030
Changmin odiaba esto, pero no es como si tuviera muchas opciones. Iba a viajar con Yixing y Sunwoo iba a ir con Chanyeol.
Era obvio que Sunwoo no era popular en ese grupo y Oh pensó que Chanyeol sería la apuesta más segura.
El rubio se acercó al moreno, quién se estaba poniendo una chaqueta suya.
— ¿Amor?
— ¿Cómo llevas ropa así todo el tiempo? — bufo el ahora rubio mirando la ropa de Changmin.
— Es cómodo — se encogió de hombros.
— Es atroz — corrigió tirando de la horrible camisa a cuadros.
— Eres muy exigente — giro los ojos y ayudo a Sunwoo con los botones de la camisa.
— Estoy bastante seguro de que se llama tener gusto.
— No vine aquí para hablar de ropa...— dijo serio — Solo necesito que prometas estar a salvo y no hacer nada estúpido.
— Ya se que tengo tu cuerpo, pero no por eso tengo tu inteligencia — respondio y Changmin lo golpeo el pecho.
— Lo digo enserio imbécil — bufo y Sunwoo solo sonrió y se inclinó con la clara intención de dejarle un lindo beso, pero Changmin rápidamente lo detuvo colocando sus manos en su pecho.
— Tienes mi cara Kim, seria extraño besarte...o besarme.
Sunwoo estaba por hablar hasta que oyeron gritos a un lado.
— ¡Tengo hoyuelos! — exclamó Hyunjae mirando su reflejo.
— Obvio que tienes hoyuelos si ahora eres Changmin — Kevin giro los ojos.
Juyeon quien se había mantenido en silencio, de la nada empezó a reír.
— Todos tenemos voz de pito — dijo y volvió a reír.
— Oh, esperen... — hablo Yoshi y todos lo observaron atentos.
El japonés carraspeo y luego abrió la boca para dejar salir un agudo grito de muchos segundos, haciendo que todos quieran taparse las orejas.
— Lo siento, siempre quise hacer eso — se excuso el japonés y Changmin lo miro mal por estar jugando con su voz.
— ¿Kim y Changmin van a besarse? — preguntó Juyeon recostando su codo en el hombro de Hyunjae — Porque seria mega sexy ver a dos Changmin compartiendo un sexy beso.
— ¿Porque no besas tu a Hyunjae? — reto Yoshi mirándolo malvado.
Ambos Lee se sonrojaron y Sunwoo miro extraño al grupo de amigos de Changmin. Ahora jamás se quejaría de Songjin.
— Si ya terminaron con sus tonterías — hablo ZiTao llamando la atención de todos — Tenemos que movernos mientras aún está oscuro.
Todos los Changmin's asintieron y salieron en fila de la casa.
Oh subió al sidecar de la motocicleta de Yixing y se giró para mirar a todos.
Merlín solo esperaba que todos salieran con vida.
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Sunwoo se subió a su escoba, junto con Chanyeol que estaba montado en su propia escoba.
— Quédate cerca — ordeno el mayor mirándolo — Changmin me matará si te pasa algo...
El moreno asintió cohibido para después salir disparado en dirección al cielo, siendo seguido por Chanyeol.
Permanecieron todos juntos, volando en total silencio, muy comprometidos con la misión. De pronto destellos de luz iluminaban porciones del cielo oscuro, con sonidos de explosiones acompañados.
Decidieron ignorarlo y continuaron, hasta que un destello mucho más iluminado casi los cegó y después gritos se oyeron.
—¡Estamos siendo emboscados! — alerto ZiTao — ¡Dispérsense!
El grupo se desembolsó al instante, Sunwoo se acercó a la escoba de Chanyeol por su propia seguridad, pero antes de poder abrir su boca para preguntarle el que haría ahora, un destello de luz golpeo el hombro del moreno, de manera tan fuerte que lo hizo tambalear de su escoba, casi haciéndolo caer.
