Capítulo 24 "Reunión en Obsidia"

Aún le costaba trabajo despedirse. A pesar del tiempo que había transcurrido desde que su aventura en aquel nuevo mundo comenzó, por lo que esa mañana había salido sigiloso de la habitación, muy dubitativo si en verdad hacía lo correcto en dejar sola a su amada esposa, que, aunque fuera la segunda mejor espadachín del imperio humano, en su estado, deseaba solo procurarle el bienestar absoluto, que con el paso del tiempo desde que se enteraron de la noticia de su espera, había tratado de otorgar.

Aún bajo la brisa de la madrugada pensaba en ella y en aquel beso que plantó en su frente antes de marcharse. Pero debía centrarse en los asuntos que lo hacían partir, por lo que resopló desganado para colocarse en modo de rey.

Comandó así que se iniciara el viaje, mientras los guardias de la iglesia se mantenían operantes, como siempre sus cercanas amigas, juraban lealtad de que protegerían el interior con sus vidas; sabía que lo decían para tranquilizarlo, después de todo el estado de la reina había dejado de ser un secreto desde hace ya varias semanas.

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ANTIGUAS Y NUEVAS ESTRELLAS

Capítulo 24 "Reunión en obsidia"

Se conocía de memoria el camino hacia el territorio oscuro, por lo que al ver la frontera aproximándose empezó a acomodarse los cinturones preparando su arribo, mientras el carruaje en que viajaban él y su escolta mantenía el paso.

—¿Quieres que te acompañe adentro o me quedo en la entrada del Obsidia? —Ronye esperaba órdenes mientras observaba a los alrededores, percatándose que todo estuviera en orden para la seguridad absoluta del rey estelar.

—Por... —estaba por darle explicaciones de su actuar, pero desistió, no era seguro ni prudente mencionar nada que estuviera influenciado por sus meras suposiciones. —Te encargaré mi seguridad desde afuera. —Sonrió, desalentándola un poco de tener que separarse, pero asintió con devoción.

La realidad es que estaba preocupado, las palabras de Iskahn en aquella carta no eran claras y por su carácter de urgente a citar en aquella reunión, debía analizar muy bien el asunto.

Las guardias de orcos, goblins de llanura y pugilistas que yacían en las afueras e interiores del castillo, lo saludaban con respeto en todo su camino hasta el salón principal, el cual se encontraba abierto, cual su llegada se esperara con premura y una vez entró, el mismo campeón cerró la puerta.

—Necesito que silencies el interior de la habitación. —Mencionó con tanta seriedad que el rey atendió su petición, a pesar que la reina era la más diestra en el uso de las artes, la comunicación que poco a poco había estudiado para entablar relación con el sistema, le permitía manipular cierta parte de la lista de comandos. Con sus palabras una capa de colores azulados envolvió la estancia.

—¿Se puede saber qué es lo que está pasando? ¿Por qué actúas con tanto misterio? —preguntó finalmente, algo molesto.

—Tienes razón... he sido muy insensato, la gente que te rodea seguramente se enteró de que algo está pasando...

—He tratado de ser cuidadoso con la información... pero necesito saber ya qué es lo que ocurre. —Los ojos de azul acero se enfocaron en el representante del territorio de tierras rojas.

—Antes de eso... —colocó la mano sobre la mesa que los separaba. —Sabes bien que las reuniones entre nuestras tierras son cada mes... si una de las dos partes falla, no estoy seguro de poder controlar el ímpetu de mi gente... estaban empezando a ponerse nerviosos porque pensaban que habíamos perdido el favor de los reyes del imperio humano.

—Lo sé... pero... he tenido algunos problemas... —cual el peso de sus palabras estuviera aún pujando en su interior, sus párpados se cerraron con el recuerdo del caballero de la integridad número 33, cuyo paradero desconocido lo consumía en angustia sobre lo que pudiera ocurrir de ahí en más, después de todo estaba consciente que había recuperado su verdadero ser...

