035
El trío siguieron a Haknyeon a través de un pasillo angosto y oscuro hasta el final donde había un agujero con un retrato.
Ju abrió la puerta y salió primero.
— Oigan escuchen todos — pidió con una gran sonrisa — Tengo una sorpresa para todos ustedes.
— No más de la cocina de Aberforth, espero... — replicó Juyeon, secamente — Sería una sorpresa si pudiéramos digerirlo.
Haknyeon se hizo a un lado y el trío se dejo ver.
Changmin vio a Ella primero porque se puso de pie de un salto. Corrió hacia ellos y los abrazó con fuerza mientras todos los demás vitoreaban.
— Es tan bueno verlos a todos — sonrió la rubia alejándose.
Después de ella se unieron mas amigos para abrazar a los tres.
— No es por romper la fiesta del amor — hablo Hyunjae — pero ¿qué hacen aquí? ¿Cuál es el plan?
Todos se calmaron y enfocaron sus ojos en Oh Changmin.
— Necesitamos encontrar algo — hablo el rubio — Algo escondido aquí en el castillo y puede ayudarnos a derrotar a Phulowath.
Todos giraron los ojos, puesto que ya se agotaron de pedirle a Changmin que no dijera su nombre.
— Correcto — dijo Haknyeon —¿Qué es?
— No lo sabemos — respondió Yoshi.
— ¿Dónde está? — preguntó Ella.
— Tampoco sabemos eso — respondió Kevin.
— Me doy cuenta de que no es mucho para continuar — agrego Changmin algo avergonzado.
— Eso no es nada para continuar — replicó Juyeon.
— Creo que tiene que ver con Ravenclaw — dijo Changmin — Será pequeño y fácil de ocultar ¿Alguien tiene alguna idea?
— Bueno, ahí está la diadema perdida de la fundadora de Ravenclaw — hablo Chanhee — Es bastante famoso.
— Aquí vamos de nuevo — murmuró Yoshi y Changmin le dio un ligero golpe con su codo.
— Sí, pero está perdido Chanhee — dijo Youghoon — Nadie vivo lo ha visto.
—¿Alguien puede decirme qué diablos es una diadema? — chisto Sangyeon impacientemente.
— Es una corona — respondió Youghoon — Una especie de tiara.
La puerta de la Sala de los Menesteres se abrió y entró corriendo un niño con túnicas de Gryffindor.
— Han llamado a todos para que vengan al Gran Comedor — informo — El director tiene un anuncio.
Ella se volvió hacia Changmin para hablarle en voz baja.
— Hay algo que debes saber, Sunwoo está aquí — le murmuro al oído — Ha estado en Hogwarts el último mes. Estará en el anuncio con todos los demás.
— ¿Está bien? ¿Qué pasó? — demandó Oh, su corazón se aceleró ante la idea de ver a su novio de nuevo.
— Él está bien — contesto — Me dijo que sus padres lo enviaron aquí después de lo que pasó con todos ustedes en su mansión.
— ¿Qué están susurrando? — preguntó coqueto el bajo moreno — ¿Que planes hacen?
Changmin negó y luego miró a todos — Creo que ya es hora de que me enfrente a Do Kyugsoo ¿Alguien tiene un juego de túnicas de repuesto?
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Lo último que Sunwoo quería hacer era escuchar a su padrino parloteando sobre algún estúpido anuncio, pero no tenía otra opción.
Siguió a Songjin y al resto de los Slytherin al Gran Comedor.
No es como si Sunwoo tuviera una idea de lo que Kyugsoo iba a decir, pero de ninguna manera se espero las palabras soltadas.
—Esta tarde, Oh Changmin estaba en Hogsmeade — hablo en tono alto Do, provocando una oleada de susurros — Ahora, si alguien, estudiante o personal, intenta ayudar al señor Oh, será severamente castigado. Además, cualquiera que tenga conocimiento de estos eventos y no se presente, será tratado como igualmente culpable.
¿Changmin? ¿Su novio se encontraba aquí? No podría ser verdad. El corazón de Sunwoo se disparó ante la idea de volver a verlo y se hundió ante la idea de que algo le había pasado ¿Donde estuvo el?
Do bajó del estrado y comenzó a caminar entre las filas de estudiantes — Si alguien sabe algo sobre su paradero, que dé un paso al frente. Ahora.
