Unidos en do menor

Alcé mi mano y la presione contra la ventana.

En París, Alice lloraba en la tina.

El agua rebalzaba y estaba fría.

Fría como la noche en Siberia.

Nicolav allí extrañaba a sus hijos, arrebatados de el por un conductor ebrio.

Mi mano en la ventana parecía acariciar la luna, que nos miraba a todos.

Ella nos hacía sentir menos solos.

Ella nos unía en nuestro dolor

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