Capítulo 15 "Estigmas"

Advertencia: El capítulo a continuación contiene escenas de violencia crudas, por lo que con mi beta decidimos colocarlo dentro de la línea de tiempo como va hasta ahora la historia, pero con toda confianza pueden saltarlo, ya que lo acontecido aquí se explicará en las próximas entregas y no afectará el ritmo de la historia si no se lee.

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ANTIGUAS Y NUEVAS ESTRELLAS

Capítulo 15 "Estigmas"

El día había sido agotador para ambos por lo que se acomodaron para dormir como de costumbre; El rey recibiendo a su amada sobre su pecho, sin embargo, el contacto pareció provocarle cierta molestia física, pero no mencionó nada, trató de soportar fingiendo que había sucumbido al cansancio sin mencionar más palabra, pero su esposa lo conocía demasiado, por lo que buscó encender la luz de al lado de la cama, para buscar su mirada en la oscuridad.

—¿Qué ocurre?...

—¿Mm?... —trató de fingir que podría soportar, pero no duró mucho. —Perdona... —se sentó mientras jadeaba. —Siento... —apretó con fuerza los párpados llevándose la mano al centro del pecho.

—¿Kirito—kun?... —preocupada lo vio sacarse las sábanas y torpemente intentar levantarse solo para caer al piso inconsciente.

—¡Kirito—kun! —se levantó o al menos eso pretendía, cual toda su energía hubiera sido reprimida, sus piernas no se movían con la velocidad que les solicitaba, al tratar de voltear hacia él, le costó la misma cantidad de tiempo, cual se moviera en cuestión de varios segundos por ángulo. —¿Kiri...? —no terminó de pronunciar al sorprenderse que las dos primeras sílabas no salían de su garganta.

Las lágrimas acudieron de inmediato a sus orbes al pensar que la situación podría empeorar para su amado y no se encontraba en condiciones de ayudarlo. Tenía que haberse quedado con él desde esa mañana... ¡Estaba segura que esa falta de fuerza durante el entrenamiento no era normal! ¡¿Entonces por qué le creyó que se sentía bien?!

—Kiri...to—kun... —estiró poco a poco su brazo en su dirección, pero sus movimientos estaban ralentizados a tal punto que apenas y lograba estirar la articulación del codo.

—Qué patética te ves, Destello... —Esa voz... la misma monstruosa voz de eco que emitió el pequeño árbol del demonio... ¿Estaba ahí?... ¿PoH estaba ahí con ellos? ¡¿Dónde?!

Trataba de voltear, pero el impedimento en su movimiento parecía haber aumentado segundo a segundo. No lograba identificar el lugar donde aquel ser yacía, pero en el movimiento rotativo de su rostro, se encontró con el pequeño retoño de su árbol de cielo de diamantina... cuyas ramitas parecían retorcerse al ritmo que crecía y se deslizaban desde la maceta de cristal hacia el piso cual enredadera oscura y espinosa.

—¿Qué?... —tembló incrédula su mirada, tratando de seguir el rumbo que tomaba la hilera una vez en el piso, dirigiéndose hacia su amado del otro lado de la cama, en el suelo.

—¿En verdad creíste que ese estúpido caballero iba a deshacer mi posesión?... Si fue el poder que el mismo Blacky me dio... estas ramas... estas raíces envainadas al piso sangriento... solo era cuestión de tiempo para que encontrara el camino que me trajera hasta él...

—¿Mi árbol?... —trataba de negar con la cabeza, al pensar que su dedicación no había hecho más que contribuir a acercar al monstruo a su amado.

—Fue desde el primer momento... si bien... él dejó los recuerdos de la espada dentro de mí... como una parte de su ser perforándome... también yo le dejé algo mío... mis sentimientos que lo seguirían donde estuviera...

—Ya lo dijiste una vez... —temblaron sus cejas ante las extrañas palabras mencionadas, cual el hecho de haber sido convertido en aquel ser y el contacto que el rey había tenido con él para hacerlo, le provocara placer. —El amor... no es un sentimiento que se exprese entre el odio y la desesperación...

—¿Estás segura de eso?... ¿Acaso no fuiste tú misma quien lo orillo a matarse?...

—¿Qué?...