Sunwoo pensó que estaba alucinando cuando vio a Changmin caminar hacia el centro de la habitación, pero su voz era tan clara como el día mientras hablaba.
— Parece que a pesar de tu exhaustiva estrategia defensiva, todavía tienes un pequeño problema de seguridad, señor Director — soltó en tono burlón.
En ese momento, las puertas del Gran Comedor se abrieron y entraron miembros de la Orden del Fénix.
—¿Cómo te atreves a pararte donde él estaba? — la voz de Changmin se oscureció — ¡Cuéntales cómo sucedió esa noche! ¡Cuéntales cómo lo miraste a los ojos, un hombre que confiaba en ti y lo mataste! ¡Cuéntales!
Do no habló, solo sacó su varita y apuntó a Changmin.
Antes de que Sunwoo pudiera salir a defenderlo, LuHan se le adelantó.
Kyugsoo vaciló, pero pronto comenzó a batirse en duelo con el chino. LuHan estaba tomando la delantera cuando se apareció. Todas las casas (excepto la mayoría de Slytherin) vitorearon.
Sunwoo comenzó a empujar hacia el frente de la multitud, pero se congeló cuando una voz resonó en sus oídos. Todos a su alrededor se congelaron, así que el moreno sabía que no era el único que escuchaba la petición de Mongkut Phulowath.
"Tráeme a Oh Changmin y todos los demás se salvarán. Tráemelo y no tendrás que ver sangre de mago. Tienes una hora"
Hubo un largo silencio que fue roto por Elena Park.
— ¿¡Qué están esperando!? ¡Que alguien lo agarre!
Nadie se movió, excepto aquellos que se pararon frente a Changmin para defenderlo.
— Profesor Minseok, por favor acompañe a la señorita Park junto con los otros Slytherins a su sala común — pidio amable Luhan.
La multitud que rodeaba a Sunwoo comenzó a salir del Gran Comedor y el pelinegro estaba siendo arrastrado hacia él.
Miró a Songjin y no tuvo que decir nada. La pelinegra abrió un camino para Sunwoo y este lo aprovechó para ir corriendo tras su novio.
Changmin se giró y sus ojos se encontraron.
Decir que se les brillos la mirada al verse es poco, ambos hicieron brillar sus almas.
Al conectar sus miradas, se sintieron seguros, incluso en medio de esa guerra. Al volver a conectar esos ojos grises con los marrones, sus ojos que parecían tener manos, que los toman y los calman, que los abrazan, ojos que les hacen pasar las ansiedades, que los aman sin decir nada, que brillan con luz propia, ojos a los que nunca se les puede mentir, ojos que tienen dentro mil atardeceres, ojos que lo salvan.
Sus rostros se iluminará con una gran sonrisa y ambos en sincronía corrieron a sus brazos.
Changmin jadeo al envolver sus brazos al rededor del alto y Sunwoo cerro sus ojos al tener esa pequeña cintura en sus manos.
Sunwoo bajó sus labios y capturó los de Changmin en un beso apasionado, sin importarle la multitud que lo rodeaba.
Changmin también buscó de inmediato los labios de su novio pensando inútilmente que con ello podría controlarse, muy estúpido de su parte puesto que ocurrió todo lo contrario, incrementándose más el ferviente deseo en él por ese hermoso pelinegro que encendía al máximo todos sus sentidos.
Sunwoo lo volvió abrazar, agradecido de que Changmin estaba vivo.
Oh mantuvo su frente contra la de Sunwoo para que todo lo que pudiera ver fuera a él.
— Hola...— sonrió Changmin, mostrándole esos hoyuelos que había extrañado tanto.
— Hola.
Changmin rió porque si y el ruido lo llenó de la alegría que le había faltado durante el último mes. Se separaron y la cantidad de miradas que estaban recibiendo haría que cualquier persona normal se retorciera. Era bueno que Changmin y Sunwoo no fueran personas normales.
Yoshi sonrió y le cerro la boca a Haknyeon, quién no podía creer que su amigo estaba besando a la persona encargada de hacerle la vida un infierno desde que tenia once años.
Ju Haknyeon no podía creer que Changmin este besando a Kim Sunwoo, el enemigo de todo Gryffindor.
Changmin podría haberse aferrado a Sunwoo para siempre, pero no había tiempo para una reunión adecuada. Oh entrelazó sus dedos con los de su novio y se giró para mirar a sus amigos, quienes eran una máscara de sorpresa.
