037

— Amor...— llamo Sunwoo aburrido desde el asiento de acompañante de su novio.

Ya habían pasado casi dos semanas desde la guerra. La cicatriz de Changmin desapareció por completo, buena señal que indica que Mongkut Phulowath se ha ido para siempre.

La relación de Sunwoo y Changmin no ha cambiado para nada, siguen siendo los mismos chicos tercos que compiten por todos, lo único diferente es que su relación era pública, literalmente no existe persona en el mundo mágico que no se haya enterado que "el niño que vivió" y "el niño que no tuvo opción" se quedaron juntos.











Ahora era una cálida noche de primavera y Changmin estaba demasiado nervioso porque tenia que contarle algo muy importante a su novio y no sabía como este lo tomaría.

El rubio freno su coche en un acantalilado, con el hermoso paisaje como pantalla visual.

Como Changmin estaba tan nervioso, trato de distraerse entablando cualquier conversacion al azar con su novio.

Y de hecho resulto, pasaron los últimos minutos contándose detalles que se habían olvidado contarse en ese tiempo que estuvieron separados.

— No puedo creer que montaras un maldito dragón — dijo Sunwoo, recostando su espalda en la puerta del coche y sus piernas estaban extendidas sobre los muslos del conductor.

— No puedo creer que hayas dejado que Songjin golpeara a Elena Park.

— Lo único increíble de eso es que solo le dio un puñetazo.

Changmin sonrió, trazando patrones en la pierna del moreno con su dedo — Es una locura lo que sucedió solo hace meses.

— Se sintió más largo que eso.

— Lo siento — bajo su rostro triste — Debería haber hecho más para encontrarte...

— No lo sientas — pidió y saco sus pies de las piernas del rubio — Tome mi decisión para que pudieras escapar y no lo cambiaría.

Se enderezó y se acerco a Changmin.

— Además, todo salió bien al final.

— Aún no puedo creer que haya terminado y que hayamos ganado. Honestamente, nunca imaginé un futuro en el que pudiera salir con vida.

— Te dije que no te dejaría morir Oh — giro los ojos y atrajo a su novio a sus piernas.

— Quiero decir, técnicamente, estaba muerto. Al menos un poco.

— No cuenta porque ahora estás vivo.

— No sé nada de eso...

— Cállate, tengo razón.

Changmin río y acomodó sus piernas  — Está bien. Es por ti que todavía estoy aquí.

— Maldita sea, lo es — bufo — Solo quiero ser reconocido por mis buenas obras. No es fácil mantener vivo al niño que vivió.

Changmin lo dudo un segundo, pero finalmente se atrevió a confesar.

— Ya no soy un niño Sunwoo — habló serio — Técnicamente soy un padre ahora.

Sunwoo se quedo en shook por muchos segundos, sus manos empezaron a temblar y siguió callado esperando que Changmin le dijera que era una maldita broma.

— ¿Que? — interrogó en un susurro muy bajo — ¿Dejaste embarazada a alguien en el mes que estuvimos separados?

— ¡Merlin, no! — aclaró rápidamente Changmin tomando el rostro de Sunwoo — Mi amor, por supuesto que no...

— Oh Changmin.

— Estoy hablando de la hija de Chanyeol, soy su padrino y ahora que se han ido... — trago grueso con nostalgia, aún tratando de asimilar que Park Chanyeol había muerto junto con su esposa y dejándo lamentablemente a una bebé — Es mi responsabilidad.

— Changmin, ni siquiera tienes veinte años — recordó Sunwoo, ahora sintiéndose más tranquilo — ¿De verdad estás pensando en criar un hijo? ¿No tiene otros miembros de la familia?

— Tiene una abuela del lado de la mamá, de hecho se ha estado quedando con ella.

— Ahí tienes — bufo — Estoy seguro de que la abuela criará a la mocosa.

—Sí, pero todavía quiero ser parte de su vida. Me hicieron el padrino de Xiaolu por una razón. Confiaron en mí y quiero que ella tenga todas las cosas que yo no tuve — trato de hacerle entender —  Habría hecho cualquier cosa para mudarme con mi padrino...

— Así que esto es algo de huérfanos — soltó y su novio le golpeó el pecho mirándolo mal.

— Lo que sea, la decisión esta tomada — chasqueo la lengua.

— ¿Y para eso me trajiste hasta aquí? — cuestiono el moreno — Pudiste habérmelo dicho esto en casa — gruño.

Changmin amaba cuando su novio usaba su voz profunda, no podía evitar sentir que su cuerpo entero se escarapelaba por ello; sin embargo no era momento para pensar en eso puesto que el fresco aliento de su novio estaba ya azotando su rostro, devolviéndolo a la realidad y en menos de un par de segundos, con gentileza y muchísimo amor, los labios ajenos se estamparon en los suyos entregándole de ese modo un beso.

