linc? Feliz cumpleaños

—Hola pequeño Loud. Feliz cumpleaños, hermano.

Saludaron y felicitaron los dos hermanos Santiago a Lincoln.

—¡Gracias, chicos! —agradeció Lincoln con alegría—Me alegra que ambos pudieran venir. Pasen que la fiesta está recién empezando.

Con el permiso dado por Lincoln, Ronnie Anne y Bobby entraron a la residencia Loud, donde pudieron ver reunidos los padres y hermanas de Lincoln, lo que parecía ser sus abuelos y al grupo de amigos de Lincoln. Bobby lo que hizo fue ir directo hacia Lori para reunirse personalmente con ella después de tanto no hacerlo, mientras que Ronnie Anne se dedicó a pasar el tiempo con Lincoln y sus amigos y la ocasional hermana que quiso meterte en medio del juego.

Pasaron un rato agradable todos juntos disfrutando de la fiesta, pero ya era hora de ponerle pausa para descansar un rato y proseguir con la apertura de los regalos de parte del cumpleañero. Las primeras en pasar fueron las hermanas, quienes le hicieron un hermoso collage con diversas fotos donde cada una pasaba un tiempo agradable con Lincoln. Aquel fue un momento enternecedor para los presentes, pero debían seguir con los regalos de parte de sus amigos. Ronnie Anne no estaría tan pendiente de esta parte ya que estaba segura de que su regalo iba a superar a cualquier otro

El primero en pasar fue Liam.

—¡Feliz cumpleaños, Lincoln! —felicitó el granjero al peliblanco y le entregó su caja de regalo.

El albino destapó el regalo y miró con sorpresa lo que le habían regalado.

—¡Un nuevo álbum para coleccionar monedas!

—Sí, recordé que te gustan y ese me lo habían dado ya hace unos años atrás, entonces para no desperdiciarlo mejor se lo doy a alguien que sí sepa valorar ese regalo.

—En serio Liam, este regalo me encanta. Muchas gracias.

—No hay de qué, amigo.

Al ver la clase de regalo que le dio el pelinaranja a Lincoln, Ronnie Anne se sintió algo asustada y más tomando en cuenta de que estuvo a punto de conseguirle algo parecido para su cumple. Pero desestimó de su cerebro todos esos pensamientos y optó por prestar únicamente atención en sí mismo.

Después de haber pasado Liam, llegó el turno de pasar a Zach.

—¡Feliz cumpleaños, Lincoln! —primero felicitó el chaparro al albino y procedió a entregar el regalo.

Al destaparlo, nuevamente Lincoln quedó sumamente sorprendido.

—¡No puede ser! ¡Es una réplica exacta del equipo de trabajo de Hunter Specter! ¡¿Cómo lo conseguiste?!

—Mis papás solían cazar fantasmas antes de comenzar a cazar extraterrestres. Como no lo utilizamos más y recordé que eres fanático de Arggh, entonces pensé que te gustaría tenerlo,

—¡Claro que me gusta! Ahora tengo un equipo decente para cuando tenga que cazar fantasmas otra vez. Muchas gracias, Zach.

—No hay de qué.

El miedo de Ronnie Anne creció al ver el regalo de pelirrojo con lentes. Había descartado ese regalo en la tienda tenebrosa por considerarlo muy caro, pero aquel amigo de Lincoln pudo conseguirlo sin problemas. Y aunque las circunstancias fueron distintas, no podía dejar de considerar que pudo haber hecho mayor esfuerzo en dar un regalo.

Luego de Zach le llegó el turno a Rusty, quien sostenía un regalo pequeño en su mano.

—Feliz cumpleaños, Lincoln—felicitó a Lincoln antes de entregarle su regalo.

Nadie esperaba que la reacción de Lincoln al abrir algo tan pequeño fuese tan grande.

—¡Es Blasteroides 2! ¡De los mejores juegos de este año!

—¿En serio te gusta? Lo vi en oferta en una tienda de videojuegos, pero luego recordé que el juego ya lo tenías y me sentí estúpido.

