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Kim Sunwoo es un mago de sangre pura y el único hijo de Kim Jongjin y Kim Sunga, por ser el hijo de un mortífago a Sunwoo le enseñaron a creer firmemente en la importancia de la pureza de sangre

Sunwoo tenia apenas siete años cuando le informaron el significado de la palabra "Mortifágo" y en aquel entonces no le resultó ser algo malo.

Entendió que se le decían Mortifágo a las personas que le servían incondicionalmente al mago mas temible jamás nombrado, Mongkut Phulowath. Un mortifágo llevaba a cabo las misiones que su amo les encargaba y le deben obediencia ciega, al grado de anteponer su lealtad a él que su propia familia. Los Mortifágos eran reconocidos por llevar tatuada el brazo izquierdo (Marca Tenebrosa como popularmente la llaman) es el símbolo de una serpiente quien sale de la cabeza de una calabera y representa a Mongkut Phulowath. El tatuaje no es solo una marca, tambien es un medio que el señor oscuro utiliza para convocarlos. Cada persona al unirse a ser un mortifágo se les exige al nuevo miembro una obediencia total hasta la muerte.

También conocía la historia de Phulowath de memoria, todos sabían que era un estudiante de descendencia tailandesa considerado el alumno más talentoso que jamás hubiera asistido a Hogwarts. Para el colegio en general, él parecía ser un joven de muchos modales y educación; sin embargo, el tailandés en realidad exhibía conductas de crueldad, sadismo, manipulación, sociopatía y megalomanía.

Era fuente popular que Phulowath fue de la casa Slytherin y como todo Slytherin, aborrecían a cada persona que provenía de sangre sucia o sangre mestiza (Sangre mestiza: tener un padre Muggle)

Tras haber adquirido títulos de excelencia en cada prueba académica presentada, el tailandés se marchó del colegio y luego desapareció totalmente de la vista pública por un largo tiempo. Al haber adoptado las enseñanzas de las Artes Oscuras que descubrió en sus viajes, el señor oscuro organizó un ejército enorme compuesto de seguidores que reclutó tanto en su periodo de formación como después de éste, así como de muchas criaturas mágicas con tenebrosos propósitos y fue allí que creo el ejército de Mortifágos.

Mataban a cualquiera que demostraba tener pensamiento contrarios a ellos, cualquiera que estuviera en su contra y entre eso estaba la famosa familia Oh, cuya familia no tuvieron el temor de enfrentarse al hombre y obtuviendo como castigo la muerte.

Y es en donde el nombre Oh Changmin se hizo tan famoso. Cuando el tailandés estuvo por dar el mismo destino al pequeño bebé que lloraba en su cuna al ver el cuerpo de su madre muerta tirada en el piso, el hombre apunto su varita justo en la frente del recién nacido con clara intenciones de matarlo, pero misteriosamente la maldición rebotó y golpeo el cuerpo de Phulowath, matándolo y condujo su alma completamente inestable fuera del cuerpo y lo único que dejo como secuela ese incidente fue que al niño se le quedo una pequeña cicatriz muy parecida a una Q.

Desde ese entonces fue apodado "el niño que vivió" Con todos asombrados, no pudiendo creer que fue aquel niño de solo meses de nacido logro vivir a un ataque de Mongkut Phulowath y no solo eso, logro de alguna manera desconocidas para todos, matarlo.

Sunwoo también conocía vagamente la historia de Changmin, aunque siendo cincero ¿Quien no la conoce?

"Oh Changmin, el niño huérfano que fue a vivir al mundo muggles lejos de la atención"


Kim Junmyeon, quién actualmente era el director, se hizo responsable de esconder al "niño que vivió" Fue llevado con apenas meses de edad junto a la única familia que le quedaba, sus tíos. Junmyeon quería protegerlo de todo el caos que se había generado debido a que un inocente bebé había logrado derrotar al temible señor oscuro o como todos ahora llaman al tailandés "el innombrable" puesto a que los únicos individuos que se atrevían a decir el nombre de Phulowath eran los miembros de la Orden del Fénix o sus aliados. El tabú permitió a los seguidores del Señor Oscuro rastrear a sus enemigos. Cualquiera que se atreviera a mencionar el nombre y romper el tabú sería maldecido.

Sunwoo no entendía porque Changmin parecía quejarse de su vida ¡mierda! tenía fama y todos parecían querer arrodillarse y besarle los pies apenas lo veían. Literalmente tenia todo el respeto y la admiración del mundo mágico. Excepto ellos obviamente, puesto que esos Kim en específicos odiaban al responsable de la caída de su amo.

Los Kim consintieron siempre a Sunwoo, dándole lo mejor de todo en cuanto a posesiones materiales. Los Kim siempre educaron al moreno con sus creencias; que eran que la sangre pura era una raza mágica superior a todas y los muggles eran seres despreciables y tontos y los sangre pura que no pensaban eso eran traidores de la sangre. Lo único que esto causó en Sunwoo fue el prejuicio contra los muggles, hijos de muggles, mestizos y traidores a la sangre, es decir, contra cualquier persona que no fuese una bruja o un mago de sangre pura o cualquier persona que apoyara este tipo de personas.

Sunwoo fue criado en una atmósfera en la que se lamentaba que el Señor Oscuro no hubiera tomado con éxito el poder en la comunidad mágica, aunque se le recordó prudentemente que este sentimiento no debía ser comentado fuera del pequeño círculo de la familia y sus amigos más cercanos. En su niñez, Sunwoo se asociaba primordialmente con los hijos de sangre pura de los amigos ex-mortífagos de su padre.

