Capítulo 4 "Campana de Protección Divina"

A veces... los pensamientos más profundos pueden llegar a olvidarse, dentro del sin fin de preocupaciones que día con día enfrentas, y sin que lo notes se entretejen con fuertes ataduras dentro de tu alma, al punto que cuando intentas respirar ya no lo logras... porque todo aquello que pensabas olvidado se ha alimentado de ti... el monstruo bajo la cama que en realidad habitaba dentro de ti mismo.

Lo había aprendido con estridentes golpes de pecho y lágrimas rodantes en medio de la oscuridad, palidez que había arrebatado todo de mí... consumiendo todos mis colores y deformando la figura de mi corazón en medio de la sangre que sentía escurrir sin parar entre mis dedos.

No quería entender que por más duro que pareciera... siempre iba a estar ahí... mi voluntad... mi vida... mis sueños... Yo.

Mi yo compuesto por todo el amor que emanaba en mi dirección. El amor que volvió a abrir mis ojos al mundo y le devolvió la fuerza a mi cuerpo. El amor que vive conmigo y que nunca me abandonó.

El amor que merece todo de mí...

El amor al que me debo...

El amor que me complementa...

El amor que es mi todo...

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ANTIGUAS Y NUEVAS ESTRELLAS

Capítulo 4 "Campana de Protección Divina"

Estaba relajado y concentrado, practicando meditación como ella le había solicitado, preparándose para la pronta intervención. Mantenía las piernas cruzadas una sobre otra al estar sentado en el suelo. Sus orbes azul platino cerrados, mientras su entrecejo se fruncía entre segundos.

Su pecho subía despacio y el aire abandonaba entre sus labios. No podía evitarlo... aunque lo intentara se sentía nervioso por lo que terminó por abrir los ojos. Confiaba en su amada como en nadie más, sin dudar le entregaría la vida si así lo deseara... porque en ella tenía todo lo que necesitaba, pero pensar que se sometería a un ritual a sus ojos tan peligroso no dejaba de nublar su juicio que luchaba por mantenerse firme, porque se negaba a la idea de que si algo le llegaba a suceder... ella quedaría sola... o sería la idea de que él quedaría una vez más sin ella lo que le perturbaba, o ambas... no estaba seguro.

Chasqueó la lengua, molesto consigo mismo por sus dudas, mismas que se reflejaron en sus ojos al verla entrar a la habitación.

—¿Pero qué es esa cara?... —se acercó rápidamente para arrodillarse a su lado, lo tomó de las manos y lo miró sin mencionar palabra.

—Si hubieras venido unos minutos más tarde, te hubieras encontrado con otra expresión... —sonrió lastimero. —Creo que solo me faltaba un poco más para mentalizarme...

—Entonces eso quiere decir que vine justo a tiempo... Kirito—kun... Si no quieres hacerlo...

—No es eso... comprendo lo necesario que es... antes que mi propio miedo está el futuro de Underworld... No puedo ponerme en riesgo... y si hay una manera de evitarlo, lo haré, más aun sabiendo que estaré en tus manos...

—Y voy a cuídate con mi vida...

—Sabes que eso no es necesario... si en verdad llegaras a tener que elegir... —la miró preocupado.

—Nadie va a tener que elegir nada... baka...

—Perdóname... siempre que se trata de ti y tu bienestar... algo dentro de mi pecho se oprime fuerte, como si se activara el botón de la preocupación. —apretó fuerte su agarre.

—Worry Button... —sonrió haciendo alusión a la cantidad de palabras que solía pronunciar en otro idioma y que nadie en ese mundo comprendía más que ellos... afirmándole que sus miedos estaban guardados en ella.

—Jaja... —sonrió agradecido por su gesto.

—No tienes idea de la cantidad de veces que ese botón se ha activado en mí por tu culpa... —el mohín de sus mejillas, lo sonrojó.

—Lo siento... —mantuvo el gesto sin dejar de observarla, instante que colocándole la mano en la mejilla la atrajo hacia él para besarla con cuidado.

Al corresponder su amada, le colocó la mano sobre la suya en su rostro.

—Ya Vicecomandante... podemos comenzar... —se separó, mostrándose confiado.

—Muy bien... quítate la ropa. —Ordenó, levantándose.

—¿Eh?... —preguntó aún sentado en el piso, a sus espaldas. —Es decir... claro, pero... aún no me dijiste de qué trata exactamente... —la miró esperando explicación, mientras se levantaba y empezaba a sacarse la gabardina.

El día anterior se había hablado en pleno con los que presenciaron el ataque hacia el Espadachín Principal, pero sin profundizar en el método.

