Esteban-Capítulo 2: Viaje al infierno
Maicol estaba petrificado, Naiara había sido secuestrada y el no podía hacer nada para ayudarla. Mariza fuera del trance observo el lugar pero no vio a nadie, así que se fue y siguió su vida como si no hubiera pasado nada, quedo algo confundida, pero estaba bien, por lo tanto Maicol al menos no debía preocuparse también de eso.
Dimitri se acercó y le dijo.
― Encontraremos la forma ― intentando animarlo sin saber más que decir.
― Vamos abajo, esa parca quizás pueda ayudarme.
Al despertar a la parca y correrle la capucha, Dimitri se sorprendió.
― ¿Anabel?
― ¡Dimitri! ― ella se emocionó y se abrazaron.
Anabel era la chica la cual fue pareja Dimitri en vida, tomo el trabajo de parca al enterarse que él no había ido hacia la luz, para poder encontrarlo y salvar su alma.
Sin embargo ella no podía ayudar a Maicol, las reglas eran reglas y no podían romperse. De pronto, una voz conocida se escuchó saliendo de una puerta, con su sonrisa carismática, Melani volvía a aparecer, aunque se veía diferente, su cabello corto había crecido y su aura demoniaca era más potente
― Quizás yo pueda ayudarte ― ella alardeo con sus labios prominentes y su Rush bien rojo de siempre, mordisqueando su labio inferior como demostrando superioridad ― ahora que Juan no está, soy demonio clase A, por lo tanto podemos hacer un trato.
― ¿De qué hablas? ― Maicol le pregunta.
― Júrame lealtad eterna y te llevare al infierno a rescatar a tu amada.
― ¡No! Eso sería romper las reglas ― dice Anabel.
― ¡Exacto! Si un ángel jura lealtad a un demonio haciendo un contrato, rompería las reglas, por lo tanto puedo llevarlo al infierno de esta manera y todos ganamos ¿Qué dices Maicol, aceptas?
Por lo tanto Maicol y Melani comienzan su viaje también, entrando al infierno.
― Si te estoy jurando lealtad eterna, al menos me gustaría saber de qué mina rara naciste.
― No hay mucho que contar, una prostituta llamada Melani, enamoraba hombres ricos para quedarse con su dinero. Un día uno intento forzarla y ella mato por primera vez. Primero se asustó pero luego descubrió el placer de matar a un idiota como ese. Sin embargo, todo termino cuando su novio descubrió lo que hizo, ella lo amaba tanto que se mató para que no la odiara y... ― Melani hace una pausa y deja de sonar melancólica ― por ese pequeño placer de haber matado a un hombre nací yo, aumente a clase B cuando conocí a Juan ― una sonrisa sale de su rostro ― eso es todo y ahora siendo clase A ¡Guau! Sí que estoy feliz.
Entrando a los botes del rio de la muerte, continuaron su camino sin más conversación. Maicol ya no sabía que pensar sobre Melani. Sin embargo, cuando contaba su historia, sonaba un poco triste, por lo tanto, aun sabía que no la conocía del todo bien.
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Entretanto Naiara y Esteban ya habían salido de los botes. Caminando por una tierra roja y un sendero más claro, los dos siguieron hasta que ella se detuvo.
― ¿Sabes que sentí cuando te vi aquella vez en el cementerio?
― No me interesa saberlo ― él le respondió indiferente.
― ¡Odio! Eso sentí.
Cuando escucho esas palabras, también paro de caminar y se dio vuelta para contestarle.
― Así que te enojaste ― sonrió ― sabía que no tenías ni un pelo de tonta.
― ¿Qué insinúas?
― No estaba seguro de lo que pensabas desde que aparecí y suponer que todavía tenías sentimientos por mí, me molestaba.
― El amor que sentía por ti desapareció cuando morí, solo quería saber que hiciste todo este tiempo y ahora ya lo sé ― afirmando la conversación de antes que tuvo con él.
― Bien por ti, ahora ¿Continuamos?
― Pues claro ― Naiara empezó a caminar pasando a Esteban.
Continuando la caminata, el sendero era como infinito, cualquiera podría cansarse y aun así no se veía nada al horizonte, como si estuvieran cansados por correr un largo trecho. Sus pies se hundían de la presión que había en el lugar, parecía un laberinto sin paredes que no llegaba a ninguna parte. Sin embargo, a lo lejos, de pronto, ven una cabaña.
― ¿Cómo es que hay una cabaña aquí? ― Naiara pregunta.
― No lo sé, soy inteligente pero no sabio.
Naiara lo mira de reojo y se dirige hacia la cabaña, toca la entrada pero no contestan, así que abre con cautela la puerta, no obstante no se encuentra nadie dentro pero el ambiente estaba soportable allí. Así que cuando Esteban entra pone cara de relajación y revisa los libros que había al lado de una de las ventanas del lugar: "El diario de Richard", "Cuentos para dormir", "Rompecabezas", "Como inducir una pesadilla" y el libro que más le podía servir "Mapas del infierno".