Chanyeol se acerco rápidamente a Kim, ayudándolo a estabilizarlo para que no pierda el equilibro.
— Espera...— pidió Chanyeol, mirando con horror la herida del moreno — Ya casi llegamos...
Sunwoo asintió, usando una mano para sostener su hombro sangrante y la otra para sujetar su escoba. Había al menos diez mortífagos a su alrededor y al moreno se le revolvió el estómago ante la idea de ser atrapado.
Entre el grupo, podría haber jurado que vio a su padre. Aunque no buscó por mucho tiempo, quería asegurarse de que Changmin aún se encontraba bien. Miró a su alrededor y se sintió aliviado cuando vio a Oh y a Yixing más adelante.
Sunwoo quería seguirlos, pero Chanyeol lo llevó más al este y no pasó mucho tiempo hasta que el moreno los perdió de vista.
El moreno noto a un mortifágo siguiéndolo, segundos después Sunwoo grito de dolor al sentir algún tipo de hechizo golpearlo en la rodilla.
El mortifágo sonrió con su varita en manos, viendo como el chico caía de su escoba, hasta perderse en la oscuridad de la noche.
Kim sentía su cuerpo dando vueltas, hasta el punto en que no podía ver nada más que remolinos de oscuridad. Entonces el mundo dejó de girar y Sunwoo estaba colgando de la mano de Chanyeol.
Park lo subió a la parte trasera de su escoba y se dirigió hacia el suelo. Aterrizó torpemente en un jardín desconocido y Sunwoo cayó de espaldas sin fuerza.
Le dolía el cuerpo y su hombro sangraba hasta el punto de que los bordes de su visión se volvían borrosos.
Chanyeol ayudó a Sunwoo a ponerse de pie y caminaron hacia una pequeña casa.
— Vamos, no puedo curarte aquí. Tenemos que llegar al traslador.
Sunwoo asintió y con el brazo del alto alrededor de su espalda, pudieron entrar cojeando a la casa.
Un hombre y una mujer que Sunwoo no reconoció habían abierto la puerta y los estaban haciendo pasar. La mujer los condujo hasta una tetera que estaba en medio de la mesa de la cocina mientras el hombre salía corriendo a agarrar la escoba.
Kim y Park se acercaron y agarraron la tetera al mismo tiempo. Sunwoo sintió una sensación apresurada, no muy diferente a una aparición y los dos aterrizaron en un campo.
Chanyeol ayudó a Sunwoo a llegar a una casa alta y de aspecto lúgubre, pero se detuvieron antes de que pudieran entrar por la puerta. Era el señor Moon.
Cuyo hombre apunto su varita directamente a la frente del alto — ¿Cuándo me uní a la Orden?
— 1996 — respondió Chanyeol sin dudarlo, como si lo hubieran planeado.
El señor Moon suspiro al comprobar que si se trataba de su amigo, no falto mucho para fruncir las cejas al ver a Sunwoo.
El moreno automáticamente relacionó que por lo visto ya había tomado la forma de su propio cuerpo.
— ¿Qué está haciendo este Kim aquí? — cuestiono Moon.
— Changmin te explicara — respondió Chanyeol tomando suavemente del brazo al moreno y adentrándose a la casa, hasta hacerlo sentar en el sofá —¿Ha vuelto alguien más?
Moon negó lento y suspiro — Solamente ustedes dos.
La Señora Moon salió de la cocina con Ella detrás de ella.
Sunwoo realmente deseaba poder desaparecer en ese instante. Deseaba que Changmin estuviera aquí para explicarle a todos, ya que el pelinegro sentía que si el intentará hablar, decirles que no les haría ningún daño, al contrario, estaba de su lado, probablemente lo atarían y lo quemarían vivo.
Sabia que nadie le creería, si no estaba Changmin junto a el, nada impediría que lo maltraten.
Linda Moon no dijo nada mientras se detenía frente al sofá. Sacó su varita y Sunwoo temió que fuera a hechizarlo, pero ella simplemente comenzó a curar sus heridas en silencio.