—Dentro de los comandos sagrados de la Super Cuenta de la Diosa Stacia está la conocida como "Campana de protección divina de la diosa de la vida y la creación" o como la llamo yo abreviado "La campana de Stacia", es un módulo de protección con derecho de uso exclusivo y puntos de control de objeto ilimitados, es decir nadie puede hacerse de ella o destruirla con otro objeto. —Explicó la de largos cabellos de atardecer.

—Eso suena impresionante... —la miró sorprendido su amado.

—¿Y hace mucho ruido?... —preguntó sin comprender las palabras previas a la ayuda pedida, Ronye.

—No... no exactamente Ronye—san... con el ruido me refería a que habrá mucho movimiento, porque para poder usarla, debemos proteger a Kirito—kun... de todo... absolutamente.

—¿Proteger de... todo?... —la mirada preocupada de Liena la atrajo. —¿Qué quieres decir con eso?

—Que para usarla el sujeto al que se aplique debe estar en su fase más vulnerable... pero nosotros nos encargaremos que nada de eso afecte. He pensado que haremos uso de la protección del ejercito, para que se crea que el evento no es muy relevante, porque si se da aviso a los Caballeros de la Integridad el pueblo pensará que las cosas se han complicado nuevamente y no podemos permitir que entren en pánico por algo que pasará sin relevancia para ellos.

—Comprendo... pero aún así... no podemos correr el riesgo de que el rumor se corra... por lo menos se debe crear una brecha en el lugar... así como lo que hiciste durante la guerra al separar a mi gente de la tuya a través de ese agujero inmenso en el piso. —Propuso Iskahn.

—Había pensado en la Manipulación geográfica como un recurso a tener en cuenta... —le sonrió agradecida por su comentario. —Creo que tienes razón... trazaré una brecha alrededor de la Catedral.

.

—La brecha ha sido trazada... escuché las campanadas... —sacó los seguros de su pantalón. —Así que me imagino que estamos en una fortaleza... rodeada por cocodrilos... —sonrió.

—En realidad podría decirse que sí —no pudo evitar seguir con la mirada el rumbo de su pantalón deslizándose hacia abajo, para entonces colocar una expresión desatinada en su rostro, cual algo no cuadrara en lo que esperaba ver. —¿Qué es esa cosa?

—¿Qué cosa?... —se miró a si mismo, vestía la ropa interior de largas extensiones cual pantalón suave y claro que le llegaba hasta las rodillas, sostenido a su figura por una laza a la cintura. —Ah.... Es verdad que no estás acostumbrada aún... lo lamento... es que no pensé que me desnudaría frente a ti aquí... —la miró con ojos entrecerrados cual la culpara.

—¿En serio te pusiste esa cosa por voluntad propia?... —se llevó una mano a los labios tratando de ocultar su risa.

—¿Qué esperabas después de dos años usándola?... es fresca... y... permite la movilidad —terminó riendo fuertemente al ver como la mano que cubría los labios de su amada, subió a tapar todo su rostro sonrojada.

—No es que me moleste... fue... una airada sorpresa...

—Puedo remediarlo —detuvo su desilusión con el gesto de su mano en alto. Cerró los ojos y elevó la concentración, transformando su ropa interior de manta en boxers negros ajustados a su figura.

—Mucho mejor... —se acercó para reafirmar una vez más su palabra. —Todo estará bien... —le tomó la mano y encaminó tras de ella a la cama en la habitación. La actitud le hacía sentir un poco extraño, como si se remontara a aquellos viejos tiempos donde sentía como la leve diferencia de edad que la hacía mayor le regalaba más soltura, ahora la miraba desde una altura superior, sintiéndola pequeña y menuda pero tan protectora como siempre, por lo que suspiró, su amada no había cambiado nada, como desearía poder acercarla contra sí para que lo sintiera... acariciarle las caderas y el trasero para...

¡¿Qué estaba pensando?! Podía sentir como su virilidad se había despertado por ella... es que era inevitable... la tela de su cadera se sentía estirada hacia adelante mientras la incomodidad de sentirse atrapado era notoria. Ella avivaba toda su necesidad en segundos.

—Asuna... —se aventuró a preguntar o iba a enloquecer pensando en las mil razones de su actuar. —¿Por qué me trajiste aquí... así?...

—Yo... —tragó el líquido en su boca antes de proseguir. —No quería mencionarlo sino hasta el último momento porque es algo muy íntimo... no quería que te sintieras presionado...

