Capítulo 33

- No sé si las respuestas que buscas están aquí, pero de estarlo va a costarnos encontrarlas entre tanto polvo Bloom.- Le digo mientras bajamos las escaleras de piedra que llevan al sótano.

- No parecía que el polvo te importara mucho anoche Ayla.- Me estoy arrepintiendo mucho de contarle a Bloom lo que pasó con Riven, ahora va a ser un recordatorio constante en el peor momento.

Mi hermana parece haber recorrido este camino muchas más veces que yo pues va directa a una puerta concreta. Ni siquiera lo piensa, ¿Como de distraída he estado últimamente?

La puerta se abre y una mano aparece de la nada. Sky. No sé porque no me sorprende, parece ser la sombra de Bloom.

- Hola rubio.- Saludo condescendiente, ¿Se tragara que solo estamos de paso? Lo dudo.

- ¿Que hacéis aquí?- Pregunta, aunque solo mira a Bloom, genial estoy teniendo un deja vú de nuestro primer día en Alfea.

- Te dije que quería respuestas.- Responde mi hermana como si nada. Aparta al rubio, que no opone mucha resistencia y hace lo que pretendía en un principio.

Parece que hemos llegado a un acuerdo silencioso porque Sky también he entrado y ya se ha puesto manos a la obra a revisar cajas de antiguos anuarios.

Cada uno revisa al menos tres cajas, aunque en realidad no se muy bien que estamos buscando.

- Esto... ¿Bloom? Me vendría bien una pista, te recuerdo que eres la única que tiene recuerdos de esa mujer.

- Sí, no creo que encontremos fotos de un hada adolescente embarazada.- Me secunda el especialista.

- Algo más sutil, como ropa suelta, jerseys grandes... Una chica con un montón de libros a la altura de la tripa.- Murmura dubitativa.

- Así que ahora cualquier chica a la que le guste vestir cómoda es sospechosa de maternidad. Simplemente genial.- Le respondo irónica. Su cara deja claro que no le ha hecho gracia.

- Oye si vais a judgarme, será mejor que volváis con el resto de alumnos y lo hagais a mis espaldas.

- Jamás se me ocurriría. Con lo que disfruto llevarte la contraria hermanita.- Bromeo para aligerar la tensión del momento.

- Nadie te está juzgando.- Interviene el rubio con voz grave.

Veo venir una conversación profunda entre dos enamorados. No me apetece ser testigo de la frustración sexual de mi hermana ahora mismo. Vuelvo la vista a los anuarios que tengo delante para dejarles algo de espacio, paso las páginas una tras otra en busca de algo que parezca extraño pero todo parece normal. Todo lo normal que puede ser en una escuela para hadas.

- Es tu padre... ¿Conoció a Rosalind?- Eso me interesa.

- Yo sabía que su comandante era una mujer.- Le dice el rubio como respuesta. Vaya una mujer comandando un batallón en aquella época, no sé en este mundo, pero en el mío tendría que haber sido una mujer perseverante.

- Así que ella es Rosalind.- Interrumpo observando la foto. No parece fuera de lo común, y definitivamente ni Bloom ni yo nos parecemos físicamente a ella.

Sky y Bloom vuelven a enfrascarse en una de sus conversaciones. No puedo dejar de observar la fotografía, Dowling parece tan joven. Bloom tiene razón, Sky se parece a su padre, y también Sam al profesor Harvey. Pero hay algo en esa mujer, no se identificar el qué, a primera vista parece un hada normal, pero hay algo en su mirada que no me da buena espina.

- Parece que no somos los únicos que tramamos algo.- El universo me odia. De todas las personas que podían aparecer, ¿Porque ellos? Puedo sentir la mirada de Riven clavada en mí sin dificultad.

- ¿De verdad que estabais aquí buscando trastos llenos de polvo?- Pregunta Riven.

- No si te parece estábamos haciendo un trío incestuoso no te jode.- Susurro por lo bajo.

- La gente que piensa que la historia es basura, es basura. No seas basura.- Grandioso, creo que Platón sentiría envidia de un pensamiento tan complejo.- Quizá estuvieran con los preliminares y Ayla los interrumpió.- Comenta como si nada.

- Te aseguro que no se están acostando, eso enfurecería a Stella ¿Verdad?- No lo aguanto.

- Y yo me pregunto, ¿A ti quien te ha dado vela en este entierro Riven?- Suelto con el tono más mordaz que he sido capaz de reunir. Bloom me mira por un segundo con el ceño fruncido, mierda, voy a tener que responder un interrogatorio después de esto.

- Uh, adoro las puertas cerradas.- Recibo en respuesta. Genial, me siento totalmente ignorada.- Me pregunto que habrá ahí.

- No lo sé, pero solo Silva tiene la llave.- Le contesta el rubio.

- ¿Cómo vamos a entrar?- Pregunta Bloom.

- No lo haremos.- Le contesta el niño bueno.

Estoy harta de este sitio. De la gente, de las normas, de los secretos, ¿Silva tiene la llave? Bien, yo tengo algo mejor. Aparto a Riven del camino y me acerco a la puerta. Dejo que la magia fluya a través de mí, que el hielo se extienda poco a poco dentro de la cerradura, cuando termino sonrió satisfecha.

- Ya tenemos nuestra propia llave.- Digo orgullosa moviendo la llave de hielo dentro de la cerradura. Me giro hacia el resto y percibo distintos sentimientos. Bloom está emocionada, Beatrix parece ligeramente impresionada, Sky me lanza una mirada reprobatoria y Riven... Riven solo me mira. No tengo claro lo que eso significa.- Vamos Bloom. El resto, en lo que a mí respecta, podéis largaros.- Digo con una sonrisa cínica.

