Capítulo 8 "Entre la oscuridad"
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ANTIGUAS Y NUEVAS ESTRELLAS
Capítulo 8 "Entre la oscuridad"
—¡Corre, corre, coreee! —Le gritaba muerto de risa mientras tomada de la mano la llevaba entre árboles y matorrales que sin necesidad de ser cortados por su espada, con un movimiento de su mano parecían abrirles paso para volver a juntarse una vez los espadachines principales del Imperio Humano hubieron pasado. —¡Yyyyy! ¡Aquí viene lo mejor! —la llamó a ver hacia el frente donde se extendía inigualable una enorme grieta que hace no mucho su amada misma había realizado para la creación de una cuenca entre dos pueblos circundantes.
—¡NOOOO! ¡Debes estar bromeando! ¡¿Estás bromeando verdad?! —puso ambas manos en la que su amado le sujetaba.
—¡¿Te parece broma?! —sin darle tiempo a responder la acercó con brusquedad hacia él para tomarla en brazos y continuar el tramo que faltaba para saltar.
—¡Baaakaaaaa! —se escuchó su voz desaparecer a medida que descendían contra el aire, mientras se aferraba a su amado con todas sus fuerzas y él parecía calcular su trayecto, velocidad y fuerza de impacto mientras mantenía las piernas estiradas hacia el piso en contra del aire que furioso pegaba contra sus figuras y repelía sus cabellos oscuros hacia atrás.
—¡Hoaaaa! —la acompañó en el grito cada vez más cercano a la superficie del rio que pasaba caudaloso, pero que no llegaron a tocar al prácticamente envolverse en elementos de aire, tal vez pronunciado el arte de manera inconsciente ya que no logró escucharlo con claridad, quedando suspendidos cual burbuja flotante sobre el agua.
—Con esto queda comprobado que esa ley es estúpida. —Sonrió mirando a su amada que lo miró tan concentrada que le puso nervioso. —¿Vicecomandante?... —sonrió de lado esperando su respuesta.
Recibiendo una caricia deslizante entre su cuello y hombro, con una sonrisa furiosa, siendo tomado con fuerza por el hombro y sacudido por ella al instante. —¡Pero debía haber otras maneras de probarlo!
—¿Entonces estás de acuerdo?... —suspiró. —Por un momento pensé que sacarías un cuchillo apuntando a mi garganta...
—No... es mala la idea —hizo el ademán de poner a girar el afilado en su mano, remembrándole la vez que lo obligó a formar una party con ella.
—Jajaja... no sigas haciéndome recordar esas cosas que me voy a volver a enamorar... —sonrió, sabedor que sus palabras la afectarían, comúnmente lanzaba la estocada y huía porque no siempre las palabras habían sido lo suyo... pero esa vez la miró con determinación, cual buscara guardar para sí las reacciones de ese rostro que le encantaba, recibiendo el impacto del sonrojo que lo miró en respuesta.
—Perdóname por eso...
—¿Eh?... —parpadeó sin comprender.
—Por haberte apuntado con un cuchillo... —se encogió de hombros.
—Sabes, Asuna... eso... me encantó —sonrió, sorprendiéndola.
—¿Qué?... todo este tiempo... pensé que había sido muy imprudente... a pesar por supuesto que podía manejar a la perfección una pequeña arma con esa y estábamos en zona segura... pero en un mundo como aquel... donde todo era una amenaza consecutiva... pues no fue correcto.
—Aunque lo que dices tiene sentido... también es importante recalcar que esas cosas... también eran condiciones que yo sabía... ¿No lo has pensado?... Aunque me amenazaras todo aquello no era más que el intento desesperado por permanecer a mi lado...
—Kirito—kun... —no pudo mantenerle la mirada al escucharlo.
—Y a decir verdad... no tienes idea de como me relajó... porque en aquel tiempo... había solo una pregunta en mi mente...
—¿Cuándo saldremos de aquí?... —trató de terminar la frase, ante la negativa del de cabellos negros.
—Sabes perfectamente que para mí... el mundo donde me encuentre se convierte en un hogar...
—Eso es verdad... mm... ¿Entonces?...
—La pregunta era... ¡¿Cuándo va a animarse a invitarme a salir?!
