Capítulo 23 "Rey y Reina"
A pesar que el mismo Underworld se sentía como un sueño infinito, los acontecimientos de los últimos días lo eran más, todas las cosas que habían ocurrido daban vueltas en mi cabeza sin darles demasiada atención.
Después de todo las palabras de mi rey tenían mucha verdad, debía descansar un poco de todo...
Aunque... muchas veces con solo el cerrar de mis ojos veo todo una y otra vez con tanta claridad... que me pregunto si realmente todo lo que recuerdo... ocurrió, es una confusión irremediable dentro de mí, de un momento a otro me vi rodeada de tres Kirito—kun... en una paradoja de pasado, presente y futuro de la que no estoy segura como salí...
Pero la imagen clara de mi rey regresando a mí, es más que suficiente para sentirme tranquila. Además que, al solucionar la situación el rey estelar terminó por desaparecer... ¿Habrá regresado a su tiempo?...
Lo analizamos de esa forma... al haberse solucionado todo aquí, su futuro de igual forma cambió, pero quien sabe... así como ocurrió con el Caballero de la Integridad número 33... las cosas pueden haberse tergiversado y lo que parecía un encuentro en un sueño, puede ser algo más...
Tal vez esta falta de recuerdos sea lo mejor... aunque me sienta un tanto perdida... y conmigo... arrastre a la incertidumbre a mi amor...
Justo como esta tarde...
— ¿Estuviste con él? — Sus ojos avellana mostraron un poco de confusión a la pregunta del rey. Quizás el hecho de haber oído el tono apagado y el húmedo toque con que arrastró esas tres simples palabras, habían hecho detener el pensamiento de Asuna.
Aquel "¿estuviste con él?", era realmente simple de responder, se lo había dicho antes de que él saliera de la torre buscando a la tercera persona en esa discordia. Pero como siempre, no podía ser tan fácil. Y eso se debía a que lo que encerraba la interrogante, era algo mucho más íntimo que un beso.
Cuando comprendió varios segundos después, la reina casi inconscientemente llevó sus dedos a su boca, con las líneas de expresión marcadas en sus cejas, como si aquello le doliera. Pero en los ojos del rey no había ira o algo que le indicara a ella una acusación. A cambio, solamente podía ver tras la sombra de sus largas pestañas húmedas, una profunda tristeza.
Eso le dolía más. Pero cómo podía llegar a hacer entender al rey que ella lo amaba solamente a él. No tenía nada claro, porque "él", eran ahora dos personas diferentes, un rey y un caballero aunque al mismo tiempo, su amado Kirito.
—Nunca me entregué a nadie que no fueras tú.
—Eso lo sé... — ella se oía dolida. Él aún más; e hizo una pausa, antes de volver a hablar en el mismo tono lamentable con el que había iniciado la conversación con su reina. — Eso me da aún más miedo.
El silencio cayó como un manto frío y vacío.
Empero, la afirmación de la reina era cierta, solamente podía entregarse a él. Y aunque había besado al caballero de la integridad en que se había transformado Kirito, no había llegado a aquel lazo único que compartía con su rey.
« Debía decírselo, que era él y solamente él »
Mas las palabras no salieron de su boca en ese momento, simplemente se acercó y envolvió sus delgados brazos a través de la espalda ancha del rey y lo apretó contra ella con intensidad. No había mucha fuerza ejercida en aquel abrazo, pero fue suficiente para sofocar los pensamientos del monarca, hasta hacerlo desvanecer en aquel cálido refugio que era estar rodeado de Asuna.
SWORD ART ONLINE
ANTIGUAS Y NUEVAS ESTRELLAS
Capítulo 23 "Rey y Reina"
Lo sentía tan angustiado, temblando sobre mí mientras me apretaba entre sus vastas manos. Solamente deseaba que pudiera encontrar en mí, todo lo que necesitaba, por lo que me quedé quieta mientras lo sentía empujar con fuerza dentro de mí. Lo dejé penetrarme sin contener mi propio delirio, al mismo tiempo que lo sentía poco, como si la conexión que manteníamos siempre, se perdiera por la mala captación de la señal.