Sunwoo podía enarcar una ceja cada vez que percibía cierta sonrisa triunfante por parte de su novio en pleno beso, no era tan difícil distinguirla y sabía exactamente que Changmin, en esa boba mente suya, suponía que con un simple beso lo tenía a él en la palma de su mano cuando... era completamente cierto.

El beso duró tan sólo tres segundos, aunque para el pelinegro se sintió como una eternidad ya que los suaves labios de Changmin, que podían ser comparados con delicadas flores, empezaron también a darle amor a todo su rostro con besos en sus mejillas, frente y nariz. Algo que pudo causarle un gran calor a Sunwoo en el pecho fue continuar viendo ese tenue rubor en las mejillas de su novio, pero también la acorazonada sonrisa que le había sacado.

— ¿No es  lo más romántico que has visto? — preguntó Changmin, refiriéndose a la vista.

— Sólo a mí se me ocurre ceder ante ti para traerme a un lugar como este.

— Hablando de ceder...— Changmin se mordió el labio y oprimió el botón para que el asiento bajara completamente.

— ¿Algo en mente señor Oh? — interrogó Sunwoo, empezando a sentir algo de calor con solo mirar a su novio.

— Muchas, tengo muchas cosas en mente señor Kim — susurro y sin al menos besarse para pre calentar las cosas, el rubio fue directo al botón del pantalón jeans de su chico.

Lo abrió y saco el pene para liberarlo.

— ¿Por que tan rápido? — interrogó en tono coqueto.

— Porque quiero — dijo firme y miro directo a esos ojos grises — ¿Tu no?

Sunwoo se quedo callado unos segundos hasta que también miro a su novio con la misma intensidad.

— Chupala.


Changmin no sabía si fue aquello una orden o una suplica, quizás por la expresión en el rostro del moreno él asumiría que fue una orden, pero el tono de voz empleado, suave y delicioso, le hizo creer que se trataba de una súplica.

El bajo relamió sus labios, tan rosados y esponjosos antes de separarlos para ir directamente a atacar la erección de Sunwoo. Oh supuso que quizás lo correcto hubiese sido iniciar de manera profesional, primero recorriendo la lengua por toda esa extensión de carne para al final succionarla, pero ni él mismo podía con las insoportables ganas y Sunwoo ya estaba en la misma situación, importándole un carajo cómo empezaba Changmin a darle un oral, él nada más necesitaba que su pequeña ardilla mamara su hombría como tanto gustase.

El pelinegro llevó la cabeza hacia atrás para cuando su pene golpeó el interior de la boca de Changmin, habiéndose introducido lo más profundo, aún de manera moderada que pronto iría a ser todo lo contrario por supuesto.

¿Cómo podía sentirse tranquilo ante esas sensaciones? La húmeda boca de Changmin se sentía magnífica, húmeda y resbaladiza, con esas inigualables cualidades que provocaron que Sunwoo quisiese ya embestir la boca de su novio. El moreno podía sentir cómo su polla se derretía dentro de esa estrecha pero profesional boca que la ensalivaba muy bien, como si su miembro estuviese siendo succionado dentro con tal entusiasmo palpable en la manera en la que su novio le daba una felación, buscando quizás hacerle eyacular pronto.






— Dios, sigue asi Oh...







Changmin amaba el miembro del Slytherin entre sus labios, succionándolo hasta exprimirlo y gemir en complacencia cuando el delicioso pre-semen se reunía en su lengua para así ingerirlo, dándole aquel líquido todas las energías necesarias para continuar.

Moría por ingerirlo, fue una clase de necesidad inexplicable que de momento cegó su mente para incrementar la intensidad del sexo oral que daba. Su lengua trabajaba bien desde adentro, curvándose y envolviendo con ella la punta sensible del pene de Sunwoo para después posicionarse en la base al ir bajando la cabeza, queriendo que toda esa hombría ocupase su boca.

Sunwoo jadeó, arqueando un poco la espalda al estremecerse mientras llevaba también la cabeza hacia atrás, poco a poco su polla se introducía dentro de esa pequeña boca, pudiendo sentir claramente cómo volvía a ocupar esos espacios húmedos y divinos a tal ritmo lento pero agradable. La sensación disparaba como corrientes por todo su cuerpo y el moreno expresó harto placer en su rostro, cerrando los ojos y separando las piernas mientras, centímetro a centímetro, su  erección llenaba la boca del bajo, cuyos labios se ajustaban firme al contorno de aquella, impidiéndole escapar.

