027


El verano estaba a la vuelta de la esquina y por lo general, Sunwoo estaría emocionado. Pero el verano de este año solo significó que estaba mucho más cerca de la fecha límite de su tarea y de tener que regresar a su hogar que albergaba a un asesino. Tenía una última idea para su misión e iba a esperar hasta fin de año para llevarla a cabo. No había nada inmediato de lo que tuviera que preocuparse.

Al menos eso es lo que sigue diciéndose a sí mismo.

Sunwoo se acomodó en la cama, decepcionado de que Changmin no estuviera allí. Kim Junmyeon le había pedido que fuera a algún tipo de misión y Changmin le había dicho que no estaba seguro de cuándo regresaría.

Solo habían pasado unas pocas semanas desde que volvió al dormitorio de Slytherin, pero Sunwoo ya no quería dormir solo, se había acostumbrado a ese ruidoso Gryffindor.

Sus cortinas se abrieron de repente y el moreno tuvo la esperanza de que sea Changmin, quién vino a mirarlo, pero su esperanza se desvaneció cuando vio que era Songjin en su lugar.

— ¡Deja de entrar en esta habitación cada vez que quieres!

Songjin estaba respirando pesadamente y sus ojos estaban muy abiertos, mirando a su amigo con horror.

— ¿Dónde está Oh?

Sunwoo rápidamente se levantó de la cama y miro preocupado a su amiga.

—  En algún tipo de misión con Junmyeon ¿Por qué?

— Acabo de escuchar que los Mortífagos encontraron una manera de entrar a Hogwarts. Por favor, dime que no terminaste de reparar el Gabinete Evanescente...

Sunwoo sintió helado, su corazón pareciendo saltar en su garganta.

— ¿Q-qué? — preguntó aún asombrado —  ¿Vienen esta noche?

— Eso fue lo que oí — respondió, también rogando que no fuera cierto.

Sunwoo puso de pie rápidamente y buscó desesperado su varita.

— Necesito advertir a Changmin ¿Puedes ir y destruir el Gabinete de fuga? Tal vez podamos detenerlos antes de que lleguen aquí...

La morena asintió y salió corriendo por la puerta, con el pelinegro siguiéndole los talones.










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— Qué significa esto? — preguntó Changmin contemplando el cráneo verde cuya lengua de serpiente destellaba maléficamente por encima de ellos  — ¿Es una Marca Tenebrosa? ¿Profesor, es cierto que han...?

Bajo el débil resplandor verdoso que emitía la Marca, Changmin vio que el hombre se llevaba la renegrida mano al pecho.

— Kyugsoo — decía con voz temblante, baja pero clara — Despiertalo, dile lo que paso y traelo aquí — pidió —  No hagas nada más, no hables con nadie más. Kyugsoo, Changmin...

— Pero...

— Juraste obedecerme, Changmin ¡Márchate!

Changmin aún dudoso por dejar solo a su débil director, se alejo, pero en el precisó instante en que cogía la argolla de hierro oyó pasos al otro lado.

Volvió la cabeza y miró a Junmyeon, quién le indicó por señas que siguiera adelante.

Junmyeon se levanto como pudo y miro preocupado a Oh.

— Escondete abajo — dijo en un susurro — No salgas, sin importar quién entre, no salgas — ordenó.

Changmin presentía que su director ya sabia quién podría estar viniendo.

— Pase lo que pase, es imperativo que te quedes abajo.

El rubio se quedo firme en su lugar, no teniendo la valentía para dejar a su director solo.

— Changmin has lo que te digo.

Oh lo miro preocupado, su respiración empezando a acelerarse.

— Confía en mi...

Changmin en ese instante asintió y salio corriendo para ir al escondite que estaba bajo el piso de la torre de astronomía. De donde estaba, aún podía ver desde abajo a través del espacio de las tablas.

Finalmente la persona entró, pero Changmin aún no podía ver quién era.










— Hola Sunwoo — saludo amable el director.