— ¿Q-que...? — balbuceaba el bajo moreno — ¿Como cuando? — se giro rápidamente a mirar a Yoshi y a Kevin, quiénes obviamente no estaban sorprendidos con aquel ferviente beso que todos acaban de presenciar — ¿Lo sabían?
Yoshi asintió despacio — Lo sabía — confirmó — Y tuve que lidiar con su mierda de pareja durante meses.
— Yo lo veía venir — agrego Younghoon encogiéndose de hombros — Estuvieron obsesionados el uno con el otro durante años. Sabía que solo era cuestión de tiempo.
Haknyeon estaba más que perdido y de hecho estaba por hacer unas cuantas preguntas, pero la voz de Changmin opaco todo.
— No tenemos tiempo para hablar de esto — miro directamente a la principal víctima de los abusos de su novio — Tenemos que separarnos y encontrar esta cosa — todos asintieron — Sunwoo y yo iremos a revisar la sala común de Ravenclaw.
— Nosotros iremos a destruir la copa — anuncio Yoshi tomando la mano de su novio.
Una vez el plan se realizo, todos se dispersaron. Sunwoo y Changmin caminaron hacia Luhan.
— ¿Qué necesitan señores?
— Tiempo — pidió Oh — Todo lo que pueda darme, profesor.
— Considérenlo hecho — el chino asintio y luego volteo para alejarse.
La pareja se dirigieron hacia las escaleras cuando Songjin se acercó a ellos
— ¡Sonnu! — grito y su amigo se detuvo para mirarla — ¿Cuál es el plan?
— Estamos buscando la diadema perdida de Ravenclaw — explicó Changmin — Creemos que podría ser algo que nos ayude a derrotar a Phulowath.
— Diadema perdida... — murmuro con las cejas juntas — creo que he oído esa historia, pero no se ha visto en mucho tiempo.
— Sí, Juyeon dijo que nadie vivo lo ha visto — asintió Changmin.
— Voy a echar un vistazo. Tal vez en la biblioteca — ofreció la Slytherin.
— Gracias Jin — sonrió su amigo.
La pelinegra le devolvió la sonrisa y salió corriendo rumbo a la biblioteca.
Sunwoo y Changmin continuaron, aún con las manos entrelazadas. Oh estaba tan contento de tenerlo de nuevo, pero había algunas cosas que quería saber.
— ¿Qué pasó después de que nos separamos?
— Me acaban de enviar aquí.
— ¿Nunca tuviste que hablar con ya-sabes-quién? ¿Nadie te preguntó por qué te escapaste? ¿O con quién estabas?
— Hubo rumores, pero nadie pudo probar nada y no le dije a nadie. No fue un gran problema ya que Songjin y yo teníamos nuestro propio dormitorio lejos de los demás asociados con los mortífagos.
Changmin estaba por preguntar mas cosas, cuando la voz de Chanhee interrumpió su interrogatorio.
— ¿A donde van?
— A la sala común de Ravenclaw...
— No encontrarás nada allí.
— Chanhee, tenemos que...
— No, escúchame. Nadie vivo ha visto la diadema.
— Sí, repasamos eso.
— Se refiere a un fantasma — intervino Sunwoo — Tenemos que hablar con un fantasma para averiguar dónde está.
Chanhee asintió — Helena Ravenclaw, la hija de la fundadora de Ravenclaw, debería saber dónde está la diadema.
Así lo hicieron, la pareja hablo con la fantasma y gracias a ella supieron que la diadema estaba escondida en la Sala de los Menesteres. Se dirigían hacia allí ahora, pero Changmin no había terminado su conversación con Sunwoo.
— ¿Porque dejaron que personas de diferentes sexo compartan un dormitorio?
— ¿Y eso? — cuestionó Sunwoo mirándolo con una ceja levantada.
— Olvidalo, solo tenía curiosidad.
— Tonterías. Sé cuando estás mintiendo Oh Changmin.
— No es importante. Estamos como... en medio de una guerra.
— Lo sé — Sunwoo tiró de la mano de Changmin y lo giró para mirarlo — Pero si alguno de nosotros muere hoy, odiaría tener algún asunto pendiente entre nosotros. Realmente no quiero verme obligado a atormentar a Hogwarts por eso.
