Capítulo 22 "El poder de la noche"
—Perdóname... también a ti te he condenado... y no sé qué es peor... si haberla amado tanto y perderla... o perderla cuando todo empezaba y sin que tengas la culpa de nada... quedarte sin oportunidad de amarla... —bajó la mirada sin poder brindar una respuesta a su propia inquietud, pero volvió a elevarla cual tratara de comprender. Lo que fuera, ambas cosas le parecían horrendas...
El esfuerzo contra su propia necesidad de reconfortarse con ella se lo decía a gritos. Perderla en todos los sentidos era la muerte en vida...
El rostro del durmiente aún con las palabras mencionadas por el rey, al encontrarse completamente externo a las mismas, se mostraba apacible y hasta parecía por fin descansar con tranquilidad; sin embargo, ante los ojos profundos del protector de Underworld, el interior de su alma parecía descubierta y aquel lugar blanquecino y puro que alguna vez la reina visitó para implantar su Campana de protección divina, yacía oscurecido y boscoso, tornándose a la frialdad.
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ANTIGUAS Y NUEVAS ESTRELLAS
Capítulo 22 "El poder de la noche"
Era mi misma voz, mis pupilas temblaban, mientras una ola tras otra atacaba mis sentidos con recuerdos que la inundaban como marea en ascenso, sacudiendo mi alma, no era yo, pero al mismo tiempo, sí.
Una confusión golpeaba mis sentidos, y pronto, lágrimas y culpa, reflejando una patética imagen. No quería estar ahí... no quería ver... no quería saber...
Y el pensamiento intenso "Él tocándote", no lo quería, porqué debía compartir algo de ti, porqué debía darle a alguien más lo que es mío, tomando tú calor, tú amor, tú cuerpo, ¡Qué se joda!
Y el maldito era yo, era él... yo... nada más que la simple copia rota... como si mirara a través de un cristal sin poder hablar... lo que yo diga no importará entre ustedes...
Todos mis anhelos y miedos terminaron por consumirme en lo que creí una eternidad, pero ahí estaba, a tan solo minutos del oleaje ahogándome, a solo instantes de que fluyeran a través de mí, todos los recuerdos, encerrados en la más preciada memoria de mi corazón... tú...
Mi pecho subía y bajaba con respiraciones poco profundas, me faltaba el aire, y el golpe mortal que hizo estallar en luz lo que estaba en mi frente, fue tu voz — ¡Kirito kun! — oírlo tan cercano, tan lejano, como un vacío que se siente hasta el alma, aunque me llenaba, me destruyó.
Y solo me queda huir, de tus ojos avellana, de la suave piel de porcelana, del tierno roce de tus manos, me quiebra tu presencia aún más que la ausencia sin saber que la tenía, porque ya no eres mía.
En medio de la noche, recuerdo vívidamente el momento en que la había besado, esa enorme fuerza que me había atado a amarla, desde hacía tanto tiempo, pero fue en ese momento, donde de su boca, entre temblores me decía que se alejaría de mí, y aquel miedo inmenso de no poder volver a sentir su calor, lo que me llevó desesperadamente a querer evitar perderla, donde los intensos sentimientos me gritaron que tomara su mano para no soltarla jamás, atar mi vida a la de ella.
—Mi vida te pertenece—
Había prometido amarla y estar con ella hasta el final, la acompañaría como yo mismo había pedido que ella me acompañase.
Qué fría y dolorosa se sentía aquella promesa, había llenado mi vida, para ahora ver dolorosamente frente a mis ojos, que es otro quien tiene todo de ella y sentía en mi alma la sed de amarla, pero la realidad golpeaba mi cara con crueldad.
Silencio y dolor, con la amargura de saberme el perdedor, el sonido dulce de su voz cuando era mía, ahora eran sus oídos los que podían disfrutar esa melodía, mientras a los míos solo lo invaden mis tristes lamentos.
Quédate conmigo, podía jurar que la sentía, aunque no me dijese nada, esos profundos ojos del bello color de atardecer, cristalizados me miraban con pena, mientras solo quería que me abrazara y que de sus labios me dijera que me amaba.
Una ilusión, ella lo amaba a él...
Mi mente había sido una laguna en calma, meciéndose solamente por la inquietud de amar a la deidad que juré proteger, cuando había sido llamado del cielo, y qué ironía parecía que en aquel cielo, realmente había sido ella mi diosa, en una vida donde era solamente mía, entre tantas vueltas había perdido el sentido, la necesitaba sin necesidad de tener motivos, aunque los tenía todos para entender el mar furioso que era el caos de mis pensamientos.