Ella se acercó a su padre y después de susurrarle algo al oído, salió de la habitación.
Minutos incómodos después, más personas aterrizaron frente a la casa, Chanyeol y el señor Moon salieron rápidamente para ver quienes eran.
Linda aún seguía limpiando al muchacho y Sunwoo se vio en la obligación de romper el silencio.
— Gracias señora Moon — murmuro suavemente mientras sentia que el dolor en su cuerpo comenzaba a disminuir.
La mujer obviamente pareció sorprendida, pero luego simplemente sonrió suavemente — No es nada...
En ese instante se escucho pasos provenir de afuera y alguien entro corriendo a la sala.
Changmin fue rápidamente junto al moreno y lo abrazo.
— ¿Oh? — preguntó dudoso, viendo como el rubio se arrodillaba junto al sofá — ¿En realidad eres tú?
— ¿Crees que alguien mas correría hacia ti?
Sunwoo lo miro mal y Changmin le beso la pierna.
— ¿Como te sientes? — preguntó tomando la mano del moreno y entrelazadolo.
— Como si me hubiesen lanzado una docena de hechizos.
— De hecho, te limpie como una docena de heridas — hablo Linda — Pero estarás bien, solo necesitas descansar.
— Muchas gracias señora Moon — dijo Changmin, realmente en deuda con ella.
Linda solo les sonrió y con un asentimiento de cabeza, les dejó solo.
— Tomó tu presencia aquí mucho mejor de lo que esperaba — murmuró el rubio en su oído.
— Creo que habría sido diferente si no estuviera herido — contestó con una mueca.
— Probablemente — sonrió de acuerdo.
Sunwoo asintió y ahora que se encontraba junto a Changmin, se atrevió a observar a su alrededor mas relajado.
Obviamente la casa no le llegaba ni a los talones a su gran mansión, pero por alguna razón lo sentía más cálido.
Sin detener sus pensamientos, se preguntó como hubiese reaccionado esa mujer si supiera que estuvo apunto de matar a su hijo. Si ese hombre supiera cuanto odia a su hija.
— Hey...— llamó Changmin suave y Sunwoo parpadeo saliendo de sus pensamientos y miro al rubio — Te amo ¿ok? Es lo único que me importa — recordó, como sabiendo que era lo que atormentaba su mente en ese momento.
Sunwoo cerro los ojos y recostó su cabeza en el hombro del bajo y Changmin en automático llevo sus dedos al largo cabello negro y empezó a jugar con los mechones.
— Esperó que regresen pronto los chicos, no se cuanto tiempo podré con la anticipación...
En ese instante sonidos provenientes de afuera llamó la atención del par.
Changmin se levantó al instante y fue corriendo a abrazar a Kevin, quién estaba viniendo solo.
— Merlín, me alegro que hayas regresado a salvo — murmuró mientras Kevin sonreía y soltaba su cintura.
— ¿Yoshi aún no...?
Changmin negó apenado y Kevin asintió tragando grueso. Los amigos fueron y se sentaron en el sofá a esperar, con Oh junto a Sunwoo y Kevin sentado en un sofá individual, mirando la puerta rogando que ya entrara su chico.
Muchos minutos después ingresaron ambos Lee, cuya expresión detonaba malas noticias.
— ZiTao fue asesinado...
Changmin agrandó los ojos, su mente estaba rugiendo y estaba demasiado conmocionado para decir mucho.
Odiaba esto. Todos a su alrededor morían por él y Changmin no se lo merecían. Todos eran efímeros para el, entre más eternos quería a las personas en su vidas, mas fugaces se vuelven.
Las lágrimas llenaron sus ojos, Kevin estuvo a nada de levantarse para ir a consolarlo, pero luego vio como Sunwoo lo atrajo a un suave abrazo y Changmin se dejo hacer mientras sus lágrimas caían silenciosamente por sus mejillas.