Antes de que pudiera observar el libro, Esteban se durmió en la silla, la cual se sentó para leer. Él estaba cansado más que Naiara porque el ambiente era peor para un demonio que para un ángel. Ella se sentó al lado y observo primero el mapa, ya que él dormía plácidamente, pero tampoco pudo leer mucho porque alguien la golpeo por detrás y se desmayó.
Inducidos en un sueño profundo, Esteban fue el primero en caer en la ilusión. Dentro de esta se podía ver como caminaba por la ciudad que aparecía a cada paso que daba, notaba una felicidad insuperable, estando con su amada Jacqueline pero al darse cuenta que solo era un sueño por su increíble intelecto. Este se convirtió en pesadilla, arrebatándole a su amor, cayendo en un fuego eterno de desesperación y dolor.
Por su parte Naiara soñaba con su padre, como si estuviera vivo, tomando unos mates, en un jardín hermoso, lleno de flores a su alrededor y con una mesita pequeña en donde apoyaban las galletas que más de gustaban. Disfrutando de un momento acogedor y reconfortante, pero como era de esperar a ella también comenzó a desaparecerle el sueño hermoso que tenía y en cambio empezó una pesadilla: Su padre moría, el recuerdo de su pasado regresaba, Jonatán y Yanina la volvían a traicionar, la tristeza inundaba su mundo como cuando estaba viva. Escucha el sonido de la cárcel y vio hasta su propia sangre saliendo a borbotones como si se hubiera cortado. La sangre seguía saliendo, sentía que se cortaba una y otra vez. Naiara intentaba detenerse pero su mano no la obedecía, más y más sangre salía, un dolor insoportable que hacia desear amputarse el brazo pero...
― Primero las damas ―
Naiara escucho fuera de su cabeza, se despertó para correrse, cuando un martillo gigante rompió la mesa donde ella y Esteban estaban apoyados. Él cayó al piso y se despertó también.
― ¿Qué sucede? ― dijo confundido mientras se levantaba del suelo.
― Ja, ja, ja ― un gordo grandote se reía levantando el martillo que rompió su mesa y exclamo ― bienvenidos a mi humilde morada, soy Richard y me gusta aplastar a gente dormida ¿Quieren volverse a dormir? ― preguntaba mientras agitaba el martillo para golpearlos.
Esteban lo esquiva, toma el libro que tiene el mapa y logran escapar saliendo por la ventana, aunque corren mucho, el gordo no los sigue, así que se detienen para descansar.
― ¿Qué fue eso? ― Naiara pregunta ― no me digas cosas como que no eres un sabio porque si eres demonio algo tienes que saber.
― Es el infierno, la tortura es natural aquí, ese tipo debe ser uno de los tantos que se encargan de ella y ahora entiendo porque el piso este es rojo.
― ¿Por qué?
― No es obvio, ese gordo aplasta a los demonios con su martillo y estas son sus cenizas ― Esteban levanta la tierra mientras continua hablando ― no podemos morir pero eso no significa que no podamos sufrir, estas cenizas sienten.
― ¡¿Qué?! ― Naiara se asusta y observa el piso detenidamente ― no puede ser ― observa a todos los demonios que están aplastados intentando regenerarse ― que cruel.
― Díselo a su majestad, aunque se lo merecen.
― Lo sé pero... ¡Ah! No me siento bien ― Naiara empieza a marearse.
― Debe ser asqueroso para un ángel estar pisando a personas que están sufriendo ¿Te sientes mal porque sientes lastima? Yo por mi parte me regodeo con este sufrimiento.
― Pero es tu especie.
― ¿Y cuál hay? Ya te dije, a nosotros solo nos importan nuestros intereses.
― Eres molesto, no quiero estar más en este lugar, apresúrate y mira ese mapa.
Esteban abre el libro y mira el mapa.
― Bueno, a juzgar por lo que dice aquí, acabamos de pasar la entrada del infierno, así que nuestro viaje comienza aquí ― señalando una parte del mapa.
― Déjame ver ― Naiara le quita el libro.
"El rio de la muerte", "La entrada de cenizas", "Ciudad de sangre", "Locamente el puente del dolor", "Castillo disfuncional".
― ¿Qué clase de nombres son estos? ― ella replica.
― Hay mas pero estos son los que tenemos que seguir, cortaremos camino así no pasamos por el puente de los locos.
― ¿Estás seguro? ¿Parece más largo este camino?
― Te aseguro que no quieres ir por ese lugar, además de estar repleto de gente rara, no pasaríamos desapercibidos.
― Entiendo ― Naiara cierra el libro.
Continúan su camino mientras que Melani y Maicol recién acaban de bajar de los botes y llegar a "La entrada de cenizas".
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