El corazón de Changmin empezó a bombear al oír el nombré del hombre que lo tenía en sus manos y estaba a nada de volver a subir hasta que recordó que Junmyeon le ordeno, que pase lo que pase, sin importar quien fuera que viniera, no debería salir del escondite.




El moreno estaba parado firme, con la varita en alto, apuntando directamente al hombre mayor.


— ¿Que te trae por aquí en esta bella noche de primavera?


Sunwoo avanzó, lanzando miradas alrededor, queriendo comprobar si Junmyeon estaba solo.




— ¿Con quien estas? — preguntó el pelinegro, aún apuntándolo con la varita — Lo escuche hablar.

— Suelo hablar solo — respondió con voz calmada — Me parece extraordinariamente útil...




Changmin aún permanecía inmóvil, oyendo la conversación que tenían esos dos sobre sus cabezas.




— ¿Quién mas esta aquí? — volvio a preguntar.

— Yo también podría hacerte la misma pregunta ¿Has venido solo señor Kim?

A Sunwoo le ponía mas nervioso la calma con la que estaba Junmyeon.

— No, no estoy solo — dijo duro —Por si no lo sabía, esta noche hay mortífagos en su colegio.

— Váya, vaya — repuso el hombre mayor como si le estuvieran presentando un ambicioso trabajo escolar — Muy astuto ¿Has encontrado una forma de introducirlos, no?

— Sí — respondió Kim, quién respiraba entrecortadamente — ¡En sus propias narices y usted no se ha dado cuenta de nada!

—Muy ingenioso, sin embargo...Perdóname, pero...¿Dónde están? No veo que traigas refuerzos.

— Se han encontrado con algunos miembros de su guardia. Es tan abajo peleando, no tardarán en llegar. Yo me he adelantado, tengo...tengo que hacer un trabajo.

— En ese caso, debes hacerlo muchacho.

Sunwoo seguía mirando fijamente a Kim Junmyeon, quien aunque pareciera increíble, sonrió.

— Sunwoo...tu no eres un asesino.

— ¿¡Como sabes lo que soy!? — Sunwoo se dio cuenta de lo infantiles que sonaban sus palabras, pues Changmin percibió que se ruborizaba pese a que solo lo estaba viendo desde un diminuto orificio — Usted no sabe de qué soy capaz — finalizó con tono más convincente — ¡Ni sabe lo que ya he hecho!

— Por supuesto que lo sé joven Sunwoo — repuso Junmyeon con suavidad — Estuviste a punto de matar a Jacob Bae y a Kevin Moon y llevas todo el curso intentando matarme...







Changmin llevo su mano a su boca al oírlo.



Yoshi siempre lo supo y no lo escucho. Fue Sunwoo quien maldijo a Jacob Bae, esperando que a su vez le entregara un collar maldito a Junmyeon, fue el quién cambio la botella de vino por una adulterada con veneno.


Fue Sunwoo todo este tiempo.







— Perdóname Sunwoo, pero han sido unas pobres tentativas. Tan pobres, a decir verdad, que me pregunto si realmente ponías interés en ello...

— ¡Claro que ponía interés!  — soltó enojado, en ningún momento dejándole de apuntar con su varita.

— Tus acciones fueron tan débiles que pienso que no lo has hecho de corazón.

— Es cierto que he estado todo el curso intentándolo, pero esta noche...

— Sunwoo...

— ¡El confía en mi! ¡Fui elegido! — exclamo con dolor y se atrevió a mostrar su brazo, donde la marca tenebrosa parecía burlarse de ella.

— Dejame facilitartelo — habló suave el hombre y levanto su varita, pero Sunwoo con un hechizo hizo volar la varita mas poderosa del mundo, con un simple hechizo dejo desarmado a Kim Junmyeon.

Changmin olvidándose del gran amor que le tenia a Sunwoo, levantó también su varita, esperando una mínima acción del moreno para atacarlo.

— Pero dices que... ah sí, que has conseguido introducir mortífagos en mi colegio, algo que yo, lo admito, consideraba imposible ¿Cómo lo has logrado?