Changmin amó sentir cómo la mano de Sunwoo acariciaba su rubia cabellera, como premiando su acción o alentándolo, trazando caricias en ella con los dedos.








— ¡Joder! Esto es tan jodidamente bueno...






Los ojos de Changmin se aguaron un poco, esbozando con dificultad una sonrisa para empezar a retirar el delicioso pene de su boca con la misma lentitud con la que se lo había tragado.

El moreno observó entonces la imagen pornográfica, los abultaditos labios carmesíes de su novio afianzándose a su miembro hasta alcanzar la punta y lamer, chupar, succionar. En los ojos de Changmin se apreciaba el brillo de la lujuria, mientras atendía el glande de Sunwoo, quien en la suya, expresaba nada más que un gusto único por el sexo oral.

Sunwoo se mordió el labio cuando Changmin le regaló una sonrisa a su novio, prosiguiendo a estampar sus labios primero sobre el viscoso glande de su polla hasta ir descendiendo, llenando esa caliente erección morena de besos, desde la punta hasta la base, muchos besos, lo cual el moreno lo encontraba ridículamente tierno debido a la ocasión.


— Amor, no empiences con tus cursilerías...





La escurridiza lengua de Changmin, tan húmeda como profesional, recorrió todo el largo acariciando esas prominentes venas de paso. El glande fue en donde más se centró luego, trazando círculos con la lengua al ir recogiendo todo el pre-semen posible, provocando que Sunwoo tuviese espasmos, que su erecto pene palpitase con ello.


— Te ves tan hermoso...












Changmin volvió a tomar el pene de Sunwoo, saborearlo en una sublime tentación a la cual el rubio sucumbía la mayor parte del tiempo en donde sus pensamientos llegaban a cegarse de lo decente y la realidad sólo para atender a su novio con un buen oral.

Las piernas de Sunwoo volvían a tensarse nuevamente pues en verdad era como si su pene fuese a derretirse pronto, la calidez y humedad dentro de la boquita de su chico hacían la mezcla perfecta de sensaciones para acabar con su cordura y más aún cuando los llorosos ojos de su amor lo miraban así de excitado, amaba que Changmin lo viese al darle sexo oral.

La cabeza de Changmin comenzó a moverse entonces, de arriba hacia abajo buscando él devorarse gran parte de esa masiva polla erecta mientras más de esos sonidos húmedos producidos decoraban el ambiente.

Los bonitos labios de Changmin llegaron hacia la base, deteniendo él su cabeza ahí para así ver qué tanto aguantaba, amaba entregarle a Sunwoo muchas felaciones usando su garganta profunda sólo para poder ver más de esas insaciables expresiones orgásmicas que el moreno dibujaba en su rostro.



— Más... — suplico el pelinegro.


Changmin volvió a abrir la boca muy amplio para así engullirle la erección, desde la punta hasta la base, pudiendo escuchar en su mente la exquisita voz de su novio diciéndole que una vez que se devorase su hombría por completo.


—Amo esto... es una puta locura.







Changmin dejó ir una suave risa para proseguir a besar el glande, mientras lo sujetaba con la mano para poder entonces empezar a masturbarlo.

El pelinegro cerró los ojos al emitir un profundo gruñido, un poco de groserías escapándose de sus labios también, pero todo en torno a la deliciosa sensación a la que su polla era sometida.

—¡Mierda! ¡Sí!












Sunwoo tomó su pene para empezar a masturbarse mientras, más abajo Changmin atendía como todo un profesional sus testículos.

Un oral bien dado, húmedo y lascivo, con una desesperación única que nada más provocaba que Sunwoo masturbase su pene más rápido.

Gruñidos se escapaban de la boca del moreno al ser sus testículos succionados por turnos, Changmin los estiraba para después dejarlos ir bien ensalivados y así repetir el proceso una vez más, o quizás más de una. La lengua del rubio hacía bien lo suyo, moldeando y acariciando esas sensibles bolas de abajo hacia arriba y viceversa, lamiendo, golpeando, pegando después sus labios para esparcir besos y finalmente chuparlos.



— Al asiento trasero, ahora.

Changmin asintió y luego de dejar un dulce beso en la barriga de su novio, gateo lentamente al asiento trasero y dándole la espalda al moreno, descanso sus brazos en el final de estas.

— Quitate los pantalones.



Changmin trago grueso y obedientemente hacia todo lo que su novio le ordenaba.

Una vez ya hecho, permitió que el pelinegro pudiera observar perfectamente su bonito trasero.

La mirada de Sunwoo se hallaba fija y brillante, pensando él que sus pupilas estaban dilatadas al ver semejante imagen en frente, delineaba sus labios con la lengua repetitivas veces también, necesitaba saber que estaba viviendo la realidad y que frente a su cara, balanceándose de un lado a otro, estaba un pequeño y redondo glúteos.