—No, yo no tenía el juego, solo lo alquilaba de vez en cuando para poder jugarlo ya que me costaba mucho conseguir el juego. En serio te lo agradezco, Rusty.

—¿De veras? Vaya, es me da un gran alivio, jeje.

Al escuchar la explicación de Rusty, Ronnie Anne se sintió como la persona más estúpida de la tierra. Pensar que ese mismo juego estuvo a su alcance y a un excelente precio pero no lo consiguió por una suposición de su parte la hacía sentir como una verdadera idiota. Si tan solo no lo hubiera pensado y solo hubiera comprado el juego.

Con los primeros 3 ya habiendo pasado, Ronnie Anne sentía más inseguridad con su regalo, ya que percibía que los demás habían puesto más de su parte que ella con el regalo, aunque seguía conservando ligeras esperanzas de que todo terminaría bien para el final.

Tras el turno de Rusty llegó el turno de Stella, y al igual que él le había entregado un regalo pequeño.

—Feliz cumpleaños Lincoln—felicitó Stella para luego entregarle el obsequio.

Este resultó ser más ligero que los anteriores, lo que despertó la curiosidad en Lincoln. Tras abrirlo y ver qué era, las palabras se le escaparon de la boca.

—E...e...es...es—Lincoln estaba anonadado al ver la clase de obsequio que recibió de parte de su amiga. Le costó un poco retomar la oración, pero cuando la retomó lo hizo con gran emoción.

—¡ES EL NÚMERO DE 1 DE ACE SAVVY!

Los amigos de Lincoln también enmudecieron al escuchar la clase de regalo que había recibido de parte de Stella, pero la más sorprendida sin dudas era Ronnie Anne ya que sabía cuánto era el valor de esa cosa y no podía creer que Stella lo hubiera comprado.

—No te emociones tanto, es una vieja edición que tenía guardada mi papá. Está algo decolorada, vieja y rayada. Lamento no haber podido traerte uno en mejor estado—explicó Stella para no ser tomada como una niña de padres ricos.

—Aún así, no puedo creer que lo hayas conseguido por mí. ¡Muchas gracias! —agradeció un Lincoln eufórico y procedió a abrazar a Stella.

Presenciar a Lincoln abrazando a otra chica le hacía hervir la sangre a la morena. Por poco no estalla en una rabieta, pero lo que la detuvo fue entender que Stella se había ganado ese abrazo. Ella se esforzó en brindarle a Lincoln un gran regalo para su cumpleaños pese a que tienen menos de 1 año sin conocerse. En cambio, Ronnie Anne, quien se supone que conoce de más tiempo a Lincoln, solo le regalará comida. Comenzaba a pensar que debió haberse esforzado más.

Por último llegó el turno de Clyde, quien también cargaba con un regalo pequeño.

—Muchas felicidades, Lincoln. Deseo que este nuevo año de vida para ti esté lleno de abundante felicidad y prosperidad—dijo como forma de felicitarlo.

—Muchas gracias, amigo—agradeció Lincoln para luego comenzar a destapar el regalo.

Al terminar nuevamente se quedó totalmente sorprendido.

—No puede ser. Es la edición diamante de Greatest Hits de Smooch, pero...no parece usado ni nada.

—Es que es nuevo.

—¡¿Qué?!

—Solamente quería darle lo mejor a mi mejor amigo.

—Clyde, esto vale 400 dólares, yo no puedo aceptar esto.

Al escuchar bien el precio, los presentes jadearon con sorpresa. ¿Cómo fue que consiguió 400 dólares para un disco de canciones? Ninguno podía haberlo hecho ni viviendo en la propia realeza, pero aparentemente para Clyde no fue problema, lo que buscaba expresar con la siguiente explicación

—Lincoln—le decía Clyde a Lincoln poniendo un brazo en su hombro—No me importa el precio de las cosas, ninguna se acercará al valor auténtico de nuestra amistad—explicó Clyde lo que conmovió a Lincoln y al público presente.