Como cualquier otro niño de la edad de Oh Changmin, Sunwoo oía historias del "Niño que vivió" durante su infancia. Durante años habían circulado teorías sobre cómo Oh Changmin logró sobrevivir lo que hubiera debido ser un ataque mortal y una de las más persistentes era que el mismo Changmin era un gran mago oscuro. El hecho de haber sido extraído de la comunidad mágica parecía (a gente con ilusiones) apoyar esta opinión y el padre de Sunwoo, el astuto Kim Jongin fue uno de los que más respaldó esta teoría. Era reconfortante pensar que él, Jongin, podría tener una segunda oportunidad en la dominación del mundo, si este chico Changmin resultara ser otro campeón mayor de sangre pura. Fue por ello, sabiendo que no estaba haciendo nada que su padre fuera a desaprobar y con la esperanza de poder enviar a casa noticias interesantes, por lo que Kim Sunwoo siempre quizó conocer a Changmin y solo por la simple razón de enorgullecer a su padre.

El modelo a seguir de Sunwoo fue, es y sera la  persona más impresionante que conocía, su padre y en él basó la mayor parte de su comportamiento en el colegio. Imitó el ademán frío y despectivo de Jongin y lo utilizó con todas las personas que no pertenecían a su círculo más cercano.

Aunque nada justificaba las acciones de Sunwoo para sus compañeros, el chico simplemente era un niño que buscaba constantemente la aprobación de su padre, simplemente era un niño que solo necesitaba que le diga que lo estaba haciendo bien.

Y para alguien tan perfeccionista como el, no podía tolerar que todos admiraban a alguien como Changmin. Un chico miopie, desinteresado en los estudios, con gustos horribles y complejo de héroe.

El moreno podía recordar perfectamente el día que conoció al rubio.

Fue en un callejón, específicamente en una tienda mientras se probaban sus túnicas para el colegio, intercambiaron una que otra palabra, sin ser consciente que estaba hablando con el mismísimo niño que vivió.

La segunda vez que se vieron fue en el colegio. Sunwoo al anterarse que el chico con quien había hablado en la tienda era Oh Changmin, fue a presentarse oficialmente. El pelinegro trato de ser lo "mas amigable" posible, ya que enserio quería caerle bien al rubio cabeza de nido.











"— Entonces es cierto lo que decían en el tren— sonrió un Sunwoo de once años — Oh Changmin a venido a Hogwarts.

Yoshi, Kevin y Changmin dirigieron su mirada a un pequeño niño moreno de pelo de un negro  intenso.

— Ellos son mis amigos — siguió hablando el pelinegro — Y yo soy Sunwoo, Kim Sunwoo — sonrió y se posicionó frente al pequeño niño de pelo rubio.

En ese instante se escucha una risa, haciendo que Sunwoo gire la cabeza de manera malévola y dirija su atención en el niño de ropa sucia que se encontraba junto a Changmin.

— ¿Mi nombre te resulta gracioso? — cuestióno ácidamente — No tango que preguntar el tuyo — dijo mirándolo de manera superior — Esa cara y esa ropa usada y vieja, debes ser un Kanemoto — escupió casi con asco, haciendo que el japonés bajara la cabeza avergonzado. Sunwoo volvió a dirigir su mirada al rubio y le sonrió como si no acabara de humillar públicamente al pelirrojo — Te darás cuenta que algunas familia son mejores que otras Oh — volvió a mirar a Yoshi de una manera despectiva — No te conviene amistarte con la equivocada — sonrió dulce y le extendió su pequeña mano — Yo te puedo ayudar.

El de oyuelos miro la mano que le ofrecía el moreno, un símbolo para iniciar una amistad, pero Changmin fruncio el ceño y levanto la vista para mirar al arrogante niño frente a el, de alguna manera le recordaba a su odioso primo.

— Ya se quién es el esquivado, muchas gracias —  declaró levantando la barbilla, haciendo que todos murmullen acerca de que el niño que vivió acaba de rechazar públicamente la mano que le estaba ofreciendo un Kim.
  

Sunwoo le dio una mirada de odio y bufando volvió con sus amigos.









Ese fue el inicio de su enemistad. Esa misma noche se eligieron las casas en donde estarían los estudiantes. Como todo la familia Kim, Sunwoo fue tradicionalmente enviado a la casa Slytherin.

Según los rumores, solos los magos mas malvados fueron enviado a esa casa y los Kim desde hace siglos se oponían fuertemente a algún pariente que no siguiera esta tradición.

Mientras tanto, Kevin y Yoshi estaban feliz ya que les había asignado Gryffindor, al igual que Changmin, haciendo que Sunwoo lo deteste aún mas.




"— ¿Sabes a qué tipo de gente escogen para la Casa Gryffindor? — hablo Sunwoo fuerte, haciendo que todos los del comedor lo miren curiosos — Se trata de personas que dan pena al verlas. Está Oh, que no tiene a sus padres, están los Kanemoto que no tienen dinero... y estás tú Haknyeon que no tienes cerebro"





Desde ese entonces, Sunwoo empezó a ser hostil con Changmin; lo molestaba continuamente, al igual que a Yoshi y al otro amigo de ambos; Ju Haknyeon, quien era muy torpe y distraído.

Sin darse cuenta, ambos creaban vínculos, como la primera vez que Changmin se atrevió a volar, lo cuál fue simplemente porque Sunwoo lo había retado o la primera vez que Changmin fue castigado, lo cuál fue la culpa del moreno y de hecho también fue la primera vez que el fue castigado, haciendo que ambos compartan castigo.

Incluso intencionalmente Sunwoo fue el responsable de que eligieran a Changmin como buscador del famoso juego Quidditch que se practicaba en esa institución, incluso lo eligieron como capitán.

A Sunwoo le molestaba la atención que Changmin recibió a causa de su fama e incluso sentía cierta envidia hacia el de lentes por ser el foco de atención y no le agradaba al no tener las mismas creencias que él y su familia.

" — San Oh, el amigo de los sangre sucia. Es otro mago sin ningún sentimiento apropiado de mago, yendo por ahí con ese sangre sucia Moon"


Ya pasando un año, teniendo los dos doce años, su relación no había cambiado y si lo había hecho, fue para mal.