Un par de nalgas que podían desconcentrar a quien sea si eran miradas desde la posición en la que Sunwoo se hallaba y sonrió orgulloso, pues era consciente de que únicamente él disfrutaba de tal lujo.

Su grueso pene palpitaba, endureciéndose más y sus labios se fruncieron, entretenido o hasta deleitado, amó tanto poder observar ese hermoso culo meneándose al andar que no dudó nada en enterrar su rostro ahí.

El rubio dejó ir un prolongado gemido, empinando un poco más el trasero para después bajarlo, moviendo así sus caderas para sobar muy bien su culo contra el rostro de su novio.

Sunwoo se entretenía tanto, haciéndoselo saber a Changmin al penetrar su sensible huequito, le gustaba tanto la textura suave y caliente en donde su lengua también parecía derretirse al ser introducida. Sunwoo quitó la lengua y besó cuidadosamente el ano de su novio, un par de veces como despidiéndose para luego ascender por una de las nalgas la cual también besó, pero dejó escapar una risilla al morderla y sentir cómo Changmin reaccionaba.



— ¡Dios, Sunwoo!




Sunwoo lamio en el cuello de Changmin, totalmente indefenso para sus labios los cuales no dudó en pegar ahí, succionando un poco de la deliciosa piel lechosa de su novio.

El fresco aliento del moreno era ideal para estremecer a Changmin pues su piel ardía en verdad, mucho más cuando había un grueso trozo de carne palpitando en medio de sus nalgas, buscando profanar su interior, masturbándose justo entre sus glúteos al ir esperando por su permiso para ingresar.

— ¿A esto querías que ceda, Oh? — gruño — ¿Querias que te folle?

— S-si...


Sunwoo besó la oreja de su novio haciéndolo gemir. La suave voz de Kim Sunwoo era uno de sus delirios.

Changmin gimoteó cuando oyó que su novio conjuro un hechizó (sin necesidad de usar una varita)  sintió chorros de lubricante empezaron a caer sobre su zona íntima.

Sunwoo soltó una excitante grosería en voz baja, dirigiendo los chorros del lubricante hacia el ano de su amado berrys para así barnizarlo, embadurnar esa cálida cavidad anal para que su polla fuese bien recibida y sin problemas, aquel pequeño huequito lució tan delicioso después de ser lubricado. El líquido cayó también sobre la hombría del moreno, viéndose incluso más apetitosa al brillar, resaltando tan bien el color bronceado que la cubría al igual que la punta rosa.

El más alto arrojó los frascos de plástico al suelo y velozmente tomó a su novio de la cintura.

Sunwoo sujetó su lubricada hombría para empezar a golpearla contra la entrada de su novio — Mghm~

— Wonnu...


Sunwoo empezó a empujar su hombría con cuidado, bramando al ver cómo el ano de Changmin parecía atrapar su glande para succionarlo con un par de movimientos involuntarios. La sensación cálida con la cual el moreno fue recibido fue también motivo para que él bramase, el interior de su novio era tan caliente y resbaladizo, sus paredes estrechas, que ni bien al reconocerlo, se ajustaban al contorno de su polla para exprimirla sin piedad.




— Lo empujaré todo de una vez.

— Hazlo...





Sunwoo impulsó la pelvis hacia adelante, terminando por penetrar a Changmin con su entera erección de un sólo golpe. El bajo arqueó la espalda mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro gracias a la maldita sensación deliciosa que obtuvo, su interior siendo llenado nuevamente por algo fabuloso, la gruesa polla de su novio.




— ¡Mierda! ¡Esto es tan bueno! — jadeo el pelinegro, llevando la cabeza hacía atrás — Es jodidamente delicioso.

— ¡Más!



Las manos de Sunwoo sujetaron con mayor firmeza la cintura de Changmin para empezar a embestirlo,  haciendo que innumerables gemidos abandonasen lo más profundo de la garganta de su novio al ir, graciosamente, profanando las profundidades de su interior.

Estocada tras estocada y gemido tras gemido; la hombría del moreno se abría paso por las cálidas paredes de Changmin a un ritmo intenso que era ayudado por causa del lubricante en sí, haciendo que el camino se sintiese tan resbaladizo que Sunwoo imaginó que podía alcanzar lugares más profundos.

Los ojos del bajo no tardaron en llenarse de lágrimas, había perdida la cuenta de ello, Sunwoo había sonsacado de él muchísimas lágrimas como gemidos, los mismo que se oían encantados, interrumpiendo las palabras que quería soltar pues el brutal ritmo con el que era follado hacía de sus palabras tan incomprensibles.



