Mi madre era ese tipo de persona que agrada a todo el mundo, era simpática y bonita, siempre ayudaba a quien lo necesitaba y a pesar de ser bastante popular en la escuela media, jamás miró a nadie por encima del hombro.

Yo hubiese querido ser como ella, tener ese carácter y temple, pero simplemente heredé la personalidad de mi padre, un poco despreocupada, un poco altanera. ¿Entiendes?

Mi madre, Sato Mizuka, nació y creció rodeada de lujos, de objetos tan brillantes que opacaban tu propia existencia.

Te hablaré de Sato no como mi madre, sino como la mujer con problemas que era. Ingresó a la U.A. queriendo ser un héroe, pero su quirk no impresionó a muchos y terminó dejando su sueño de lado, aún así la academia le trajo algo bueno, ahí pudo conocer a mi padre y bueno, no hace falta decir que se enamoraron y casaron poco después de graduarse.

Mi abuelo, Kioshi Mizuka fué un gran hombre que supo educar a sus hijas, pero lamentablemente tanto Sato, como su hermana gemela Suna, tomaron caminos opuestos, que tarde o temprano las llevaron a la desgracia. Uno pensaría que alguna de las dos se salvaría, pero al ver que la historia no termina de ese modo, bueno sólo queda pensar que ambas estaban destinadas a la inevitable tragedia.

Sato, como ya dije, se enamoró y casó con el héroe Eraserhead, tuvieron un pequeño hijo, de cabellos dorados y ojos negros. Exactamente, ellos tuvieron a mi hermano mayor, lamentablemente él fue arrastrado por el destino de la familia. Cuando yo tenía dos años solamente mi hermano mayor tenía siete, en ese entonces todo parecía ir se maravilla, inclusive estaban pensando en mostrar a la prensa al primogénito de el héroe hermético Eraserhead. Los planes se frustraron un 2 de Enero, cuando un villano atacó a mis padres en un viaje familiar, mi hermano sufrió las consecuencias. ¿Yo? Pues había decidido quedarme con mi abuelo, porque tenía galletas y dulces en su oficina.

En fin, el punto de esto es que ese fué un golpe duro para la familia, yo no llegaba a comprender el porqué debía esconderme en casa, ni porqué mamá lloraba por las noches, ni siquiera sé en qué momento dejé de extrañar al hermano mayor que había desaparecido de mi vida.

Ya sabes,cuando eres pequeño no entiende la mayoría de las cosas, simplemente traté de ser obediente y recuperar la felicidad que no tenía idea de que nos faltaba.

Cumplí seis años y aún no podía comprender que estaba roto dentro del núcleo familiar, pero bueno, eso poco importó, porque ahora debía adaptarme a una nueva familia.

Mi madre estaba paranoica con respecto a mi cumpleaños número siete, dejé de asistir al preescolar y creo que a mi padre no le agradó mucho la idea. Yo pasaba más tiempo de la mano de mi madre que viendo televisión, ella simplemente estaba muy inquieta.

Unos días antes de mi tan poco esperado cumpleaños, mi madre me llevó a un café a las afueras de la ciudad, era bonito y cálido, allí nos encontramos con una persona que sólo años después descubriría que, le habían contratado para protegerme. ¿Loco? Quizá, pero creo que ahora puedo comprender un poco más a mamá, ya sabes, su paranoia y desquicio por proteger a su única hija.

En fin, no pasó mucho para que mi madre finalmente colapsara mentalmente. Atacó a una vecina cuando salí a escondidas a jugar al parque, la mujer sólo quería llevarme se vuelta a casa, pero no hubo tiempo de explicaciones.

Mamá fué arrestada, papá no supo manejar la situación y yo fuí dejada de lado, o al menos esa fue mi percepción. Sabes, sólo tenía siete y fuí enviada a la casa de mi abuelo para que me criara, difícilmente llegaría a entender a mis padres y su situación actual, muy difícilmente diría "Vaya, creo que es lo mejor para mí".

Unos meses después mi abuelo murió, cáncer en los pulmones. No sé si lo mencioné, pero mi abuelo era policía, yo estaba jactándome de él siempre frente a mis compañeros de clase, lo amaba tanto, era lo único que me quedaba y sólo poco después dejó este mundo, el cáncer y el cigarrillo mataron a quien no mató las balas.

Curioso.

—Todo esto es parte de un rito de iniciación...—

—Algo así ¿Continúo?—

—Por favor—

Bien hagamos un resumen, Hermano mayor asesinado, Madre en prisión, Padre ausente, Abuelo muerto, ¿Olvidamos a alguien en la familia?

—¿No tenías una tía o algo así?—

Exacto, pero jamás la había visto en persona hasta este punto se la historia. Bien, sin nadie que pudiese hacerse cargo de mí, fuí enviada a mi tutor designado por mis padres.

Nezu-san es ese tipo de "persona" que no está capacitado del todo para criar a un niño, pero al menos tenía caramelos y una habitación rosa para mí.