Sunwoo no respondió, seguía escuchando los ruidos procedentes del castillo; parecia casi tan paralizado como Changmin, quien seguía escondido.

— Quizá tengas que terminar el trabajo tú solo — dijo el mayor — Tal vez mi guardia haya desbaratado los planes de tus refuerzos. Como quizá hayas observado, esta noche también hay miembros de la Orden del Fénix en el castillo. Pero bueno, en realidad no necesitas ayuda, me he quedado sin varita y no puedo defenderme.

La mano de Sunwoo empezó a temblar, con la varita apuntándolo en todo lugar.

— Entiendo — prosiguió el director con tono cordial al ver que Sunwoo no hablaba ni se movía — Temes actuar antes de que lleguen ellos...

— ¡No tengo miedo! — espetó pero sin decidirse a atacarlo — iUsted es quien debería tener miedo!

— ¿Por qué iba a tenerlo? No creo que vayas a matarme Sunwoo. Matar no es tan fácil como creen los inocentes. Pero dime, mientras esperamos a tus amigos ¿Cómo has conseguido traerlos aquí?

Changmin podía ver que Sunwoo estaba reprimiendo un impulso de gritar o vomitar.

El moreno tragó saliva y respiró hondo varias veces sin dejar de mirar con odio a Kim Junmyeon y de apuntarle con la varita directamente al corazón.

— Tuve que arreglar ese armario evanescente roto que nadie utilizaba desde hace años de la sala de menesteres.

— Ooh, muchacho — exclamó, fue casi un quejido — Muy inteligente...¿Supongo que debe de tener una pareja, no?

— Si, forma un pasaje...

— iVaya astucia! así es como han venido los mortifágos para ayudarte, desde Borgin y Burkes...Un plan muy ingenioso, sí señor, muy ingenioso y como bien dices, en mis propias narices.

— Si  — asintió y curiosamente parecía extraer alivio y coraje de las alabanzas de Junmyeon — Si ¡Era un plan muy inteligente!

— ¿Pero ha debido de haber momentos en que no estabas seguro de si conseguirias arreglar el armario, verdad? Y por eso recurriste a métodos tan rudimentarios y tan mal vistos como enviarme un collar maldito que tenía muchas posibilidades de ir a parar a otras manos o envenenar un hidromiel que no era probable que yo llegara a catar...

— Si, ya... pero aun así usted no descubrió quién estaba detrás de esas acciones — contestó con tono mordaz, mientras Junmyeon resbalaba un poco por el parapeto, como si las piernas ya no pudieran sostenerlo.

— La verdad es que si — confesó — Estaba seguro de que eras tú.

Eso impacto al moreno.

— ¿Entonces...por qué no me lo impidió?

— Lo intenté Sunwoo, el profesor Do tenía órdenes de vigilarte.

— Do no obedecia sus órdenes. Le juró a mi madre...

— Si claro, eso fue lo que te dijo a ti, pero...

— ¿¡No se da cuenta viejo estúpido de que Do es un espía doble!? ¡No trabaja para usted como crees!

— En este punto es lógico que discrepamos señor Kim, resulta que yo confio en el profesor Kyugsoo.

— Si confía en él es que está perdiendo la cabeza — dijo con rabia — Do me ha ofrecido su ayuda. Claro, él quería llevarse toda la gloria, quería participar en la acción... "¿Qué estás haciendo?" "¿Has sido tú el del collar?" "Eso ha sido una locura, habrías podido estropearlo todo..." Pero no le expliqué qué hacía en la Sala de los Menesteres, así que mañana cuando se despierte verá que todo ha teminado y él habrá dejado de ser el preferido de Mongkut  Phulowath ¡Comparado conmigo, no será nada!