— ¡A-ah! ¡Di-Dios! ¡M-más! ¡Ah!



El característico golpe de sus pieles sonaba incluso más lascivo gracias al lubricante cuyo aroma parecía funcionar como un conjunto de feromonas que aumentaban la excitación de ambos. Changmin mordió su labio inferior para así escuchar atento cómo esos obscenos sonidos se hacían más claros, sonando más alto cada vez que Sunwoo le entregaba buenas estocadas al empujarlo todo dentro suyo.

Sunwoo logró devorarse los gemidos de su novio sin dejar de penetrar su orificio anal, degustando el rico sabor a bayas en la boca de este mientras su lengua clamaba por la suya, encontrándose después para iniciar con una sexual batalla llena de placer.

Sus lenguas giraban y se golpeaban, humedeciendo a la par sus bocas para volver a iniciar con el mismo juego. Sus labios se hallaban juntos y rozándose, suprimiendo los gemidos de ambos que eran devorados entre ellos.

Changmin se deleitó con el sabor a chocolate que los labios de Sunwoo le entregaron al deslizar la lengua en ellos, todo para que al final, esa misma lengua suya tan escurridiza fuese tomada como prisionera.

Sunwoo succionó la lengua de su novio, oyendo esos delicados gemidos que sirvieron como combustible para aumentar el ritmo de sus penetraciones pues su pelvis incluso parecía tener vida propia.







—¡Mmhn!





Los dedos de las manos de Sunwoo pronto se entrelazaron con los de Changmin al continuar embistiéndolo, una pequeña o gran muestra de afecto y apoyo que el bajo amó, le encantaba mucho poder sentir las manos de su novio uniéndose a las suyas en plena intimidad. Los labios de Sunwoo se dirigieron entonces hacia las mejillas de su amado, por turnos, entregándole amor y afecto pues era eso lo que más ansiaba darle a su novio siempre.

Changmin continuó gimiendo, no había manera de no hacerlo, puesto que su rostro era muy bien tratado por los suaves labios de su novio, algo que él no podía dejar de gustar. Besos en sus mejillas, frente, nariz y también mentón para volver a atacar sus labios una vez más con exquisitos besos frutados.

—¡A-ah!

—¡Uhm!

Changmin se obligó a sí mismo a sorprenderse cuando de pronto su novio cambio la posición y ahora ambos estaban frente a frente y antes de que pudiese decir algo más, feroces estocadas empezaron a ser entregadas hasta el punto de quedarse sin habla.

La dura erección del moreno iba y venía, siguiendo su propio rumbo dentro del interior del bajo hasta expandir bien esas sofocantes paredes que se adherían a él buscando exprimirlo. Sunwoo veía deslumbrado el rostro de Changmin muy cerca al suyo, apreciando esas hermosas gotas de sudor que se deslizaban por su cuello y pecho mientras que orgásmicas expresiones, como las suyas, eran plasmadas ahí, en esa linda carita sonrojada.

— Mi amor, sigue así, ajústala, eso me encanta — pronunció el más alto, muy cerca de los labios de su pareja — Eres tan hermoso...

—¿M-me veo muy bonito así? — jadeó.

— ¿Lindo? Joder, eres mucho más que eso — Sunwoo bramó al enfocar su mirada en su novio, definitivamente Changmin era más que lindo — Dios, no puedo creer que seas sumamente hermoso, eres completamente precioso.

— ¡Agh! — tiro su cabeza para atrás — Y tu eres jodidamente caliente.

— Lo se dulzura...

— Y bonito — gimió — También eres muy bonito, caliente, pero sobre todo eres bonito.

— Ya te lo dije Oh — gruño, ajustando con mayor fuerza las nalgas de Changmin para empezar a embestirlo a un ritmo que no parecía tener final — Se dice guapo.

El rubio estaba a nada de caer desmayado y ni siquiera podía quejarse de ello pues fue él mismo quien pidió algo más intenso además de amarlo con locura, veía en el rostro de Sunwoo la clara lujuria plasmada en su expresión, tan orgásmica como atractiva.

— No — balbuceo como pudo el rubio — También se dice precioso, no eres solo...¡agj! No eres solo un chico sexy — Changmin gimió mal alto luego de una estocada — También eres genuinamente hermoso.

El pene del moreno era empujado con violencia, profanando más y más de la intimidad de su novio cuyos espasmos, que venían desde adentro, provocaban que aquel interior se hiciese muy estrecho, ideal para que su hombría sintiese el lascivo placer al penetrarlo.

