13|Cuidadosa.

—¿Y bien? Estás aquí de paso o...—

La voz gruesa hizo que Asami enfocara su vista en el hombre sentado justo al lado. Allister (Mort) de complexión tosca, barba abundante y semblante serio, bebía cerveza como si fuese agua y fumaba tanto que todos esperaban que muriera jóven. A pesar de su aspecto y malos hábitos, era un buen tipo, tenía una novia bonita y un hijo pequeño, a Asami le agradaba bastante, era sobreprotector y hacía chistes malos.

—Sólo estoy de paso, el último trabajo que tomé esta matándome— se recostó en la barra.

—Escuché algo sobre tu último trabajo— Shen habló por primera vez.

Shen (Mat) de complexión delgada, ojos grisaceos y cara bonita, terrible carácter y pésimo sentido del humor. A Asami le agrada, aunque no lo suficiente como para ser amigos.

—¿Algo? De seguro nada bueno— Asami no ocultó el disgusto en su voz.

—No puedo decir con certeza si es bueno o no— Shen tenía un ligero toque de burla en su voz— Aunque trabajar con tu padre... El héroe... puede ser difícil...— trataba de contener su risa.

Asami lo miró mal antes de levantarse de su asiento, era tarde y de todas maneras debía regresar al trabajo.

—Me voy— anunció.

—Oye, que tú no tengas padres no significa que debas burlarte de ella— Allister no parecía realmente disgustado, pero aún así lo reprendió.

—Perdona, olvidé que eres sensible con los héroes desde que All Might pateó tu enorme y velludo trasero— se burló.

—¡Te dije que no lo volvieras a mencionar!—

La risa escandalosa de Shen fué lo último que Asami pudo escuchar antes de salir por la puerta principal, estaban siendo demasiado ruidosos para su gusto y no estaba precisamente de buen humor.

Aspiró el aire fresco de la calle antes de comenzar a caminar. La brisa era fresca y el atardecer en tonos naranjas ya se podía apreciar en el horizonte, era un buen momento como para recostarse en el césped y admirar las nubes, pero para su desgracia debía trabajar.

—Leil—

Una voz seguida de un fuerte agarre en el brazo la hizo detenerse en medio de la acera.

—¿Roue? ¿Qué haces aquí?—

—Necesito que me ayudes, todo...— las primeras lágrimas se deslizaron por sus mejillas— Esto es un desastre—

El agarre no se volvía menos intenso y Asami sospechaba que quedaría una marca violácea.

—¿Qué tan mal está todo?—

—Hay un topo, creo que se la llevaron— sollozó.

—Cálmate— lo arrastró hasta un callejón— Estamos demasiado cerca de mi trabajo en curso, debes irte—

—¿A dónde? No puedo regresar— de pronto entró en pánico— Maldición si vuelvo... ¡va a matarme!—

—¿Quién es el topo? ¿Quién va a matarte?—

—Va a matarme, va a matarme y a ella también...— susurraba sin parar.

Asami lo abofeteo antes de que ella también entrara en pánico, en esta situación lo que menos se necesitaba era a dos personas fuera de sí.

—Cállate y escúchame— movió su brazo duramente para soltarse del agarre que sólo estaba haciéndole daño— Te daré una dirección y debes esconderte ahí hasta que yo te contacte, debemos hacer esto con cuidado— advirtió.

—¡Leil!— una voz familiar.

—Joder...— Asami sólo giró la vista para encontrarse con Shinso.

—¿Quién es?— Roue lo miró también.

—Alguien que nos dará problemas—

Shinso comenzó a acercarse.

Asami dictó con rapidez la dirección a su compañero y este desapareció en el acto.

—¿Estás bien o eso...?—

—¿O eso?— Asami repitió— ¿Por qué no estaría bien o eso?—

Shinso simplemente la miró un momento, como debatiéndose entre seguir esa conversación o simplemente largarse.

— Ví al tipo sospechoso aparecer de la nada y luego entraron al callejón, cliché, pero igualmente sospechoso—

—Estoy bien, lo creas o no es un amigo o eso—

—Deja de decir "o eso"—

—¿Es fastidioso?—

—Bastante—

Asami sonrió levemente antes de que un plan loco y arriesgado cruzara su mente. Beteleur no debió confiarle esto a ella, era prácticamente una niña y no sabía medir las consecuencias de sus actos, pero una anciana como Beteleur pocas veces se equivocaba.

—Shinso ¿Me ayudarías con algo loco?—

A Shinso no le dió buena espina esa sonrisa amena pintada en el rostro de la chica.

—¿Loco?— lo pensó.

Asami asintió con la cabeza.

—En realidad no me gustaría ser partícipe de nada que hagas tú— admitió.

—Vamos, será divertido— le tomó de las manos— Podríamos salvar el mundo—

—No gracias— dió media vuelta alejándose.

—¡Hey! ¡Déjame contarte una historia!— lo siguió casi de inmediato.

—No me gustan las historias—

—Érase una vez...—

—¡Basta!— comenzó a correr.

—...en un reino muy lejano...— corrió a la par.






















Hice unos dibujos cutres.

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