Estaba empezando a ahogarse en sus pensamientos, cuando la voz del campeón lo sacó de ellos.

—Es verdad... supe... —por otras personas— que se vieron involucrados en talar el pequeño árbol del demonio que arruinaba las tierras que trataban apenas de iniciar a germinar.

—Sí... ese asunto era algo de lo que yo mismo debía encargarme...

—¿Pero estás bien?... tu cara... se puso pálida... ¿Es por eso, lo que me dijeron es verdad entonces?... ¡¿La persona que había aparecido agitando a los nobles contra el Dark Territory estaba con ustedes?! Pero se supone que hicieron el ritual de la Diosa... para alejarlo... ¿No funcionó?

—Iskahn... creo que tienes que saber de que trata todo eso... para que entiendas un poco la situación... lo que la gente decía era cierto... esa persona que apareció en la frontera de los territorios... era yo...

—¡¿Qué?! ¡No me jodas! —no pudo evitar que las emociones lo dominaran por un segundo y terminó golpeando la mesa y partiéndola en dos ante el rey que permaneció sentado.

—Escucha... soy yo, pero al mismo tiempo no... todo se debe a una manipulación del sistema llevada a cabo por Administrator.

—Esa mujer...

—Intentó hacer conmigo lo que hizo con los caballeros de la integridad... —El campeón sabía en carne propia a lo que se refería, memorias perdidas del pasado sumamente lejano de su esposa se lo decían, a pesar de amarla con todo su ser... muy dentro de él, desearía poder regresarle lo que realmente fue...

—¿Te puso... uno de esos módulos...?

—Fue más allá de eso... para decirlo de forma comprensible, hizo una copia de mi ser... en aquel tiempo donde como renegados llegamos hasta el piso cien de la catedral central. Fue a esa copia... —apretó los puños contra sus rodillas. —Que le implantó el módulo de devoción... el caballero número 33 no sabía que lo que hacía estaba mal... como todos los caballeros que fueron engañados con una procedencia divina, ahora ya lo sabe...

—¿Recuperó... sus recuerdos? Pero... si es así él... cree que eres tú... —su propio análisis lo repudió. ¿Cómo era posible que dos existencias iguales convivieran en el mundo a la vez?...

—Eso... es algo con lo que debo lidiar...

—Y yo que pensaba que no venías por irresponsable o que había problemas en el paraíso... —recorrió el escritorio derrumbado y llegando al lado del rey, tomó la silla y volteándola se sentó apoyando el pecho contra el respaldo.

—¿Paraíso?... —lo miró sin comprender.

—Perdón, es un dicho de Scheta... ya sabes, como ella... viene del... mundo de los dioses... todo lo relacionado a esa vida, ¿pues se asocia no?

—Si con todo eso te refieres a Asuna... ella está bien... no es que haya problemas... —apoyando su peso sobre su abdomen se inclinó levemente hacia adelante y cruzó la pierna.

—Pero si hay algo, por lo que se ve...

—Sí... también, ahora que lo pienso, podría preguntarte un par de cosas al respecto. —lo miró buscando aceptación.

—Sí... puedo ayudar... —el extraño rumbo de la conversación interesó más al guerrero. —¿Cuál es la situación?

—Es... que... —no estaba para nada cómodo pronunciándolo de esa manera, pero había sido la recomendación de Ronye, según palabras de Tieze... que en Underworld la mujer era mucho más respetada y admirada si aquel vínculo se compartía con su esposo y por supuesto que él deseaba enaltecer el regalo que su amada llevaba en el vientre. —Estoy... embarazado...

—¡¿Qué?! —se levantó con espanto al punto que aventó la silla, destrozándola, buscando en el instante enfocar el abdomen del rey, que al notarlo se puso en pie, sin evitar llevarse una mano donde miraba.

—¡No! ¡No, yo!, ¡Asuna!

—Tú y tus cosas extrañas del otro mundo... casi se me sale el corazón por la boca. ¿Por qué diablos lo dijiste así?

