Habian pasado unos cuantos dias desde aquella cena y Jimmy Crystal no habia vuelto a llamar a Moon a su oficina.

Al principio era aterrador para el koalq, pero de hecho, no podía evitar sentir como que le hacia falta algo, como si extrañara algo demasiado. Quizás esas caricias y felicitaciones es algo que sentía le hacía falta, el único que solia hacer eso era su padre, pero no estaba para ver sus éxitos.

Fue solitario que el lobo no le llamara, tampoco se cruzaba con él.

Aun así, debia de comenzar a trabajar, preparar todo para la gira, serían 5 teatros en total, o sea que serían 5 obras en diferentes sitios, pero claro, la misma obra que cautivó a muchos.

Jimmy Crystal, por otro lado, debia ir a su siguiente cita con la terapeuta.

Recibió felicitaciones, en especial porque se veía bastante bien, también escuchó de Porsha que comian juntos ahora. Porque, si, Porsha también comenzo a ir a terapia con la misma terapeuta, pero no era nada más que como un apoyo, así mejoraría su personalidad también.

Sin embargo, aun con todas las mejoras, el lobo tenía cierta tristeza que la terapeuta podía notar, un desanimo que no comprendia de su paciente.

-Debo decir que ha mejorado, Señor Crystal. ¿El antiestrés funciona?-

-Si, demasiado.-

-¿Y qué lo tiene tan triste?-

-No es nada, simplemente estaba pensando en algunas cosas.-

-...Bueno, quería seguir hablandole de algo sobre la terapia. Alguien no puede ser dependiente de un antiestrés, debe dejarlo ir, sobrevivir sin el.-

-¿Qué?-

-Es para evitar el apego y dependencia, ello trae problemas, así que una vez que aprende a controlarse, puede dejar de usar el antiestrés.-

-...No creo poder.-

-No es cosa de creer o no, es algo que debe hacer. Por su propio bien.-

-¿Qué pasaría sí... Me vuelvo dependiente del antiestrés?-

-Dolería la separación.-

Jimmy quedó en silencio, la terapeuta esperó una respuesta, pero no la hubo.

-¿Qué sucede, Señor Crystal?-

-Creo que ya me hice dependiente.-