Ninguno de los que ya murieron se merecían hacerlo, pero Changmin se aseguraría de que sus muertes no fueran en vano.
Tendrá éxito en su misión, así fuera lo último que haga.
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Sunwoo no sabía cómo consolar a Changmin. Había tanto que Oh había perdido y el moreno no comprendía cómo aún el rubio se mantenía unido.
Changmin no había hablado desde la noticia y a medida que pasaban los minutos, Sunwoo temía que se les diera la mala noticia de que hubo más pérdidas. Se sintió aliviado cuando escuchó a más personas afuera, pero el alivio se desvaneció rápidamente cuando vio que era el japonés con la cabeza sangrando profundamente.
Changmin se puso de pie con horror, al igual que Kevin quién a la velocidad de la luz fue corriendo a su novio.
Acostaron a Yoshi en el largo sofá, los Moon se apiñaron alrededor y Sunwoo retrocedió del círculo para darles algo de espacio.
Changmin volvió al moreno segundos después y recostó su frente en el pecho contrario.
— Ese idiota va a estar bien — informó Oh, ya que sabia que aunque Sunwoo no quería demostrarlo, si estaba preocupado por Yoshi.
Todos allí soltaron una risa al oír como Kevin regañaba a su novio porque Yoshi se ponía a hacer bromas como si nada.
Luego de que toda la conmoción se calmara, Changmin se disculpo y tomo al moreno de la mano y se dispusieron a ir al cuarto que la señora Moon le había regalado para las veces que se quedaba ahí.
Changmin se quedo dormido casi al instante, Sunwoo también debería estar durmiendo, pero no podía.
Kim está demasiado preocupado por Changmin, no sabía cuántas pérdidas más podría manejar el rubio y solo iba a empeorar. Sunwoo quería protegerlo pero no estaba seguro de cómo, lo menos que podía hacer era estar a su lado, que cuente con el cuando lo necesitara.
Eventualmente los ojos del moreno se cansaron y se quedo dormido sin darse cuenta.
Sunwoo se removía adolorido en medio de su sueño. Todo lo que podía ver era a Phulowath rodeado por una oscuridad arremolinada. El brazo del pelinegro palpitaba de dolor mientras trataba de encontrar una salida.
"Tráeme a Oh Changmin" siseó, su voz resonando y consumiendo sus oídos "Y todo será perdonado"
Sunwoo jadeo, su voz seguía entretejiéndose en su mente, estrangulándola "Traédmelo"
Sunwoo negó con la cabeza.
— No — logro formular.
Su voz ahora estaba en auge. "¡TRÁELO A MÍ! O tu familia pagará el precio"
Sunwoo se despertó agitado. Se sentó de golpe y llevo una mano a su pecho tratando de regularizar su respiración.
Sintió su brazo húmedo y lo toco para darse cuenta que la sangre brotaba de su tatuaje. Se estremeció y se levantó en silencio para curarse la herida.
Aún le zumbaban los oídos por los gritos y no pudo evitar pensar en sus padres. No lo habían ayudado y fueron la razón por la que creció para convertirse en un matón odioso. No debería importarle, pero seguían siendo sus padres.
Había admirado a su padre sobre todo y su madre había sido la madre más amorosa antes de que Phulowath regresara.
Estaban tan asustados como él.
Changmin no estaba asustado. Oh se había enfrentado a Phulowath varias veces y todavía estaba vivo para contarlo.
No podía culpar a sus padres por tener miedo, pero ¿realmente podría elegirlos a ellos antes que a Changmin? Lo había hecho una vez, pero eso fue antes de que la vida de sus padres estuviera en peligro.
Los siguientes días fueron modestamente tranquilos.
Changmin hizo planes con Sunwoo, Yoshi y Kevin mientras intentaba averiguar a dónde ir primero. Hoy un albacea vendría a leer el testamento de Kim Junmyeon. Absolutamente todos esperaban que el director hubiese dejado alguna pista sobre qué hacer a continuación.