—¡¿Qué?! —el sonrojo subió a abarcar su rostro por entero, entre las risas de él.
—Era mi fantasía... —le guiño el ojo, para entonces percatarse que las personas habían empezado a aglomerarse a las orillas del acantilado por el que saltaron.
Lo había comprendido... tras seguir navegando había descendido en el recuerdo de aquel día donde finalmente pudieron estar juntos luego de las dos semanas de papeleo... Esa mañana se discutía sobre la revisión del índice de Tabúes ya que durante la guerra se formaron parejas... otras se perdieron... y el mundo como se conocía había cambiado, la necesidad de las expresiones de amor era sumamente importante... situación que Kirito—kun y yo comprendíamos a la perfección. Sin embargo, algunos de los regidores manifestaban que debía ser castigado como una falta a la castidad que se debe guardar hasta el matrimonio... Acusándonos de libertinos...
Se mencionó que el índice cambiaría en el momento que un hombre y una mujer cayeran por el acantilado en nombre del amor que se decían profesar... Sabedor que nadie lo haría... esperándoles una muerte segura. Nadie se arriesgaría solo por probar un beso...
Y eso era precisamente porque jamás lo habían sentido...
Fue entonces cuando Kirito—kun se levantó... tomó mi mano y... terminamos en aquella burbuja sobre el río, varios metros bajo la tierra.
¿Sería ese el recuerdo más querido?... ¿Demostrarle al mundo que podíamos hacer lo que fuera estando juntos?... ¿Qué podríamos conseguir la libertad para que otros pudieran demostrar su amor también?...
¿Cómo entenderlo?...
No podía volver a fallar....
El pensamiento perturbó su cabeza unos instantes, obligándola a cerrar los ojos, para al abrirlos nuevamente estar recostada en la balsa con rumbo inexplorado.
—¿Dónde...?... —se sentó despacio, aún soportando el aturdimiento. Todo se había tornado oscuridad a su alrededor, la bruma se había vuelto aún más densa.
Asuna...
Lo escuchó...
Alterando sus sentidos en el momento, agudizándose a su máxima expresión tratando de ubicarlo, pero sus ojos no percibían nada... y sus oídos apenas y escucharon su nombre en un susurro.
—¿Kirito—kun?... Por favor... ¡Ayúdame por favor! —se le derramaron las lágrimas al saber que él menos que nadie estaba en la posición para brindarle una mano de momento, recordándolo prácticamente sellado ante su poder antes de ingresar en su interior.
Asuna...
—¡Estoy aquí! ¡Te escucho!
No puedo... no puedo más...
—Dime dónde estás... ¡Kirito—kun! —miraba en todas direcciones, pero nada parecía tener sentido, era lo mismo mirara donde mirara, la oscuridad... Tal vez... había finalmente llegado a ese lugar del que su amado le habló... cuando intentó explicárselo no lo había comprendido muy bien, pero sus palabras hacían eco en sus propios pensamientos en ese momento.
—Kirito—kun... si nuestras almas se encuentran contenidas en los microtúbulos como Fluctlights... es decir si somos luz... ¿quiere decir que todo nuestro ser está contenido ahí?...
—Pues... si hablas de los sentimientos... emociones... pues se supone que existen de la misma forma... por lo que en definitiva sí, después de todo ese tipo de información queda almacenada en nuestra alma, así como los recuerdos... que están intensamente relacionados con las emociones que se presentan al vivirlos, es por eso que dependiendo de la intensidad de la emoción así será el nivel de evocación del recuerdo.
—Eso pareciera como... si se sometiera a una presión grande al Fluctlight para recordar... si es algo muy doloroso... o muy... emotivo.
—Mmm... creo que tiene una relación más grande con los recuerdos dolorosos... recuerdo que cuando se me habló del proyecto Alicization, Kikuoka me dijo que los índices de síndrome postraumáticos son elevados en personas normales... bueno con normales quiero decir no gamers o por supuesto menos S.A.O survivors... que fue por eso que necesita que la persona que ejerciera como piloto para entrar a Underworld debía ser alguien acostumbrado a moverse dentro de la virtualidad... pero ya ves... las cosas no siempre salen como se planea... y el uso de la imaginación termina incrementando de manera desmedida lo que uno puede hacer en este lugar.
