Capítulo 21 "El desenlace de una estrella"
El rey de 200 años colocó el cepillo de la reina de vuelta en el buró y tras un suspiro, volteó hacia la persona recostada sobre la cama. El caballero que había mandado a protegerla... yacía inconsciente. Tal vez su único protector de ahí en más sería únicamente él mismo. Ya que no podía confiar más en él... Kirito había regresado al momento en que su corazón se encontraba perdido y roto, era inútil. ¿De qué había servido entonces usar al caballero que no era más que un juguete de Quinella?... Tal vez había pasado alto lo más importante... y aún a su edad seguía aprendiendo que las cosas no siempre salen como se planean, puesto que las variables del mundo no pueden ser medidas a cabalidad. El amor de la reina era demasiado grande...
Se encontraba aún de espaldas a la cama y por ende a la puerta, cuando la mujer dentro de sus pensamientos entró a la habitación.
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ANTIGUAS Y NUEVAS ESTRELLAS
Capítulo 21 "El desenlace de una estrella"
—Lo mejor será que usted también se recueste, Majestad... —No pasaron dos segundos desde que el rey mencionó la frase cuando se sintió sumamente débil y el viento a sus alrededores movió los largos cabellos de atardecer cual suspiro, representante de la encarnación que la sostenía en el aire como una silla formada de viento, tal vez un columpio elaborado con absolutos deseos.
—¿Qué?... —trató de reaccionar, pero la presión dentro de su pecho no desaparecía y aunado a su debilidad por los últimos días sin comer ni dormir y el embarazo se convertían sin duda en su mayor estado de extenuación.
—Debe escuchar con atención... —Mencionó despacio y con suma seriedad, sin dejar apreciar su rostro que se debatía entre voltear o no, deseaba con todo su ser poder verla... pero no podía permitirse caer bajo sus instintos... no en un momento como ese, ya lo había hablado consigo mismo, si su ser existía aún en ese mundo no era con otro propósito más que el bienestar de Underworld... y como su protector haría lo que fuera necesario sin importar que... para procurarlo así, aunque fuera contradecir sus propias leyes... el Starworld era lo más importante, más que él mismo.
—¿Quién... es usted?... —temblaban sus cejas mientras trataba de ponerse en pie, pero le era demasiado difícil. Por lo que decidió permanecer sentada sobre el aire tal como él la tenía, no sin dejar de pensar que si fuera necesario de un salto caería sobre la cama para proteger a Kirito, aunque fuera con el poder de la cuenta de diosa que poseía.
—Soy... el protector y el mensajero... —poco a poco volteó finalmente hacia ella, con la decisión de que lo que ocurriera una vez se viera descubierto, debía suceder, observando como la incredulidad y la sorpresa se entremezclaban en el rostro de la joven reina.
—¿Ki...Kirito—kun?... —preguntó tratando que su lengua no se enredara al pronunciar, era sin dudas él... su amado, aunque con las facciones más marcadas y maduras y esa voz... tan profunda que ahora que lo recordaba... era cierto... era su tono de voz...
—No, Reina... —negó entonces con la cabeza —Asuna... —recordó que en aquellos días, Kirito le llamaba de esa forma a su esposa. —Rey estelar. —pronunció con claridad.
—¿Rey... estelar?... —no podía dejar de verlo, aquel llamado familiar con que el pueblo les había bautizado era tomado para él como su nombre... —¿Star...King?...
—Si estoy aquí es porque tanto este Kirito como el otro están en peligro... pero más allá de eso... usted también lo está... y sin ustedes... el Starworld, —corrigió una vez más, con su propia costumbre —Underworld no podrá sobrevivir...
—¿Qué estás diciendo?... —logró finalmente sentarse sobre el aire.
—Que Kirito la necesita... —se detuvo un segundo, observando la impulsividad conocida en el rostro de la reina, sus palabras solo la harían correr tras su amado. —Pero... usted no puede ir con él.
—¿Qué?... eso jamás... Si Kirito—kun está en peligro... aunque lo vi... y él me dijo que volvería... ¿Eso significa que PoH le hizo algo a Kirito—kun?
—Todo dependía de eso... pero el caballero que había mandado a protegerla... terminó por servirle al extremo de perderse a si mismo bajo sus manos...
