Shanea

Desperté lentamente, abrí mis ojos poco a poco para evitar lastimarlos por la luz, sentía un fuerte dolor en mi abdomen, mi mente viajó por mis cuerdos haciendo que recordara la razón por la que estaba aquí "el papá de Jeison" ese hombre no se cansaba de hacer daño, gracias a Dios Jeison no era como él o si no, mi vida sería completamente diferente, un completo desastre. Miré por toda la habitación, no había nadie, toqué el botón rojo para llamar a una enfermera, ésta rápidamente llegó con una gran sonrisa, pues según el doctor, en este momento debería estar muerta y es un milagro que no sea así.

Jeison no tardó en llegar, se veía pálido y tenía grandes bolsas moradas bajo sus ojos, se nota que no había dormido en días o simplemente el ataque le había espantado el sueño. Al verme no pudo evitar sonreír, pero su sonrisa no era del todo sincera y eso me preocupaba ¿Acaso había pasado algo más? No puede evitar sentir algo de miedo al ver los ojos llorosos de Jeison. Rápidamente tomé su mano y con mi mirada exigí la verdad, el pegó un suspiro profundo y me miró fijamente.

—Perdiste el bebé. —susurró.

—¿Bebé? ¿Cuál bebé? —pregunté con mi entrecejo fruncido, si esto era una broma, no era gracioso.

—Tus síntomas: el vómito, los mareos, tus extraños antojos. Eran porque venía un bebé en camino. —suspiró cancino— pero la herida fue muy profunda y murió.

En ese momento me encontraba en shock, había perdido a un bebé del cual no sabía su existencia. En ese momento vino a mi mente el recuerdo, no habíamos utilizado condón, después de eso me empecé a sentir mal, era porque estaba embarazada. No pude evitar romper en llanto, por mi imprudencia había perdido a mi bebé. Jeison rápidamente me abrazó y trató de calmarme, pero era imposible, el dolor era más grande que aquel que sentía en la herida.

Después de unos minutos, pude calmar mi llanto, más no mi tristeza, el doctor entró felicitandome por vi valentía, pues como dije anteriormente, era un milagro que estuviera viva. Yo sonreí forzadamente para no ser grosera, estaba agradecida por estar con vida, pero eso no le iba a devolver la de mi bebé. Después de un chequeo rápido, el doctor me dio de alta, la dijo a Jeison los cuidados que debía tener conmigo, después de eso se fue dejándonos solos.

—¿Estaremos a salvo? —pregunté nerviosa— ¿Tú padre está en la cárcel?

—No —dijo sin expresión alguna.

—Entonces hay que llamar a la policía ¡Nos puedes volver a lastimar! —exclamé.

—No nos volverá a hacer daño. —aseguró.

—Mira, entiendo que no quieres que vaya a la cárcel, pero son nuestras vidas ¿Acaso no te importa? —musité con enojo.

—¡Está muerto ¿Ok? Yo lo maté! —gritó para luego irse cerrando la puerta con fuerza. Había metido la pata.

Perdón por no haber actualizado antes, me dijeron que mi historia nadie la iba a tomar enserio y eso en verdad me lastimó. Doy todo de mi en esta historia 💔😞💔