El Aura que te Rodea.
Un gran suspiro soltó Okawa Ruto en su lugar habitual de estar, escondido entre las sombras, debajo de un árbol, siempre alejado de los demás estudiantes.
Con su mano dentro de una bolsa de Papas Fritas, sacando la última que se la llevó a la boca.
No sabía porque pero aún tenía hambre.
Su cuerpo Delgado le hacía parecer que no comía, su estatura alta que era mayor y sus párpados oscurecidos que no dormia pero era todo lo contrario, todo excepto que era mayor, en realidad si lo era, debía ya estar graduado pero lamentablemente sufrió un accidente al inicio de el año.
En sus vacaciones encontró un misterioso libro el cual estuvo leyendo y le pareció muy interesante, fantasmas, Espiritus cosas paranormales y viajes en la realidad.
A sus ojos era fascinante el viaje era el que llamaba más su atención.
¿Como seria?
¿Se sentiría extraño?
¿Se marearia?
¿Podría cambiar algo en él?
O mejor aún ¿Podría cambiar su Realidad de alguna Manera?
Sus Dudas y curiosidad solo lo llevaron a un mal camino porque a veces cuando juegas con fuego te quemas.
Intento su propio viaje, pero no espero que fuera de la manera en que lo fue.
Un simbolo en forma de estrella color morado justo en el centro un agujero salio una mano tomandolo de la ropa lo metio en el agujero y luego desaparecio
Un dolor insoportable sentía que sus huesos fueron estirados hasta más no poder, su piel palidesio por la falta de luz solar, y no era capaz de dormir ni comer, pero no murio.
El libro que estuvo todo el tiempo con el pareció cambiar también, sus hojas parecían estar más viejas y sus escritos eran en un idioma desconocido.
A su alrededor parecía ser un bosque con árboles secos pero con frutos en sus ramas, frutos desconocidos y que parecían intentar llamar la atención de cualquiera que pasara por ahí.
Su sexto sentido le decía que No, que era peligroso si lo comía.
Además que a través de sus ojos veía cierta Aura que le rodeaba, un aura tan oscura que lo hacía retroceder.
Logro mantenerse alejado de los peligros de esa nueva realidad, donde figuras humanoides de pálida piel con montones de extremidades de diferentes tamaños lo perseguían, día y noche, si es que le podía decir asi, el cielo solo se aclaraba y oscurecía pero siempre con un color gris oscuro, sin ver algun sol o Luna y de este siempre cayendo cenizas.
Lo único que el podía hacer en ese mundo era sobrevivir ya que no era capaz de morir de hambruna y el miedo de ser devorado era horrible para el, logro hacerse uno con aquel libro y aprenderse ciertos hechizos, pero ninguno le ayudo a volver.
Así logró sobrevivir contando cada día dejo pasar el tiempo y 2 años se hicieron eternos en el que el llamo "el inframundo".
Hasta que un día la tierra empezó a temblar todo a su alrededor se distorsionaba y ante el un camino color "Rosa" apareció.
El aura de está era cálido como la luz del sol la cual en mucho tiempo no había sentido, y se sintió atraido.
Absorvido cerro los ojos y sintió como una vez más sus huesos eran estirados y su estómago resonaba de hambre.
Y nuevamente apareció en su casa en el mismo lugar en el que había estado haciendo su Cambio de Realidad.
Su habitación.
De repente su puerta se abre y su madre y su hermana aparecen de está.
Que podía decirles, de seguro estaban preocupadas, y su cara se lo confirmaba pero... sus palabras no eran lo que esperaba escuchar.
-Hijo, ¿Estás Bien? El temblor ha cesado, tu hermana y yo estábamos esperando afuera, como no saliste creímos que te había pasado algo -.
Su familia no había notado su desaparición a pesar de haber pasado 2 años, que podía decir.
Un "Lo siento" solo fue capaz de soltar.
Solo 2 días habían pasado jamás habían notado su desaparición porque normalmente siempre se escondía es su cuarto más de 4 o 5 días y solo salía a buscar comida a escondidas.
En ese momento se sintió temeroso de decir algo, no era capaz de hablar con alguien sobre lo que había ocurrido su madre pensaría que estaba loco, como siempre lo hace cada vez que habla de cosas paranormales y con su hermana sintió que algo la separaba de ella, seguramente le preguntaría como había sido y se emocionaria tal como el lo estaba antes de ir allí y no quería que ella sufriera lo mismo que él, así que empezó a distanciarse de ella.
Hasta el día de hoy la evita y ella a notado su cambio de comportamiento y cree que ha hecho algo malo e intenta hacer las pases, pero Okawa sabe que no es culpa de ella, y solo quiere protegerla.
Su estómago nuevamente empezó a gruñir, sacándolo de sus pensamientos y memorias.
Metió la mano a su bolsa nuevamente para darse cuenta que ya no quedaban.
Lentamente se levantó tomo su libro que parecía ser un libro normal ahora y lo guardo bajo su brazo, y empezó su camino al área de descanso donde habían máquinas de refrescos y snack.