Con la mención, regresó la mirada hacia el caballero que recién acababa de volver a su yo real, aún dormido sobre la cama, recordando el dolor que experimentó hace apenas algunos minutos. ¿Qué podría esperar al verlo volver en sí?...
Cual adivinara su pensar, el rey bicentenario prosiguió.
—Es imposible calcular el daño que su alma cargue en estos momentos... después de todo está pasando por lo mismo que Kirito sufrió en esos instantes al atacar su propio fluctlight... solamente que el deseo de autodestrucción no se intensificó con la sobrecarga del traductor de almas ya que él nunca pasó por eso... el momento exacto en que fue copiado es decir, momentos antes que Administrator intentara abandonar Underworld fue directamente enviado a la sala de Deep Freeze... por lo que todo su dolor quedó congelado en su corazón desde ese momento... su espíritu de lucha o incluso si lo pienso más allá... su necesidad de vivir deben haber colapsado. Es por eso que, el caballero número 33 ya no es confiable.
—Yo... no dejaré que él se sienta así nunca...
—No es algo que pueda evitarse... todo dentro de este Kirito está roto, empezando por su esperanza... al saberse una copia del real... creerá que ya no hay un papel para él en el mundo... porque ya no tiene a nada ni a nadie...
—Eso no es verdad... ¡Me tiene a mí!
—Si lo piensa bien, reina... notará que, aunque su corazón así desee creerlo o incluso engañándose a usted misma lo finja... la realidad es que el Kirito de este mundo... el rey estrella Kirito... no es esta persona. Y son cosas que puedo saber no por ser quien soy... sino por la simple deducción ya que dentro de la propia mente del Star King que habla a usted ahora hay algunos episodios tentativos a desvanecerse, mientras otros ya se han ido...
A pesar de que su comentario despertó en ella la preocupación de que en determinado momento su amado empezaría a perder la memoria, tal vez, resultaba demasiado para sumar dentro de sus necesidades por resolver en esos momentos, por lo que cerró los ojos tratando de retomar fuerza. —¿Qué... es lo que está sucediendo? ¿Por qué ha pasado todo esto?...
—Podría explicarse diciendo que es una sumatoria de todo... pero de todo lo que apenas comienza... Underworld le depara terribles vivencias... pero a la vez... los más maravillosos momentos...
—¿Pero estás bien... tú te encuentras bien?...
—No soy yo la persona que importa...
A pesar de su implacable argumento e imponente presencia todas sus palabras expresadas con aquella seriedad absoluta la preocupaban, no era él... pero a la vez sí... ¿Qué habría pasado en esos años que restaban para llegar a convertirse en eso?... El dolor de observarlo de tal forma la llevó a levantarse, siendo atrapada paso a paso dado hacia él por sus ojos azulinos acerados.
—Solo tú podrías hacer algo así... —sonrió ampliamente para él al pararse frente suyo. —Viajar... en el tiempo... —bajó la mirada sintiéndose incrédula con lo que ella misma acababa de mencionar.
—Va mucho más allá de eso... —cerró los ojos cual buscara las palabras para expresarse y ser comprendido. —Pasó solo una vez... y ya ocurrió... no volverá a ocurrir...
—¿Qué cosa?... Por favor explícame con claridad...
—El regreso de un alma tras su muerte... En un futuro las escrituras sagradas narrarán aquel evento como "El día en que el cielo se ensombreció, se llevó el olor a muerte y reinó la paz en una noche santa, forjando el halo del cielo estrellado".
—¿El día en que el cielo... se oscureció?... —se trataba de un mensaje que se captaría al instante, no pudo no pensar en la batalla cinco años atrás, los diez minutos que no fueron suficientes para escapar a tiempo de Underworld... El cielo teñido con el alma de su amado y las miles de estrellas que lo plagaron a pesar que por si misma lo logró verlo... en su corazón sabía a la perfección que todo aquel poder era sin duda el amor sobrenatural manifestándose. —Yo estuve ahí ese momento...
—Aunque luego de tal evento pareciera haber regresado a la tranquilidad de su yo terrenal... Kirito nunca fue el mismo... porque dentro de su alma ya había despertado su poder, aunque él mismo no lo supiera.
—¿Poder... qué poder?... ¡¿Kirito—kun estará bien?!
—No hay nada que usted pueda... no... más bien, deba hacer... no puede acercarse a él... es precisamente eso lo que vine a impedir.