—Sí... —guardó silencio al recordar que efectivamente por ese detalle es que la Fluctlight de su amado había resultado tan dañada en el momento de la sobrecarga de energía que sufrió.
—¿Asuna?...-preguntó con suavidad sobre su oído. Le encantaba poder transmitirle sus pensamientos o los conocimientos que tenía sobre su nuevo mundo, pero a veces como en ese momento, pensaba que tal vez hablar directamente con toda la verdad podía llegar a lastimarla porque sentía él mismo como las palabras apenas terminaron de salir al finalizar la frase. Y más aún luego del momento que habían compartido, quedándose dormidos entre la desnudez de cada uno y las mantas empapadas, mientras la sostenía contra su pecho; para terminar despertando en medio de la noche y hablar sobre el mundo.
—Perdona... —se acurrucó más contra su pecho, obligándolo a levantarse de a poco para verla.
—¿Qué sucede?... —habló suave y tranquilo para transmitirle seguridad y apoyo.
—Es que yo... —suspiró. —Ay... lo último que deseo es que estés triste... o que recuerdes momentos dolorosos... si yo estoy aquí... es para hacerte feliz... y solamente eso... feliz y más feliz... —buscó su mirada de perla azulina, encontrándolo pensativo ante sus palabras.
—En realidad... tú podrías estar solo aquí sentada a mi lado como una gárgola de minion y yo sería inmensamente feliz... —sonrió tratando de esconder la risa que sus palabras le provocaron. —Porque Asuna... tú no tienes idea de lo feliz que me haces solo con existir... saber que te tenía... —se detuvo al analizar el tiempo utilizado. —Que te tengo... me mantuvo en pie todo este tiempo... Ahora que estés aquí conmigo me da la fuerza para hacer lo que sea... como sea... es como... si me sintiera completamente en blanco... pálido... muerto... por unos instantes... pero al entender que pasara lo que pasara tú... y los demás... están ahí conmigo... me devolvió la esperanza...
—Pero... eso no quiere decir que todo eso haya desaparecido... —prosiguió —nunca dejé de sentirlo aquí en mi pecho... como un signo que en base a ese dolor me debo levantar... Pero sé que está aquí... y duele... —terminó por sentarse con la declaración, estaba empezando a alterarse por lo que se despejó el rostro.
Sorprendiéndose al sentirla envolverlo en un abrazo desde la espalda. —Lo haremos juntos... lo soportaremos juntos...
Ante las palabras de su amada, Kirito asintió, volteando para buscarla.
.
Estaba claro lo que debía hacer... evocar el recuerdo en el que él se encontraba... era la única forma para retomar el camino... y poder finalmente llegar a la suma profundidad. Y debía ser pronto... no estaba segura de cuanto tiempo había pasado desde que entró, pero el cansancio era tan notorio que apenas y pudo remar al meter la mano al agua oscura, recubriéndose el brazo por pequeñas arañas de recursos al hacerlo, espantándose. ¿Tan profundo habían llegado?
—¿Kirito—kun?... —volvió a preguntar al aire, luego de aquel segundo llamado no lo había vuelto a escuchar. —¿Duele?... —se le aguaron los ojos al mencionar, pero debía mantenerse fuerte ante las palabras de su amado, si insistir en la evocación del recuerdo era la manera más factible de llevarla hasta él, lo haría aunque le partiera el alma infringirle semejante dolor nuevamente. —Sentir dolor... es normal... es parte de lo que nos hace humanos...
Aghh... —escuchó un lamento hacia el este, por lo que insistió en aquella dirección. —¡El dolor debe enfrentarse!
No lo entiendes...
—¡Dímelo entonces! ¡Por favor llévame contigo!
No... Asuna... no quiero que me veas así...
