Había una vez

una diosa de roca

con una espada.

Si las leyendas

son recuerdos olvidados,

entonces de mi vida

escriban una canción.

Había una vez

un príncipe que quería ser rey

y llevó su trono a la montaña.

Escriban de mi

un millón de versos

sobre cómo lo quise todo:

el amor,

el dinero

y el final perfecto.

El príncipe encontró

una diosa de roca

con una espada

clavada en el corazón.

Escriban de mi

un millón de versos

sobre cómo lo tuve todo:

el amor,

el dinero

y el final perfecto.

Canten

un millón de versos

sobre el rey

con una montaña por trono.

Sobre su reina-diosa

con una espada.

Sobre como lo tuvieron todo:

el amor,

el reino

y el final perfecto.