Final 2/3
Jeison
Shanea se encontraba en la cama completamente desnuda, me encantaba verla así, había sido un tonto en nuestra luna miel, creía que si un hombre se le insinuaba a una mujer, demostraba que solo la quería como un objeto sexual y realmente no quería eso con Shanea, pero luego me di cuenta que no estaba mal, siempre y cuando fuera con respeto y amor. Salí por completo de mis pensamientos al recordar a Shanea esperando por mí, rápidamente empecé a quitarme el saco, la camisa, por último los pantalones y mi ropa interior.
Abrí poco a poco sus piernas nuevamente para poner mi miembro en su hendidura, pude notar como su piel se erizaba al darse cuenta que nuevamente la haría mía, sonreí victorioso al darme cuenta que tenía a la mujer más maravillosa y hermosa desnuda frente a mis ojos. Una vez que estuve completamente dentro de ella, empecé a moverme cada vez más rápido, mi respiración empezaba a incrementar con cada penetrada que daba, sentía mil cosas juntas sintiendo como el deseo se iba apoderando de mí. Seguía moviéndome mientras quitaba el pañuelo que cubría los ojos de Shanea, pero aún así, seguía sin abrir sus ojos, lo estaba disfrutando y eso me hacía feliz.
—Eres tan hermosa pequeña. —susurré aumentando la velocidad de mis movimientos.
—¡Dios! —gimió ante mis movimientos como respuesta de su placer.
Sentí como su vagina se aferraba a mi pene dándome a entender que estaba a punto de venirse, aumenté mi velocidad un poco más haciendo que Shanea soltara un gemido estruendoroso seguido del líquido transparente que chocaba con mi abdomen. Salí rápidamente de ella y empecé a jugar con sus senos mientras yo también me corría al lado de ella, podía notar su cansancio en sus facciones levemente relajadas, dejé de jugar con senos y me acosté a su lado, en un parpadeo ya se encontraba dormida entre mis brazos.
Suspiré profundamente mientras me levantaba de la cama sin ir a despertarla, tomé un pedazo de hoja y empecé a escribir una carta de despedida, era demasiado cobarde para decirle de frente la razón de mi desaparición, pero quería que supiera que todo lo hacía por ella, que había entregado mi vida por la de ella. Empecé a escribir letra por letra y a la final no le dije la razón de mi ida, no quería que ella se sintiera en deuda conmigo, así que decidí saltarme esa parte.
—¿Listo? —preguntó una voz familiar haciendo que mi piel se erizara.
—¿Ya? —pregunté ésta vez yo mirando el rostro angelical de Shanea.
—Es momento de pagar tu parte del trato Jeison o debería decir Lecuim. —musitó sería mientras caminaba hacia mí.
Me levanté de cama, le si un casto beso a Shanea en la frente y le desee lo mejor, seguido a eso empecé a caminar fuera de la habitación junto a la Luna ¿Había sido una buena idea? Me preguntaba una y mil veces mientras miraba a mi amada por última vez.
—Te volveré a ver en otra vida. —susurré mirándola fijamente— aunque en final siempre sea el mismo, muerto. Te amo mi pequeña.
Después de eso sólo... Desaparecí.
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