Sin embargo, no fue un ejecutor el que vino. Era el Ministro de Magia. Oh, Moon, Nori y Kim lo siguieron al interior.
El trío se sentó en el sofá mientras Sunwoo estaba a un lado.
Kevin recibió el libro infantil Tales of Beedle the Bard, Yoshi recibió un desiluminador y Changmin recibió la snitch que atrapó en su primer partido de Quidditch.
— ¿Eso es todo? — cuestionó el rubio mas que perdido, cuando parecía que el ministro ya no daría mas objetos.
— También dejó algo para usted, señor Kim — anuncio el hombre.
— ¿¡Que!? — preguntó el trio, mientras que Sunwoo agrandó los ojos sorprendido.
Los amigos tenían expresiones de asombro similares en sus rostros cuando el Ministro sacó un brazalete. Era una simple banda negra con gemas verdes incrustadas en ellas.
— Para mantener la oscuridad a raya...— fue lo que dijo antes de entregar el brazalete.
Sunwoo lo tomo aun duduso y se sintió incomodo ya que sabia que todos esperaban que se lo pusiera en ese mismo instante.
Una vez el ministro se fue, todos pudieron respirar tranquilos.
— ¿Tenías alguna idea de esto Kim Sunwoo? — preguntó suave el rubio y tomo el brazalete del moreno para ayudarlo a colocarlo en su brazo.
— Me ordenaron matarlo Oh ¿piensas que esperaría un obsequio a cambio? — bufo.
Changmin se encogió de hombros y observó como le quedaba el brazalete a su sexy chico.
Esa misma noche se llevaba a cabo la boda de la mayor de todos los Moon: Susan Moon.
Sunwoo estaba frente al espejo mientras anudaba su corbata plateada, Changmin entró segundos después y se mordio el labio al verlo.
El rubio ni siquiera sabia porque miraba a Sunwoo como si este no andará con trajes elegantes las veinticuatro siete.
— Me gusta la corbata — señalo y camino hasta pararse detrás de el y abrazarlo por la espalda.
— La loca de mi tía me lo regalo — dijo y bajo su mirada para ver los brazos que lo rodeaba.
— Mmm, te ves bonito — elogio y lo soltó para que el moreno pudiera voltear.
— Se dice guapo, Oh.
Changmin giro los ojos y empujó al moreno para verse ahora el en el espejo.
Sunwoo fruncio el celo y lo miro de arriba abajo.
— ¿Porque estas vestido así? Parece que asaltaste el armario de Moon — bromeo, pero Changmin no se río, solo bajo la cabeza avergonzado y empezó a jugar con sus dedos.
— Yo no tengo trajes.
Sunwoo agrandó los ojos y quiso darse una cachetada por hacer sentir mal inconscientemente a Changmin.
— Puedes usar la mía si quieres.
— ¿¡Enserio!? — giro sorprendido.
Sunwoo se encogió de hombros y fue a su baúl — Somos de la misma talla, creo...
— ¿Al fin admites que tenemos la misma estatura? — preguntó el rubio divertido.
— ¡Soy cuatro centímetros mas alto que tu! — bufo.
Changmin solo sonrió y tomo el traje.
— ¿Puedo cambiarme aquí? — preguntó.
— No, si quieres cambiarte en medio del patio, es tu decisión...
— Me refiero a que puedo cambiarme aquí, no te pondrás cachondo y esas cosas al verme desnudo — reto Oh.
— Changmin... — dijo serio — Tenia una maldita poción de lujuria corriendo por mis venas un mes entero y aún así pude controlarme y no tomarte cada que se me daba la gana ¿Y ahora piensas que no podre controlarme al ver tu trasero desnudo?
— Merlín, si que estas odioso hoy — lo miro.
Changmin se cambio en silencio y lo hacia lentamente, como queriendo provocar al moreno, pero este no se vio afectado en lo absoluto.
Sunwoo se paro de la cama y empotró a Changmin a la pared junto a el.