Tiró con algo de brusquedad algunos mechones de mi cabello hacia atrás, abriéndose espacio sobre mi garganta, cual deseara saborear entre sus labios hambrientos las vibraciones de mi voz al desprenderse entre pequeños sonidos.
Sentía mis piernas como si flotaran en el aire, casi sin notar que allí estaban, mientras la corriente que emanaba desde mis entrañas en todas direcciones de mi cuerpo, me recordaban que mis extremidades seguían ahí, entre temblores, pidiendo más de él.
Cada convulsión que nacía en mi centro, se extendía una y otra vez navegando en mí, como marea impetuosa y violenta.
Su cadera se movía con furia contra mí ser. No había opción en mi inconciencia de pedir que fuera más despacio, porque lo que sentía era la perfección de mi hombre demostrándonos a ambos cuanto nos pertenecíamos el uno al otro. Y no deseaba que parara, si fuera posible tocaría incluso su extensión oculta entre mis piernas para sentir el calor profundo que encontraba en mí y lo mantenía en aquel desenfreno. Siempre me había gustado demasiado apreciarlo en su total desnudes, porque todo el cuerpo de mi rey me parecía precioso, excitante.
«Una locura»
Llegó a moverse tan brusco que el dolor se combinaba con el placer de sus jadeos contra mi oído. Estaba segura que mi cuerpo después me pasaría la cuenta de ese momento, pero no me importaba, no si podía sentir lo que me provocaba.
Quería escucharlo así, abrumado por el encuentro que él mismo desató y yo acogí con complicidad, a sabiendas que este era su momento y que su alivio sólo se encontraba en mí, entre mis brazos y mis labios; en el rubor de sus mejillas que fuera de complejos lucían radiantes por su necesidad cumplida.
Mi cuerpo ardía, el de él estaba en las mismas condiciones. Era difícil imaginar el inicio del otro cuando con rudeza emprendía su camino a colisionar con mis caderas, con sus manos firmes sosteniendo mi cintura, elevándome en cada embate.
Empero sus dedos no se quedaban quietos, avanzaban audazmente a través de mi vientre, para ceñir la extensión de su palma en mis senos y terminar con la punta de sus dedos índice y pulgar, aprisionando la cumbre de mis pechos endurecidos que aún con la rudeza de su movimiento, producía una descarga de placer estallando en mis sentidos.
Él estaba poseído, podría jurarlo. Embriagado de erotismo en su estado más puro, donde se difuminaba el sentido de la razón. Y esa lujuria desatada con fuego en sus ojos azules como acero, era solamente mía.
Saberme dueña de esa locura en mi rey, apagaba el pudor y encendía una llama eterna. Detuve con mis palmas su pecho marcado y brillante por el sudor, recibiendo una mirada que irradiaba necesidad desde su iris oscuro. Pero no cedí, lo quería mío.
Aunque tratara de proseguir con un leve movimiento de sus caderas en busca de convencerme, sabía muy bien donde buscar en mi interior, pero solo le sonreí tratando de retener la sensación en el aliento. Hasta que sentí en mi propia carne la desconexión de nuestros cuerpos, tal vez él tenía razón y sólo hubiera dejado que terminara ahí, pero había surgido mi propio capricho que sabía él amaría y en esos momentos no deseaba más que verlo consumido en nuestro vínculo de placer.
Elevé la postura de mi cuerpo, mientras mis yemas delineaban cada músculo de su vientre, sintiendo el tenso camino hasta su pecho sin más sonidos que los jadeos y el golpeteo acelerado de su corazón. Mi mirada avellana se cruzó con la del rey, transmitiendo en apenas un segundo el mensaje.
«Eres mío»
«Soy tuya»
Mis labios se acercaron lentamente a su pecho, como tortura luego del desenfreno con el que me penetraba. La humedad parecía evaporarse de mi boca, que se secaba al llegar a su destino. Era el deseo. Deslicé suavemente la punta de mi lengua en su piel ligeramente salada, atrapando en mi boca semiabierta uno de sus pezones. Lo oí gruñir, el sonido áspero de su voz proveniente de su garganta, era la más clara señal de que lo disfrutaba. Y yo con él, sentía enloquecer al escucharlo y verlo retorcerse con mi toque.
