16|Sí, acepto.

Un nuevo día se abría paso por las calles de Musutafu, el calor de los primeros rayos de sol inundaban los caminos y cubrían las copas de los árboles, los estudiantes estaban ansiosos de iniciar sus clases.

Dentro de la academia, Asami golpeaba levemente la puerta frente a ella.

— Adelante—

Asami (Leil) arregló un poco su uniforme antes de entrar en la oficina del director.

— ¿Sucede algo?— Nezu la interrogó aún preparando su primera taza de café mañanero.

— No en realidad— se acercó hasta tomar asiento frente al escritorio— Sólo quería decir que el fin de semana no llegaré temprano a casa—

— Nunca has sido tan cortés como para informarme sobre tus asuntos—

— Sólo lo digo porque debo dejar el rastreador en casa— suspiró.

— No tengo idea de que me hablas— bebió un poco de líquido antes de juntar sus patas en una pose adorable.

— Sé que me pusiste un chip de rastreo en la muñeca, cuando la comezón se volvió insoportable por la reacción alérgica al metal, el médico de la agencia lo extrajo, desde entonces lo llevo en el bolsillo pero esta vez tendré que dejarlo en casa— trató de guardar la calma.

— Si lo sabías entonces ¿Por qué aún lo llevas?—

Asami frunció el ceño mientras bajaba la mirada y arrugaba su falda entre sus puños de manera nerviosa.

— Quizá me sentía más segura de esa manera...— admitió.

La campana que indicaba el inicio de clases resonó en el lugar y Asami se apresuró a levantarse.

— Puedes llegar un poco tarde, toma una taza de café y hablemos un poco— Nezu movió sus orejas y pequeña nariz.

Asami se dejó convencer mientras volvía a tomar asiento.

El tiempo pasó rápidamente y al fin de la primera clase, Asami decidió que era hora de retomar su día escolar.

Mientras la chica caminaba por los pasillos le fue inevitable encontrarse con su padre, quien parecía bastante cansado y cargaba una pila de documentos en las manos.

— Se suponía que debías presentar tu exámen hoy— le reprendió— Ni siquiera tuviste la decencia de advertir tu falta—

— Tenía asuntos urgentes que discutir con el director— en realidad había olvidado el exámen— Y mi contrato está por expirar, no me pagaron para hacer estúpidos exámenes—

— Cuida tu vocabulario—

— ¿O qué? ¿Acaso vas a castigarme?— le retó— No vivo en tu casa, no vivo de tu dinero, no tienes derecho de sermonearme—

— Lo sé— suspiró con cansancio— ¿Es demasiado tarde?—

— ¿Para ser un padre? No ¿Para ser mi padre? Sí—

Asami se alejó, era gracioso que tan rápido podías arrepentirte de tus palabras. Sonrió con un nudo de la garganta y se encaminó a su siguiente clase.

La clase de matemáticas nunca fue tan divertida como ese día, al parecer no era la clase favorita de nadie y el profesor decidió darle un poco de euforia al asunto.

Asami no estaba peculiarmente interesada en aprender a derivar, pero al final terminó participando de todas maneras. Su siguiente clase era práctica, pero al parecer All Might había pensado que sería bueno para los alumnos el poder hablar acerca de sus trajes de héroes y compartir un poco con sus compañeros.

La clase estaba por comenzar, pero el héroe se había retrasado un poco así que todos hablaban animadamente antes de retomar el día escolar.

Un chico de cabello alborotado y sudor en la frente, llegó agitado y golpeó con ambas manos el pupitre de Asami.

— Emm... ¿Qué haces?— Asami miró a su alrededor sólo para darse cuenta de que todos les prestaban atención.

— Pensé bien en lo que dijiste— habló pausado— Te dije que lo pensaría—

— Sí, yo creo que mejor lo hablamos después de clases...— fué interrumpida.

— No, yo tenía que decírtelo ahora— soltó una gran bocanada de aire antes de seguir— Yo... Acepto—

— ¿Eh?— en realidad la chica pensaba que no había podido convencer al aspirante a héroe.

— Acepto, yo acepto tu propuesta— frunció el ceño.

— Puedes pensarlo un poco más, te daré más tiempo, ¿Estás seguro?—

— Estoy ochenta porciento seguro—

— ¿Ochenta? ¿Qué hay con los otros veinte?—

— Lo averiguaré con el tiempo— se encogió de hombros—  Debo irme, nos vemos después de clase— y volvió por dónde llegó.

Asami no sabía cómo sentirse al respecto, justo ahora su plan iba bien, aunque si lo pensaba con detenimiento, su plan parecía cada vez más estúpido.

— No sabía que te gustaba ese chico, ni siquiera me dijiste que te le declaraste— Momo estaba justo detrás de Asami, hacía un puchero mientras hablaba.

— ¿Declararme?—

— Que bueno que corresponde tus sentimientos— Uraraka le sonrió— Felicidades—

— Esperen...— se ruborizó.

Claro que una conversación como esa sin un contexto claro podría fácilmente confundirse con lo que ellas pensaban. Oh no, su corazón ya estaba tomado, simplemente le era absurda la idea, pero si eso era lo que creían, quizá podría usarlo a si favor.

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