Sunwoo ingreso en su segundo año empezando sus deberes como Buscador del equipo de Quidditch de obviamente Slytherin. El moreno caminaba arrogante puesto que su padre habría comprado la escoba mas actual para todo el equipo, haciendo obviamente que toda la atención este en el pelinegro, cosa que le encantaba.

Kevin molesto porque ellos ya habían reservado la cancha para practicar o al menos ver a su mejor amigo practicar ya que tanto el como Yoshi no estaban en el equipo. Los Slytherin se habían adelantado y Sunwoo como todo hijo de papi se puso al frente de su equipo, con su cara escoba en manos.

Kevin irritado especuló abiertamente que se trataba en realidad de un arreglo de Jongin con el colegio, porque no creía que Sunwoo ingresara a la formación de Quidditch por su talento como buscador.


"— ¿Enserio Moon? — interpeló el moreno enojado —  Nadie pidió tu opinión asquerosa sangre sucia e inmunda..."

 

Irónicamente, Sunwoo fue la razón por la cual ese partido Slytherin perdió ante Gryffindor, debido a que no estaba consciente de que la snitch dorada se movía a centímetros de él (el propósito de los buscadores es atrapar una pequeña bola dorada con alas que se mueve por los aires esperando no ser atrapada)  ya que estaba demasiado ocupado insultando a Oh Changmin para darse cuenta. El rubio se aprovechó de su falta de concentración, lo que permitió a Gryffindor ganar el partido y Sunwoo ser reprendido por el Capitán del equipo por su estupida distracción.

Sus siguientes años no cambiaron mucho, solo era Kim Sunwoo no perdiendo la oportunidad para humillar a Yoshi y compañía, siempre estando al tanto de Changmin, como si quisiera llamar su atención constantemente.






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Ese fin de semana los estudiantes tenían permiso para ir a sus casas y es la razón por la cual Sunwoo divaga en su mente. Se encontraba sentado en el comedor de su mansión, junto con sus padres y como la cena era tan silenciosa, se puso a recordar los momentos en donde aborrecía al idiota de Changmin.

— Sunwoo sientate mas firme — ordenó su padre sin siquiera mirarlo.

El pelinegro asintió y tomo la misma postura que su padre, haciendo que Sunga sonría orgullosa al ver a sus dos hombres con ese aire de elegancia.

Después de esa silenciosa cena, el moreno se dirigió a su habitación y suspiro en la soledad de su espacio. Dirigió su mirada a su búho, animal que se encontraba dormido dentro de su casa.

Se regaño porque apenas cerro sus ojos, Changmin nuevamente inundó su mente.






" — ¿Seguro que vas a estar bien? — preguntó el de lentes preocupado.

— Que sí Oh, solo serán dos días — contesto irritado.

No aguantaba la idea de que Changmin pensaba que dependía de él, Sunwoo creía que podría estar fácilmente sin Changmin y no volverse loco.

— Podría rechazar la invitación de Kevin de ir con su familia y quedarme contigo...

— ¿Y porque yo debería no ir a mi casa? — preguntó hostil — Solo vete Oh, no voy a morirme.

Changmin hizo una mueca, pero asintió. Sunwoo no intento tocarlo antes de irse o darle un beso que serviría como consuelo todo ese fin de semana. No se dieron el dulce beso de despedida que al rubio tanto le gustaba, ni siquiera se dijeron "adiós" simplemente se alejaron sin decir nada mas"






Suspiro pensando en que estará haciendo Changmin junto con esa familia revoltosa y pobre.





























Mientras tanto Changmin reía a carcajadas por las ocurrencias de la abuela de Kevin. La casa de la familia Moon era pequeña, pero los integrantes eran demasiado.

Se encontraban, los señores Moon, la abuela viuda, Kevin, su novio, Changmin, los primos del canadiense: Juyeon y Hyunjae y las dos  hermanas de Kevin.

— ¡No me gusta Yoshi!

Kevin giro los ojos cuando su primo Hyunjae trató de imitar su voz para burlarse de esos días que solo veía al pelirrojo como un hermano.

— ¡Joder, si! Lo recuerdo — se unió Juyeon, también riendo — "¡Ni siquiera estoy obsesionado con el! yo salgo con esa Gryffindor de segundo año, además Yoshi es como mi hermano" y este idiota seguía y seguía...

Yoshi río al ver a su novio avergonzado y le dejó un tierno beso en la mejilla, haciendo que todos sonrían enternecidos con la pareja.

— Oye Changmin...— llamo la menor de todos: Ella Moon, acercándose al oído de Changmin.

— ¿Mmm? — preguntó este girando para ver a la niña de quince años.

— Me acompañas a la cocina, mamá me pidió traer  las bandejas, pero no creó poder traer todas.

Changmin asintió y se paro de inmediato. Juyeon y Hyunjae se codearon al ver como Changmin y luego seguido por Ella, salieron del comedor.

— ¿Que son esas caras Hyunjae y Juyeon? — regaño la mujer.

— ¿Apostamos que Changmin y Ella se quedaran juntos? — dijo Hyunjae de la nada.

— ¿Estas apostando sobre la vida amorosa de mi hija de quince años? — preguntó la señora Moon mirando mal a sus sobrinos.

— Apuesto veinte galeones a que sí — agrego la abuela divertida, haciendo que Linda Moon girara los ojos.

— ¿Veinte? — bufo Juyeon — ¿Miedo de perder anciana? Apuesta cincuenta...

— Ochenta o nada — sonrió Hyunjae mirándolo desafiante.

— ¡Nadie va a apostar nada! — gruño Kevin — Por dios, es Ella, apenas tiene quince años y además, Changmin es su...hermano.

— No cariño — dijo suave Yoshi — Ella es tu hermana y no la de Changmin... — Kevin negó, no gustándole la idea de su hermanita con su mejor amigo — Cien galeones a que terminan juntos antes que Ella cumpla dieciocho años — se apuntó el japonés, haciendo que Kevin gruña y se levante de la mesa rumbo a la cocina.