Pasee mi lengua de uno a otro, ocupando mis dientes y labios, adoraba explorar todo de él. El palpitar entre mis piernas era un suplicio pidiendo atención. Mi rey estaba igual. Me tomó de los hombros con vehemencia.
—Deja de torturarme... te necesito.
No podía escoger mejor conjunto de palabras para esclavizar mi actuar a su petición, siempre tan dulce... a pesar de haber expresado claramente que buscaba un alivio que podría expresarse con rudeza.
—Dime... ¿que es lo que quieres hacer...? —me separé de su pecho para observarlo en su estado prácticamente suplicante entre su voz y los movimientos de su cuerpo. Desesperación disfrazada de pequeños impulsos incontrolables. El líquido había comenzado a gotear con suavidad sobre su propio abdomen, estaba en su límite.
Apenas entonces comprendí porque siempre me rogaba abriera más espacio entre mis piernas cuando estábamos en marcha, se dilataba muchísimo, a pesar que lo he provocado hasta terminar entre mis manos o mi boca antes, verlo dispuesto a escudriñar cada rincón de mi interior con aquel poder que ahora exteriorizaba era diferente a todo lo que antes vi, me imaginé la sensación de su invasión en aquel estado y solo pude pensarme estrechándolo con demasía y absoluto deseo.
Anhelaba sentirlo recorriendo mi camino destinado sólo para él y ante su respuesta sabía lo que vendría.
—Quiero meterlo... aunque creo, que es obvio... perdón si no era esa la respuesta que querías, no puedo pensar...
—No debes disculparte por eso... porque quiero exactamente lo mismo.
No había terminado de pronunciar cuando la exploración de su mano con sus dulces toques había llegado a mí, que acurrucada a su lado solo lo vi hacer lo que quiso, limitándome una vez más a sentir.
—Lo sentí desde antes... me encanta... ella lo quiere tanto como él a ella...
—Baka...
Había aprendido a develar los secretos de mi interior, no solamente por su mano empapada entre mis piernas en aquella estimulación constante sino en su actuar tranquilo al hablarme, puede que notará que la conexión se había perdido en medio de sus embates y deseara recobrarla estando ya más tranquilo, pero aún insatisfecho.
—¿Y... qué hará él... si entra?...
La sonrisa maliciosa que me brindó lo hizo ver aún más atractivo.
—No me tiente vicecomandante... que así como estoy... seguramente iría directo en su persecución.
—¿Y si... en lugar de decirme lo que vas a hacer... lo haces?... —A pesar de ser yo quien había empezado a provocarlo, no podía resistirlo más, me acurruqué sobre él y busqué su rostro con necesidad, momento que compartíamos en la unión de nuestra intimidad, pero a pesar de querer empezar a moverme, lo sentí retirar sus manos de mi cuerpo cual con ellas se retirara también de nuestro acto. Aún así lo besé, esperando que regresara su entusiasmo, pero solo sus labios me compensaban, cual el beso se transformara en su disculpa. ¿Qué estaba pasando?...
¿Tal vez era demasiado pronto para un encuentro como este?...
Pero si había sido él mismo quien lo inició...
—¿Qué sucede?... —mi voz apenas y salió por la falta de aire y preocupación, en aquella mezcla de mi cuerpo tratando de permanecer estable al estar sentada sobre él, mientras mi cabello nos apartaba de los alrededores cual cortina.
—Asuna... lo lamento... —el sonido lastimero que salió por voz contrastaba demasiado con mi esposo juguetón de hace unos instantes.
—¿Por qué te disculpas?...
—Pensaba... que la mejor manera de regresar todo a la normalidad... de borrar todo lo extraño de nuestro alrededor... de volver a ser solo tú y yo... era haciéndote mía... y con esa firme intensión te busqué.
—Lo sé... Pero no fuiste solo tú quien quería volver a sentirse uno conmigo... yo también te necesitaba mucho... siempre te necesito...
—Gracias... —sus manos se posaron en mis mejillas, tratando de soportar la culpabilidad al verme directamente a los ojos. —Pero... aunque logré salvar el alma inmortal de Vassago... los recuerdos de las cosas que dijo e hizo... continúan presentes en mí... Me dio tanta aberración escucharlo diciendo eso y ahora aquí estoy siguiendo su ejemplo...