Le hacia el amor a su novio tan intenso, su hermoso novio quien deliraba en sus brazos por el placer que parecía derretirlo, sus gemidos se oían mejor que nunca, recibiendo su erección con todo el lujo del mundo. El moreno bramó, excitado por el ardor pues Changmin había clavado sus uñas en sus hombros, que aunque cortas, supieron hacerle sentir bien, un ardor inigualable y sumamente perfecto.

La mirada periférica del bajo logró captar vista totalmente pornográfico. Los reflejos del vidrio mostraban a ellos dos, en un momento muy íntimo, teniendo sexo como enamorados.

Su novio lucía perfecto, exponiendo su piel desnuda y canela, bronceada y barnizada por el sudor, su cuerpo musculoso hacía el mejor de los contrastes con el suyo.

El pelinegro enarcó una ceja y miró también hacia la dirección en la que Changmin tenía los ojos fijos, dándose cuenta de qué tenía a su pareja tan distraída por la imagen reflejada y quiso ser egoísta por un momento, le urgía la atención del elegido, quería la mirada de su novio, sus ojos hermosos en él, en su rostro, atestiguando cómo expresiones de delirio se formaban ahí por causa suya, únicamente suya, provocándole un inmenso placer.

—¿Qué es lo que miras, amor? — sus labios fueron a parar al cuello de Changmin, sonsacando de él otro gemido ruidoso.

— A n-nosotros...

—Tu culo se está haciendo más estrecho ¿te gusta lo que ves? — soltó arrogante.

 
Una hormigueante sensación atravesó el cuerpo del rubio al este soltar un alto gemido producto de la frustrante sensación de vacío en su interior luego de que Sunwoo retirase su erecto miembro de él. Rápidamente, el más alto se devoró aquel gemido que parecía ser uno prolongado, presionando sus húmedos labios contra los de Changmin para compartir con él otro sofocante beso, de la misma clase que ellos dos amaban hasta tragarse por completo el gimoteo de su novio.

Una mezcla de sabores, texturas y saliva, lo ideal para crear uno de los más sensuales besos mientras sus lenguas parecían querer ser una sola, golpeándose y acariciándose, incluso buscándose para cuando sus labios dejaron de estar unidos.

El moreno, aún en el beso, se sentó en el asiento y sujetó con mayor firmeza a su novio de las nalgas para encaminarse hacia aquella dirección, sin desaprovechar claro de entregarle muy pervertidos toqueteos, manosear ese jugoso culo al ir dándole también bofetadas por lo bien que se comportaba.

Changmin continuaba gimiendo en medio del beso, sin prestarle atención a todo lo demás alrededor suyo excepto a los labios de Sunwoo, un sabor exquisito a chocolate en ellos y en su lengua que recorría su boca como dueña de esta.

— Monta... — Sunwoo calló debido al beso, Changmin había introducido su lengua dentro de su boca, tentándolo a callar — Montame amor...

Changmin se quejó un poco pues no quería abandonar la boca de su novio, sus besos eran demasiado adictivos además de deliciosos, los carnosos labios de Sunwoo eran algo imposible de disgustar, suaves y apetitosos, siendo parte de una profesional boca que sabía bien cómo hacerlo todo. Sin embargo, el bajo supo cómo olvidarse de ese berrinche suyo al verse a sí mismo en el reflejo, definitivamente estaba hecho un desastre, su rostro colorado suyo en donde sus hinchados labios y llorosos ojos resaltaban más.

Sunwoo lucía como un semental hecho y derecho, alto y con el cuerpo fornido, su cabello negro peinado hacia atrás con una expresión que revelaba lujuria al cien por ciento; su desnudez era excitante, su bronceada piel canela estaba cubierta por gotas de sudor que hacían que su cuerpo, gracias también a la luz del auto brillase como el de un ser divino.

Kim Sunwoo era la sensualidad y hermosura hecha hombre, no había forma de calificarlo con lo contrario.

—Mi amor...


Susurró el moreno, apoderándose del cuello de su novio en medio de besos y succiones mientras sus manos se dirigían hacia su pecho, deslizándose por el abdomen del rubio.

Changmin gimoteó en medio de una sonrisa al mirar su expuesta hombría, pero aquella incitante sonrisa se debió también a que podría sentir muy claramente la erección de Sunwoo deslizándose en medio de sus nalgas, haciendo un repetitivo viaje de ida y vuelta quizás para mantener su rigidez.

Suaves gemidos volvieron a escaparse de la boca del bajo, muy gentiles y hasta con cierto tono relajante pues así mismo se sentía, relajado, Sunwoo era capaz de brindarle intensidad en demasía a su cuerpo para después reemplazar ello con sensaciones relajantes como sus susurros, besos a la altura del cuello e incluso sus manos tocándolo con muchísimo cuidado. Sunwoo disfrutaba mucho en realidad poder deslizar su polla erecta entre las nalgas de su novio, lo hacía siempre que tenía la oportunidad, aquel jugoso par parecía incluso querer exprimirla y gruñía con cuidado cada vez en la que su glande rosaba con el cálido ano, queriendo en serio penetrarlo ya.