Al oír la risita de su hermana, se paro firme en el marco y entendió la mirada de amor que Ella le enviaba a Changmin.

En su mente mas egoísta prefería que Changmin se quedara con alguien como Kim Sunwoo que en vez de su hermanita.









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Finalmente llego el lunes. Sunwoo ahora se encontraba de nuevo en su dormitorio de la institución. Sorprendentemente se encontraba sólo y se alegraba que Eric y Hyunjoon aún no regresaran.

Golpeo el interior de su mejilla con su lengua ante el recuerdo de Changmin en su habitación.

No sabía que alguna vez podría sentirse tan vivo como lo había hecho con Oh tocándolo y besándolo, probablemente era bueno que Songjin estuviera allí porque de lo contrario, nada de eso hubiera sucedido en primer lugar. Sunwoo estaba indescriptiblemente contento de que ella nunca, en siete años de amistad, hubiera valorado su privacidad.

Pero cual fue el problema una vez que Songjin se fue, los besos y las caricias cesaron por completo, como si todo fuera solo una actuación. Por supuesto eso era, pero por un momento pareció que la mente del moreno había logrado convencerse de que era real, que él y Oh eran así juntos.

En retrospectiva, Sunwoo estaba disgustado consigo mismo. No solo había estado enfermizamente relajado con alguien, lo suficiente como para dejar que bromearan con él y lo acariciarán como un amante, sino que esa persona era Oh. Maldito Oh Changmin.

Era repulsivo la forma en que Sunwoo había seguido ciegamente cualquier sugerencia que Oh le había hecho, la forma en que se había derretido en el abrazo del rubio. Era incluso peor que era todo en lo que podía pensar.

Ahora estaba acostado en su cama, mirando el dosel y deseando a Oh como nunca antes y odiándose a sí mismo por ello. Tal vez la poción maduró con el tiempo o con un contacto prolongado, porque esto era más profundo que nunca. Incluso ese fin de semana cuando Oh lo había abandonado por completo; sí, eso había sido terrible, se había sentido como si le estuvieran arrebatando la vida, pero esto era diferente, esta vez la poción se había extendido a su alma.

Maldito Sohn y maldito Do por no poder arreglarlo, pero sobre todo maldito Oh por ser tan exasperantemente deseable.

Esperaba que Changmin aún no regrese, así que Sunwoo podía esconderse en la sala común y no tener que ver al Gryffindor. Por supuesto, el moreno todavía tenía que comer, pero su observación de Changmin se había vuelto tan frecuente que sabía exactamente cuándo (e incluso qué) prefería comer Oh, podía predecir con quién se sentaría al lado y determinar con precisión en qué estado de ánimo estaba el rubio y sin embargo, horriblemente, Sunwoo todavía quería saber más.

¿Qué estaba mal con él? Seguramente si se esforzaba lo suficiente podría superar la influencia de la poción ¿Era tan débil de voluntad que se rendiría a cualquier cosa que se le concediera?

Sunwoo podía resistir los impulsos de su propio cerebro de pensar en Oh, serán solo dos semanas más, eso no será nada.











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Sunwoo se encontraba en la sala común, fingiendo preocuparse por otras personas y decididamente sin pensar en cierto Gryffindor. Y si, cuando se acercaba más y más la noche, miraba el reloj cada cinco minutos ¿y qué? Era simplemente una persona puntual, eso es todo. Fue descortés dejar a alguien esperando cuando habías hecho arreglos con ellos y bien, tal vez subió al séptimo piso justo después de la cena, pero esa noche comió tarde y parecería sospechoso si hubiera ido a la sala común y se hubiera ido inmediatamente después y realmente cuarenta y cinco minutos no era tan temprano.

Oh no estaba allí cuando Sunwoo empujó la puerta y se asomó. Bien, eso era bueno, significaba que el pelinegro podía prepararse. Trato de sofocar la anticipación que crecía rápidamente. No sería derrotado por una estúpida poción sangrienta.

Se sentó en el escritorio y miró hacia los terrenos oscuros. No pasó mucho tiempo hasta que el sonido de la puerta abriéndose y los pasos caminando llegaron a sus oídos. No se dio la vuelta. El hormigueo en su piel que significaba que Oh estaba cerca no era nada. Sunwoo ni siquiera habría venido aquí esta noche si no hubiera experimentado el desastre que sería. No necesitaba a Oh, no lo hacía.

— ¿Kim?

Sunwoo se estremeció ¿Y qué si Oh tuviera una buena voz? Eso tampoco significaba nada, fue solo una observación. Como decir que Oh tenía unos ojos asombrosamente marrones, cualquiera podría notarlo.

— ¿Te encuentras bien?

Probablemente debería responder, Sunwoo no quería ser grosero, así que suspiro y lo enfrentó.

¡Joder! ¿Qué había estado pensando? Por supuesto que necesitaba a Oh. Changmin era un dios. Un dios hermoso con cabello hermoso y ojos hermosos y una boca hermosa que la boca mucho mas hermosa e indigna de Sunwoo necesitaba estar tocando ahora mismo.

La silla del escritorio chirrió cuando Sunwoo se lanzó hacia Oh, presionando sus cuerpos lo más cerca que pudo. Chispas familiares de deseo se encendieron alrededor del cuerpo de Sunwoo y jadeo. Aquí era donde tenía que estar, junto a Oh, sus labios contra su cuello, aunque sabía, podría ser mejor, podría ser mucho mejor.

Sunwoo deslizó su boca a lo largo de la mandíbula de Changmin, murmurando un saludo y Merlín sabía qué necesitaba más, sus labios tocaron los de Oh y no fue suficiente.

Faltaba algo: Que Oh Changmin le corresponda el beso.