—¿Diciendo?... —traté de averiguar a qué se refería, pero más allá de eso, estaba consciente de las cosas que había tenido que vivir en su secuestro, aunque no lo hubiera hablado directamente conmigo aún... Lo había visto en el primer sueño... El amor enfermizo que proclamaba PoH...
—Kirito—kun... sea lo que sea... lo que haya pasado... sabes perfectamente que aquí... hay una mujer esperando por ti... la que... ama cada centímetro de tu piel... la que comparte un vínculo contigo y lo transforma en unión... que... al amarte como lo hace... con la desesperación que le quema el pecho... se siente increíblemente dichosa y completa al sentirte dentro de ella...
De todo lo que mencioné, pareció que al final había encontrado la razón de su dudar... que dejó escapar sus lágrimas.
—En mi mente... pensaba en hundirme en ti y golpear con fuerza... —sus palabras desnudas me hicieron inhalar profundo, sé que lo piensa... pero escucharlo es distinto. —Y eso... me dio temor... porque aunque eso es lo que pasa por mi mente cuando estamos juntos... siempre pienso en la mejor manera de hacerlo para hacerte sentir bien... pero me sentía tan cegado en mi propia necesidad que lo olvidé... tal como Vassago me dijo... que lo mejor del sexo era penetrar... Quería borrar ese pensamiento de mi cabeza y absurdamente pensé que estando contigo de tal modo lo haría... pero tú no te mereces eso...
—Kirito—kun... todo lo que ese hombre pudo haber o no dicho... no es nada... y no tiene por qué atormentarte... no sé por qué lo dijo o en qué condiciones, pero lo que si estoy segura, es que lo nuestro no es sexo... la unión entre nosotros va mucho más allá de eso, y es verdad que se inicia a través de nuestros cuerpos... pero cuando estoy contigo... puedo llegarme a preguntar si continúo siendo yo... o me he transformado en ti... o si ambos seguimos en esta cama o hemos viajado al espacio... si el amor puede ser así de fuerte y eterno... y ¿sabes cuál es la respuesta a todo?...
Su sonrisa acompañando a sus mejillas bañadas por las lágrimas lo decían todo, tanto él como yo sentíamos igual...
No necesité que respondiera, cuando nuestras miradas hablaban por sí mismas.
Dobló un tanto las rodillas para acercarme a su pecho al que me junté cuando se sentó y aún conectados nos sentimos enteramente.
Creo que jamás había disfrutado tanto como esa noche de sus movimientos suaves y lentos, calmado, pero a la vez tan comprometido y profundo, tan diferente a como todo había empezado esa noche. Finalmente sentía que volvíamos a ser el rey la reina que se pertenecían el uno al otro...
Aunque la sombra de aquel caballero no abandonara mi pensamiento de ahí en los meses siguientes.
.
.
.
Explicando un poco el caos xD
Bueno, necesitaba poner Kiriasu ya! Y mi musa se puso a trabajar en esto, por lo que decidí darle un poco de vuelta a la trama con un pequeño salto temporal autoexplicado, porque en realidad no es mucho lo que se pierde y si hay escenas que necesito más adelante las pondré como recuerdo. Lo lamento mucho por ser así TvT pero no puedo llevarle la contraria a mi musa cuando quiere algo.
Entonces bueno, Asuna tiene una especie de laguna mental sobre lo que ocurrió con los tres Kiritos, sabe que su rey regresó pero no sabe cómo, sabe que el rey de 200 años desapareció y que tuvo un encuentro amoroso con el Kirito IK, lo que desestabilizó al rey.
xD espero no sea muy complicado de comprender.
Hacer esto me da oportunidad de avanzar un poco con el embarazo de Asu (Ya muero por esos bebés!!!)
Gracias por leer mi desastre.
Y Millones de gracias como siempre a mi Gemelita, que me escribió parte del cap, hermoseando mi horror.
Y Feliz año nuevo!!! Quería actualizar estrellas antes de que acabara el año, porque este fic ha sido prácticamente mi insignia este año, en medio de todo.
Nos leemos!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top