Me había roto, desde el primer momento en que mis ojos se habían abierto a este mundo, cuando la había olvidado, aunque mi alma al desnudo, guardaba grabado a fuego el amor que nunca podría olvidar.
¿Cómo iba a acabar?, la veía feliz, riéndose, mientras todo lo que yo era, era una completa mentira, me volvía loco pensando en cómo volver a ser para ella lo que fui antes; pero era su mano la que ella cogía, y yo cayendo a pedazos tratando de aguantar, corrí con todas mis fuerzas por ella, solo para no llegar.
La noche caía lentamente, ya no era yo mismo, recordaba su abrazo, sus mejillas coloradas diciendo que me acompañaba al otro lado del mundo, recordaba esa felicidad.
Quiero dejar de culparme, pero cómo podría, en un día comprendía que había perdido todo, mi vida, mi mejor amigo... la mujer que amo...
El rostro que apacible había observado dormir el rey longevo, yacía descompuesto en medio de su descanso. Cual con sumo dolor abandonara su sueño y abriendo los ojos a parpadeos entre lágrimas, notó que estaba solo. Mientras el pensamiento de no desear permanecer en el lugar lo inundaba por completo, no querer caminar al tocar con sus pies descalzos la loza del salón... preferir ahogarse a respirar aquel aire que aún se llenaba de su aroma... no tenía permitido siquiera pensarla... el sentimiento de la desdicha se convertiría en su única compañía de ahí en más de continuar así.
—¿Qué era él ahora?...
—¿Para qué serviría él ahora?...
—No podía ni llorar con libertad por aquellos sentimientos que no le pertenecían... de su boca salió solo un sollozo acallado que cerró entre dientes apretando la quijada, mientras las lágrimas eran imposibles de retener, se llevó ambas manos a la cabeza y se ovilló sobre si mismo, buscando su propio calor en medio de la gélida atmósfera que había creado su pensamiento.
—¿Por qué le había pasado eso?...
—¿Por qué había tenido que sobrevivir?... el grito se ahogaba en su garganta que solo expulsaba quejidos entrecortados. No iba a poder sobrevivir... su corazón se iba a romper... fue entonces que lo sintió, la mitad de su cuerpo perdió la fuerza con que duramente apretaba puño y dientes, su ojo derecho parecía haberse congelado en el tiempo, tenía demasiado frío... y su alma lo reclamaba... volverse uno con la oscuridad que lo consumía, por lo que cerró el otro ojo, dejándose llevar por la sensación. No tenía derecho a estar ahí... lo mejor sería entonces desaparecer... si él había abandonado a tanta gente... si los había dejado perecer... era la justicia de la vida que terminara pagando por su crimen.
El sonido crepitante del hielo escoció sobre su piel bronceada una vez más.
No sentía las piernas, su respiración se observaba al aire y el leve bombeo de su corazón le llevó a palidecer sobre la cama.
Sentía... que por fin podría ser libre... sin embargo, continuaba ahí... cual caminara hacia la muerte en medio del mismo dolor... Quedé mirando el cielo nocturno, nubes cubrían las estrellas, y gotas dulces, una tras otra, comenzaban a caer, solo me quedé ahí, acompañado de un silencio que enmudece con gritos de soledad mi ser, me hacía daño seguir pensando, entender que para ella ya no era yo.
Cada uno de sus recuerdos me invaden, como la lluvia que comenzaba a empaparme, como si el cielo fuese mi testigo, perdía lo que era mío, cómo podía simplemente dejarla ir, y en medio de mis lamentos, lágrimas comienzan a bajar camufladas con las gotas del firmamento.
Ella blanca, distinguida y hermosa, y yo divagando en un camino con mis alas rotas, y su luz lejana, mientras yo persiguiendo su delgada espalda, lágrimas que hacían aún más tristes las cosas, con sombras que se derraman en una pintura difuminada sobre mí, con mi rostro bañado con lluvia.
Palpitaba en mis venas — ¡AAAAAH! — quería alcanzarla, y solamente un grito nació de mi garganta.
Mientras el sonido del hielo crispaba en mi oído una vez más...
—¿Esto es lo que deseas?... —una voz colada en mis pensamientos de muerte me dio calor en medio del despiadado murmullo frío contra mi piel.