El bastardo obstinado y fogoso que Sunwoo odiaba, que siempre se negaba a retroceder y que besaba tan bien.

El moreno hizo todo lo posible para convencer a Oh de que abriera la boca, queriendo, necesitando, sentir una respuesta, sentir que Changmin cobraba vida bajo el toque de Sunwoo como lo había hecho aquella vez en su habitación o en la cama de este mismo cuarto, pero el rubio permaneció fielmente inmóvil.

Frustrado, Sunwoo apartó la boca.

— ¿Hay alguna posibilidad de que pueda convencerte de que me beses?

Changmin agrandó los ojos por lo directo que había sonado su petición.

— N-no — negó lento, haciendo que su desordenado flequillo se moviera — Aquella vez fue solo por Songjin, no volverá a suceder.

A pesar de que lo esperaba, igualmente las palabras de Oh todavía aplastaron un poco a Sunwoo. Se aferró a los hombros de Changmin, deseando poder ser tan casualmente indiferente como lo estaba siendo Oh. Merlín, odiaba esto.

— Oh por favor — rogó sintiéndose humillado —Te lo estoy pidiendo amablemente, necesito...

—  Lo único que necesitas es un contacto prolongado —  lo interrumpió Changmin rotundamente — Te proporcionaré eso, dejaré que me beses, pero no voy a participar. Esto no me involucra.

Sunwoo quería gritar. No involucraba a Oh, ese era el problema, pero lo necesitaba. Lo necesitaba más de lo que jamás había necesitado nada antes. Pero solo asintió y se conformo con aquello.

Se aseguró de dejar varias marcas rojas de enojo en el cuello de Oh esa noche, pero no lo hizo sentir mejor. Los siguientes días fueron terribles. Continuó reuniéndose con Oh todas las noches y parecía evitar la neblina de depresión que inducía estar solo de esa manera con el rubio, pero honestamente Sunwoo preferiría tener eso a nada.

Sunwoo tenía el control total de su cerebro y  eso significaba que podía sentir que su cordura se le escapaba poco a poco. Necesitaba arreglar este lío y rápido.






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Fue miércoles antes de que se le ocurriera un plan, pero una vez que lo hizo, Sunwoo estaba severamente decepcionado consigo mismo por haber tardado tanto.

Esperó hasta que la mayoría de la escuela se hubiera ido a cenar, luego se dirigió a su dormitorio. Estaba vacío, pero obviamente eso no era garantía. Hizo un encantamiento en la puerta que lo alertaría si alguien se acercaba y se coló en la cama de Hyunjoon.

En Slytherin, Heo Hyunjoon era conocido por ser el tipo al que acudir para cualquier poción o sustancia que nadie más podía conseguir. Tenía un suministro aparentemente interminable de brebajes moralmente dudosos, de hecho, ahora que lo pensaba, estaría muy sorprendido si el Orexis Votum no hubiera venido originalmente de él.

Sunwoo revisó absolutamente toda la sección de la cama de su compañero. Probó debajo del colchón y giro los ojos al estirar la mano y sacar una revista con listas de pociones ilegales.

Después de diez minutos más de búsqueda infructuosa, Sunwoo se dio por vencido, pero se sintió realmente estúpido al no revisar su armario. Corrió rápidamente a el y al abrir sonrió triunfante al ver todo el contenido.

El armario estaba lleno de pergaminos y todos dirigidos a Hyunjoon. Sunwoo rápidamente los revisó todos, aun necesitaba conocer al proveedor de Heo.

Reviso sus solicitudes y fruncio el ceño al ver solicitud de escobas deportivas, Hyunjoon no leería una revista de Quidditch aunque le pagaras, sonrió negando al ver que no se trataba de ese tipo de escobas.

Finalmente encontró lo que buscaba: Una lista de valores de Surdly & Sons, expertos en la creación y distribución de pociones y sustancias ilegales.

Lo ojeo rápidamente y sus ojos brillaron al ir a la sección de pociones. Al llegar a la imagen de la pequeña posion de lujuria, gruñó recordando lo que Eric le hizo.

Al leer los detalles de la poción se desconcertó, esa posion solo duraba 24 horas, en cambio el que Eric le dio dura todo un mes ¿Eric estaba tan enojado con el que compro una que lo torturaba por un mes entero? Suspiro cerrando la revista.

Debía pedir esa poción e investigarla. El era exelente en pociones, no por nada siempre estaba en primer lugar de esa clase. Solo debía adquirir las sustancias y crear su propio antídoto, no importa si muere en el intento, aunque a ese paso, la muerte era una salida hermosa.

Cuatro horas después llego su pedido, ahora solo faltaba el libro que sabía que Kevin tenía, pero prefería que le corten la lengua antes de pedirle algo a Moon, así que camino rápido a la cancha de Quidditch donde sabia que los Gryffindors estaban teniendo su práctica, para ordenarle a Changmin que tome prestado el libro de su amigo.

Un equipo vistiendo túnicas burdeos, Sunwoo inmediatamente supo cuál era Oh, fue reconocible al instante, incluso a distancia. La confianza con la que volaba desmentía cualquier torpeza que tenía cuando estaba en tierra; en el aire, parecía el héroe que todos pensaban que era.

Merlín, realmente Oh era muy bueno. Se abalanzó por el campo como si fuera el dueño, volando sin siquiera tocar la escoba con las manos mientras dirigía a los otros jugadores y se notaba que todos lo adoraban. Incluso cuando estaban jugando, toda su atención estaba enfocada en Oh, esperando que dijera algo, queriendo su alabanza y él, siendo el noble, maravilloso e idiota héroe bastardo, se lo da.

Sunwoo se sentó allí, solo mirando, hasta que incluso la luz mágica comenzó a desvanecerse y los Gryffindors finalmente se dieron por vencidos y se dirigieron a los vestuarios. Incluso cuando estaba fuera de la vista, Oh dominaba los pensamientos del moreno.