En su camino varias chicas pasaban a su lado cuchicheandose entre si, mirándolo de reojo y hablando de él.
Lo sabía su estatura de seguro era intimidante su piel pálida extraña y sus ojeras mal arreglado, no era para nada popular a pesar de estar en el curso más deseado por todos.
Paso por al lado de un profesor y inclinando la cabeza lo saludó, su cuello dolía de tanto tener que mirar hacia abajo, su estiramiento de huesos resultó en que el fuera más alto que la mayoría de profesores, el único que estaba "A su altura" era su propio profesor y aún así lo consideraba bajo.
Normalmente andaba encorvado para lograr mirar a todos de manera menos intimidante pero eso lo cansaba tanto que prefería estar en un lugar tranquilo descansando.
Rápidamente se acercó a una máquina, la única ventaja de tener piernas largas es que llegas más rápido a tu destino y te vas de la misma manera.
Apreto con sus delgados dedos los botones y espero que cayeran, y se agacho a recogerlo.
Antes de siquiera levantarse algo se apoyo en su cabeza.
Sorprendido miro hacia su lado, alli estaba Ayano Aishi su compañera de clase que sostenía sobre su cabeza un Bento.
-Quiero disculparme por los problemas que he causado -. Ella quitó el Bento de su cabeza y espero que se levantara para seguir con la conversación.
-¿No se porque te disculpas?-. Miro el Bento que seguía sosteniendo.
La verdad no sabía ni recordaba haberse preocupado por algo que tenga que ver con ella, aunque causó una alboroto y sus compañeros estaban más concentrados en ello que él.
Solo pasó del problema y se escondió como siempre.
Ya que seguramente nadie lo notó, y al parecer ella tampoco.
-Siempre pareces tener hambre -. Afirmó Ayano, eso fue un golpe bajo a Okawa, aunque ya lo sabía si alguien se lo decía le afectaba el doble.
-Ya lo sé!!-. Dijo con fastidio Okawa alejándose completamente ofendido.
-No quise molestarte -. Ayano le siguió quería entregarle el Bento, el trato era que todo su curso recibiera uno, ni uno más ni uno menos.
-No me molesta -. De repente se detuvo y la miro extrañado -¿Acaso dijiste "siempre"? -
-Si desde que llegue el primer día de clases-. Nuevamente levantó el Bento y esta vez él lo resivio - ¿Porque? ¿Te parece raro?-.
-A la gente normalmente se les olvida que existo o ignoran mi presencia-.
-Vaya!! Pues somos Dos -. Sonrio medio triste -La persona que más quiero que me note es la que menos sabe que existo -. La situación parecía incómoda de repente la palabra "amor" es la que menos hubiera pasado por su cabeza en cualquier situación, pero al verla medio sonriendo creaba una luz rosa pálido a su alrededor, Su Aura -Aunque yo no creo que sea así, para ti -.
-A que te refieres -.
-Las chicas que pasaron por aquí hace un momento, estaban hablando de ti y lo guapo, serio y solitario que te veías, a veces a las chicas nos gusta eso-. Una sonrisa tímida se formó en el rostro de Okawa, creía que lo estaban juzgando mal -Tal vez es algo que atrae a demasiadas chicas -. Okawa dio un paso atrás por instinto, algo tan frío como el hielo y tan oscuro como la noche rodeó a aquella chica en frente de él y que le decía a gritos "¡¡Peligro!!" Sus ojos perdieron brillo y su mirada estaba fija en un solo punto y sus brazos estaban cerrados en puños a sus lados.
El peligro no era para el pero podía sentir que estaba en medio de ella y su objetivo y que si se movía acabaría en el suelo, giró levemente la cabeza para ver a un pequeño grupo de estudiantes pasando por ahí.
Mientras que Ayano solo los seguía con la mirada, se sorprendió cuando ella de repente se sobresaltó, uno del grupo la saludó a lo lejos agitando la mano hiperactivamente parecia ser un líder de un club y ella la levantó de mala gana, hasta que él amigo no perteneciente a ningún club la miro y también la saludó.
Ella saludó sonriendo muy tímidamente y justo frente a los ojos de Okawa sintio como el frío se volvió calidez.
El Aura de Ayano se volvia muy brillante y rosa era tres veces mayor que la anterior y opacaba toda oscuridad que hubiera habido.
Era algo muy atrayente de ver y lo dejo enbobado.
Pero se sintió algo mal porque a quien iban dirigidos no parecía corresponder de la misma manera, era por mucho la luz más débil que había visto en una persona y no había cambio alguno al ver a la chica.
De repente sintió que quería tener lo que aquel chico tenía y no veía.
Tenia Celos.
A él le gustaria más verlo de frente sintiendo que aquella iluminacion era al mirarle a él.
Mirar la sonrisa boba que estaba haciendo ahora, seguía saludando a pesar de que ya se habían ido y alejado lo bastante para perderse de vista.
¿Pero que tan difícil sería estar a su lado?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top