Sunwoo separó la piernas, aquellas largas extremidades suyas en donde su novio se había sentado infinidades de veces ya, pero de momento, era de vital urgencia que Changmin no se sentase en ellas, sino ahí, en esa gruesa erección venosa que el moreno masturbaba lentamente mientras su novio se ubicaba frente suyo.

El pelinegro entrecerró los ojos al ver cómo lentamente el trasero del Gryffindor bajaba, aproximándose hacia su erecta hombría que ansiosa esperaba por ser succionada por el dilatado ano de su novio. Sunwoo jadeó al cerrar los ojos y presionar sus dientes, sintiendo por fin el calor recorrer toda la longitud de su pene. La punta del moreno estaba siendo succionada y no tuvo que esperar tanto para que su erección lo fuese también.

Changmin se dejó caer a un ritmo lento pero ansioso, expresando en su rostro el fantástico gusto de sentir cómo su interior se expandía, llenándose muy bien, gracias a la gruesa polla de Kim Sunwoo.

Oh pegó al fin sus nalgas sobre la pelvis del pelinegro, habiéndose engullido toda su hombría lo cual le permitió liberar un par de jadeos tras sentir cómo el pene que tenía dentro empezaba a palpitar, quizás por los besos en su cuello, quizás por el pene que tenía dentro, no podía saberlo pero sí pudo confirmar lo bien que se sentía.

Las manos del alto se deslizaron desde la cintura de su novio hasta alcanzar sus muslos, todo para que en un par de segundos, lo ayudase a levantar las piernas tras recostarse más en el asiento de su coche.

— Sun...



Sunwoo le arrebató el aliento, privándolo de este al empezar a penetrarlo con tal intensidad tras levantar la pelvis y dejar que su rígida hombría golpease las profundidades del interior de su novio. Era impresionante, Changmin no podría jamás tomarse a la broma la fuerza de Sunwoo o su intensidad al momento de follarlo.

Changmin perdía el aliento y sus palabras se quedaban nuevamente estancadas en su garganta para tan sólo ser escuchados sus preciosos gemidos, los cuales mezclados en el ambiente con los graves gruñidos de Sunwoo, hacían un estupendo sonido, digno de una buena sesión sexual.

El interior de Changmin se sentía cada vez más apretado e incluso cálido, Sunwoo reconocía muy bien ello, los golpes en su sensible punto dulce por parte de su pene estaban consiguiendo que Oh fuese guiado al orgasmo y tuvo que reconocer el arduo esfuerzo de su novio por no eyacular.

Con voz severa, Sunwoo le ordenó a Changmin dirigir las penetraciones, sus propias penetraciones, dirigir el ritmo e intensidad con los que haría que el pene de su novio lo llevase a la locura.


— Así Oh...— tiro la cabeza para atrás, mientras que Changmin no perdió oportunidad para empezar a lamerlo.

Las manos de Sunwoo eran realmente suaves la mayor parte del tiempo y más aún cuando las yemas de sus dígitos se paseaban libres por la lechosa piel de Changmin la cual, de hecho, parecía arder con el gentil contacto. Ambas manos se dirigieron lentas hacia el abdomen del rubio, acariciando su suave vientre mientras lo oía gemir.

Sunwoo fue capaz de ver cómo una exhausta sonrisa se dibujaba en el rostro de su novio, aquel parecía tener su mente en blanco o incluso haber perdido consciencia, tan sólo su cuerpo reaccionaba, era tal la excitación que Oh Changmin acumulaba que cualquier cosa a su alrededor era irrelevante, tan sólo el placer que le causaba Sunwoo era importante.

—¡A-ah! Lo quiero mas profundo Kim Sunwoo — ordeno — Te quiero totalmente dentro.

La voz de Changmin se oía jodidamente bien, excitante y demasiado ardiente; sin duda alguna, el tierno Oh Changmin había sido mandado al demonio para traer en su lugar a este, cuyo trasero era elevada a un ritmo veloz, profanando su estrecho interior para seguir reventando su dulce punto.

Changmin se sentía a morir, despidiendo de su boca millones de delicados gemidos que incitaban a Sunwoo a enterrarse mucho mas profundo.

La mano de Sunwoo se movía con tal intensidad al masturbar el pene de Changmin que el rubio pensó que se desmayaría en un sólo instante al ir también recibiendo numerosos golpes justo contra su punto sensible, el cual la hombría de Sunwoo hacía pedazos sin piedad.