— Podrías unirte a Myrtle la llorona — se encogió de hombros.
— Changmin...
El rubio suspiró y negó — Bien...— Changmin abrió la boca para continuar, pero tropezó y casi cayo.
Sunwoo acostumbrado a lo torpe que es su novio, lo ayudo a levantarse, pero Changmin jadeo y casi cayo de nuevo.
— ¿Que pasa? — preguntó, la preocupación era evidente en su voz, mientras Oh tocaba su cicatriz.
— Nada — sonrió, tratando de tranquilizarlo — Creo que Yoshi y Kevin acaban de destruir el Horrocrux.
— ¿Y lo sentiste?
— Sí. Creo que es porque Phulowath y yo estamos conectados.
— ¿Pero estás bien?
— Bueno, si no es el traidor...
Sunwoo se volvió hacia la voz familiar para ver a sus dos antiguos amigos caminando hacia el.
Finalmente habían llegado a la Sala de los Menesteres y lo último que Sunwoo quería hacer era hablar con sus antiguos compañeros de escuela.
— Empieza a buscar y yo me encargaré de estos dos — pidió el moreno y sin vergüenza alguna, tomo el rostro de su novio y le dejo un corto beso.
Changmin dudó un poco en dejarlo solo, pero luego asintió y se alejó de los Slytherin.
Sunwoo sacó su varita cuando vio que el par apuntaba con la suya.
— Me sorprende que ustedes dos hayan llegado tan lejos — dijo con burla el moreno.
— Al menos no somos traidores.
— Porque tiene algo que ustedes no tienen — se escuchó una voz de fondo — Moral.
Eric lanzo una patada, patada que no causo ni cosquilla a su compañero.
— Mierda — murmuro y fue corriendo hacia Sunwoo.
— Bonita entrada — bufo Sunwoo.
Uno de los hombres lanzó un hechizo que Sunwoo esquivó fácilmente. Eric saco su varita y lanzo un hechizo propio que golpeó al otro Slytherin justo en el pecho y se tambaleó hacia atrás.
Entonces ambos comenzaron a lanzarle hechizos a voluntad. Eran descuidados, pero también había demasiados para esquivarlos.
Sunwoo cayó hacia atrás y antes de que pudiera levantarse, quedó congelado, Eric iba a defenderlo, pero también lo paralizaron.
— ¿Cuánto crees que apreciará el Señor Oscuro si le llevamos a Kim?
— Mucho, considerando que el rumor de que está saliendo con Oh era verdad — respondió el otro.
Lo pusieron de pie, cada uno tomándolo de un brazo y Eric no pudo hacer nada. Llevaron a Sunwoo por el pasillo y al doblar la esquina, se encontraron con una cara familiar, rostro que Sunwoo nunca pensó que estaría contento de ver.
— ¿Donde llevan al novio de mi amigo, muchachos? — preguntó Yoshi con tono casual.
— Muevete Kanemoto.
Yoshi se encogió de hombros y así lo hizo, dejo el camino libre para que esos dos chicos llevaran a Sunwoo donde sea que querían.
El moreno no dijo nada, sabía que Yoshi sería la última persona en ayudarlo y no lo culpaba.
Sus ojos se agrandaron cuando sintió sus brazos liberados y luego al ver dos cuerpos inconsciente a cada lado de el.
— ¿Sorprendido Kim? — sonrió Yoshi y lanzo un hechizó para que Sunwoo pueda volver a mover sus extremidades — Es divertido golpearte, no ver que te golpean.
— ¿Donde esta Changmin? — preguntó rápidamente.
— En la Sala de los Menesteres. La diadema perdida debería estar allí.
Sunwoo asintió, fue corriendo a Changmin, no ante de ir a retirar el hechizo que le tiraron a Eric.
Kim encontró a su novio parado frente a una mesa, sacando algo de una caja de madera.
— Hola — saludo y fue a besar su mejilla —¿Lo encontraste?
Changmin asintió y se giro para mirar al moreno — Sí, ahora solo...
El rubio fue golpeado con un hechizo y la tiara salió volando hacia uno de los grandes montones de chatarra.
Sunwoo se giro para ver a Elena Park, junto con dos compañeros de pie con sus varitas.
Rápidamente todos en ese lugar sacaron sus varitas.
