Él-Capítulo 1: Los sospechosos

¡Hola! Mi nombre es Maicol o eso creen todos, soy un hombre de 27 años de edad que le gusta estar de fiesta y divertirme con un montón de amigos, tengo mucho dinero gracias a una herencia que recibí y soy el tipo más feliz del mundo, pero claro todos tenemos nuestros dilemas y el mío es... ¡Que veo fantasmas!

Claro eso no parece un problema pero si se lo digo a alguien pensaran que estoy loco y yo no quiero eso.

Verán yo los veo desde los 10 años de edad y siempre pensé que eran imaginaciones mías pero al pasar los años esto continuo y me traen algunos pequeños problemas que siempre tengo que disimular porque me hablan.

Dicen que lo herede de mi tía abuela Murisia "que en paz descanse", pero yo nunca le vi lo bueno a este don ¡Ni que quisiera ser vidente! Así que tengo que lidiar con esto todos los días.

Aunque la mayor parte del tiempo lo ignoro, hace poco vi a un fantasma algo particular, una chica con un cabello muy largo de color rosa, ese color me llamo bastante la atención, quise acercarme a ella para verla más de cerca pero desapareció. Los otros fantasmas me contaron que ella era una cuida almas, estos seres cambian de forma muchas veces.

― Así que te será difícil encontrarla ― dijo uno.

Decepcionado regrese a mi casa y no podía dejar de pensar en ella.

De pronto, la alarma de incendios se activó, abrí mis ojos, salí de mi cama y corrí hacia la salida pero había mucho humo y fuego, no podía pasar, comencé a toser y me faltaba el aire, un fantasma me señalo la ventana y salí de allí. Estaba agradecido, los seres que siempre ignore me habían salvado la vida.

Esa noche dormí en un hotel y al día siguiente la policía me confirmo que fue un intento de asesinato pero que no habían encontrado al sospechoso. Todo indicaba que era por mi herencia, alguien quería mi dinero y yo iba a investigarlo. Al contrario de lo que muchos podrían pensar de mí, luego de la herencia deje todo para dedicarme a la diversión por completo pero eso no significaba que haya tenido que dejar de ejercer en el campo de la investigación criminal. Hace años que me había recibido en esa área, ejercí muy poco pero aún tenía esa experiencia, podía utilizarla para asegurarme de quien podía ser el sospechoso y los otros policías estaban de mi lado.

Ahora solo quedaba una cosa por resolver ¿Quién es el criminal?

Los sospechosos eran: Mi novia Melani, una seductora, manipuladora y mentirosa que me engañaba siempre pero que nunca me pedía dinero y no le gustaban las ataduras. Todavía no había terminado con ella porque era como una relación libre. Quizás no por el dinero pero podría ser que ella descubrió que quiero dejarla y entonces seria categorizado como un crimen pasional.

También tenemos a mi primo Rodrigo que quería la herencia pero se rindió cuando se dio cuenta que el señor Juárez le dijo que mis abuelos nunca lo pondrían en ella por todo lo que les hizo sufrir a sus padres, nunca supe que fue lo que les había hecho pero prefería no preguntar.

Y el señor Juárez, es el abogado y contador de la familia en general, también fue amigo de mi padre. No confió mucho en el pero siendo el que traspaso todo a mi cuenta, no estoy seguro si puede ser un sospechoso.

Pensando tanto se me hizo cansador, así que me tome una bebida y me volví a sentar en la mesa. De pronto, entra mi amigo Mark y me dice.

― ¡Hey! Hoy hay una fiesta ¿te vienes?

Pensando que puede haber una tragedia otra vez, dimití de la fabulosa oferta y seguí en la oficina, que estaba a dos cuadras de mí casa incendiada. Mi amigo Mark tiene las llaves de estas dos ubicaciones.

<<Podría ser sospechoso>> pensé

No estaba seguro de nada, muchas más personas podrían estar implicadas y ya no podía confiar en nadie. De pronto se me cruzo de nuevo por la cabeza "la chica de cabello rosa", deseaba verla pero no sabía dónde encontrarla, mire a la esquina de la habitación y vi a un fantasma, le pregunte.

― ¿Cómo te llamas?

El me respondió.

― Dimitri, señor ¿Y usted?

― Maicol, dime Dimitri ¿Es más fácil encontrar a un sospechoso si le pregunto a un fantasma?

― debería preguntarle a los fantasmas que estaban allí.

Dimitri era un fantasma serio pero podía confiar en él y le dije.

― Dimitri ¿te gustaría ayudarme?

Permaneció callado un segundo y me respondió sonriendo

― ¡Claro! Estoy aburrido ¿Por qué no?

Ahora no confiaba en los vivos pero si en los muertos, el mundo se había puesto de cabeza para mí.