— Joder, verte con mi traje es jodidamente caliente... — se mordió el labio.
— ¿Sabes? — sonrió Changmin y poso sus manos en el pecho del pelinegro — Pensaba darte una noche divertida hoy, pero ahora ya no quiero...
— ¿Y eso? — cuestionó cómico.
Changmin lo empujó y fue de nuevo a pararse frente al espejo y realmente no creyó que ese reflejo era suyo.
No sabia si era porque Linda lo peino o porque estaba usando un carísimo traje de un Kim, pero con toda modestia podía decir que se veía jodimente hermoso, incluso se atrevía asegurar que se veía mas guapo de Sunwoo, con toda modestia por supuesto.
— Te ves hermoso Changmin — sonrió Sunwoo y el rubio le devolvió la sonrisa.
Metió las manos en los bolsillos del traje y fruncio el ceño al sentir algo dentro.
Lo saco lentamente y agrandó los ojos al ver una pequeña caja, decorada delicadamente.
— ¿Q-que es esto?
— Sé que no es mucho, pero ya no tengo acceso al dinero de mi familia — hablo Sunwoo y tomo la caja de las manos del Gryffindor y lo abrió.
Changmin jadeo al ver un precioso collar. Era uno simple, lo admite. El collar tenia en el centro un diamante de color marrón, uno que brillaba opacando todo.
— Este collar se llama Toffe — informo Sunwoo y se coloco detrás del rubio para ponérselo — Toffe porque el diamante es marrón, como las cosas que me gusta ¿sabes cuales son? — preguntó coqueto.
Changmin asintió aún sorprendido por el regalo de Sunwoo.
— C-como el café...
— Aja..
— Y el chocolate.
— Muy bien — sonrió Sunwoo y giro a Changmin para quedar de frente — Lo encanté para protegerte. No sé qué tan bien funcionará, pero espero que al menos te dé una ventaja y la otra cosa es suerte líquida, dado que siempre estás a punto de morir, pensé que te vendría bien un poco de suerte...
Changmin trago grueso y llevo sus manos al dije.
— Me encanta...— sus lágrimas empezaron a salir sin permiso — ahora me siento mal porque yo te compre "Como jugar al Quidditch para principiantes, volumen dos"
El moreno rio y dejo que Changmin escondiera su cabeza en su pecho, mientras se lamentaba por ser la peor pareja del mundo.
— No es que seas la peor pareja — soltó el pelinegro acariciando la espalda del bajo — Es que yo soy mejor en todo...
Changmin giro los ojos y se separó de ese arrogante chico.
— Te amo Sunwoo — dijo totalmente enamorado y levantó la cabeza.
El moreno coloco ambas manos en las mejillas de Changmin, viendo su mayor cosa favorita: unos hermosos ojos marrones.
Inclinó su cabeza y terminó juntando sus labios en un cálido beso tranquilo. Changmin podía jurar que su cuerpo iría a derretirse debido al hormigueo en su estómago, ya debía estar acostumbrado a cada uno de los besos de Sunwoo, a que fuesen tiernos, cortos, prolongados e incluso demandantes y con cada uno de ellos su organismo reaccionaba de la misma manera, con un estúpido hormigueo que lo hacía feliz pues así él mismo se convencía de cuán enamorado estaba de ese idiota.
Era como si Changmin viajase al paraíso cuando sus labios sentían la dulce textura abultada de los labios de Sunwoo bajo los suyos los cuales se encargaban de cuidarlos incluso en el beso, de no lastimarlos, de sólo dedicarse a darles el cariño necesario para que sintiese el potente amor con un sencillo acto que es un beso.
El rubio separó apenas centímetros sus labios cuando sus pulmones clamaron por oxígeno y para cuando reunió lo suficiente, poso con delicadeza sus labios sobre los del contrario una vez más y Sunwoo dio una pequeña sonrisa que fue difuminándose en un segundo beso.
— Gracias amor, me encanta.
— Ya sabemos quién será el mejor en dar obsequios en esta relación.