Ávido de palabras, el peliblanco fue a darle un merecido abrazo fraterno que duró más que el abrazo con Stella. Claramente era señal de que su amistad con Clyde era más fuerte que cualquier otra.

Presenciar tal loable acto de parte Clyde solo empeoró el sentimiento de culpa e inferioridad de Ronnie Anne. Contempló que todos los amigos de Lincoln hicieron un mejor trabajo que ella al buscar un regalo. Todos también pasaron dificultades ellos seguramente, pero ellos no cedieron antes las distintas adversidades y dieron todo para darle un buen regalo a Lincoln. ¿Ella que hizo? Le preparó una comida, como si fuera una mamá suya. Se sentía tan avergonzada por el tonto regalo que tenía que perdió todas las ganas de quedarse, así que se dirigió hacia la salida.

—¿A dónde vas, Ronnie?

No obstante, fue detenida por Lincoln antes de toca la perilla. No quería que él la viera tan triste y desanimada, así que hizo su mejor esfuerzo por parecer bien.

—No, nada, yo solo...ya sabes, quería algo de aire.

—Y...¿no piensas darme tu regalo? —comentó Lincoln, lo que la volvió el centro de atención de todos los invitados.

Se sentía intimidada por las miradas que le estaban dedicando la familia de Lincoln y sus amigos. Debido a la presión que sentía, se vio forzada a acercarse a Lincoln para entregarle su regalo.

—Es que...es patético. Pero te digo, en verdad de patético.

—No te preocupes, cualquier regalo que tú me des estará bien para mí—aseguró Lincoln para calmar a la morena, pero ella no sentía que esas palabras se volverían realidad. Aún así, le entregó el regalo a Lincoln y desvió la mirada con pena.

Lincoln abrió la caja que contenía el regalo y observó que dentro se encontraba un envase.

—¿Qué es esto? —preguntó Lincoln al ver el envase.

Ronnie Anne se sentía humillada por tener que explicar eso, ya sentía que todos se burlarían y la juzgarían por darle un regalo tan patético, pero no podía hacer nada para zafarse.

—Es...es...comida...unos wafles—admitió Ronnie Anne con mucha pena.

—¿En dónde la compraste? —preguntó Clyde.

—Eh...yo...yo la hice—confesó con la cabeza gacha, lo que dejó en silencio toda la casa por un momento.

—¿Tú...la hiciste? —preguntó ahora Lincoln.

—¡No era mi primera idea, ¿ok?! —comenzó a explicar Ronnie Anne para no verse envuelta en más humillaciones—¡Yo quería darte algo genial, de veras! ¡Algo como ese equipo de cazafantasmas, ese álbum de monedas, el cómic, el juego o el CD! ¡Pero no pude y solo te traje esa tonta...!

—¡Me encanta!

Ahora era el turno de Ronnie Anne para enmudecerse cuando escuchó la réplica de Lincoln y el tono con el que la formuló.

—...¿Qué?

—Es genial que hayas hecho esto por mí. Recuerdo aquella vez en la que me hiciste esos wafles, fueron los mejores que he probado en mi vida.

—Espera...¿lo dices en serio?

—Por supuesto. No quería decirlo para no sonar tonto, pero la verdad es que deseaba que algún día pudieras cocinar para mí otra vez. Muchas por este regalo, Ronnie Anne, no pude haber pedido algo mejor.

Nuevamente Lincoln hacía sonrojar a Ronnie Anne con sus dulces palabras, que además encendía una llama intensa en su corazón que le hacía sentir todo el cuerpo lleno de vida. Por momentos como este estaba agradecida de tener a Lincoln en su vida.

—G-gracias, Lincoln. Aunque no tengo mucho práctica desde aquella vez así que no sé si te guste.

—Bueno, eso lo juzgaré yo mismo.

Lincoln partió un pedazo de uno de los wafles y lo probó. Cuando el sabor caló en su lengua sintió todo el mundo detenerse por un momento mientras disfrutaba del que sin dudas era el mejor sabor que había probado en su vida. Tan exquisito era que no podía evitar soltar unas cuántas lágrimas de la alegría que sentía.