— Sabía que sería fácil atraparte, pero no pensé que sería tan fácil — sonrió Elena — Aunque nunca fuiste un gran luchador ¿verdad, Kim?
— No tengo que serlo para vencerte.
Otra batalla de hechizos se dio, mientras que Changmin los ignoro y gateando buscaba la tiara.
Sunwoo se dio cuenta de lo estúpido que se veía esa pelea, así que giro los ojos y se dispuso a buscar la tiara, sonrió al ver que su novio había pensado igual.
— Amor...— llamo Sunwoo al llegar a el.
— ¡Lo tengo!
— ¡Debemos salir de aquí! — grito Kevin al llegar a ellos.
— ¡VAN A PRENDER FUEGO A TODO EL MALDITO LUGAR! — enuncio Yoshi corriendo hacia ellos.
El japonés tomo a su novio y todos agrandaron los ojos al ver una ola de llamas apareciendo por la esquina.
Sunwoo tambien tomo a su novio y los cuatros empezaron a correr, sin embargo, en cada giro que daban se encontraban con llamas. Llamas que se asemejaban a varias criaturas los atacaban en cada esquina y Sunwoo no estaba seguro si iban a lograrlo.
Changmin como siempre tropezó al mirar las llamas que casi les mordían los tobillos, Sunwoo gruño y se giró para conjurar un hechizo. Un escudo de agua apareció frente a ellos cuando las llamas chocaron contra él.
— ¡Hay algunas escobas! — señalo Yoshi —Podemos usarlas para salir de aquí.
Cada uno agarró uno y voló por los aires. Se dirigían hacia la salida cuando Sunwoo vio a Elena escalando una de las pilas. Uno de sus comañeros resbaló y cayó, inmediatamente siendo envuelto por las llamas. A Sunwoo no le había gustado ninguno de ellos, pero verlo morir tan repentinamente, no podía simplemente dejarlos.
— ¡Mi Amor! — llamo Sunwoo y con solo una mirada y debido a su conexión, Changmin entendió.
— ¿¡Que demonios están haciendo!? — grito Yoshi al ver que la pareja giraron y se dirigieron hacia la rubia que apenas aguantaba para no caer en el fuego.
— ¡No puedo dejarla! — respondió el moreno.
"Tu muestras tu pureza en ocasiones que ni te das cuenta"
Ningún miembro del trío tuvo la intención de ayudar a Elena Park y el único que se atrevió a girar es aquel Slytherin que todos catalogaban como un ser sin corazón.
La mujer se monto tras Sunwoo y apenas aterrizaron bruscamente fuera de las puertas, Elena aprovechó la oportunidad para huir.
Changmin dejó la tiara en el suelo y Kevin le lanzó un colmillo de basilisco, Oh lo atrapó y apuñaló la tiara. Humo negro salió cuando Changmin cayó hacia atrás. Yoshi dio un paso al frente y pateó la tiara hacia las llamas justo cuando las puertas de la Sala de los Menesteres se cerraban.
Sunwoo se arrodilló junto a su novio y le sostuvo la mano — ¿Estás bien?
Él asintió, parpadeando para salir de su ensimismamiento — Es la serpiente, Nagini su serpiente es el último Horrocrux.
Sunwoo ayudó a Changmin a ponerse de pie — ¿Sabes dónde están?
El rubio negó lento.
— Tienes que usar tu conexión — sugirió Kevin — Averigua dónde están.
Changmin cerro los ojos y luego de muchos segundos los abrió, sabiendo donde debían ir a continuación.
Se arrastraron por el costado del cobertizo para botes y se agacharon junto a la ventana.
Phulowath estaba adentro con Nagini pero no estaban solos, Do también estaba allí.
— Ha llevado a cabo magia extraordinaria con esa varita mi señor, tan solo en las ultimas horas — Hablo Do.
— No...— negó Phulowath — Yo soy extraordinario, pero la varita...se resiste a mi.
Sunwoo miro mal a su novio y le puso una mano en su cabeza para que se agachara más.
— Cuando el niño venga, la varita no lo fallara, te lo aseguró. La varita le responde a usted y solo a usted.
— ¿Seguro?
Do dudo mucho antes de responder.
— Mi señor...
— Fuiste tu quién mato a Junmyeon, Kyugsoo — lo miro — Mientras tu sigas vivo la varita no puede ser del todo mía...
