008

Sunwoo se despertó lentamente, sintiéndose perfectamente satisfecho, lo cual no era algo que normalmente sintiera al despertar. De hecho, cuando normalmente se despertaba, todo lo que sentía era el deseo de volver a dormirse o beber un lago lleno de café, por lo que la satisfacción fue una mejora definitiva.

Se dio la vuelta y la razón detrás de sus sentimientos se hizo evidente en una ráfaga de memoria. Merlín, pero Changmin había estado increíble ayer, Sunwoo no creía que alguna vez lo hubiera querido más. Había sido una pesadilla tratar de controlarse cuando sabía que una palabra suya y Changmin dejaría que todo el mundo mágico se fuera a la mierda y fue realmente emocionante.

Saber que la persona más poderosa del mundo haría cualquier cosa por ti era jodidamente satisfactorio, tener que ser el que le impida ignorar al resto del mundo a favor de hacerte sentir bien, ser capaz de clavar tus uñas en sus hombros mientras su boca traga lenta, profunda y apasionadamente tu pene era algo de presumir.

Sunwoo sintió que su rostro se calentaba e ignoró el dolor en su pene a favor de ver a Changmin dormir, el rubio estaba completamente desprotegido y era tan hermoso.

Cayendo fácilmente en ensoñaciones ahora familiares, Sunwoo resistió el impulso de tocarlo y solo se permitió mirar. Incluso bajo la influencia de la poción, Sunwoo no pudo evitar sentir punzadas de excitación del efecto secundario de la poción que hizo que su boca se torciera en las comisuras y que el calor floreciera en su estómago cuando sus ojos trazaron la línea recta de los ojos de Changmin, su nariz, las sombras de sus pestañas, lo claro de sus cejas.

Unas cejas que aparentemente sabían que estaban siendo observadas, si el ceño fruncido gradualmente se apoderaba de ellas como una pista. Sunwoo lamentó la pérdida de su observación desinhibida de Changmin, pero aún no podía evitar esperar que el rubio recuperara la conciencia. Su polla realmente estaba muy dura.

El moreno contuvo la respiración cuando los párpados de Changmin se abrieron y la tensión volvió lentamente a su cuerpo. En cualquier momento, Changmin se despertaría y le sonreiría, se besarían y se correrían y sería maravilloso, pero...

— ¡Argh! — Los ojos rasgados de Oh se abrieron de golpe y su mano salió disparada y lo siguiente que Sunwoo supo fue un destello de luz y un dolor agudo en un costado de su cuello. Siseó y retrocedió — ¡Lo siento!

— Bonita manera de despertar Oh — gruñó frotándose el cuello.

— Lo siento — repitió tratando de tocar el lugar herido.

Sunwoo aparto la mano de Changmin irritado — Estoy bien, solo fue un maleficio punzante.

— Solo dejame ver...

— Déjalo Oh — espetó, el buen humor se había ido.

Changmin se detuvo con el brazo aún extendido. Parecía que iba a decir algo más, pero después de varios momentos, se dejó caer de nuevo en la cama con un suspiro. Hubo un silencio incómodo, Sunwoo sabía que estaba exagerando, pero no le gustó que el primer instinto de Oh al despertar fuera hechizarlo, mientras que el se había sentido seguro y feliz al despertar junto a Changmin.

Apostaba que si Moon o Nori estaba despertando al lado de Oh, este no los hechizaría. Disgustado con sus propios pensamientos, Sunwoo también cayo de nuevo en la almohada, soltando resoplido de irritación.

— Lo siento — dijo nuevamente Changmin y Sunwoo puso los ojos en blanco.

¿Por qué estaba tan molesto por esto? No era como si pensara que a Changmin realmente le gustaba. Siempre supo que Oh se reunía con él solo porque le gustaba ayudar a la gente.

— Ayer fuiste un completo desastre — hablo Sunwoo segundos después.

— Joder, no me lo recuerdes — chillo avergonzado y se tapó el rostro con la sabana, haciendo a Sunwoo reír.

Incapaz de resistir más, Sunwoo bajo la sabana del rostro del rubio y tiró de el para besarlo. Era sorprendentemente lo poco sexual que Sunwoo aún lucía con una erección dolorosa, pero Sunwoo estaba bien con solo besar. No, no está bien, estaba feliz, conmocionado con el hecho de que el beso no iba a conducir al sexo. Estaba feliz con el hecho de que estaba inclinado en un ángulo incómodo mientras Changmin le devolvía el beso tímidamente, estaba feliz con Changmin y punto.

