Por empezar otra vida,
Dejó una tan hermosa atrás.
Dejó un amigo de fierro,
Con un recuerdo de quemar.

Dejó ese abrazo a mis hermanos,
Antes de tomar la ruta.
Maldita vida hija de puta,
Nos quita el alma de las manos.

Dejó a mi amiga más querida,
A mí demente gata suicida.
Qué por los techos de mi vida,
Maulla en madrugadas heridas.

Dejó a dos hermanas,
Una que como el vino,
Es dulce y ácida a la vez
La guardiana de lo divino.

Y esta esa hermana más hermosa,
La de un rostro aurimar.
Cabellos rubios como el trigo,
Ojos claros como su amar.

Dejó a ese casi hijo mío.
Mi amigo, mi canchero,
Campeón, guardián y guerreros
De mis extrañares fríos.

Dejó tanto que dejó el miedo,
El de volver a empezar.
Ya no temo fracasar,
Vivo para este juego.