Sunwoo miró la hora y llamo a Changmin desde las gradas, el rubio volteo curioso y alzo las cejas. Trotando fue hacia el y Sunwoo llevo sus labios a su boca apenas lo tuvo enfrente.

— Hola — saludo con un beso casto.

— Hola... — respondió nervioso — ¿Que haces aquí? — preguntó dejando su bolso de entrenar en el piso.

Los dos estaban detrás de las escaleras de las gradas, lo cual es muy difícil que alguien los viera.

— Quiero pedirte algo...

Changmin arqueo la ceja y lo miro dudoso.

— Verás, acabó de comprar...

Changmin tomo descuidadamente el pote que el alto tenía en la mano y lo llevo a la boca, tomando de un trago todo el contenido con mucha sed.

Sunwoo se quedó en shook al ver lo que Oh Changmin acaba de hacer.

— Tiene un sabor raro — murmuró Changmin con una clara expresión de asco — Es el agua mas espesa ¿De donde la sacaste?

— ¡Porque en realidad no es agua, idiota! — grito asustado.

— ¿¡Como voy a saber eso!? — también grito— ¡No puedes venir a verme a mis prácticas de Quidditch con un frasco que parece agua y no es agua!

— ¡No es mi culpa que te tomes la confianza de beber algo que tengo en la mano sin que te lo ofrezca! — Sunwoo cerro los ojos tratando de tranquilizarse, alterarse con el idiota de Oh no solucionaría nada.

Changmin estaba por hablar, pero sepentinamente perdió las fuerzas de sus piernas y cayó al césped.

— Kim...¿Q-que bebí...?

— Una poción — dijo Sunwoo en voz baja y Changmin pareció soltar un gemido de dolor  — de lujuria...

— ¿¡Que!? — grito Changmin alzando la cabeza y Sunwoo trago grueso al ver al rubio con el pelo empapado y su flequillo pegado a su frente, las mejillas rosas y jadeando.

— Ordené el que se desvanece por la mañana...

— ¡Bastardo! — gimió mirándolo salvajemente — ¿Esto desaparecera por la mañana? ¡Oh bueno, eso hace que esté bien!

— Lo siento — dijo realmente sincero — Solo lo compre para estudiarlo, no pensaba realmente que lo bebieras...

Changmin trato de pararse, pero Sunwoo tuvo que ayudarlo. El rubio levantó la mirada y sus ojos conectaron y el moreno vio como sus ojos se dilataban y entendía lo que acaba de pasar. La poción acaba de activarse y se activo mientras lo veía a el.

Changmin respiro agitado y volvió a caer de rodillas y llevo sus manos a su anteojos, tirándolo por algún lado. Sunwoo se contuvo de acercarse, hirviendo a fuego lento con una mezcla de anticipación y ansiedad. Esta fue una etapa delicada, lo sabia por lo experiencia propia, así que lo último que debía hacer era interrumpir.

Changmin parecía haberse calmado o al menos ya no parecía exigir oxígeno como un animal medio ahogado. Merlín, pero eso había sido agresivo, el Orexis Votum no había sido tan violento.

— ¿Oh? — preguntó preocupado.

Changmin levantó la mirada y miro fijamente al moreno y Sunwoo podría jurar que nunca se había sentido tan desnudo en su vida.

Sin apartar los ojos de Sunwoo ni una sola vez, Oh se puso de pie, sus movimientos inusualmente suaves, casi como los de una serpiente. Una sonrisa siniestra se curvó alrededor de sus labios.

Sunwoo retrocedió involuntariamente. El rostro de Oh no había cambiado, pero había un elemento de algo nuevo, un elemento de lujuria grabado en cada rasgo. El cuerpo de Sunwoo estaba en llamas al verlo, sus repentinos sentimientos de vulnerabilidad y excitación se arremolinaron justo debajo de su piel, encendiendo cada parte de él. De repente fue muy difícil respirar.

— Sunwoo~ — gimió su nombre de manera hipnotizante — Vas a desear no haber comprado eso...

Changmin lo empujó por la madera que sostenía la escalera y cuando estaba por quejarse del dolor, el rubio lo había tirado con fuerza al césped.

Sin aliento, trató de enderezarse, pero descubrió que no podía; Oh, con los labios entreabiertos, los ojos intensos y entrecerrados, todo su ser rebosante de sexualidad, se sentó a horcajadas sobre sus muslos. Sunwoo no pudo reprimir gemir

— Oh...— el pelinegro levantó la mano para tratar de tocar a Changmin, pero antes de que se diera cuenta, sus brazos estaban estirados sobre su cabeza, sostenidos en su lugar por un agarre feroz.

— Quiero que me llames Changmin — ordeno — ¿Puedes hacer eso?

— ¿Oh, yo...?

— ¿Puedes hacer eso? — gruñó.

Y por la mierda, Sunwoo por supuesto que podía, podía hacer eso y más. Pero no lo haría, Changmin estaba influenciando por esa estúpida poción y sabia que si llegara hacerle algo, mañana el rubio lo castraria sin piedad.

— Changmin... — llamo con cuidado. Sunwoo intento salir,  pero Oh era mucho más fuerte de lo que parecía.

Sunwoo sospechó que esa poción no era una ordinaria.

— Mmm...Sunwoo — ronroneo.

Los labios de Changmin rozaron la oreja del moreno, enviando chispas por todo su cuerpo — Di que me quieres — pidió en un susurró — Quiero que me digas cuánto me quieres.

La pequeña parte del cerebro de Sunwoo que no se había vuelto irracional con lujuria pensó que esa era una petición un poco estúpida cuando el moreno claramente deseaba mucho a Changmin, pero afortunadamente la parte aparentemente mas conciente estaba a cargo de la boca de Sunwoo.

— Sí te quiero — jadeó — Joder, te quiero tan mal...