—Con la eliminación de la protección básica... hace cinco años... —el recuerdo del momento en que al pronunciar el hechizo de Remove core protection, las miles de arañas de recursos de sentimientos que le perseguían se adentraron en su amado, comprendió y se llevó una mano a la boca perturbada. Entre esas arañas... ¡Entre los recursos de los pensamientos y sentimientos que perseguían a su amado estaban los suyos!

—Jamás me separé de él...

—No es verdad... La campana... La campana de Stacia repele todo...

—Todo lo externo... pero te lo dije... nunca me separé de él porque estoy dentro de él... es mío Destello... como siempre debió ser... como me juré a mi mismo desde aquel piso cinco... No me cansaría hasta escuchar sus gritos contra mis oídos... en el momento de su plácida muerte y en ese instante... por fin podría vivir.... Descansar mientras como un mártir mi espadachín negro se llevaba los pecados del mundo.

Mientras sus tétricas palabras se escuchaban, las ramas se habían acercado lo suficiente a su amado como para empezar a envolverlo sin que fuera capaz de ver lo que estaba ocurriendo del otro lado de la cama, solo escuchando el sonido de su cuerpo siendo movido entre las lianas espinosas.

—¡¿Qué estás haciendo?!

—Preparando el show...

Sus palabras antecedieron al espectáculo macabro que él mismo recién mencionaba, observó como inconsciente su amado había sido atrapado entre las ramas de manera muy sutil a elevarlo frente a ella, sostenido por sus axilas, rodeado por la cintura en un camino circunscrito sobre su pierna derecha cual polo a tierra.

—Kirito—kun... —apretó los dientes. —¡¡¡Suéltalo!!!

—¿De qué te serviría a ti que lo hiciera?... si ya ni siquiera puedes acercarte... finalmente su interior está tan repleto de mí... que empezó a desbordarse de su cuerpo... ¿Lo sentiste no?...

—¿De qué estás hablando?.... —preguntó con seriedad, no podía dejarse llevar por sus insinuaciones.

Con su pregunta una de las ramas que circulaba bajo su hombro, pareció desprender cinco pequeñas más, dándole la impresión de la formación de una mano ramificada que se deslizó cual serpiente sobre el pecho de su amado, marcando sus pectorales a su paso, cual apretara sobre el izquierdo y terminara su recorrido hacia el centro de su pecho, ante la mirada horrorizada de la reina y el quejido que emanó dolorido de los labios del espadachín.

Era verdad que antes de dormir le notó molestias... pero no tuvo la oportunidad de averiguar de que se trataba.

La mano ramificada tomó la tela entre un puño y haló hacia abajo hasta rasgarla, exponiendo para ella su pecho y con él a lo que se refería.

Cual escarbada desde el interior, una pequeña hilera de retoños en raíz se exponía sobre su piel hacia afuera.

—Podría... abrir el paso desde ellas hacia dentro y fundirnos de una vez... —la mano ramificada crujió frente al pecho del rey, para el segundo siguiente juntar todos sus dedos en un solo aguijón dirigido con suma presión y rapidez hacia la abertura sobre la piel, sin embargo, en el momento del impacto fue repelido con gran fuerza cual magnetismo inverso por una pantalla de luz dorada que resonó como campanada santa.

Los ojos azul acerados se abrieron al sentirlo, el calor recorriéndolo en protección, la Campana de la Diosa de la Vida y la Creación se había activado.

—¡¿Qué?! —atacaba una y otra vez, pero no obtenía más el mismo resultado, ser repelido una y otra vez por el sonido de la campanada resonando a todo su poder.

—Tú lo dijiste como todo un experto... —mencionó entonces el rey, cuyas lágrimas se derramaron al levantar su cabeza y posar la mirada sobre su esposa, dándole a entender que si había salido ileso era gracias a ella, siendo recibido con una sonrisa plácida de verlo despierto. —Aunque no estaba del todo consciente... te escuché decir muchas tonterías... como el hecho que la imposición de la campana me orilló a la muerte... todo eso no fue por más que por mi propia debilidad... que aún ahora se manifiesta al ser salvado por el poder de la diosa...

—Lo dices como si realmente lo creyeras Blacky... cuando soy yo el que recibe todo de ti... conviviendo con esa mitad de corazón... ¡¿Acaso no lo entiendes?! ¡Era yo el que debía estrujar tu corazón entre mis manos!

La mano de enredadera se desfiguró, retomando su base de liana serpentina que una vez en el suelo, subió enrollándose con gran velocidad sobre su pierna izquierda, abdomen, pecho y cuello, apretándolo con fuerza.