— Solo espera hasta que toda esta mierda termine — lo miro arrugando la nariz — Verás lo bueno que soy como dador de regalos...
Sunwoo solo giro los ojos, pero internamente rogando llegar a ese día. No a que Changmin finalmente le de un buen regalo, mas bien que ya termine toda esta mierda y puedan esperar un futuro brillante en el que permanecieran juntos.
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Sunwoo decidió quedarse en la habitación que compartía con Changmin, mientras Oh aún seguía abajo disfrutando de la boda.
El pelinegro había estado nervioso durante días y quería estar preparado para cualquier cosa. Mantenía sus cosas (y las de Changmin) empacadas en caso de emergencia, pero estaba tratando de encontrar una manera de mantener sus cosas consigo en todo momento.
La puerta se abrió y Moon entró. Se detuvo cuando vio a Sunwoo sentado en la cama.
— Uh, lo siento...
— Oh está afuera — dijo Sunwoo.
— Lo sé, están haciendo el ridículo con Yoshi — sonrió con la boca cerrada — Solo estaba... — camino hacia un armario y saco una pequeña bolsa — Solo vine por algunas cosas...— explicó y le mostró el bolso al moreno — He estado empacando lo esencial por si acaso.
— ¿Cómo? — Sunwoo miró la bolsa que ni siquiera parecía lo suficientemente grande como para llevar una varita.
— Encanto de extensión indetectable — explicó el canadiense, leyendo mentalmente la duda del moreno.
— Eso es brillante — halago sorprendido.
Kevin parecía igual de sorprendido por el cumplido — G-gracias.
— Siempre me pregunté cómo esos dos nunca lograron que los mataran, pero todo tiene sentido ahora — dijo amable — Changmin es inteligente pero extremadamente impulsivo. Es un milagro que no haya muerto hace años...
Kevin río y asintió — Hacemos un buen equipo.
— Lo hacen, Moon.
Changmin estaba apunto de volver a entrar a la casa para ir junto a Sunwoo y obligarlo a bajar.
— Oye ¿Podemos hablar? — pidió Ella, tomando la manga de Changmin para llamar su atención.
Changmin asintió y Ella lo llevó a la pista de baile.
La Moon le rodeó el cuello con los brazos y él puso las manos tentativamente en sus caderas.
— ¿De qué quieres hablar? — preguntó, sintiéndose incómodo por esta proximidad.
Su quinto año y parte de su sexto año, había pensado que estaba ganando sentimientos por la hermana de su mejor amigo. Entonces sucedió todo el desastre con Sunwoo y luego su cabeza no tuvo mas pensamientos que no sean el sexy moreno.
Sin embargo, al estar tan cerca de Ella, recordó sus sentimientos pasados. Todavía amaba a Sunwoo más que a nada, pero no pudo evitar preguntarse qué pasaría si...
— ¿Realmente estas seguro con esto? — cuestionó la mujer.
— ¿Seguro de que?
Ella lo miro sería — Habló de Kim ¿De verdad crees que es una buena idea traerlo?
Changmin dejo de bailar y la miro con la misma seriedad — Por supuesto.
— Él es uno de ellos, Changmin. Su padre casi nos mata hace unos años y su tía mató a tu padrino ¿De verdad quieres ver lo que hará? ¿Como sabes que no vino contigo siendo un espía para ya sabés quien? ¿Quién te garantiza que no esta filtrando nuestra ubicación?
— Si crees por un segundo que es capaz de lastimarnos a cualquiera de nosotros, entonces no lo conoces en absoluto — espetó, realmente molesto con la insinuación.
— Tienes razón, no lo conozco — asintió — pero conozco su historial.
— Ahórrate el aliento Ella — bufo — Ya he escuchado el discurso un montón de veces. Sé lo que estoy haciendo ¿Crees que pondría en peligro a tu familia y a Yoshi?
—Solo quiero que uses tu cabeza.