Changmin sacó su lengua y lamió el borde de la oreja del alto. Era absurdo que una acción tan pequeña pudiera enviar a Sunwoo en espiral a nuevas alturas de excitación, pero Kim estaba seguro de que nadie nunca podría estar tan excitado como lo estaba el en ese instante y dejó escapar un gemido salvaje. Pero necesitaba...Merlín, necesitaba a Changmin.

El rubio finalmente lo beso, realmente lo besó. En los labios, su lengua invadiendo a Sunwoo, poseyéndolo sin ningún esfuerzo y al moreno le encantaba. Se arqueó ante el toque glorioso de Changmin y se permitió perderse por completo en la felicidad absoluta de ser abrazado y besado por Oh Changmin.

Trató de pasar una pierna alrededor del rubio para acercarlo más, para obtener más, pero Oh lo esquivó sin problemas. Sunwoo lo escuchó vagamente soltar una risita, pero los besos no se detuvieron y eso era todo lo que le importaba al pelinegro en este momento. Merlín, sí los besos seguían así se descontrolaria. Un asquerosamente lento entrecruzamiento de lenguas y ondulación de caderas que no hablaban más que de cosas placenteras por venir.

Changmin presiono sus glúteos contra la dura polla de Sunwoo e hizo que el moreno mordiera con fuerza el labio del rubio. Changmin volvió a reírse y retrocedió, ignorando el gemido de protesta de Kim.

— Sunwoo — murmuró juguetón — Eso no fue muy agradable.

Sunwoo respiraba con dificultad y lo miraba desafiante.

Changmin sonrió maliciosamente, sus ojos oscuros brillando  — Tendré que castigarte —ronroneó y lo siguiente que Sunwoo supo fue que ambos estaban en la cama y que sus muñecas estaban atadas firmemente a la cabecera con una cinta de seda verde.

El impacto de encontrarse repentinamente en medio de la habitación sacó momentáneamente a Sunwoo de su aturdimiento.

— ¿Como hiciste eso...? — preguntó sorprendido, no pudiendo creer que al parecer Changmin había hecho magia sin varita.

— Dime tú, es tu poción...— respondió desabrochando lentamente los botones de la túnica del pelinegro — Y Merlín, qué poción ¿Sabías que casi puedo escuchar tus pensamientos? Puedo decir lo que quieres y podría mantenerte al borde del orgasmo durante horas. Puedo escuchar los latidos de tu corazón — confesó — tu polla se vuelve más dura con cada palabra que digo. Puedo sentir dónde más quieres que te toquen, incluso si no lo sabes. Puedo oler cuánto me deseas y solo puedo imaginar cómo será el resto de tu cuerpo y como sabrá...

Sunwoo pestañeo sorprendido. Se suponía que la poción solo excitaba a la persona que lo bebía, no que la cambiará completamente.

— Soy tan poderoso ahora mismo Sunwoo — continuó, su voz baja y aterciopelada — Podría destruir toda esta escuela en un abrir y cerrar de ojos y podría congelar el tiempo. Podría enfrentarme a Phulowath y a todos sus seguidores con el brazo de mi varita atado a la espalda y podría encontrar la cura para la viruela del dragón albanés, pero en lugar de eso, todo lo que quiero hacer es quedarme aquí y darte el orgasmo más poderoso de tu vida.

Mierda, una palabra más de la boca de Oh y Sunwoo se iba a correr vergonzosamente, sin importar si aún tenía los pantalones puestos o no. La demostración casual de poder de Oh solo había servido para poner a Sunwoo aún más duro y empujó infructuosamente sus caderas hacia arriba, haciendo que los ojos del rubio brillara.

— ¿Quieres venir Wonnu? — preguntó desabrochanso los pantalones del moreno.

Sunwoo se sentía incapaz de hablar en ese momento. Los dedos de Oh estaban a solo una capa de tela de su piel. Una capa menos y Changmin estaría tocando su pene.

De repente, una capa se convirtió en ninguna y Sunwoo echó la cabeza hacia atrás cuando su pene se liberó de su ropa interno.

— Vaya ¿En donde escondes todo esto? — preguntó divertido al ver por primera vez el gran miembro de su nemesis.

Sunwoo no pudo responder de otra manera que empujando hacia arriba, necesitando a Oh, anhelando desesperadamente su toque.

Dedos. Oh, dulce madre de Merlín, había dedos arrastrándose por su abdomen, estaba tan cerca, Changmin se estaba acercando demasiado a su miembro.

— No respondiste mi pregunta — gruño Oh — ¿Te quieres venir?

Un profundo gemido escapó de la garganta de Sunwoo — ¡Sí, oh Merlín, joder, sí Changmin, por favor...mierda!

Changmin inclinó la cabeza y su aliento revoloteó sobre la punta del pene de Sunwoo, tan jodidamente cerca de su erección. Hubo una presión, ligera al principio, enrollándose alrededor de la parte inferior de la polla del moreno. Se deslizó para abarcar las bolas de Sunwoo y luego solo se alejó.

— ¡Changmin maldito bastardo! — maldecía con frustración.

— Shh — mando a callar y  sus manos finalmente tocaron a Kim — Está bien Sunwoo, yo cuidaré de ti. Solo quiero un poco de diversión primero.

Y luego la boca de Oh hizo que Sunwoo olvidará que estaba enojado. Lo hizo sentir que nada importa, nada más en todo el maldito mundo importaba excepto el hecho de que Oh Changmin le  estaba chupando el pene.

Sunwoo se estaba ahogando en la sensación. No sabía dónde había aprendido Oh a succionar así, porque no podía faltar práctica, carajo y honestamente no le importaba mientras pudiera seguir empujando dentro de esa boca caliente y sentir esa lengua, esa maldita lengua arrastre arriba y abajo por su miembro.

Esto fue una tortura. No había otra palabra para ello. Era una tortura exquisita, pero una tortura igual. Changmin podía optar por mantenerlo justo allí, flotando al borde de la liberación para siempre y de buena gana se quedaría.