El calor había aumentado así como también la sensibilidad en todo el cuerpo del Gryffindor, contener el orgasmo parecía ser inútil, cualquier esfuerzo para no eyacular era absurdo pues Changmin se sentía en el cielo ya, recibiendo las mejores sensaciones del mundo gracias a Sunwoo quien jugaba su erecto pene sin permitirse un descanso al penetrar su entrada por lo que, con tan sólo observarse a sí mismo en el reflejo, hecho un completo desastre de excitación, Changmin sintió la misma ola de excitación recorriendo su cuerpo.


— ¡Sunwoo!



El nombrado dejó entonces de penetrar a su novio cuando el interior de este se volvió incluso más estrecho, tan ajustado que quizás mover su gran pene sería un problema, pero ahí estaba él con una gran sonrisa en los labios que esbozó al sentir incluso él una clase de vibración por todo su cuerpo sin tener más opción que quedarse tranquilo al ir apreciando cómo del hermoso pene de su novio se escapaban chorros y más chorros de semen. Un espectáculo divino que fue totalmente endulzado con los gimoteos de Changmin, delirando sobre el fornido cuerpo de su novio. 

— Joder — susurro en tono muy bajo.

Pero aquellos mismos gemidos, tan lindos y hasta delicados, fueron silenciados por los labios del pelinegro al presionarlos contra los de su novio luego de haber liberado su cuello.

Changmin cerró los ojos y disfrutó del beso, sirviéndole incluso como una clase de estímulo que le permitió liberar incluso más semen de su hombría. Sunwoo jadeó también durante el beso, al ir devorándose los suaves gemidos de su novio, sintiendo cómo chorros de espesa leche se deslizaba por sus dedos y su mano en sí.

El beso comenzó a debilitarse a medida en el que sus respiraciones se regularizaban, Changmin sólo se dedicó a lamer los labios del Slytherin para entregarle al mismo tiempo suaves piquitos, todo en medio de sonrisas y pequeñas risillas por su parte, muy orgulloso de atestiguar el delicioso orgasmo de Kim Sunwoo y permitió corregirse a sí mismo puesto que cada uno de los orgasmos de su novio era totalmente delicioso.

El moreno también comenzó a entregarle después besos en la mejilla, mientras le susurraba palabras encantadoras, muy dulces aunque con el mismo toque picante de siempre, el toque sexual que hacía que Changmin se sintiese incluso caliente después de haber eyaculado.

Ambos sellaron un último beso en los labios contrarios y observaron sus desastres.

— Esto es hacer cosas sucias — Sunwoo se mordió el labio y miró enamorado al amor de su vida.

— ¿Que?

— Nada.

— Niño loco — lo miro extrañado y luego lo abrazo, descansando su cabeza en su hombro — Ahora mimame hasta que me quede dormido.

— ¿No tienes que conducir?

— Has tu cosa sexy de la magia sin varita y liampianos — suspiro.

Ambos estaban desnudos y compartiendo un pacífico calor que emanaba de sus cuerpos, el amor era palpable, los dos podían sentirlo claramente. Las suaves manos de Sunwoo se paseaban por el frágil cuerpo exhausto Changmin, el rubio era un fiel fanático de endulzar los momentos después del sexo y mas si era el tipo sexo que a Sunwoo le gustaba tener.

Changmin lo mimaba con caricias, abrazos, algo de risas, suaves toques sobre la piel de su novio y por supuesto hacerle saber cuán importante era él en su vida y asfixiarlo con las palabras mas cursis que se le venia a la mente.





— Te amo Changmin.

— También te amo tanto amor.






La voz gentil de Changmin era todo lo que Sunwoo necesitaba para sentirse más que cómodo y feliz por tenerlo en su vida, por ser alguien tan importante en ella. Sunwoo amaba tanto cuando Changmin cuidaba de él en aspectos así, no sólo fuera del sexo, sino a diario; pero de momento, lo que un mortifágo como él necesitaba era por supuesto de palabras muy lindas que no únicamente brotaban de la boca del rubio para satisfacer su lado romántico, sino que estas se sentían auténticas, Changmin era muy atento y cuidadoso con él que Sunwoo agradecía infinitamente por tener a su lado a un novio tan lindo como Oh Changmin.

— Conoces la esencia de vainilla? que la hueles y te mueres de ganas por probarla, pero cuando la pruebas, te das cuenta que te equivocaste y es horrible. Bueno, hay gente que es esencia de vainilla y tu eres un chocolate — Habló Changmin acariciando el cuello de su novio con la punta de su nariz.


— Changmin, por eso solo tienes dos amigos.























Jsjsus no tengo nada que agregar, pero miren lo que callamos los Slytherin </3

Malditos sangre sucia >;c

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