—Vicecomandante... —le apretó la mano, indicándole que debía percatarse de algo más, por lo que volteó hacia él, deteniendo sus pasos a relativamente nada de espacio de la cama.

—Lo lamento... —su mirada de plata marina se notaba en verdad consternada, siendo recibida por la ámbar que parecía no comprender, por lo que bajó la mirada para indicarle hacia donde debía mirar. Haciéndole notar así su estado.

—¿Estás así... solo por caminar conmigo a la cama?...

—¿Y todavía lo preguntas?... —se llevó la mano bajo el flequillo para despejarse.

—Tienes razón... fui un poco injusta... —lo invitó a sentarse junto a ella sobre el colchón. —La realidad es... que la imposición del módulo de protección debe activarse en un lugar... al que nadie puede tener acceso... más que yo... por lo menos en estos momentos... Pero para llegar hasta ahí... es necesario que el sujeto se encuentre en el estado de debilidad más característico del ser humano, porque solo de esa manera el corazón se abre a la profundidad.

—Sí... me hacía a la idea de que se trataba de algo al respecto... pero no pensé que fuera ese tipo de intimidad la que se buscaba... —Por un momento pensó en el ritual de Synthesis de Eugeo, comprendiendo en esos momentos lo que su amigo había tenido que pasar.

—Las escrituras antiguas mencionan que no se ha utilizado nunca antes... y es lógico, ya que nunca había entrado antes nadie a Underworld con esta super cuenta.

—Bueno... quedo a su cuidado... Diosa Stacia... —sonrió tratando de permanecer fresco pero sin poder evitar acelerar la respiración ante lo incierto de su porvenir. Confiaba plenamente en ella... Pero ciertamente su corazón temía demasiado... el verse solo nuevamente.

—Baka... ya te dije que así no... Asuna, solo Asuna... —se levantó de la cama y paró frente a él, dejándolo apoyado con los brazos sobre el colchón observándola.

—¿Me vas a lanzar un rayo?

—¡Ya! —se sonrojó por sus ocurrencias. —Solo quédate quieto... —suspiró y empezó a despojarse de su propia vestimenta, notó como inhaló profundo al verla desprender su chaqueta y blusa al piso. —Es... que no es justo que solo uno esté en paños bochornosos en esto...

—Ya... lo creo... —mantenía su mirada platinada maravillada sobre la piel de su amada, cubierta por aquel sostén de orillas de encaje que nunca le había visto, dándole la impresión de que sus pechos fueran dos hermosos bollos empacados para él.

—Ven... por favor ya... —estiró el brazo hacia ella y estaba por levantarse cuando recibió una negativa con detención de sus intenciones por la mano de su amada.

—No... te quedarás ahí... no te moverás... Recuerda que hacemos esto para poder abrir tu corazón... si deseas que hagamos algo de esto después... sabes que en nuestra habitación siempre hay tiempo...

—¿Entonces solo me provocarás desearte hasta que explote?... ¡No! Para eso prefiero seguir así como estoy...

—No seas necio... por supuesto que no solo será así... —cerró los ojos abochornada. —A lo que me refiero es... que si nos concentramos en ti... será mucho más fácil... —caminó hasta arrodillarse frente a él.

—Pero yo... disfruto tanto escuchándote a ti... viéndote...

—¿Sí?... —sus palabras la complacieron, era un hecho que sabía muy bien, pero que se lo comentara la llenaba de alegría, podía sentir que no existía barrera alguna entre ambos, de ningún tipo.

—Eres lo que más anhelo... pensar... que reaccionas a mí... es algo único...

—Kirito—kun... —le colocó ambas manos en las rodillas sin despejar su mirada de la plata azulada. —Me pasa exactamente igual... —Ya que el tema se había liberado debía profundizarlo para ayudarlo lo más pronto posible, por lo que con cuidado surcó un trazo con su dedo índice en su intimidad que resaltaba bajo la tela suave y estirada por el mismo estado, provocándole reaccionar al tacto brindado con un movimiento improlongable por la presencia de la tela, sacándole un sonido áspero al espadachín.

—dios...

—Cuando me insinuaste lo que te había ocurrido y te vi... inmediatamente surgió la sensación dentro de mí... de querer hacer más y decir más... para ver más de esto... más de ti así...

—Asuna... sabes que con solo que tú me lo pidas yo estoy dispuesto a lo que sea por ti...

—Eso lo sé... pero es diferente... el hecho de decir... hazme el amor... a... te haré el amor...

Sus palabras suaves y a sus oídos sumamente seductoras lo descolocaron, sintiendo la necesidad de acomodar sus piernas ante la inquietud de su cuerpo cubierto.