—¡Aggh!

—¡Kirito—kun! —¿Por qué?... ¡¿Por qué no podía moverse?! ¡¿Por qué cuando más lo necesitaba?!

—No te preo...cupes, Asun..a... —pronunció entre sílabas al ser presa del ataque. Todo parecía indicar que si la inminencia no poseía forma de proyectil o una proyección del exterior detectada por su cuerpo la campana de la diosa no se activaría, por lo que la enredadera empezó a crujir contra su cuerpo entre el cerrar de sus párpados y la exclamación gesticulosa de su garganta estrujada. Mientras contraía la tela que le cubría entre las ramas.

—¡JA, JA, JA, JA! ¡¿ACASO TIENES IDEA DE LO QUE SE SIENTE DISPONER DE TI DE ESTA FORMA?! ¡TODO MI CUERPO! ¡ESTE CUERPO QUE ME DISTE LO DIFRUTA! ¡LA ESPERANZA DEL MUNDO ESTRECHADA ENTRE TODOS ESTOS APÉNDICES!

—¡AAGH! —Exclamó una vez más mientras la sangre abandonaba sus labios en un gorgoteo hacia arriba junto al sonido del crujir del hueso en su pecho.

—La costilla... ¡TE QUEBRÉ LA COSTILLA! JA JA JA JA JA

—¡Ya bastaa! ¡Suéltalo! ¡Voy a matarte! ¡Juro que voy a matarte PoH! —gritó con toda su garganta la reina forzando su cuerpo a moverse y lográndolo de a poco.

—As... —la mirada acerina la observó mientras entre respiraciones cortadas y forzadas, sentía como las ramas lo halaban hacia atrás por el cuello que junto al dolor inmenso en el tórax por ambas heridas ya le habían comprimido los vasos exaltados en la presión. —No vengas... no puedo moverme... esto es demasiado extraño, Asuna...

A pesar de no haber pronunciado palabra recibió con claridad el mensaje, pero no podía quedarse ahí observando como lo torturaba... ¿Cómo era posible que lo hubiera llevado ella misma hasta su hogar?... la culpa la martillaba sin piedad.

—No hay duda que eres lo mejor Kirito... mírala... dice que va a matarme pero no puede ni moverse... ¿Es porque te toco?... ¿Qué puede quejarse si me llevas dentro?... nos pertenecemos... ¿no es así?...

Ante las palabras mencionadas por el adversario, los recuerdos de inmediato fluyeron en él... palabras dolorosas que había guardado para sí y revelado a su amada en su más preciado recuerdo...

La miseria de sentirse impotente mientras era tocada por alguien más...

Aunque fuera un maldito psicópata...

Podía verlo en los ojos desesperados de su amada y la frustración anidó dentro de su ser una vez más. ¿Qué debía hacer?... Sabía que al mostrar resistencia más se empecinaría el hombre en su cometido, mientras que permanecer en la estoicidad le llevaría al hartazgo. Miró a su amada en la interpretación entre sus almas sobre que nada de lo que ocurriera en ese momento podría afectarlos, así como ella en su momento se lo dijo...

No te preocupes Kirito—kun... esto no me hará daño...

Y sonrió para ella, aún al sentir como las enredaderas lo movían con brusquedad buscando enredarse entre sus extremidades y se deslizaban bajo su ropa con intenciones de turbar su voluntad.

—Ey...ey.... Sabes que no me gusta que me ignores Kuro no Kenshi...

La respiración del de cabellos negros trataba de mostrarse tranquila, a pesar de que sudaba con el cuerpo frío por la fractura.

—¿No ibas a matarme, destello?... Que poco te duró el entusiasmo...

Ante su provocación, la reina tampoco respondió, soportaría... mientras pensaban... ¿Pero qué era lo que debía hacer?... Aunque no mencionara palabras, ver el sufrimiento de su amado le desbordaba la preocupación al punto de derramarle las lágrimas a escondidas.

—¿Con que ese es su juego?... ¡SERÉ YO QUIEN LES ENSEÑE A JUGAR CON LA MUERTE, IDIOTAS! —los agarres lo apretaron al punto de rasgarle la ropa y dejarlo sin aire. —Voy a hacerte mío frente a ella mientras mueres... ¿Qué te parece?...

—...¿Suyo? ¿A qué se refería con eso?... ¿No buscaba simplemente acabar con su vida?... —logró procesar en medio de la falta de aire, al mismo tiempo que sentía caer hacia atrás.