Al día siguiente me dirigí hasta la casa de Juárez, toque su timbre pero nadie contesto, observe por su ventana y una luz estaba encendida. Era una lámpara que estaba sobre una pequeña mesa, me pareció extraño y volví a tocar el timbre, aunque seguían sin contestarme. Llame a su teléfono, escuche el tono, sin embargo no atendía, entonces mire hacia los costados y Dimitri no estaba.

Pensé << ¿A dónde podría haber ido? >>

Creí que estaba de mi lado pero al parecer él se retiró. De todas formas no me sorprendió, ya que durante mucho tiempo, yo había evitado a los fantasmas y Dimitri era uno que quizás había ignorado en el pasado.

Me dispuse a buscar más pistas para poder saber dónde estaba Juárez, ya que en su casa no se encontraba, ni tampoco contestaba el teléfono. Presione los botones de mi celular y llame a su secretaria. Ella contesto enseguida.

― El señor Juárez no se encuentra ¿quiere dejarle un mensaje?

― Si, dígale que lo estoy buscando, soy Maicol cliente e hijo de Raimundo Parker, su amigo. Me gustaría saber dónde puedo encontrarlo.

Ella respondió que Juárez se había ido con otro cliente, lo cual me sorprendió, ya que esta semana no atendería por asuntos de salud. Sin embargo como mi familia era su amiga, el podría atenderme de todas maneras.

Unos fantasmas me dijeron que se había dirigido a una plaza de aquí a tres cuadras. Decidí caminar hasta allí, entonces cuando llegue mire alrededor y descubrí que estaba hablando con un hombre bastante alto. No sabía quién era, me acerque y me asegure de que no me vieran. Estaba escondido detrás de un árbol y ellos hablaban de una deuda.

― Señor Juárez, aun no me ha pagado lo que me debe.

― Necesito más tiempo, por favor ¡Deme unos días más!

Observe a Juárez y me di cuenta que su salud se encontraba bien, ósea que había mentido sobre ello. Pero este señor alto que estaba allí tenía unas características muy amenazantes y el señor Juárez estaba asustado. De pronto ese hombre saco un arma y no tuve más remedio que intervenir.

Me puse frente a Juárez

― ¡Vete! Yo me encargo.

El sin pensarlo salió corriendo.

El hombre me miró fijamente con una sonrisa en el rostro, era muy extraño porque de pronto solo se comenzó a presentar.

― Es un placer, eres un hombre muy valiente, mi nombre es Juan ¿y el tuyo?

Ahora que lo miraba de cerca y conocía su nombre, me pareció conocerlo de alguna parte, entonces me di cuenta que cuando estudiaba criminología reconocí verlo alguna vez pero... ¿En dónde? ¿Quién era? Me sonaba mucho. Seguramente era alguien peligroso, el cual había que tener cuidado puesto que no dejo de apuntarme con el arma, entonces lo mire fijamente y le dije.

― Baje el arma, podemos hablar civilizadamente, usted parece un hombre razonable.

Juan la guardo y siguió sonriendo.

― No me interesa si usted o Juárez se encargan de la deuda pero... me agradas chico, me gustaría ser tu amigo.

Fue muy extraño pero le respondí.

― Me lo pensare ― di media vuelta y me fui.

El me detuvo, agarro mi brazo y me dio un número en la mano.

― Sigo pensando que eres valiente, podríamos hacer grandes negocios.

Solté mi brazo bruscamente y me retire de una manera veloz.

Jamás había conocido a una persona tan espeluznante, así que camine derecho observando por si me seguía. Con ese tipo de personas había que tener cautela y calcular cada mínima acción que hiciera, cada mínimo detalle podría significar morir o tener un enemigo peligroso. Es cierto que no tenía miedo pero en estos momentos que mi vida corre peligro, no me puedo arriesgar a nada, si quiero seguir disfrutando al máximo tengo que ser serio en esto.

Cuando lo perdí de vista, mire para adelante y continúe mi camino, deseaba encontrar a Juárez para preguntarle: ¿De qué deuda hablaba? ¿Quién era ese hombre realmente? ¿Y porque lo estaba amenazando?

Sin embargo Juárez no apareció. De pronto suena mi teléfono antes del anochecer, era Melani.

― Hola cariño ¿Cómo estás? Me dijo Mark que no estás haciendo fiestas para divertirte ¿Por qué?

― Siento mucho preocuparte pero estoy muy ocupado ahora ¿Podes llamarme más tarde?

A lo que ella contesto.

― ¡No! Te oyes mal, así que te voy a ir a ver ahora, te voy a estar esperando en la puerta de tu oficina, ya salgo para allá.

Yo sabía que ella se quedaría en la puerta durante mucho tiempo si no iba, así que decidí ir a verla y frenar la búsqueda de Juárez por el momento. Me pareció que estaba intentando averiguar algo pero como era una de las sospechosas también, no podía dejar de desconfiar, así que le respondí.

― Mel, está bien ¡Tu ganas! Voy para allá.