— Muy gratificante — repuso con gentileza — A todos nos gusta que los demás reconozcan nuestro trabajo, por supuesto. No obstante, tú debes de haber tenido algún cómplice, alguien de Hogsmeade, alguien que pudiera pasarle a Jacob el...— Junmyeon cerro los ojos al no poder continuar — ¿Como reaccionará el joven Kanemoto cuando se entere sobre que fuiste tu quien...?

— ¡No me importa ese sangre sucia!

— Te agradecería que delante de mí no emplearás esa expresión tan injuriosa — pidió.

Sunwoo soltó una estridente carcajada.

— ¿Le molesta que diga sangre sucia cuando estoy a punto de matarlo?

— Si, me molesta — asintio.

Changmin trago grueso al ver que los pies del hombre resbalaban unos centimetros y él luchaba por mantenerse en pie.

— Pero respecto a eso de que estás a punto de matarme, Sunwoo...Has tenido tiempo de sobra para hacerlo. Estamos completamente solos. Ni siquiera habrías podido soñar con encontrarme tan indefenso y sin embargo te has decidido a entablar una agradable conversación.

Entonces se oyó un fuerte estrépito, seguido de gritos cada vez más fuertes procedentes del interior de la torre; era como si hubiera gente peleando en la misma escalera de caracol que conducía a la azotea, donde se encontraban ellos.

— Sea como sea, nos queda poco tiempo. Es hora de que hablemos de nuestras opciones Sunwoo.

— ¿Opciones? ¿¡Qué opciones!? — gritó —Tengo mi varita y estoy a punto de matarlo.

— Amigo mio, no tiene sentido que sigamos fingiendo. Si pensaras matarme lo habrías hecho en cuanto me desarmaste, en lugar de entablar una agradable conversación sobre los métodos de que dispones para hacerlo.

— ¡Yo no tengo opciones! — su voz empezó a fallar — ¡Tengo que matarlo! Si no lo hago, él me matará...matará a mi familia.

— Me hago cargo de lo comprometido de tu posición ¿Por qué crees que no te planté la cara antes? Porque sabia que Mongkut Phulowath te mataría si se daba cuenta de que yo sospechaba...

Sunwoo negó lento.

— Todavía no has cometido ningún crimen, ni le has causado ningún daño irreparable a nadie, aunque has tenido suerte de que tus víctimas indirectas hayan sobrevivido

— No, no puede — la mano de la varita le temblaba cada vez más — Nadie puede ayudarme. El me dijo que si no lo hacía me mataría. No tengo...

—Pásate a nuestro bando Sunwoo y nosotros nos encargaremos de esconderte. Es más, esta misma noche puedo enviar miembros de la Orden a casa de tu madre y esconderla también a ella. Tu padre, por ahora, está a salvo en Azkaban, cuando llegue el momento también podremos protegerlo a él. Sunwoo tú no eres ningún asesino.

— ¿He llegado hasta aquí, no? —dijo despacio mirando fijamente al hombre mayor — Ellos pensaron que moriria en el intento, pero aquí estoy y ahora su vida depende de mí...Soy yo el que tiene la varita...Su suerte está en mis manos...

— No Sunwoo — corrigió — Soy yo el que tiene tu suerte en las manos.

Sunwoo no respondió. Tenía la boca entreabierta y la mano seguía temblándole.

Changmin tuvo la leve esperanza de que Sunwoo bajara la varita y así lo hizo, la bajo poco a poco, lentamente.





— ¿Donde esta Changmin?

— A salvo te lo aseguró.


En ese momento se oyeron unos pasos que subían atropelladamente la escalera y un segundo más tarde cuatro personas ataviadas con túnicas negras irrumpieron por la puerta de la azotea y apartaron a Sunwoo de en medio.

Changmin contempló aterrado a los cuatro desconocidos con los ojos muy abiertos y sin poder parpadear siquiera. Por lo visto, los mortifagos habían ganado la pelea.

— iA acorralado a Kim Junmyeon! —exclamó una hermosa mujer, quién sonreía con entusiasmo — iLo ha desarmado! ¡Junmyeon está solo! Te felicito mi bello sobrino, te felicito.