La boca fue removida demasiado pronto y Sunwoo gimió y abrió los ojos. Joder Oh se veía hermoso. Agachándose sobre Sunwoo en toda su impresionante gloria; labios húmedos de color rosa, ojos avellanas oscurecidos, hermoso cabello rubio. Sunwoo necesitaba tocarlo, necesitaba sentirlo por todas partes, necesitaba tenerlo.

— Por favor — gimió incapaz de hacer nada más que suplicar — Oh, Merlín por favor...— Changmin pasó una mano por el pecho de Sunwoo, sintiendo la piel de este arder.

— Puedes confiar en mí Wonnu — pidió suavemente — No voy a dejar que nadie te lastime. Nunca más.

Solo palabras. El cerebro confundido por la lujuria de Sunwoo apenas podía entenderlos. ¿Por qué Changmin diría eso? Las palabras no significaban nada, las palabras nunca significaron nada. Sunwoo viviría felizmente sin palabras. Eran cosas estúpidas y engañosas que le daban esperanza a la gente y les hacían creer.

Las acciones, por otro lado, estaban bien. Ellos también mintieron, pero podían sentirse tan bien. Tal vez Oh debería dejar de hablar y empezar a hacer. Sunwoo realmente apreciaría eso, incluso si las acciones de Oh estuvieran mintiendo, eso estaba bien, porque Sunwoo las necesitaba, las necesitaba más que nada.

— Por favor — repitió débilmente.

El maravilloso calor húmedo rodeó la polla de Sunwoo de nuevo y este se elevó, se arqueó, necesitando tanto. La mano de Oh acarició la base del pene contrario y era tan exquisito. El rubio cerro los ojos y se animo a tragar totalmente el miembro del pelinegro.

— ¡Changmin! — grito llegando a su orgasmo.

El Slytherin se corrío con tanta fuerza, sin importar que la boca de Oh seguía allí, tragando a su alrededor, estaba temblando, convulsionando, nunca se había sentido así.

— Changmin — jadeo débilmente.

Sunwoo respiraba pesadamente, la cinta en sus muñecas sosteniéndolo. Oh besó su camino por el estómago expuesto del moreno, hasta llegar a su cuello, momento en el que mordió con fuerza la carne suave.

— Quiero que me hagas tuyo Sunwoo — gimió — Quiero que me hagas tuyo tan mal...

Sunwoo cerro los ojos con fuerza y tiro la cabeza para atrás.

No podía, solo no podía hacerle eso a Changmin.

— Si — mintió el moreno y empujó su erección contra la cadera aun cubierta por los pantalones del colegio de Changmin.

Changmin levantó la cabeza y sus ojos se oscurecieron aún más.

— Changmin yo quiero tocarte — dijo con voz grave — Necesito sentirte, déjame tocarte, por favor... — lo miro directo a los ojos — Pero desatame ¿ok?

— No — afirmó.

— Mi amor mirame — pidio — Desatame...

— ¡No! — grito — Puedo sentir que mientes, puedo sentir todo ¡No quieres hacerlo!

— Oh...

Changmin enojado por ser llamado nuevamente por su apellido, se subió encima del moreno y lo beso de manera ruda.

Sunwoo no sabia que hacer, estaba inmovilizado, tenia miedo de lo que podría hacer Changmin. Como su polla estaba dura, el rubio simplemente podía bajarse los pantalones y empezar a montarlo y el pelinegro no quería sentirse sucio, porque mierda, lo disfrutaría al máximo.

— Te haré sentir tan bien, te lo prometo — trato de persuadir el rubio — Sunwoo eres increíble. Dios, tan hermoso, te voy a hacer sentir increíble, te lo juro, te lo prometo, tan bien...

La boca de Sunwoo se hizo agua con el deseo de saborearlo, pero no podía dejar que la poción lo consumiera, no podía permitirse navegar en un océano sin fin de las palabras de Changmin

— C- Changmin — llamo con miedo — También quiero hacerlo...

El rubio lo miro serio y se cruzó de brazos, haciendo que el moreno trague grueso.

— También quiero sentirte en mi boca Oh — dijo honesto, ya que realmente quería probar el pene de Changmin.

Eso pareció convercer al rubio, ya que sonrió de manera inocente, mostrando sus oyuelos y se acercó a Sunwoo ansioso.

Changmin bajo de manera lenta su ropa interior y sacó su pene y Sunwoo jadeo mas que excitado.

¿Acaso todo de Changmin tenia que ser tan hermoso?

El pelinegro se relamio los labios desesperado por el pene de Changmin y este viendo lo que causaba, llevo su miembro al grueso labio del arrogante Slytherin.

El pelinegro abrió los labios y Changmin ingreso su pene y fue todo lo que quería y más. Era la perfección, la culminación.

Trato de hacer la felación lo mas lento posible, tratando que las horas corran rápido, solo quería matar tiempo hasta que amanezca. Obviamente un orgasmo no fue suficiente, pero luego Sunwoo con su mejor voz le pidió a Changmin que lo masturbara nuevamente y este accedió encantado de complacer al moreno.

Pasó mucho tiempo antes de que los dos se detuvieran. Después del cuarto orgasmo de Sunwoo en la noche, Changmin finalmente lo desató con un solo movimiento de su dedo, sorprendiendo al pelinegro ya que nuevamente no había usado su varita.

— Oh, deberías irte — sugirió Sunwoo cansado — Nori y Moon estarán preguntándose por ti.

Changmin negó lento y se abrazo al pelinegro — Lo único que me importa ahora eres tú.

Sunwoo ignoro la voz de su conciencia quién le advertía que era la poción quien hablaba y no Changmin.

El rubio levanto la cabeza y deposito un suave beso en el mentón del moreno como despedida y luego solo se durmió.

El moreno no quería pensar como reaccionara Changmin apenas despierte.

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