Esteban-Capítulo 5: Relaciones rotas

En la celda parecía que había demasiado silencio luego de lo que paso, pero de pronto...

― ¡Lo sabía! ¡Sabía que ese nombre me sonaba de algo!

― ¡¿Dimitri?! ¿Qué haces aquí? ― Maicol sorprendido pregunta.

― ¿Crees que dejaría a mi amigo a merced de esa mujer? ― señalando a Melani que sonríe mientras disfruta el espectáculo.

― ¿Y qué sabias? ― Naiara le pregunta.

― Jacqueline Azulay es la mujer que comenzó la masacre en mi pueblo ― él le contesta.

― Típico de ella ― Esteban acota en voz baja.

― Seguro hay una explicación ― Naiara le dice a Esteban preocupada por su estado luego de lo que paso.

― Si claro que la tiene ― Fer sonríe ― nosotros los demonios nos preocupamos por nosotros mismos, ella simplemente se olvidó de él.

Esteban que parecía tranquilo hasta ahora, comenzó a irritarse y su cara melancólica, paso de estar triste a enojado. Donde estaba sentado apretando el piso, de su enojo, rompió parte de el.

― ¡Tranquilo! No lo dije apropósito ― Fer se asustó.

Esteban lo agarra del cuello y le contesta.

― No hables.

Las emociones de Esteban hicieron que su energía aumentara y Fer de la nada quedo mudo. Luego de aquello Esteban volvió a tranquilizarse y se quedó en silencio, mientras Fer intentaba volver a hablar.

El calabozo parecía no estar dentro del castillo porque el lugar era completamente normal. Todas las cosas estaban en su sitio. Nada raro arriba y nada raro abajo. Una simple celda amplia con barrotes, la cual los mantenía encerrados a todos juntos.

Parecía de que luego de esta situación entre Fer y Esteban que había logrado causar un silencio más extenso, continuaría durante mucho más tiempo, pero Jacqueline tenía una idea diferente.

Caminando por el pasillo, ella se dirigía hacia allí, el eco de sus zapatos se escuchaba en todo el lugar. Se paró frente a la puerta con una llave y miro a Esteban. Él se levantó y se miraron mutuamente.

Jacqueline aunque tenía su colita de costado como siempre, se había cambiado el catsuit negro que usaba cuando se presentó hace un rato. En cambio tenía un pequeño vestido corto beige con una camisa de jean de mangas cortas.

Luego de mirarse detenidamente, Jacqueline llevo a Esteban a hablar con ella a una habitación que se encontraba a pocos pasos de allí. Dentro de esta había dos sillas y una mesa algo deteriorada. Ambos se sentaron y comenzaron una conversación, la cual se debían hace mucho tiempo.

― Siendo sincera no pensé que vendrías, ni siquiera te estuve esperando. Este lugar es mejor de lo que esperaría cualquier demonio. No hay sufrimiento para mí, así que... ¿Qué deseas? ― Jacqueline comenzó explicando para luego preguntar.

Esteban la miraba fijamente, analizando cada cosa que ella hacia o decía. Estaba perplejo por su comportamiento, no lograba entender porque había cambiado de opinión.

― ¿No vas a decirme que es lo que quieres? ― ella insistió.

― Yo ya no lo sé ― Esteban al fin le contesta.

― Si quieres puedo mandarte a ti y tus amigos de regreso, por el buen recuerdo que tenemos.

Él la miraba y no se movía. Viendo esto, ella se paró y se acercó a su lado, poso su mano en su hombro y le susurró al oído.

― ¿O quieres otra cosa?

― ¿Y qué otra cosa podrías ofrecerme?

Ella sonríe y pasa su pierna por encima de la silla sentándose sobre él.

― Muchas cosas ― procede a besarlo y él la empuja sobre la mesa.

― No soy tu juguete ― se para y se dirige hacia la puerta ― ¿Me llevas de nuevo a mi celda?

― Mm no puedo descifrar lo que piensas, ilumíname.

― Estuve durante mucho tiempo buscando la manera de liberarte, llego aquí y no necesitas ser salvada pero lo peor es que luego de rechazarme, me encierras, vuelves a rechazarme y entonces cuando creo estar más confundido que antes, tu regresas a mi como si nada y entiendo todo. Juegas conmigo ¡Siempre lo has hecho! Así que dime ¿Por qué?