—Pues... si quieres respaldar a tu mujer... dime, Asuna está embarazada y yo como esposo y hombre me hice cargo.

—Eso... sonó tan...

—¿Masculino?, lo sé, la disciplina del guerrero lo merece, por supuesto que las mujeres pugilistas también tienen bebés... pero ellas no andan con las cursilerías del imperio humano.

—Tal vez... sea verdad que es muy romántico verlo de esa manera... —sonrió sin dejarse amedrentar. —Pero sabes... aunque en un inicio me sentía incómodo expresándome así... ahora que lo pienso si es verdad lo que digo... porque, aunque el bebé no crece dentro de mí, que...no lo imagino —rio con gracia. —Si lo espero con mucho anhelo.

—Claro... verlos crecer dentro de la madre es maravilloso... ¡¿Te imaginas si en verdad los hombres cargaran con el bebé?! ¿Por donde saldría?... ¿Por el cu..?

Fue interrumpido por el rey con una carcajada.

—A decir verdad, en el mundo real hay historias que hablan al respecto... nunca he indagado en ello... pero... existe...

—¿Qué?... —el sudor frío se posó en la frente del campeón. —pe...pero hablando de otras cosas menos espantosas, si lo que querías decirme era del embarazo de la reina, ¿qué es lo que querías preguntarme?

—¡Ah! No, nada... creo que fue en un momento que mi mente buscaba un escape, no es nada importante.

—¿Sabes algo?... —se cruzó de brazos. —Hasta el rey debe desahogarse y lo creas o no, detrás de este cuerpo perfecto hay un buen corazón dispuesto a escuchar.

—No lo dudo —sonrió agradecido, no lo había notado hasta ese instante, a pesar de haber sido llamado con urgencia y la cuestión principal se había camuflado en la plática, no había dejado de sonreír, no se sentía en confianza de tal modo desde Eugeo... aunque lo de su amigo, su mejor amigo en realidad, era muy diferente y el sentimiento irreemplazable, hablar con otro hombre era importante, no solo tratando asuntos de estado, sino de la vida cotidiana. A pesar de las hermosas y fluyentes conversaciones que solía sostener con su amada, las cosas siempre terminaban tornándose al romance y por supuesto que le encantaba, pero se trataba de relaciones distintas.

—Pues... por lo que te conozco, sé que te sueles guardar las cosas, por lo que esto debe preocuparte si te escapó decirme... —parecía analizarlo.

—¿Preocuparme?... no diría eso... no, de ninguna manera, pero sí... he hecho algunas averiguaciones y me... nos hemos excedido. Según las leyes de este mundo claro, no creo que en el mundo real haya un límite o un record para eso... —se llevó una mano al mentón pensativo.

—¿Un límite? Es decir... ¿Cómo un artículo del índice de tabúes?

—No es un tabú en sí, es más parte del control del sistema mismo... del mundo mismo. —Sabía que utilizar ciertas palabras científicas lo exponían pero el campeón parecía comprender. —Por ejemplo... ¿Has notado como ciertas parejas pasan toda su vida juntas pero no son bendecidos con hijos, mientras que otras parejas tardan un poco más y otras nada?

—Sí... pero pensaba que eso era decidido por los Dioses... La Diosa Stacia es quien bendice a las familias, es decir, tu esposa —lo señaló un tanto confundido, parecía comprender que Asuna venía del otro mundo pero de igual forma mantenía su poder como Diosa de Underworld.

—Pues... si y no... —no estaba seguro de proseguir, podría acabar levantando un muro de incertidumbre en su allegado. —digamos que existen algunas condiciones dadas por el azar para que una pareja tenga hijos, es lo que se conoce como control de natalidad programado... —apretó los dientes y arqueó las cejas esperando la respuesta del pugilista.

—Es como los requisitos que pone la Diosa...

