Jeison

Había buscado a Shanea por cielo y tierra, sabía que ella venía de los pueblos más pobres, pero en esta ciudad habían miles de lugares con casas viejas y personas de bajos recursos, incluso busqué cerca del bar donde ella solía trabajar, aquel donde la había visto por primera vez y mi corazón muerto había vuelto a la vida, pero nuevamente no obtuve respuesta, pareciera que se la había tragado la tierra ¿Por qué nunca le pregunté donde vivía? Quería formar una familia con ella, pero no empecé por lo básico, nunca le pregunté lo que sentía o sus necesidades, solo pensé en mí y en ese miserable dinero. Solo un idiota cambiaria algo tan valioso como el amor, por algo tan común como el dinero.

Sin importar nada y contra todo pronóstico, seguí en busca de mi pequeña, sabía que si sus necesidades de dinero seguían igual que antes, Shanea tarde o temprano tendría que volver al bar. Pasé días enteros metido en aquel lugar en busca de ella y cuando estaba a punto de rendirme, la vi entrando por esa puerta con su rostro levemente preocupado. Aquel señor gordo y calvo, que solía ser el jefe, la recibió de una manera que hizo mi sangre hervir ¿Cómo podía tratar a una dama así? Y más a una con necesidades. Rápidamente pedí verlo y debido a mi dinero, no se negaron a traerlo.

—Le exijo que contrate a esa chica. —dije sin rodeos. Aquel hombre parecía confundido.

—Mire caballero, podrá usted tener mucho dinero, pero éste es mi bar y sé que esa chica no le conviene a éste lugar. —musitó mientras ponía un tabaco en su boca.

—Si ese es el problema, con mucho gusto compraré el bar. —informé sacando un bolso con mucho dinero— supongo que ésta cantidad es suficiente.

—Por supuesto caballero, será un placer hacer tratos con usted. —masculló con voz temblorosa mientras estiraba su mano.

—Perfecto —tomé su mano—. Ahora vaya y haga lo que le dije.

Aquel hombre volvió rápidamente y recibió a Shanea nuevamente en su bar, al principio parecía algo confundida y era de esperarse, aquel señor había cambiado de pensar en tan solo cinco minutos. Shanea nuevamente trabajaría en aquel bar, nuevamente utilizaría aquellas faldas cortas que dejaban a la vista su hermoso trasero y blusas con descotes que dejaban a la imaginación muy poco, me daba rabia pensar de que aquellos hombres necesitados de sexo la mirarían como una presa fácil, como carne fresca lista para ser comida.

Suspiré lentamente y me dije a mí mismo que solo sería por poco tiempo, hasta que pudiera hacerla mía de nuevo y luego tendría el suficiente dinero para ser libre y rehacer su vida con alguien más. Mi cuerpo poco a poco iba perdiendo su vitalidad, en cualquier momento iba a perder la vida y no podría irme sin decirle a Shanea lo mucho que la amaba, sin decirle lo mucho que la necesitaba entre mis brazos, no podía irme sin antes estar nuevamente con ella y sentirla mía eternamente, después de todo, en otra vida la volvería a encontrar, aunque el final seguiría siendo el mismo. Yo muerto.

Gracias a esas personas que han llegado hasta aquí, las quiero con todo mi corazón, gracias por ser mis lectores fieles. Besitos 😍😘😘