— Tenemos órdenes — hablo uno de los mortifagos —Tienes que hacerlo Sunwoo.

El moreno parecía más indeciso que antes. Miraba fijamente a Junmyeon, pero el terror se reflejaba en su cara; el director de Hogwarts, más pálido que nunca, había ido resbalando por el muro casi hasta quedar sentado en el suelo.

— ¡Bah, si de todos modos ya tiene un pie en la tumba! — se burlo otro.

— Ya no tengo tanta resistencia, ni tantos reflejos — respondió suavemente el director — Son cosas de la edad...Algún día quizá te pase a ti, si tienes suerte...

— ¿Qué quieres decir con eso, eh? — chilló el mortifago poniéndose violento de repente —Siempre igual. Hablas mucho pero no haces nada, nada ¡Ni siquiera sé por qué el Señor tenebroso se molesta en matarte! Vamos Sunwoo ¡hazlo de una vez!

— Matalo Sunwoo — ordenó su tía.

Sunwoo se puso rígido, su varita a un costado. Su corazón latía con fuerza en su pecho y de repente no estaba seguro de qué hacer. No quería matar a su director tenía razón; él no era un asesino. Esta mañana había estado seguro de que no iba a cumplir con la misión. Iba a fugarse con Changmin.

Pero con los Mortífagos rodeándolo y un Junmyeon obviamente enfermo, estaba perdiendo los nervios. Había planeado huir antes de que alguien se enterara de que la tarea no se había cumplido. Se suponía que debía estar en algún lugar desconocido con Changmin donde nadie pudiera localizarlo. Ahora, si no mata a Junmyeon, nada impedirá que los mortífagos lo maten también.

— ¿Que estas esperando? ¡Mátalo!

— Tenemos un problema Kyugsoo — habló otro mortifágo, mirando al profesor que estaba de pie junto a ellos — El chico no se atreve a hacerlo, es un asqueroso cobarde...

Kyugsoo — habló Junmyeon con un hilo de voz.

Nada de lo que Changmin había visto u oído esa noche lo había asustado tanto como ese sonido.

Por primera vez, Kim Junmyeon hablaba con tono suplicante.

Do Kyugsoo no dijo nada, pero avanzó unos pasos y apartó con brusquedad a Sunwoo de su camino.

Los mortifagos se retiraron sin decir palabra. Hasta el hombre lobo parecía intimidado.

Do, cuyas afiladas facciones denotaban repulsión y odio, le lanzó una mirada al director.

— Por favor... Kyugsoo...

Do Kyugsoo levantó la varita y apuntó directamente a Junmyeon.

— ¡Avada Kedavra!

Un rayo de luz verde salió de la punta de la varita y golpeó al director en medio del pecho.

Changmin soltó un grito de horror que no se oyó; mudo e inmóvil, se vio obligado a ver cómo Kim Junmyeon saltaba por los aires. El hombre quedó suspendido una milésima de segundo bajo, la reluciente Marca Tenebrosa; luego se precipitó lentamente, como un gran muñeco de trapo, cayó al otro lado de las almenas y se perdió de vista.

Los Mortífagos a su alrededor vitorearon y Sunwoo se quedó en estado de shock. Su tía fue al balcón y disparó la Marca Tenebrosa al cielo.

El moreno se estremeció cuando su propia Marca Tenebrosa reaccionó, deslizándose y quemándose bajo su piel.

Los demás salieron corriendo por la puerta mientras Sunwoo no podía mover las piernas.

Observó el lugar donde había estado Junmyeon, el horror y la conmoción lo clavaron en el lugar.

Do se detuvo en la puerta y se volvió hacia el pelinegro.

— Tenemos que irnos ahora mismo...

— N-no puedo...




Kyugsoo no lo dejó terminar. Simplemente lo agarró del brazo y tiró de él hacia la puerta.

Dejando a Changmin allí solo, sin poder moverse, sin entender que mierda había pasado.

















Jsjd no tengo nada que comentar, pero miren que bonita foto:











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