Changmin oía horrorizado la conversación de esos dos y cuando oyeron el "Nagini ataca" el rubio tuvo que sostener a Sunwoo para que no vaya al rescate de su padrino.
Hubo un silbido y un golpe cuando Do cayó contra la ventana y luego varios golpes mas, pero ningún quejido de dolor.
Cuando Phulowath se retiro, todos corrieron a su herido profesor.
Oh se arrodilló junto a Kyugsoo y puso su mano contra su cuello en un intento de detener el sangrado. Sunwoo se agachó junto a su novio y los ojos de Do se clavaron en él.
— Lo siento — dijo débilmente — No quería que terminaras...como yo — Las lágrimas caían de sus ojos — Tómalos — hizo un gesto hacia su rostro.
Changmin se giró hacia Kevin, quien sacó un vial de su bolso, lo tomó y lo sostuvo contra el rostro de Do para contener las lágrimas.
— Llévalos al Pensadero — la voz de Do era suave mientras miraba a Changmin — Tienes los ojos de tu madre.
Esas fueron sus últimas palabras.
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Se toman su tiempo para caminar de regreso al castillo. Una espesa niebla de dolor había caído sobre ellos y los estaba alcanzando después de que la adrenalina se hubiera disipado.
Changmin tenía sentimientos encontrados sobre la muerte de Do y esperaba que los recuerdos que tenía le dieran algunas respuestas.
Se congelaron cuando la voz de Phulowath resonó en sus oídos.
"Reúnan a sus muertos y que esto sea el final. Cada gota de sangre mágica derramada es un terrible desperdicio. Puedes terminar con esto Oh Changmin. Encuéntrame en el bosque y nadie más tiene que morir. Tienes dos horas"
Sunwoo miró asustado a su novio.
— No estás pensando...
— Tenemos que mirar los recuerdos de Do —fue todo lo que dijo.
Estaba en silencio cuando entraron al castillo y vieron que todos se habían reunido en el Gran Comedor. El corazón de Changmin se apretó al ver a todos los heridos y muertos.
La gente asentía con la cabeza cuando pasaba y Changmin se congeló al ver a todos los Moon amontonados alrededor de alguien
Kevin corrió hacia su familia y su padre lo abrazó, sollozando en su hombro.
Fue entonces cuando todos vieron a Ella Moon acostada en la camilla, su cuerpo sin vida.
Yoshi se acercó para estar con su novio, pero Changmin no pudo. Se giró y fue entonces cuando vio a Chanyeol y su esposa acostados uno al lado del otro, sus manos alcanzando el uno al otro incluso después de la muerte.
— Changmin...
La voz de Sunwoo era suave mientras extendía la mano y tomaba la de su pareja.
Changmin parpadeó para contener las lágrimas y comenzó a caminar hacia las puertas.
— Los recuerdos de Do podrían ser importantes para terminar esto para siempre — dijo entre dientes.
Sunwoo asintió y lo siguió fuera del Gran Comedor.
Changmin estaba en estado de shock y no quería dejar de llorar. Temía que si lo hacía, no sería capaz de seguir luchando. Estaba tan cerca de terminar esto para siempre. Tenía que asegurarse de que todas las muertes no fueran en vano, así que siguió moviéndose.
Caminaron hasta la oficina del director y subieron las escaleras. Changmin caminó hacia un gabinete y se abrió para revelar un pensadero. Changmin derramó las lágrimas de Do antes de sumergir su rostro en el agua.
Sunwoo pensó que todo lo que su padrino compartiera era solo para Changmin. Se acomodó en los escalones y esperó a que su novio saliera. Después de unos minutos, Changmin se acercó y se sentó junto a Sunwoo.
Kim prácticamente podía escuchar las ruedas girando en su cabeza.
— Kyugsoo conocía a mi madre. Creció con ella y se preocupaba por ella — hablo Changmin aún en estado de shook, mirando a la nada — Do era un agente doble, se unió a Junmyeon en un intento de salvar a mi madre, pero no funcionó porque mis padres fueron traicionados. Pero después de todo este tiempo, Do Kyugsoo me ha estado cuidando. La única razón por la que mató a Junmyeon fue porque Kim Junmyeon había sido envenenado y el no quería que tu tuvieras la carga de matar a alguien en tu conciencia y Junmyeon sabía que sería la única forma de hacer que Phulowath confiara completamente en Do.