—Santo cielo, esto es...lo mejor. No hay otra forma de describirlo, es simplemente lo mejor—comentó mientras se quitaba las lágrimas—Tienen que probar esto de inmediato.

Sus familiares y amigos tomaron un pedazo de los wafles de Ronnie Anne y al momento de comerlos sintieron que todo el pesar y la tristeza de sus cuerpos se fueron de golpe por la alegría intensa que les provocaba el excelente sabor de esos wafles.

—¡Por Dios, es increíble!

—¡Su sabor es de otro mundo!

—Parece ilógico, pero siento que toda una nueva perspectiva de la vida se ha creado gracias al magnífico sabor de este wafle.

Esos eran algunos de los muchos comentarios positivos que recibió Ronnie Anne por sus wafles. Para ella no había mayor alegría que ver a las personas disfrutar de su comida. Tal vez su sueño de volverse chef en un futuro si pueda ser posible después de todo.

—En serio, Ronnie, muchas gracias por esto. No había probado algo tan bueno en toda mi vida.

—Jeje, gracias, Linc. Y...si quieres puedo hacerte más comida cuando me visites de nuevo.

—¿En serio?

—Claro, solo no abuses—bromeó Ronnie Anne y los dos soltaron una risilla.

—Ay, qué lindo. ¡Dense un abrazo! —dijo Leni dejándose llevar por la ternura.

—Eh, no creo que sea...

—¡Vamos, chicos! ¡Abrazo!-gritó Lynn llena de euforia.

—¡Abrazo! ¡Abrazo! ¡Abrazo! ¡Abrazo! —coreaban todos los invitados de la fiesta para que los dos se abracen.

Normalmente ellos se negarían porque se encontraban bajo la mirada de muchas personas, pero todo cambió cuando se miraron el uno al otro y entendieron que ambos sí querían abrazarse.

Al final los dos se dieron un abrazo, por lo cual todos dentro de la casa vitorearon y felicitaron a los dos niños. Sin embargo, este abrazo había durado más que los anteriores, las emociones de ambos tomaron posesión de ellos sin que lo notarán y al fundirse en el abrazo traspasaron por todo sus cuerpos hasta que los dos pudieron sentir todo el cariño que se tenían el uno por el otro, y era algo tan hermoso que no podían dejarlo ir con facilidad.

Luego de unos largos segundos se separaron. Al momento de verse a los ojos encontraron al otro sonrojado y sonriendo. Sintieron que pudieron haberse quedado así, pero estar bajo la mirada de muchas personas los ponían nerviosos y desviaron la mirada.

Mientras esto ocurría, el timbre de la casa sonó indicando que había alguien esperando afuera de la casa. Rita Loud atendió la llamada y vio que se trataba del cartero con un paquete. Tras firmar el papel y fijarse en el nombre del destinatario, Rita llamó a dicha persona.

—¡Lincoln! ¡Es un paquete para ti!

Agradecido por poder huir de la pena, Lincoln fue hasta la puerta principal para recibir su paquete.

—Vaya, es de parte de Sid, y dice que es un regalo.

Lincoln abrió el paquete esperando encontrar algo genial dentro, pero lo que vio fue algo que lo dejó...muy extrañado.

—¿Es una lámpara de mapache?

Los presentes levantaron la ceja al ver el extraño regalo que recibió Lincoln, mientras que Ronnie Anne se golpeaba su frente al ver que su amiga le dio a Lincoln un regalo muy tonto.

N/A: Y con esto culminamos con el día 5. ¿Qué les pareció? ¿Les gustó o creen que dejó que desear? No teman en dejar su opinión en los comentarios, yo no muerdo XD. En fin, no sé si pueda entregar el día 6 y 7 a tiempo, lo veo difícil si es que llegan a tener la misma longitud que este capítulo, pero me esforzaré en cumplir con la cuota del tiempo. Nos vemos más tarde o mañana con el día 6 de este especial. Adiós.

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