—¿Eh?... —se detuvo extrañada, pensando en la cantidad de veces que ha sido testigo de su debilidad, tal vez... esas ocasiones donde vio sus lágrimas... no se comparaban con el dolor que en realidad cargaba por dentro... y la asustaba... sabía muy bien que había tenido que pasar por cosas que... le habrían quitado la cordura a muchos y estaba en todo su derecho y razón pero... no podía soportar la idea de sentirlo tan frágil... pero después de todo estaba dentro de él... invasora de su ser real... el Kirito—kun que había conocido dentro de los recuerdos era el mismo que su amado... pero ciertamente diferente... —¡No importa! —gritó al aire. —¡Yo estaré ahí para ti! ¡¿Acaso no lo recuerdas?! Juntos... por siempre... para siempre... porque te amo... ¡Te amo tanto que mi corazón no me deja dejar de gritarlo! ¡Te amo por ti! ¡Te amo por mí!... ¡Y te amo por nosotros!...
Ella... no despertó...
Escuchó su respuesta estática.
—¿Quién?... —preguntó tratando de indagar.
Ella se irá... Asuna me dejará... se irá a un lugar donde yo no podré alcanzarla... —Mencionó entre sollozos, seguidos del amargo llanto de esa noche en la habitación junto a su hermana.
—¿Qué?... Jamás... ¡Eso jamás pasará! ¡Nunca permitiré que suceda! ¡Te encontraré! ¡Juro que lo haré!
¡Un poco máaas! ¡Solo un poco máaaaas! ¡AAAAAGHHH! —la desesperación de escucharlo gritar de tal manera le erizó los bellos de los brazos. ¿Qué eran esas vivencias de las que no tenía idea?... ¿Habrían transcurrido en Underworld?... no...
Lo razonó entonces sentirse abandonado por ella... y desesperado de esa manera... solo le recordó el sentimiento que tuvo ella misma al estar encerrada en aquella jaula de pájaro, pensar que sufrió de esa manera por no encontrarla al salir de S.A.O la lastimó.
Ya no quiero más... no quiero saber más...
—¿Kirito—kun?...
¡Déjenme en paz!
—¡Por favor escúchame! —llamó, cuando el movimiento de la marea se tronó turbulento, moviendo con fuerza su barca.
¡Ya no más!
—¡No! ¡No me saques! ¡No me alejes!
—¡AHHH! —gritó al caer al agua por el efecto de volteo, a pesar que sabía nadar muy bien, la densidad de aquel líquido era tanta que le costaba maniobrar, alcanzando a verlo acurrucado con las manos tapándole los oídos a la orilla del piso, ¡Había estado todo el tiempo frente a ella! Pero la oscuridad le impedía visualizarlo.
—¡Kirito—kun! —llamó la primera vez, mientras luchaba por mantenerse a flote.
—¡AHHHHHHH! —la desesperación de escucharlo gritar así la invadía. Por lo que trató de nadar hacia él, pero al hacerlo, en lugar de avanzar se hundía, más... y más...
Hasta que terminó despertando abruptamente sobre él en el lugar donde iniciaron con el arte de la diosa.
—¿Kirito—kun?... —temblaron sus ojos avellanas al verlo. —¡No! —negó desesperada al verlo tan descompuesto bajo ella, pálido y diaforético, como si llevara sudando por mucho tiempo. Apretaba los párpados con fuerza, mientras las lágrimas le brotaban sin tregua, estremeciendo su pecho y acelerando su respiración de una forma demasiado superficial.
Todo se había salido de control... ¿Por qué no pudo permanecer a su lado?... —se tiró sobre su pecho destrozada de pensar que le había fallado... no tenía idea que hacer entonces... si lo que le costó que la aceptara al recién haber perdido la conciencia... ahora que se encontraba en ese estado... sería imposible acceder a él...
—Por favor... —cerró los ojos dejando escapar sus propias lágrimas, para entonces asustarse al sentirlo moverse más violento, cual arqueara su espalda y cuello hacia atrás, víctima de un dolor intenso.
—¡Cough! ¡Cough! —tosió un par de veces entre gemidos, dejando escapar algunas gotas carmesí de entre sus labios.
Mientras su yo en aquella oscuridad cayó de golpe contra el piso, la sangre se extendía desde su pecho hacia el agua, al recorrer la planicie.
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Continuará...
DIOOOOOOOOOOS amé esto, definitivamente lo mejor que hay!!!!
Gemeeeeee gritemooooos!!!!
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