—¡¿Qué?! ¡No puedes decirme eso! ¡Y menos sabiendo que él me necesita! —lo miró molesta y dándole la espalda se disponía a salir, pero fue acorralada entre los brazos del rey, que solo con colocarle la palma de la mano sobre los ojos, la llevó a perder la conciencia, mientras el poder se manifestaba en sus ojos coloreados de dorado.
—Lo lamento... reina... —la cargó en brazos para acomodarla suavemente sobre la cama. —Pero si el rey... no es capaz de controlar su propio poder y termina destruyéndose a si mismo... por lo menos usted... estará a salvo... —su mirada acerada finalmente logró relajarse unos segundos, mismos en que su mano tocó con suma delicadeza la mejilla de la Diosa, sintiéndola aún más frágil y menuda que como la recordaba. A pesar que entendía a la perfección que no se trataba de su pareja... de su amada reina con la que compartió tanto y extrañaba con desesperación, era imposible no verla reflejada en su ser más joven, su piel suave y pequeñas manos que era capaz de envolver sin problemas entre las suyas, pero se sentía un extraño... por lo que trató de desviar la mirada inundada en sabiduría, llegando a enfocar al ser recostado al lado de la reina, mirándolo fijo por algunos segundos.
—Perdóname... también a ti te he condenado... y no sé que es peor... si haberla amado tanto y perderla... o perderla cuando todo empezaba y sin que tengas la culpa de nada... quedarte sin oportunidad de amarla... —bajó la mirada sin poder brindar una respuesta a su propia inquietud, pero volvió a elevarla cual tratara de comprender.
El rostro del durmiente aún con las palabras mencionadas por el rey, al encontrarse completamente externo a las mencionadas, se mostraba apacible y hasta parecía por fin descansar con tranquilidad; sin embargo, ante los ojos profundos del protector de Underworld, el interior de su alma parecía descubierta y aquel lugar blanquecino y puro que alguna vez la reina visitó para implantar su campana de protección divina, yacía oscurecido y boscoso.
Por una parte, el rey secuestrado era dueño del mar dentro de la cueva, mientras el caballero de la integridad era nulo, pero al despertar a su verdadero ser el pantanoso alrededor parecía engullirlo todo... y tenía sentido para el rey mayor, que su propia profundidad era representada por el recorrido de cataratas inmensas y monstruosas, conocía bien su propia oscuridad, solo era cuestión de tiempo para que aquel mar de cuevas y el pantano confluyeran en la catarata.
—Sys... time speed... stop... —recitó al aire mientras se ponía en pie. —Perdónenme... una vez más... pero solamente de esta manera evitaré que te levantes por él... —con el rostro un tanto avergonzado por la decisión de intervenir de forma tan drástica observó a su amada joven reina, cuyos alrededores y ella misma habían adquirido un matiz grisáceo al ser víctima de la suspensión temporal de los minutos. —No te preocupes... esto no les afectará a ellos... —con delicadeza se acercó un tanto más y colocándole la mano con suavidad en el vientre, se agachó para besarle la frente.
—K... Ki... —el sonido de la voz reuniendo la fuerza sobrehumana para comunicarse con él, lo alertó, estaba despierta.
—Reina... —se separó estupefacto al verla, mirándolo. ¿Cómo era posible que hubiera pasado sobre su comando de sistema?... Inhaló profundo al recordar como desde tanto tiempo atrás lo había realizado antes... al por salvarle la vida a Kirito, había roto el comando de Heathcliff al Sistema Cardinal para permanecer adormecidos.
—Asuna... —respondió al sentirse liberada, aun cuando todo lo demás, incluyendo al caballero continuaba detenido. —No me gusta que me llames así... no tú... —negó con la cabeza para ella misma y apretó los puños. —Usted... Majestad...
—Con el paso de los años... perdí de vista aquella identidad... igual que usted... —Habló con más propiedad del asunto. —La reina... y yo nos convertimos en el verdadero significado de Underworld... y ahora que ella... —dudó en proseguir, pero ante la mirada imperiosa de saber la verdadera situación, no le quedó más que terminar la frase. —Ya no está... soy el único que puede y debe seguir adelante con esto... proteger lo nuestro... ya que en el pasado no lo logré...
—¿La reina... murió?... —preguntó asustada, notando el semblante de inmensa tristeza que la pregunta desató en el rey.