—Asuna... me dejó... ella... se fue... hacia un lugar donde ya no puedo alcanzarla... —repitió el lamento de sus pensamientos tan lejanos como cercanos al momento por el que atravesaba. —Asuna... —el dolor al pronunciar su nombre se expresaba con delirio en su mirada que una vez más se abrió, no quería... no podía perderla... pero estaba hecho... como si miles de gritos ahogados se retuvieran en su garganta. —Ahgh....
Perder el amor podría compararse solo con sentir que perdía su propia vida. Sin poder explicar nada... sin ser culpable...
—¿Pero por qué perder?... sabes que el amor no se pide... el amor se da... Kirito... como todo este tiempo lo estuviste haciendo... al caminar con la armadura de Synthesis 33...
—Eu...geo... —tembló su mirada acerada al verlo, arrodillado junto a la cama... a su lado...
—Solo debes levantarte... y ser tú mismo... hacer lo que decidas... porque eso eres tú... la persona que siempre puede... —la sonrisa de su mejor amigo, no hizo más que inundar su rostro en lágrimas, a pesar de no estar físicamente juntos, su memoria nunca lo abandonó... guiándolo en medio de su camino como caballero de la integridad hasta esos instantes.
—No esta vez... no puedo ni moverme...
—Este hielo... no es como el de mi espada... —entrecerró los ojos preocupado. —Está regresando el estado de congelamiento inicial... no puedes permitirlo...
Las palabras del espadachín rubio le retornaban el recuerdo del momento en que abrió los ojos a ese mundo por primera vez, con aquella nueva identidad, el espacio de congelamiento donde Quinella lo había dejado... ¿Acaso no sería mejor volver a aquel entonces?... Por lo menos descansaría en paz...
—¡Kirito!
El rey que pasos más adelante, fuera de la habitación, caminaba con la reina del tiempo actual inconsciente en brazos se detuvo, cual hubiera escuchado el grito de su mejor amigo, la voz que no lo acompañaba desde hace tanto tiempo... La copia del recuerdo de la memoria de Eugeo había despertado junto a su propia copia... lo que significaba... que su amigo aún permanecía en aquel mundo, aunque fuera de esa manera... —sonrió. —Por unos segundos se alegró de pensar en volver a verlo... pero en el mismo instante se arrepintió de tal pensamiento identificándose con la copia... él no era su Eugeo... quien había estado con él en su propio despertar al impedir que acabara con su corazón y le acompañara en la batalla contra el ángel de la muerte; las memorias de ese Eugeo llegarían hasta su fallecimiento... y seguirían el camino del caballero de la integridad... otra distorsión en el mundo... su mundo que tanto amaba y deseaba proteger... creada por él mismo... por el ápice de egoísmo del que no podía desprenderse.
Pero su decisión estaba tomada... cuidaría de su reina... costara lo que costara... aun cuando sus acciones le llevaran a odiar al Kirito rey estelar que representaba.
Cerró los ojos mientras las vivencias recientes acudían a él, culpabilizándolo.
—Ya... pasó por algo como eso... aunque distinto... Kirito—kun no sabía quién era él mismo, ni cuál era su misión... Pero lo que sí conservaba... era su esencia... cuando Higa—san dijo que él había perdido su imagen personal... que necesitaba sentirse perdonado... pensé que con solo decirlo bastaba... pero la realidad era que sus heridas eran tan profundas que no me las imaginaba ni remotamente... aún con todo el amor que le tenía desde entonces... así que lo que dice majestad... es algo que puedo comprender bien... si él necesita que tome su mano y lo guíe al camino de vuelta a mí... lo haré... siempre lo haré... lo buscaré todas las veces que sean necesarias para que él esté bien, a mi lado...
—Y no hay duda que así lo hizo, reina... pero debe comprender... que esta vez no es la solución... porque esta vez... cuando usted vaya a él... —apretó los dientes el rey con la mención, mientras la imagen de tener a su amada entre los brazos en medio de la expulsión imperiosa de su poder desmesurado la desapareció de su vista.
—¿Yo... moriré?... —tragó la impresión, en un inicio temerosa, pero al no recibir respuesta terminó por sonreírle con ternura.
—Si así ha de suceder...
—¡No! —respondió con desespero, sorprendiéndola, la figura tan confiada y severa, la observaba con la mirada temerosa. —Ya no podré hacerlo... una segunda vez... Por favor...