Entonces las ramificaciones, en un sonido de crujido casi sordo comenzaron a moverse nuevamente, alcanzando entre los muslos al rey llegando a su entrepierna, sus párpados se cerraron fuertemente, Asuna ahogó en su garganta un grito que sentía iba a ahogarla, no podía ver aquello y sólo quedarse ahí, pero las pupilas aceradas volvieron a enfocarla, dándole la confianza a los ojos avellana.

La piel le crepitó, y ligeros espasmos sacudieron sus hombros — Oye, oye... ¿no harás nada? — preguntó con un tono molesto, deteniéndose el avance de aquellas ramas oscuras — ¿sólo vas a ignorarme? Y yo que te quería mío... — las palabras provocaron un remezón en ambos reyes, que miraban en dirección al suelo.

Un crujido estruendoso hizo temblar el piso, haciendo elevar desde las entrañas del suelo, vástagos que pronto mutaron a gruesas ramas tan negras como alquitrán, enredándose velozmente a las piernas de Asuna, sus brazos, para terminar extremos amenazantes sobre el vientre.

—Aunque veo que a ti te divierte más estar dentro del Destello... — había sido tan rápido, que la sorpresa no abandonaba los orbes oscuros del rey — no han perdido tiempo, ¿qué se siente que te penetre el espadachín negro?

—¡Basta! ¡Es conmigo PoH! — habló con más fuerza de la que en verdad tenía, pero la desesperación se hacía presente en cada segundo viéndola de esa manera, cual recordara un viejo dolor tan fresco como la sangre que había comenzado a correr en hilos desde donde las ramas lo astillaban en el cuerpo.

—Oh, ¿no te gusta si la toco a ella?, no estés celoso, sabes que vengo por ti — el movimiento brusco del rey rasgaba sus ropas por donde era sujetado como si fuera una enredadera.

—¡Tampoco me hará daño! — la reina le gritó con voz acongojada, disminuida aun cuando el llamado buscaba la calma de su rey.

—¿Cuánto durará? Jugaré con sus lazos... porque eso que los une, también será mío — la mueca en el rostro de la reina lo dijo todo, el filo sobre su vientre comenzaba a romper su vestido, rozando la piel que pronto era expuesta.

Los dientes de Kirito chirriaron, su pecho estaba a la vista, así como sus piernas y brazos, la lastimosa imagen del rey, provocó la risa casi epiléptica y cruda del antiguo líder de asesinos —¡suéltala! — pero cada movimiento era más doloroso que el anterior, era envuelto por las ramas ásperas, haciendo sentir al hombre convertido en árbol la extensión completa de su cuerpo, marcado por sudor y el líquido espeso y carmesí, deleitándose perturbadoramente ante los ojos ambarinos que no paraban de temblar y derramar lágrimas.

Es que era su hijo en su vientre del que él hablaba, lo sabía, ¿acaso lo había sentido?, si de ese modo era, debían protegerlo, sin importar cómo.

—Disfrutaré arrancarlo de tú vientre ante los ojos de su padre, Destello —

La oscuridad se apoderó de los ojos de los reyes, sudor recorriéndolos los encontró en medio de su cama, ninguno podía articular las palabras, el llanto y el grito mudo en sus gargantas fueron los únicos presentes antes de encontrar sus miradas en la penumbra y abrazarse en busca de contención, una caricia que no tenía tranquilidad, era desesperada y apretarse hasta sentir su existencia mutua, era el método que buscaban para calmar la ansiedad de esa terrible pesadilla.

Mientras sobre la mesita justo donde la reina lo había dejado, reposaba el retoño del árbol de diamantina en su maceta de cristal...

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Continuará...

Uff... me voy a mi esquina a terminar de temblar...

Bueno, esta escena es algo que vengo planeando desde el inicio de la historia, en realidad soy una ficker que ama mucho que todo el mundo ame a Kiri y cuando me enteré del "Amor" de PoH por él me enloquecí, porque siempre fantaseé con un villano que lo amara. YO SE QUE NO ES ESA CLASE DE AMOR pero explico que en esta historia si será amor carnal y retorcido.

Bueno, gracias infinitas a mi gemelita, geme... no sé que haría sin ti, ayudándome a Betear esto y colaborándome en la redacción de parte del capítulo.

¡Me encantó el resultado final!

Gracias por leer.

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