—No estoy aquí para hablar sobre el futuro... porque las leyes del mundo son diversas y pueden reescribirse si se altera alguna parte del pasado... pero si... al evitar una situación de ese mismo pasado, puedo ayudar al futuro... entonces la situación cambia.
—¿Qué situación?... ¿Qué es lo que tenemos que evitar?... ¿Qué es lo que le pasa a Kirito—kun?... —una pregunta tras otra fluyó de entre sus labios, pero el rey solo la escuchó hasta dar una respuesta final.
—Alcanzar el desenlace de una estrella es lo que nos espera... a todos los que somos él.
—¿El desenlace de una estrella?... ¿La muerte de una estrella?... —Estaba perpleja de pensar que conocía muy bien la respuesta al haberlo hablado con su amado antes, la muerte de las estrellas en el firmamento no era otro espectáculo más que una enorme explosión de su luz... en otras palabras, su poder... —No... —dio dos pasos hacia atrás —¡Noo! —intentó correr una vez más, pero siendo retenida de las muñecas por la encarnación real, no tuvo más opción que detenerse al darse cuenta que no podría escapar de él y al sentirlo caminar hasta pararse tras ella, desistió, aflojando el agarre contra su voluntad.
Una vez más tuvo que refrenar sus deseos por tocarla, al haber elevado el brazo hacia ella, pero mantenerse de espaldas no lo notó y terminó por bajarla, buscando mantenerse implacable.
—Una vez que inició su batalla contra PoH... su poder despertó... el poder de aquella escritura sagrada... el halo de las estrellas lo recubrió... sacando al exterior todo lo que guardaba dentro. —Mencionó con suavidad tratando de explicarle las vivencias por las que cursaba su amado, que no eran más que sus propios recuerdos.
Mismos que se estaban llevando acabo en la actualidad del rey estelar de ese tiempo.
Sentía su cuerpo hervir, cual hubiera caído en el interior de una caldera, no podía más que retorcerse entre los alaridos que abandonaban sus labios mientras sus ojos luminosos buscaban su apertura, cual dos rayos de luz infinita que fuera retenida únicamente por sus párpados.
¿Qué había sucedido con él?...
—Tranquilo... —sintió como una mano tibia se posó sobre la radiación de su cuerpo, tomándole de la mano. Dándole esperanza de que tal vez... podría liberarse de la situación, pero... el grito desgarrador y la explosión que le prosiguió lo horrorizó, cual de su ser hubiera fluido el poder que inundó el otro cuerpo, estallándolo en un segundo.
—¡Aahh! —trataba de estabilizarse, pero le era imposible, ¿Estaba acostado? ¿Sentado?... ¿Parado? No lo sabía... ¿Dónde se encontraba?... ¿Quién era?...
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—Ya... pasó por algo como eso... aunque distinto... Kirito—kun no sabía quien era él mismo, ni cual era su misión... Pero lo que sí conservaba... era su esencia... cuando Higa—san dijo que él había perdido su imagen personal... que necesitaba sentirse perdonado... pensé que con solo decirlo bastaba... pero la realidad era que sus heridas eran tan profundas que no me las imaginaba ni remotamente... aún con todo el amor que le tenía desde entonces... así que lo que dice majestad... es algo que puedo comprender bien... si él necesita que tome su mano y lo guíe al camino de vuelta a mí... lo haré... siempre lo haré... lo buscaré todas las veces que sean necesarias para que él esté bien, a mi lado...
—Y no hay duda que así lo hizo, reina... pero debe comprender... que esta vez no es la solución... porque esta vez... cuando usted vaya a él... —apretó los dientes el rey con la mención, mientras la imagen de tener a su amada entre los brazos en medio de la expulsión imperiosa de su poder desmesurado la desapareció de su vista.
—¿Yo... moriré?... —tragó la impresión.
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Continuará...
Bueno, cap peque pero fuerte xD. Después de tres semanas entre fuertes y raras bueno, aquí está, poco a poco, pero vamos avanzando.
Tengo mucho pero mucho pensado!! Pero tan poco tiempo!! Que ahhhh, mi musa me va a matar un día de estos.
Gracias por seguir la historia!!
Prometo ponerme a responder los comentarios TvT solo que me de un chance, pero tengan por seguro que siempre los leo!!!
Gracias por todas sus palabras!!! Son inspiración!!!!
Gracias por todo Geme!!!
Gracias infinitas por activar mi musa con tus mensajes Selene!!!!
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