Se separaron lentamente. Fueron necesarios varios intentos para que sus bocas no se volvieran a unir y Sunwoo no podía dejar de sonreír. Aquí estaban, solo ellos dos, completamente aislados del caos que inevitablemente estaba ocurriendo en el resto del castillo.

Un pensamiento estaba en el cerebro de Sunwoo, lo había estado inquietando desde que Changmin lo había dicho ayer. Fue un pensamiento estúpido, sabía que era una tonto, Changmin había estado loco y el moreno no debería confiar en lo que había dicho.

— ¿Hay algo más que quieras decir? — preguntó de igual manera, sintiéndose increíblemente tonto pero sin poder aplastar la esperanza que flotaba como una burbuja en su pecho.

La poción no debería haber tenido un efecto tan grande en los pensamientos de Changmin, era posible que lo hubiera dicho en serio. Él todavía podría, tal vez...

— Eh ¿No? — respondió sincero.

Y la burbuja de Sunwoo estalló. Solo asintió a la nada e ignoro el sentimientos de aflicción que parecía inundarlo.

— Es mejor ir a clases — carraspeo el moreno — Navidad esta cerca y no quiero bajar mis calificaciones.
















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Volvieron a sus habitaciones. Changmin se disculpó con sus amigos con lágrimas en los ojos mientras se excusaba de que habían probado una poción en el para hacerlo mas fuerte y un efecto secundario fue que era muy protector con Sunwoo, puesto que el moreno fue lo primero que vio al beberla y sus amigos  sin pensar le creyeron totalmente y le pidieron que dejara de llorar, mientras que el rubio se negaba a soltar a Yoshi, no perdonándose por tratar de hacerle daño.

Horas después, mientras Sunwoo salia de su habitación en dirección al gran comedor, un compañero le había informado que el profesor Do requiere de su presencia en su oficina.

Sunwoo fue hasta Do y al abrir la puerta se sorprendió al ver a Changmin sentado enfrente al escritorio de Kyugsoo.

Y el moreno sospechó el porque de su llamado.

— Recibí su mensaje, profesor — fue lo primero que dijo Sunwoo.

— Tal vez fue enviado demasiado tarde; los niveles de inteligencia de Oh parecen haberse contagiado a ti Kim.

Changmin resistió el impulso de decirle a Do que sus niveles de inteligencia no eran lo único que se le había contagiado a su sobrino.

Do abrió un cajón en su escritorio y sacó un frasco de líquido rojo oscuro con una pequeña floritura. Parecía vino tinto o sangre. Changmin escuchó claramente que la respiración de Sunwoo se aceleraba.

— Al igual que la poción original, solo necesitas ingerir un solo trago para que sea eficaz. Si lo prefieres, puedes quitarte esto y beberlo en otro lugar, sin embargo, te aconsejo...

— Lo quiero beber ahora — interrumpió el moreno.

Do asintió y Changmin bajo la cabeza sintiéndose confundido.

— No dejes que permanezca en tu boca por mucho tiempo, reaccionará con la saliva y posiblemente anulará sus efectos — aconsejo el profesor.

Sunwoo asintió y tomo lo que su padrino le estaba ofreciendo. Sunwoo y Changmin compartieron miradas y sus ojos se encontraron justo cuando el borde tocó los labios de Sunwoo y el rubio se preguntó si estaba imaginando la leve vacilación en el rostro del moreno, un segundo después, Changmin supuso que probablemente lo estaba, porque Sunwoo cerró los ojos y bebió toda la dosis sin pensarlo, haciendo una mueca después.

Los segundos que el pelinegro tardo en abrir los ojos fueron eternos para Do y Oh, pero una vez los abrió, Sunwoo miro casi con pánico al rubio.

Changmin estaba desconcertado ¿Que significaba esa mirada? ¿No había funcionado y tendrían que esperar un mes más? ¿La receta del antídoto estaba mal y tendrían que quedarse así por los siglos de los siglos?

— Desaparecerá gradualmente durante un período de quince horas — habló Do suavemente — Para cuando te despiertes mañana, todos los rastros de la poción habrán desaparecido...

— Bien señor.

— Si surge algún problema, estoy seguro de que no dudarás en acosarme más. Aunque te aseguro que el antídoto es de la más alta calidad, sobre todo porque tenía práctica en prepararlo, gracias a la asombrosa capacidad de Haknyeon para arruinar cada poción dentro de los veinte pies de su persona...

— Si eso es todo profesor, me gustaría volver a mi dormitorio — pidió Changmin levantándose de la silla, no queriendo mirar a Kim. Se estaba sintiéndo repentinamente claustrofóbico en la oficina oscura y sin ventanas de Kyugsoo.