Jacqueline se levanta de la mesa y esta se destruye, ella hace un chasquido quemándola del todo.

― "La que suplanto a su hermano", creo que el nombre me queda ― ella sonríe ― porque, dices... pues no, no es lo que crees, no juego contigo.

― ¿Entonces qué? ¿Por qué tantas molestias para hacer lo que haces?

Ella se acerca y le arregla la corbata.

― Mi amor ¿Aun no lo entiendes? Soy una psicópata, y si, te amo, pero igual que Juan, el que me guste tendrá consecuencias. Los psicópatas somos así, nos gusta usar los pensamientos de los demás y volverlos un lio, más si nos gusta esa persona.

― Entonces... ¿Qué es lo que quieres que haga?

Ella termina de acomodarle la camisa y le contesta.

― Escuchar ― Jacqueline sonríe y Esteban hace un gesto de confusión ― ¿Recuerdas cuando fui entregada a los cazadores de demonios? La verdad es que yo misma me entregue, Juan los llamo pero yo los busque, solo para ver tu reacción.

Él la empuja y mira para otro lado.

― Oh cariño, déjame verte ― ella agarra su rostro para ver su cara triste, y decepcionada solo ve una cara de puro enojo ― mm que aburrido porque su cara siempre muestra tan pocas expresiones.

― ¿Creí que te gustaba que a veces pusiera cara de póker?

― Si porque quería destruirla, al menos logre algo durante todos estos años ― ella sonríe.

― Déjame en paz ― la empuja ― hazme el favor de devolverme.

― Pero si recién estoy empezando.

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Mientras tanto los demás estaban planeando como escapar, Esteban estaba tardando mucho y Maicol no lo iba a esperar.

― Bien, lo primero que vamos a hacer es esto. Dimitri buscara la salida, si el molesto de Esteban regresa, Melani le quitara la llave a Jacqueline, pero si no es así emplearemos el plan "B" ― Maicol se detiene un segundo y mira a Naiara que no está en el círculo escuchando el plan, simplemente mira la pequeña rendija que muestra hacia afuera ― Naiara si el plan "A" no funciona, te necesito a ti. No importa que estemos peleados, eres necesaria para salir de aquí.

― No dejare a Esteban ― ella le contesto.

El lugar se vuelve tenso otra vez por el poco entendimiento de las acciones entre ellos dos, ninguno quiere aceptar el deseo del otro y no quieren ceder.

Maicol se para y dice.

― ¿Cuál es tu obstinación por ese tipo?

― No es obstinación, es compañerismo y si supieras que es, me entenderías. Él ha estado todo este tiempo intentando salvar a la mujer que ama y se encuentra con un sinfín de problemas. Necesita un amigo.

― ¿Y porque tienes que ser tú? ¿Y qué es lo que no entiendo?

― Tengo que ser yo porque no hay nadie más aquí que se ofrezca a hacerlo ¿O tú lo harás? ― se hace silencio ― ¿Ves? Eso es lo que no entiendes ¿Y sabes qué más? Te extrañe, te extrañe como ese hombre que está a tan pocos pasos de aquí, intentando recuperar aunque sea algo de la mujer que ama, no como tú que solo insistes en pelear.

― Bueno ya basta ― Melani se levanta ― ¿Por qué no le dices?

― ¿Decirme que? ― Naiara mira a Maicol pero este no te contesta.

― Maicol le juro lealtad eterna a Melani a cambio de ir a rescatarte ― Dimitri dice.

― ¡¿Por qué tenías que decirlo?! ― Maicol se enoja.

― Así que en vez de pelear deberías llevarte bien este último tiempo que te queda porque luego será todo para mí ― Melani sugiere.

― ¡No! No te dejare ¡Maldita perra! ― Naiara se abalanza para golpearla pero Maicol la detiene.

― Ya no podemos hacer nada. Lo hecho, hecho esta.

― No... pero yo... ― su enojo pasa a frustración y luego a lagrimas sin cese alguno.

Mientras se abrazan Melani acota.

― Dije que se lleven bien, no que anden acaramelados ― ella los separa ― es hora de proceder al plan "A" ― señalando que Jacqueline y Esteban estaban de regreso.

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