—Asu...na...

Su respiración entrecortada le hizo acariciarle la rodilla con suavidad.

—¿Ves a lo que me refiero?... quiero que lo sientas... como todo proviene del interior y me reclama...

La tela se estiró un tanto más hacia adelante, entre los sonidos de su amado, que parecía ya haber sucumbido al trance de su voz guiándolo.

—Se... siente muy apretado Asuna... déjame sacármelos...

Jamás pensaría que la queja de su amado le llevaría a jadear.

Lo había conseguido... por lo que cerró los ojos, debía controlarse a si misma, por lo menos hasta cumplir la misión por la que estaba ahí... aunque tras incitarlo de esa manera ella hubiera quedado igual o peor que él.

Pero lo importante era encontrar el punto de sesión de poder, el abandono de su propia autoridad ante ella, que según las escrituras era el punto exacto para incurrir en su interior.

—Si... despacio... —se levantó, al tiempo que invocaba al llamado de sistema, código de incursión con permiso del usuario. —System Call... Raid with Permission.

El sonido del coro celestial inundó la estancia, traduciendo los alrededores a mágica aurora boreal en el segundo del comando.

Con la pronunciación los ojos de su amado se abrieron mostrando los círculos de comando blancos, representación de la marca de la Diosa Stacia que había activado sobre él, asustándola, pero prosiguió, recostándolo de lleno sobre la cama, con cuidado de recostar su cabeza sobre la almohada y sus piernas sobre el colchón, con la culpabilidad y el deseo batallando contra si misma de ver como sus interacciones habían despertado en él el acto inconcluso reflejado en la tela de su ropa interior aún abultada.

—¿Kirito—kun?... —llamó averiguando su estado de conciencia, encontrándolo cual perdido en la nada, con la mirada fijada en ella pero sin enfocarla. Sintió una estocada en el pecho, al provocarle tal estado.

—¿Sí?... —sin embargo le contestó... Con que de eso se trataba...

La incursión con permiso del usuario, permitiría que se adentrara en su mente con su propia guía o hasta donde él la dejara pasar... ¿Hasta dónde?... ¿Hasta dónde le permitiría su amado llegar?... No pudo evitar pensarlo, estaba por ordenarle que removiera la protección básica, lo que venía sin duda sería lo más peligroso y debía dejar de sorprenderse y pensar demasiado las cosas. Estaba segura de que lo que hacía era lo correcto. La protección de campana divina de la diosa de la vida y la creación debía ser colocada como módulo para que nadie pudiera dañarlo...

—Quiero que invoques al sistema... y remuevas la protección básica... —pronunció suavemente, esperando que tal vez se asustara o dudara, pero el comando fue pronunciado en el segundo que lo pidió.

—System Call... Remove Core Protection...

Lo sintió desbalanceado tras mencionar cual se mareara aun estando acostado.

—¿Kirito—kun?... —se preocupó al verlo apoyar la cabeza hacia atrás cual buscara estabilidad sobre la almohada en medio de la respiración entrecortada. —¡¿Qué pasa?! —lo tomó por ambas mejillas sin notar cambios significativos en su rostro que gemía incómodo, por lo que examinó entonces el cuerpo de su amado para encontrar algún indicio, notó entonces como ranuras que daban la impresión de telarañas de red se adherían cual se tratara de un imán hacia él, habiéndolo tomado de piernas y subiendo por su abdomen cual buscaran invadirlo de abajo hacia arriba. —¿Son... recursos espaciales?... —trataba de dispersarlos cual de hormigas se tratara, pero era imposible... lo atravesaban... porque carecía de la protección básica...

Que tonta...

En verdad...

Era algo que no había considerado en lo absoluto. Poder remilgado... intensiones que le perseguían... todo él era un escenario que la gente aún trataba de procesar... algunos amándolo y otros... Planeando como verlo desaparecer...

—¡Kirito—kun! ¡Perdóname! —volvió a sujetarlo del rostro, pero tratando de controlar su propio miedo a la incertidumbre de lo que aquellas arañas pudieran causarle, se centró sin atender a sus propias lágrimas. —Esto no es nada... pasará en el momento que el módulo de protección sea colocado... ¿Me entiendes?...

—Sí...

—Muy bien... —sonrió al ver que aún podía comunicarse y le acarició el cabello con cuidado. —Necesito... que me dejes pasar...

.

.

.

Continuará...

Ufffff insisto que las cosas más bellas se escriben y reescriben... leento... JAJAJAJAJA.

Aún no llego a lo que quiero pero esto fue uffffff

Para ti gemelis!!!

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