—¿Hacer?... Ya lo había mencionado antes... ¿A qué se refiere?...
—El poder de la noche... el reemplazo del tiempo... en estos momentos su rey... yace perdido en medio de un bucle de temporal... por el descontrol de su poder... el poder del cielo nocturno que le concede la habilidad de reemplazar el tiempo...
—¿Reemplazar?... —temblaron sus ojos avellanada sin comprender.
—Reemplazar... no es igual a regresar en el tiempo o viajar al futuro... es cambiar el orden de las cosas... es estar en el lugar que debe.... Cuando debe... Kirito... reemplazó el tiempo de perder a su reina... hasta el final de sus días... pero el tiempo que una vez fue movido... no puede volver a tocarse...
—Eso quiere decir... que... ¿Kirito—kun... majestad... usted supo todo el tiempo que llegaría el momento en que perdería a su reina?... porque ya la había perdido... pero movió el tiempo sin ella hasta... Es imposible que un ser humano pueda manejar de ese modo la vida de otra persona... de si mismo... eso solo alargaría su sufrimiento... ¡Un dolor continuo y penetrante de día a día! —exasperada de pensar en tal sufrimiento le colocó ambas manos en los brazos.
—No podía solo quedarme ahí sin hacer nada... —bajó finalmente la mirada ante ella. —Aunque sabía que iba a perderla... si por lo menos podía retrasarlo... pude ver nacer a Yukito y... —se detuvo completamente sorprendido de haber revelado información tan importante... pero por un momento, un instante... se sintió en absoluta confianza de volver a platicar con su amada como siempre lo hizo...
—¿Yukito?... —los ojos de la reina lo miraron grandes y expresivos, inundándose de lágrimas al momento, aquel nombre encerraba un gran significado que aún no compartía siquiera con su amado... pero oírlo de los labios del rey... le daba a entender que efectivamente lo había utilizado para nombre de su hijo.
—Pero... —cambió la temática a la importancia de mantenerla a salvo. —no volverá a ocurrir... si usted llega a perder la vida... Kirito no podrá mover ese tiempo... porque cada espacio de tiempo puede moverse solo una vez... y yo... ya lo hice... —respondió con cierta culpabilidad.
—Yo sabía... que Kirito—kun había despertado algo más... aquella tarde... —recorrió los brazos del rey hasta tomarlo de las manos y apretarlas entre las suyas. —Se lo dije... su control... sobre el mundo, su poder... parecía una conexión absoluta con el mundo que tanto ama... como un dios... y... me alegra saber que no me equivocaba... sé que con ese poder, podrá salvar Underworld... podrás hacerlo... —se aventuró a colocarle la mano en la mejilla, siendo recibida por el impulso de su rostro apegándose a ella con el cerrar de sus ojos.
—Lo hará... el rey luchará con todo lo que tiene para defender Underworld... pero para eso... la necesita a usted... —con el dolor de volver a controlarla, abrió los ojos, que nuevamente presentaban la coloración dorada de su poder manifestado, llevándola a perder la conciencia en el instante que la tomó en brazos.
Caminó y la recostó sobre el sofá, teniendo el cuidado que sus brazos y cuello quedaran en cómoda posición.
De tal modo que ambos seres en aquella recámara yacían perdidos en la profundidad de su sueño, el caballero que había sido recubierto con el congelamiento profundo y la diosa cuyo tiempo había sido movido al momento del sueño nocturno de noches pasadas, sueños que cual la realidad entrelazaban los mundos de sus dueños, almas vinculadas desde tiempo atrás.
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Continuará...
Uffff... ok xD
Quiero pensar muy bien lo relacionado al sueño este del último renglón jaja (Selene ya tu sabesss).
Quiero agradecer infinito a mi gemelita Yosii_90 que escribió gran parte del inicio (la escena del sufrimiento Kirito PoV) que de no ser por tu ayuda geme, creo que jamás habría logrado arrancar con eso.
En fin, hoy cumplo años de romance con mi bebé (Mi Kiridios obvio), 8 años amándolo jajajaja, así que aunque lo traiga a sufrir bueno, debía actualizar.
Aprovecho para decir que quien no me tenga agregada a Facebook por favor hágalo, he descubierto que es una mejor manera de interactuar)? Me encuentran como Saku Zala
Gracias por leer!!!!
PD hoy no salió mi rey... pero espero el próximo cap dedicarle su buena parte.
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