Nos cruzamos de pasada, fue casi como un suspiro,

y debo reconocer que el tiempo te ha bendecido;

seguís siendo el niño grande, de semblante y gesto serio,

que en la luz de sus pupilas, lleva guardado un infierno.

                   ¡Fue lindo volver a verte!,

                   de puras casualidades, 

se va tejiendo la vida para los pobres creyentes.

Tras el girar de tus pasos, tu perfume se ha quedado,

y en el cerrar de los ojos, en un sueño me has besado.

                   ¡Adiós mi amor hecho carne!

                    ¡Adiós mi dulce consuelo!

cuando los años me agobien, serás cálido recuerdo.

¡Sonreí!, que se iluminen las arenas del desierto,

la oscuridad de la noche, qué nadie quede sufriendo,

¡Amor, amor de mi vida! ¡Amor de mis pensamientos!,

que por ser un imposible, te convertís en perfecto.

                    ¡Amor, amor de mis días,

                    de amarte no me arrepiento!,

 aún después que tu desprecio,me llevó hasta los infiernos,

 pero no pudo arrancarme, del pecho lo que yo siento.