Prólogo
—!Deja de llorar¡— grito el hombre frente a el —Ya estoy arto, solo sabes llorar y pedir perdón, ya eres un hombre— gruño con molestia —Tienes 27 años Takemichi no puedes ser más productivo como Kisaki.
Takemichi estaba de pie frente a su padre, sus ojos intentaban reprimir las lágrimas que salían de ellos mordió su labio mientras jugaba con sus manos
—Eres un inútil Takemichi— hablo con seriedad el hombre —Ya no puedes seguir asi.
El de cabellos negros soltó un suspiro dando una calada al cigarrillo que apenas pudo prender miro el cielo nocturno sacando el humo de sus pulmones.
Por el enojo e impotencia que sentía salió de casa solo con lo que traía puesto, estaba quebrado y sin un celular en la mano, no tenía idea de lo que aria apartir de ahora con su vida.
Apenas había durado seis meses trabajando para su padre cuando Kisaki se metió en sus asuntos arruinando un gran proyecto del que el estaba a cargo, aunque la perdida fue grande apenas afecto a la familia Hanagaki
Pero el hecho de que fuera el hijo ilegítimo quien arruinara el proyecto hizo que Toshinori lo despidiera y corriera de la casa.
Dió otra calada al cigarro cuando un auto de color rojo muy llamativo se detuvo a su costado
—¿Vas algún lado?— pregunto el copiloto bajando el vidrio apoyando sus manos en La ventana
—A parte del infierno — respondió Takemichi sin importancia
El joven de lentes frente a el estiró su mano entregando una cartera y un celular
Takemichi dió otra calada al cigarro antes de decir —Entraste a mi habitación— cuestiono
—técnicamente ya no es tuya— respondió Kisaki —Pero no entre, las tomé de tu chaqueta, busca alguna posada la necesitarás — dijo con una sonrisa —Michi — llamo de forma cariñosa —Si necesitas regresar por tus cosas dime y te ayudo a ir cuando papá no esté.
Takemichi solo le envío una mirada molesta —No es necesario —
—Michi yo solo quiero ayudar, la gente cambia muy rápido de amistades, empieza de nuevo por tu cuenta, no intentes depender de la familia — hablo por última vez antes de subir el vidrio y marcharse
Takemichi suspiro terminado su cigarrillo, abrió la cartera y solo había un billete de 100 —Hijo de puta— gruño, Kisaki había sacado todas sus tarjetas de crédito
Molesto saco el billete de se cien lo arrugó y aventó al contenedor de basura, este rebotó y cayó a un costado, lo volvió a tomar aventando de nuevo junto con la cartera y comenzó a caminar.
Termino su cigarro en la pequeña caminata, tenía la intención de llamar a Akkun y pedirle alojamiento pero las palabras de Kisaki lo hicieron creer que no era la mejor opción.
Soltó un suspiro en frustración regresando por dónde vino, maldijo a todos los dioses conocidos por su estúpidos al haber tirado el billete.
Se paró de nuevo junto a los contenedores, arrugó la nariz en molestia mirando ambos botes repletos de basura, mordió su labio, "Eres tan inútil que ni siguiera recuerdas cuál es el bote dónde lo aventaste" pensó
Con la punta de sus dedos abrió la tapa del contenedor el fétido olor llegó a sus fosas nasales dándole unas arcadas, pero tomo el valor para aguantar y buscar.
—No— susurró bajito el olor era demaciado fuerte cerro de nuevo el contenedor y frustrado dió una patada que lo mando al suelo esparciendo la basura.
La basura se regó por el suelo y entre ella una pequeña sombra se movió, asustado pensando que era una rata Takemichi dió un paso hacia atrás.
Pero otra sobra se abalanzo sobre el dando un golpe que lo hizo tambalearse, estaba desprotegido y distraído cuando fue atacado, Takemichi no era un buen peleador pero al menos podría defenderse.
—¿Estás loco?— grito a la persona que lo había golpeado
—¿Que mierda te pasa?— hablo molesto una persona —¿Quien te dijo que lo patearas?— se quejo
—Patee— repitió Takemichi mirando al joven frente a el —Que mierda te importa solo es basura.
El hombre no dijo nada solo se avento sobre el dando una patada en el costado que dolió como el infierno, pero Takemichi no se quedó atrás estaba enojado y quién mejor que ese desconocido para sacar su frustración
Tiró un golpe a la mejilla del tipo, que se tambaleó por el impacto, pero contrataco con un golpe en las costillas.
Takemichi dió dos pasos hacia atrás examinando de manera rápida con quién se había metido y la sangre se le bajó a los pies.
Este no parecía ser una persona normal, su cabello era blanco, estaba algo delgado aunque por la ropa no se nota bien, tenía ojeras una piel blanca y unos ojos negros que se veían di vida
Takemichi no fue el único que hecho una ojeada a su oponente.
El pitido de una camioneta se escuchó y de esta bajo un hombre con un bate de béisbol con clavos —Mi rey, tiene problemas — pregunto —Necesitas que llame a alguien.
—No digas idioteces trajiste lo que te pedi— pregunto, el recién llegado tenía el cabello largo y de un color rosado unas marcas en las comisuras de sus labios —Toma al gato.
—Mira que tenemos aquí — dijo el de rosados cabellos para apuntar un billete de cien
—Eso es lo que buscabas— se burló el de cabellos blancos —Tomalo antes de que alguien más lo tome, supongo que la cartera también es tuya — siguió con la burla
Takemichi tomo lo último que le quedaba de dignidad y se agachó a recoger sus cosas de reojo vio que el pelirrosa tenía algo en sus manos de color grisaseo y soltó un sonido
~Miau~
—Mi Rey tengo al gatito— dijo mostrando al pequeño animal, el de cabello blancos camino hasta el auto pero antes de subir decidió regresar
—No se ve que seas de por aquí, si necesitas ayuda llámame —y de su chaqueta saco un cartoncito de cigarrillos dónde venía su nombre es rito con el número de teléfono
MIKEY
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