—Bueno, sí... entre esos requisitos está que algunas parejas tienen una cantidad de intentos para traer hijos al mundo... sin frutos...

—Es decir, solo sexo. —respondió con la palabra justa que lo dejó anonadado, le había dado tantas vueltas al asunto e Iskahn lo resumió en dos segundos.

—Exactamente.

—Entonces con razón... —lo vio cual comprendiera sus propias vivencias. —Schieta y yo nos acabamos nuestros intentos sin frutos quizás las primeras dos noches...

—No... todas las parejas son asignadas con la misma cantidad de intentos...

La respuesta del rey dibujó una sonrisa en el campeón —Ya decía yo... que cinco años en embarazarla... ¿tuvieron sexo cada mes o qué?

El de cabellos negros lo observó con los ojos muy abiertos. ¿Qué debía responder a eso?, decidió no mencionar más y se compuso la garganta.

—¿Problemas en la mazmorra?...

—¿La qué? —estalló en risa el rey.

—Ya sabes... el enjaulado... la bestia, por mi parte puedo decir que los pugilistas entrenamos en demasía nuestro cuerpo, cada parte de él es más resistente que cualquier metal, lo has comprobado. Y eso no excluye al dueño de la noche "El garrote de hierro macizo". Ese es el nombre del mío, me lo dio Schieta. ¿Qué acaso el tuyo no tiene un nombre?

¿Cómo podía estar revelando todos sus secretos de manera tan fluida y uno tras otro? Jamás podría exponer a su amada de esa manera...

—La verdad es que no... además que Asuna no es el tipo de persona que sea muy buena poniéndole apodos a nada.

—Pídele que lo haga, que lo piense, te encantará —sonrió con malicia.

—Creo que ese es el punto principal de todo... la verdad es que no puede encantarme más... cuando la veo, ya estoy todo sobre ella... aunque creo que siempre fue así. —sonrió para si mismo la emoción de su cuerpo entero al abrazarla, tomar sus manos, mirarla... con aquella nueva belleza que la maternidad había despertado en ella... La extrañaba demasiado y eso que había partido apenas esa mañana. —Es que es tan hermosa...

—Siempre que tocamos el tema de la reina, tu mirada cambia. Me gusta mucho y entusiasma la idea de que alguien con esos sentimientos sea quien esté al frente del Imperio Humano... ustedes sin duda son la mejor opción, lo que Underworld necesitaba.

—Es que ella... es mi vida, Iskahn... desde que la conocí, todo mi mundo se volcó en ella, me aterra la sola idea de pensar que podría faltarme... —bajó la mirada al darse cuenta que su corazón se había apoderado de sus labios, todo el temor no solo a la muerte, sino a verla separada de su ser, era inmenso.

—Pero para eso estás vivo... para ser su espada y escudo... en tu caso su doble espada... —se acercó y pegó con el puño en el pecho al verlo decaído. —Por ella y por esa criatura que viene.

—Por supuesto que sí. Yo voy a protegerlos con mi vida si es necesario...

—Esperemos que esas palabras no deban ocuparse en realidad... —su mirada se endureció, dejando el momento de pensamientos tiernos sobre su familia de lado.

—¿Vas a hablar por fin por lo que me llamaste venir?...

Los ojos de ambos representantes se enfocaron los unos a los otros. —Te diría que tomes asiento... pero pareciera que en lugar de una plática, iniciamos una guerra aquí... —miró la mesa destruida.

—¿Es un mapa? —hizo elevar el documento que recién tomó el campeón y lo atrajo para sí. El pergamino se desenrolló en el aire.

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Continuará...

¿A esto se le puede llamar capítulo? Lo sé, no son ni 3k palabras xDD, pero es que esta idea me ha despertado y he tenido que escribirla jajaja y no puedo esperar a juntar más cosas para un cap más largo porque esto es lo que mi musa tiene para él, digamos que son caps de transición)? xD

Algún día explicaré todo)?

Por qué eres así Saku)?

Gracias por leer!!

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