EN PARALELO

Rota la perla, roto el ámbar, quebrantados por la mezquindad y la hechura irresponsable de los monólidos del submundo; una mirada insulsa y de frivolidad.

No dejes al amarillo caer, ni al celeste erradicarse, que en la sombra del desierto solo esté el Sol.

Brilla fuerte el astro padre, corre a espasmos la fría brisa; late por siempre mi órgano palpitante por ese exótico paraje.

Así que no le des más importancia a ese ridículo pensamiento de acomplejado, piérdelo en el camino contrario de tu mano; despídelo con nulidad.

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