DESAFÍO GRIMM - EL GATO CON BOTAS
★CONSIGNA★ Imagina esta historia en el futuro. Escribe un cuento de ciencia ficción.
Por: Mangel_Reyna2018
EL FELINO
Resulta que un viejo molinero murió un día y dejó a sus hijos de herencia un molino, una estropeada nave de entregas y un esclavo mitad gato para el menor de los tres niños.
Se dijo el menor:
—¿Qué diablos haré contigo, si apenas puedo alimentarme a mi mismo, el desierto afuera del pueblo es grande, seguro podrás lograr encontrar refugio en algún lado o incluso en la ciudad.
—Tranquilo amo, que podré ser un gato modificado, pero puedo lograr traerle grandes riquezas solo sea paciente. Pero primero necesito zapatos adecuados para lo que quiero hacer.
El muchacho entonces llevó al felino a una venta del garage del vecino de al lado, donde encontró unas preciosas botas cohete en un buen estado.
El felino se calzó las botas que le había comprado su amo, encontró una arma de mano y salió del pueblo, a las dunas cerca del oasis.
No tardó en encontrar pelea con unos horribles mutantes no muy lejos de la salida a la ciudad.
El felino arrancó la cabeza a la criatura llamando la atención de otros mutantes cercanos, en cuanto terminó, puso las cabezas de las criaturas en un cesto de supermercado que casi era devorado por la arena.
Una vez en la ciudad, fue al laboratorio del rey, en donde no le costó trabajo orientarse.
—Su brillantez, le traigo en esta bolsa de supermercado la cabeza de nueve mutantes que he encontrado a las afueras de su joya en medio de la nada.
—Impresionante querido Felino ¿pero que es lo que quieres que haga para recompensarte?¿tu libertad?¿una nave?
—Nada de eso, solo le pido que me permita llevar a mi dueño un modificador de ambiente, para que podamos vivir en paz.
Dio pues al chico con ADN de gato, una esfera mecánica, que acondicionaría el lugar donde vivían para que fuera habitable.
El felino durante muchos días y mucho tiempo, ayudó a la gente del Rey a capturar y asesinar mutantes que no cumplieran con la condición de ser hechos por la ciudad, cada día el felino traería a casa, algo para reparar y mejorar el lugar, con dinero del rey.
Un buen día, en una de las tabernas para los cazadores de Mutantes escucho qué seleccionarían a unos cuantos para llevar de paseo a su Brillantez por las zonas recuperadas, el felino inmediatamente corrió a casa y le contó todo a su amo.
—Ahora, escucha con atención. La nave de su majestad aterrizará en los campos cerca de un lago impoluto, tú deberás rasgar tus prendas y perder alguna que otra en el proceso, ya verás que mañana serás un chico distinto.
A la mañana siguiente el joven y su sirviente llegaron a las cercanías del lago impoluto, donde el sirviente puso los restos de algunos mutantes, esperaron a la llegada de su Brillantez y cuando por fin lo vieron salir de la nave a examinar el lugar, el felino gritó:
—Socorro, socorro que mi amo ha sido asaltado.
—Oh no mi felino guerrero ¿hay algo que pueda hacer?
—Mi amo requiere ropas nueva, Ropas dignas de un citadino de alto rango.
—¿Y cuál sería ese rango, querido amigo?
—El de gobernador de las tierras más adelante, después de todo, es el marqués de Caravía mi señor.
El rey le dio vestido al tal marqués y continuó con su paseo. El felino, usando las botas cohete, se adelantó hasta encontrarse en una de las granjas, en el interior de la selva, preguntó a los granjeros:
—¿De quien son estas tierras?
Los granjeros le dijeron:
—Pertenecen al loco científico Hex.
—Les propongo un trato, digan que le pertenecen al marqués de Caravía y los libraré del yugo de Hex.
Así fue pues al felino, cada vez más y más adelante en el trayecto, se encontró luego con la aldea y luego con las ruinas del científico loco.
En cuanto se encontró con él, la habitación de inmediato se enfrió:
—¿Quién eres y quién te manda aquí?
—Nadie, solo soy un felino al que parecen haber engañado, me dijeron que aquí encontraría al temible Hex pero solo veo a un científico, debí equivocarme.
—Tonto híbrido gatuno, yo soy el temible Hex.
—Pruébalo. Me dijeron que eres capaz de transformarte a voluntad en animales sin sufrir daño, ¿no es así?
El científico sonrió.
—Claro que me puedo transformar en lo que deseé.
—Qué tal en algo grande he imposible, ¿qué tal en un dragón?
El científico se inyectó una fórmula que cargaba en su cinturón y rápidamente se transformó en un dragón mutante. El felino entonces le dijo:
—¿Qué tal en un león? En uno normal.
El científico tomó entre sus garras a una fórmula cerca de la mesa, se inyectó y transformó en un león.
—Excelente ¿Pero qué tal algo pequeño? Un ratón quizá.
El león científico rio, entonces, bebió una fórmula que había en la mesa y se transformó en un ratón:
—¿Satisfecho? —gritó la pequeña bestia con voz chillona.
—Mucho.
De un zarpazo devoró al científico y ahora su plan corría cero riesgos.
El rey pasó por esas tierras junto al marqués y, de inmediato, fue recibido con amabilidad. Se adentraron a esas tierras hasta llegar al edificio en ruinas. Una vez ahí el Felino dijo:
—He peleado valientemente mi señor, el científico loco que aterrorizó sus tierra ha sido derrotado.
El rey y el marqués, complacidos, le dieron su libertad al felino. El marqués fue prometido a la hija de su Brillantez y todos vivieron felices, pues el científico fue derrotado y ahora vendría una era paz y prosperidad.
Fin
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