Al llegar, la hermosa Mel estaba sentada sobre mi coche, con una sonrisa brillante y esos labios pintados con un Rush de color rojo que harían desmayar a cualquier hombre e impresionarían a cualquier persona. Pero no me iba a dejar engañar, solo tenía que averiguar qué es lo que ella estaba planeando, ya que hace un montón de tiempo que no nos veíamos y por supuesto seguía siendo una de las sospechosas. Me acerque y le dije.

― Hola Mel ¿De verdad crees que estoy tan mal?

Puso su mano en mi hombro y respondió.

― Vamos, no es para tanto pero creo que hace mucho que no nos veíamos.

― Si, es verdad pero yo tengo cosas importantes que hacer y mi vida esta dando un giro inesperado.

― ¿Giro inesperado? ¿Te refieres a tu herencia? Esa ya la tienes hace mucho tiempo, bueno quizás estás pensando en buscarte otra chica para divertirte.

― No ¡para nada! No estoy interesado en estos momentos en una relación.

― Si, lo sé, si tú y yo solo somos una relación libre, nada más nos divertimos eso es todo.

Quite su mano de mi hombro y entonces dije.

― Antes necesitaba terminar contigo, ahora solo quiero saber una cosa.

― ¿Y qué es? ― me pregunto con intriga.

Volviéndose a apoyar en mí, la quite de nuevo y le respondí.

― ¿No te enteraste? Quisieron asesinarme.

― ¡No te la puedo creer! ― grito ella ― ¿Estas bien?

― Estoy perfectamente, solo tengo que encontrar al criminal.

― ¿Estas dudando de mí?

― Yo no estoy dudando de ti, desconfió de todos. Aunque si termino contigo entonces no puedo interrogarte de una manera más tranquila.

Ella sonrió y luego saco una pequeña risa.

― Ja, eres muy gracioso ― beso mi mejilla y siguió hablando ― pienso que estas muy nervioso, no deberías preocuparte por cosas como esas, lo que paso ya paso ¿De acuerdo? Olvídalo.

― ¿Quieres divertirte conmigo y nada más?

― Si y no, me gustas, hacemos buena pareja pero hasta ahí, pero tampoco es para que yo quiera matarte. Si alguien quiere matarte deberías pensar en esa otra persona.

Se hizo un silencio y luego le dije.

― Estas hablando de...

Ella sonrió.

― Sí, estoy hablando de tu primo ¡Por supuesto! El siempre a querido tu herencia ¿No has pensado nunca en eso? ¿Quién más podría ser que tu primo? ¿Quién más?

No sabía si Melani me estaba engañando, cambiando el tema o quería inculpar a alguien más, pero lo que si sabía, era que no podía seguir hablando con ella hasta aclarar mis dudas. Le dije que debía irse y se fue. Fue rápida al aceptar, aunque no estaba seguro si era porque quería dejar de empeorar su situación o solo porque éramos una pareja libre que no necesitaba estar todo el tiempo junto. La situación me estaba molestando mucho, me senté en mi oficina, me leí unos libros y sin darme cuenta me dormí.

Cuando desperté tenía un dolor de cuello impresionante, eran las cuatro de la madrugada y no me había dado cuenta que una persona no tiene que dormir en esa posición. Me levante a buscar una manta y de pronto me doy cuenta que Dimitri estaba allí, él me estaba mirando, me puse feliz al verlo. Tan solo de ver a alguien en quien puedes confiar es gratificante, solo había pasado un día pero para mí ver a un amigo de verdad después de tantas personas falsas era un alivio. La tensión que me inundaba se había ido.

― ¿Dónde has estado? ― le pregunte

Dimitri me mira y sonríe.

― Entre a la casa del señor Juárez.

Aunque su sonrisa era alegre, su seriedad era impresionante, yo estaba creído que me había abandonado pero en realidad me estuvo ayudando todo este tiempo.

― ¿Y qué descubriste? ― exaltado le pregunte

― ¿Recuerdas la lámpara sobre la pequeña mesa? Esa mesa sostiene un cajón escondido por debajo, pude traspasar el cajón y ver lo que hay, pero no pude agarrar el documento, puesto que es material y lo material no se traspasa.

― ¿Documento? ¿Qué documento?

Antes de que Dimitri logre contestarme sonó el teléfono e increíblemente el que había llamado era Rodrigo, mi primo.

― ¡Hola Maic! Tanto tiempo.

<< ¿Qué era esa llamada amistosa a las cuatro de la madrugada?>> pensé.

― ¿Qué pasa? ¿A esta hora me llamas?

― Estaba preocupado, supe lo de tu accidente ― me respondió.

― Se llama intento de asesinato ― le conteste.

Repentinamente me corto, la habitación volvió a estar en silencio, Dimitri ya no estaba, me puse a pensar y me di cuenta de algo. Ese día resulta que me había encontrado con todos los sospechosos, menos con Mark.



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