- Estamos de vuestro lado, solo queremos ayudar.- Interrumpe Beatrix. Oh claro, y se supone que tengo que tragármelo. Parece saber lo que estoy pensando porque continúa hablando.- Lo siento Ayla, debería haber evitado que Riven le dijera a toda la escuela que sois intercambiadas.- No se puede negar que le gusta el dramatismo. Con una sola frase nos ha dejado a todos parados en el sitio.

Bloom no deja de mirarme,su mirada me dice todo lo que necesito saber. Siente lástima, siente más lástima por mi que rabia por lo que ha pasado.

- No pensaba que hoy fueras a joderme así Bea...- Dice el chico incómodo.

- Hasta donde yo sé te jodiste a ti mismo Riven.- Le interrumpo, nunca me han gustado los victimistas.

- Ayla... Sigo queriendo hablar. Me he disculpado... Déjame hablar contigo.- Intenta acercarse a mi pero me aparto. Eso parece haberle dolido pero ahora mismo no quiero que me toque, no puedo permitirlo.

- ¿Es cierto?- Como le gusta interrumpir a Sky...

- Creo haber dicho que quería hablar con Ayla, no contigo.- Le contesta con actitud chulesca Riven.- Pero si lo que ella quiere es que me vaya... Me largo.

Sky le sigue cuando se va, parece serio. Espero que su amistad no se arruine por esto, no merece la pena. En el fondo me alegro de que ambos se vayan, no puedo seguir viendo a Riven sin que se me revuelva el estómago. Y si mi hermana va a preguntarme al respecto... Prefiero que su mejor amigo no esté presente.

- Vaya, las chicas a solas. Por fin.- Se me olvidaba que aún queda otra persona. Aunque parece que Bloom acepta su ayuda, no tengo claro si no quiere discutir o sabe algo que yo no.

Beatrix se acerca a la foto y sin dudar señala al centro.- Rosalind, era una zorra con agallas.- ¿La conoció?

- En la fiesta dijiste que no sabías quién era.- ¿Qué? ¿Mi hermana habló de esto con Beatrix antes que conmigo?

- Tú fuiste reservada con el porque yo lo fui con el quién.- Contesta la otra pelirroja.

- Estoy un poco perdida ahora mismo.- Intervengo. Bloom me lanza una mirada de disculpa.

- Bueno, da igual porque no consigo encontrar nada útil. Aunque quizás en la zona restringida...- Dice caminando decidida a la puerta que he abierto con mi magia.

Las tres cruzamos la puerta sin muchos miramientos, tras ella se esconde una sala de guerra que me deja muda. Bloom parece pensar lo mismo.

- Sabía que Alfea tenía un pasado militar pero esto parece una sala de guerra.

- No parece una sala de guerra, es una sala de guerra.- La corrije Beatrix. Su magia hace que el círculo de arena que ocupa media sala cobre vida.- Un lugar donde gente peligrosa decide quién vive y quien muere.- La arena se agrupa formando ciudades y edificios.

Eso ha sido un poco tétrico... Me muevo hacia la estantería de la sala. No tengo ganas de hablar con Beatrix en este momento, puede que omitiera la información de que ella también contó el secreto pero a mí no se me olvida. Al rato ellas imitan mi acción.

- Deberíamos empezar por diciembre, al fin y al cabo fue cuando nacimos.- Le sugiero a Bloom.

- Espera, ¿Nacisteis en diciembre de 2004?- Interrumpe Beatrix.

- Teóricamente el 12, pero con toda la información nueva dudo que sea el día exacto.- Mi móvil comienza a sonar como loco, alguien me está abasayando a mensajes. Lo apago sin mirar, con la suerte que tengo será Riven intentando venderme una excusa de nuevo.

- Este es su cuaderno de esa fecha.- Dice Bloom.- Parece que Rosalind estuvo en un lugar llamado Aster Dell, puede que nuestros padres biológicos no fueran estudiantes, quizá fueran de ese Aster Dell...- Sigue haciéndose a la idea de que nuestros padres biológicos probablemente no sean los mismos.

- ¿Has dicho Aster Dell?- Interrumpe Beatrix. Jamás la había visto tan seria, es como si hasta este momento todo hubiera sido una broma.

- Si, ¿Puedes hacer que ese mapa funcione? Quizá pueda encontrarlo...

- No hace falta. Sé donde está, ¿Queréis ir?

- ¿Ahora mismo?- Pregunto, no sé si este sitio me ha vuelto paranoica pero es ligeramente sospechoso.

- Sí, está a unas horas de aquí.- Intenta parecer casual pero de alguna forma su tono suena forzado.- Os habéis saltado la asamblea, Bloom le ha mentido a Sky, y Ayla ha forzado una puerta con su magia. Os la vais a cargar de todas formas, que más os da romper un par de reglas más.

- Verás, se está haciendo tarde y quizás no quiera irme de excursión con alguien que me ha vendido delante de todo el colegio.- Le contesto.

- Tómatelo como mi ofrenda de paz. Ambas sabemos que no voy a rogar por tu perdón, y que tú no vas a perdonarme así porque sí.- Me contesta desafiante.- O podéis esperar a que Dowling os de respuestas después de colaros en su sala de guerra secreta.- Tiene un punto, y lo sabe. Se está regocijando sabiendo que tiene razón.

- ¿Como llegaremos allí?- Pregunta mi hermana, parece que ha tomado la decisión por las dos. En el fondo se lo agradezco, es lo que pienso que tenemos que hacer pero no lo hubiera dicho solo por llevarle la contraria a Beatrix.

- Dejad que yo me encargue de eso.- Contesta ella con voz socarrona.

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