— Por supuesto.

Sin esperar a Sunwoo (ahora ya no tenía que hacerlo) Changmin salió de la oficina y recorrió la mitad del pasillo antes de detenerse y apoyarse contra la pared, sintiéndose más agotado que después de un entrenamiento. Sentía que podía dormir durante una semana, lo cual era una estupidez; debería estar celebrando. No más reuniones incómodas con Do, porque no había más Kim.

No más Sunwoo.

—¿Oh, estás bien?

Changmin saltó en su lugar y giro al reconocer su voz.

— Por supuesto — respondió en automático — ¿Y tu?

— Por supuesto — repitió.

Changmin aprovechó la oportunidad para estudiar a Sunwoo por última vez. Había cambiado en los últimos años, no se podía negar. Claro, su nariz y barbilla todavía eran demasiado puntiagudas, pero especialmente con el cabello suelto como ahora, se habían suavizado considerablemente desde que era más joven.

Sus pestañas y cejas eran uno o dos tonos más oscuras que su cabello negro, sus labios eran de un hermoso color rosa casi morado y muy gruesas, de forma perfecta y muy suaves.

Los labios de Sunwoo siempre supieron bien, también azucarado. Changmin nunca se lo había dicho, pero con gusto podía besar al moreno durante horas porque el sabor nunca parecía desvanecerse. Incluso cuando momentos antes, la boca de Sunwoo había estado sobre la de el.

— ¿Changmin?

El nombrado parpadeó y levantó la mirada para ya no ver sus carnosos labios y solo sus ojos.

— Y-yo debo irme...— carraspeo — Nos veremos por ahí supongo.

Sunwoo tenia tantas cosas por decir, pero sobre todo un sincero gracias, pero de sus labios sólo salio lo que el rubio le había dicho.

— Nos vemos por ahí Oh.











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Ni siquiera pasaron una semana para que Kim Sunwoo vuelva a ser el odioso chico de siempre e incluso parecía que se había vuelto peor.

Inconscientemente su mente le decía que  estaba tratándo de llamar la atención de cierto chico que parece que se había olvidado totalmente de el.

El trio nuevamente se estaba comportando extraño y Sunwoo sabía que era porque de nuevo algo estaban tramando. El moreno miraba aborrecido como aquellas tres personas jugaban a ser los héroes cuando simplemente eran unos adolescentes idiotas con complejo suicidas.

— Mira tu maldito camino Oh — gruñó cuando Changmin iba corriendo en el pasillo y accidentalmente había chocado con el moreno.

El rubio solo lo ignoro y siguió corriendo. No hubo una mirada de odio, ni un insulto, ni siquiera una mirada en sí, Changmin solo siguio su camino como si se hubiese chocado con una piedra.

Desde ese entonces Sunwoo también trato de ignorarlo y solo concentrarse en sus estudios, las vacaciones se aproximaban y solo necesitaba un maldito descanso.

Finalmente dos semanas después, las clases habían terminado oficialmente. Sunwoo estaba contento con ello, no mas tareas, no mas Gryffindors y sobre todo, no mas  Changmin.

Aunque Changmin, Yoshi y Kevin, parecía que habían desaparecido hace días, todos concluyeron que fueron hacer algún acto heroico o alguna mierda así, no le sorprendería leer luego en la portada del Profeta que encontraron el cuerpo muerto de Changmin por haberse metido en donde no le llaman.

Durmiendo todo el camino a su mansión, ingreso a su casa con un gran alivio, sólo quería pasar todas las vacaciones con su familia recorriendo algún lugar en el mundo, pero grande fue su sorpresa al ser recibido por su desconsolada madre, quien lo abrazo apenas lo vio.

— ¿Madre? — interrogo asustado.

— Tu padre Sunwoo — lloro y se dejo caer en el piso.

El corazón de Sunwoo empezó a latir con miedo, ni siquiera quería imaginar la oración que su madre se negaba a soltar.

— M-madre...

— Se fue — sollozo Sunga.

— ¿Q-que?

— ¡Lo llevaron! ¡Lo encerraron!

Sunwoo se quedo perplejo tratando de procesar lo que su madre estaba diciendo.

— Encarcelaron a tu padre en Azkaban, Sunwoo.

El moreno no dijo nada, no tuvo fuerza para consolar a su madre. Por alguna razón sentía que ese maldito trío de amigos tenia que ver en algo.

Juraba que si Oh Changmin fue de alguna manera responsable de meter a su padre en esa maldita prisión, lo mataría con sus propias manos.

























Los mortifágos y el encarcelamiento de Jongin en Azkaban no es un simple relleno, primer aviso.

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