Sunwoo no sabía qué decir. Eso fue mucho para procesar. Después de toda la mierda que su padrino le había tirado a su novio, era difícil creer que los había estado cuidando.
— Amor...
— ¿Podrías darme un minuto? — pidió Changmin en voz baja — Te veré en el Gran Comedor pronto.
Sunwoo dudo un momento, pero al ver el estado de Changmin, sabia que necesitaba ese tiempo para asimilar las cosas.
Sunwoo asintió y se puso de pie, Changmin lo sustuvo y lo atrajo en un fuerte abrazo.
— Cuando te conocí pensé que eras un idiota bastardo ensimismado — hablo Changmin sonriendo y lo soltó — Y a medida que pasaron los años, mi opinión sobre ti no cambió, en todo caso, solo se volvió más odiosa.
— ¿Changmin?
— Cuando teníamos diecisiete años, me vi obligado a ayudarte porque fuiste un idiota y bebiste una poción de lujuria y fue lo mejor que me pudo haber pasado. Se suponía que yo debía ayudarte, pero fuiste tú quien me ayudo — El peso de sus sentimientos lo golpeó de repente y sus lágrimas se acumularon en sus ojos — Nada de nuestra relación fue fácil, pero valió la pena luchar por ti. Me apoyaste en los momentos más difíciles de mi vida y me trajiste más alegría de lo que creía posible. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar y deseo comenzar mas aventuras, aunque no puedo garantizar que pasará esta noche, quiero que recuerdes que te amo sin importar lo que la vida nos depare, así que se fuerte ¿ok?
— Hey no llores — pidió Sunwoo y tomo su rostro — Nunca pensé que estaría con el hombre que odié amar durante todos mis años en Hogwarts. Nunca pensé que tendría tanta suerte, me mostraste amor y amabilidad durante el año más oscuro de mi vida y sin importar que no te lo puse fácil, pero por algún milagro te quedaste a mi lado de todos modos y no podría estar más agradecido — Sunwoo tomo sus manos — Me cambiaste para mejor y me enseñaste a confiar no solo en mí mismo sino también en aquellos a quienes amo. No puedo prometer que no habrá obstáculos en nuestra relación, pero puedo prometer que los superaremos porque ahora que he visto cómo es la vida contigo, no quiero separarme nunca y no dejaré que nos estrellemos y nos quememos.
Changmin mucho mas triste se puso de puntitas y beso la frente del moreno.
— Te veré pronto amor — dijo y se alejo unos pasos, sonriendole suavemente.
— Oh Changmin, promete que no harás nada estúpido.
Changmin asintió en automático.
— Lo prometo.
Changmin estiró un poco el cuello para golpear dulcemente sus labios contra los de su novio siendo este último el encargado de dirigir el ansiado beso que tanto quería disfrutar. Sunwoo movió sus carnosos labios carmesíes esperando conseguir el sabor dulce de su Gryffindor favorito, sintiéndolo de inmediato esparciéndose también en toda su boca.
Se dieron una ligera pausa para volver a entregarse besitos cortos y prolongados en un veloz lapso de tiempo porque ambos tenían cosas muy importantes que hacer, pero nada mas importante que darse amor con los labios.
Changmin presionó y capturó el labio inferior de Sunwoo, usando los suyos para que, en un rápido accionar, terminase delineando su lengua en él, haciendo que el pelinegro ame esa sensación.
Se sonrieron con algo escondido entre líneas a la poca distancia siendo Changmin quien tomase en un simple beso los labios de Sunwoo por última vez.
—Te amo tanto Sunwoo.
Sunwoo sintió sus mejillas claramente tibias después de la sentencia de Changmin, no esperó nunca que en algún momento alguien tan lindo como su pequeña ardilla apareciese en su vida para, literalmente, colocarla de cabeza, entregándole tanta alegría y esas cosquillas para su estómago que lo alteraban sin esfuerzo alguno. Se despidieron por última vez y cada quién decidió enfocarse en lo suyo.
Sunwoo dudó nuevamente, necesitaba correr de regreso y robarle un beso a su novio, no le importaba si era un simple contacto de un segundo, sólo quería sentir sus labios suaves, pero optó por quedarse tranquilo.
Changmin era la persona en quién mas confía, si su novio le prometió que no haría nada estúpido, debía confiar en el.
4 de octubre del 2022
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