— No tienes que preocuparte por eso — finalizo y giró sobre sus talones y se alejo de ella.
Estaba caminando de regreso a la casa, dando pisadas fuerte por el enojo, cuando vio a Sunwoo salir por la puerta.
— ¿La fiesta ya terminó? — preguntó curioso, luego percibió la mirada en el rostro del rubio — ¿Qué ocurre?
— Ven aquí — Changmin tomó su mano y lo condujo a un lado de la casa.
Desde allí todavía podían escuchar la música sonando suavemente. Oh envolvió sus brazos alrededor del cuello del moreno y apoyó la cabeza en su hombro — Baila conmigo.
— ¿Alguna razón en particular por la que estamos bailando aquí en lugar de con todos los demás? — sin importar su pregunta, Sunwoo envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Changmin y comenzó a balancearse con la música.
— Solo quiero estar a solas contigo. Cuando salgamos a buscar Horrocruxes, no estaremos solos por un tiempo...
— Muy bien, pero eso no es todo Oh Changmin ¿Que pasa?
Changmin suspiro y abrazo aún más alto — Es estúpido.
— Tus sentimientos no son estúpidos. Puedes decírmelo.
Changmin se quedó en silencio por un largo momento antes de preguntar — ¿Alguna vez te arrepentiste de haberme elegido?
— Unas veinte veces ¿porque? — respondió de lo mas normal.
— Todos a mi alrededor también lo hacen — dijo triste.
— ¿Y eso te afecta?
— Estoy tan harto de que todos me adviertan sobre ti. Si confían en mí, entonces deberían confiar en mi juicio — Oh se apartó para mirar a Sunwoo — Confío en ti y sé que no nos traicionarás.
— No sabía que mi llegada causaría tanto conflictos...bueno, si lo sabía.
— Estás en peligro como el resto de nosotros y no quiero dejarte — bufo.
Sunwoo atrajo a Changmin en un abrazo y beso su cabello — Yo tampoco quiero dejarte.
— Mas te vale o te atare por la cama — amenazo y Sunwoo río.
Siguieron bailando, perdidos en la comodidad del abrazo del otro. Entonces Changmin vio una luz azul dispararse a través del cielo nocturno y desaparecer dentro de la tienda. Sunwoo debió haberlo visto también porque ambos se separaron al mismo tiempo.
Los dos con miedo corrieron hacía donde se realizaba la boda.
Una bola de luz azul flotaba en medio de todo, repitiendo el mismo mensaje:
"El Ministerio ha caído, el Ministro de Magia ha muerto"
Entonces se desató el infierno. La gente comenzó a aparecer y los mortífagos aparecieron desde el cielo. Comenzaron a lanzar hechizos mientras Changmin buscaba a Yoshi y Kevin.
Sunwoo tomo la mano de Oh mientras se sumergían en la multitud. Justamente la pareja venían corriendo hacia ellos.
Con un hechizo el grupo despareció y aterrizaron en un callejón.
— Tenemos que cambiarnos — informó Kevin revolviendo en su bolso.
— Mierda, mi mochila — exclamó Changmin.
Kevin le entrego un conjunto de ropa a su mejor amigo.
— ¿Como? — preguntó el rubio mas que confundido.
— Encantamiento de extensión indetectable — explicó por segunda vez en la noche el canadiense.
El castaño luego le entrego un conjunto de ropa a su novio y luego a Sunwoo.
El moreno hizo una mueca al ver que la suya era demasiado elegante para la ocasión, pero no abrocho los dos primeros botones de la camisa y arremangó la tela hasta los codos, exponiendo su tatuaje sin vergüenza. Look que lo dejaba mas casual.
Changmin se reprendió porque estaba en medio de un caos, pero el no podía dejar de pensar que Sunwoo siempre puede verse jodidamente caliente.
— Vamos a pasar desapercibidos en una cafetería y hagamos un plan — sugirió Kevin.
Todos asintieron preparados.
Ahora era todo o nada.
01 de octubre del 2022
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